CÁTEDRA DE CINE “LUIS ALBERTO ÁLVAREZ” LUCHINO VISCONTI

EL AMOR, EL PODER Y LA LOCURA

Muerte en Venecia – 1971

Director: Luchino Visconti.  Guión:  Luchino Visconti & Nicola Badalucco (Novela: Thomas Mann). Música: Gustav Mahler.  Fotografía:            Pasqualino De Santis. Reparto: Dirk Bogarde, Silvana Mangano, Björn Andrésen, Marisa Berenson, Mark Burns, Romolo Valli.

Muerte en Venecia reescrita casi completamente por Visconti constituye el apogeo de su creación. La película es construida a partir de dos seres, de dos mundos, a partir de la mirada que ellos realizan el uno del otro; la comunicación que se establece entre ellos está más allá de las palabras. Así, Visconti inventa una escritura cinematográfica indisociable de lo que quiere expresar.  

Luchino Visconti (izquierda) durante la grabación de Muerte en Venecia 
Luchino Visconti aumenta la fuerza de la novela de Tomas Mann eliminando las escenas anteriores a Venecia y centrando la mirada en el encuentro y la tensión entre esos mundos.  La reciprocidad de la relación, ausente en la novela de Tomas Mann articula la película en una progresión dramática imaginada por Visconti. En este film, se pueden distinguir cinco actos: Primero, el descubrimiento mutuo: En el caso de Tomas Mann es fortuito y en Visconti es voluntario, el cual provocará en Aschenbach las primeras interregociones tomadas del Doctor Faustus. Segundo, el rechazo del que es objeto  Aschenbach: Agobiado por la seducción que desplega Tadzio, Aschenbach decide irse de Venecia. Tercero,  el conflicito interior: A la danza sensual de Tadzio en la playa responde  Aschenbach con el reclamo y la confención “no debes sonreir así, no le debes sonreir así a nadie, yo te amo”. Cuarto, la complicidad: de ahora en adelante Tadzio y  Aschenbach estan unidos y su complejidad aparece a trvés de varias secuencias como por ejemplo aquella donde estan los músicos. Quinto, la aceptación y la muerte: Tadzio se retira del grupo familiar y camina hacia  Aschenbach mientras  Aschenbach tambien se dirige hacia él. Pero la institutriz vigila y restablece el orden. Sin embargo poco impota.  Aschenbach puede morir contemplando a Tadzio que se aleja levantando el brazo.

Ludwig, Luis II de Baviera – 1973

Director: Luchino Visconti.  Guión: Luchino Visconti, Enrico Medioli, Suso Cecchi d'Amico. Música: Robert Schumann, Richard Wagner, Jacques Offenbach. Fotografía: Armando Nannuzzi. Reparto: Helmut Berger, Romy Schneider, Trevor Howard, Silvana Mangano, Gert Fröbe, Helmut Griem, Isabella Telezynska, Umberto Orsini, John Moulder Brown, Sonia Petrovna.

Como Senso y El Gatopardo, Ludwing mezcla la historia individual y la historia colectiva a través del personaje Luis II de Baviera, de quien seguimos los pasos de su coronamiento en 1864 hasta su muerte en 1886. Visconti nos invita a seguir la ruta de Ludwing hasta su destino. La construcción narrativa de este film es novedosa en Visconti, puesto que ella es hecha en Flash Back es decir el desenlace puesto en escena desde el comienzo esta construcción confiere a este drama su dimensión trágica. Sabemos que los esfuerzos de Ludwing serán vanos. La duración de más de cuatro horas de la película es requerida ya que asistimos a la decrepitud del rey y paralelamente a la agonía de la Babiera del antiguo régimen confrontado por la ascensión de la burguesía. 

Pero también el movimiento inverso, es decir, ascendencia social igual a decadencia personal en el mundo real está acompañada en un segundo movimiento que ya describimos en la persona del rey. Poco a poco Ludwing renuncia a las apariencias a su rol de monarca y marcha libre a su verdad. “Yo quiero ser libre y buscar la felicidad en lo imposible”. Ludwing es como un reflejo de d´Aschenbach y anuncia el profesor de Confidencias: todos alcanzaran su ideal, pero en la muerte. Puesto que la pureza no es de este mundo, así como le explica el rey a su amigo: “Si quieres ser diferentes no te aceptaran jamás… hay que tener valor para aceptar la mediocridad”.