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Señales de Humo

Un rayo de luz

En los barrios altos de la comuna 3, donde los muros narran historias y el ritmo del rap retumba con fuerza, nace el nuevo videoclip de Talita Kumi Krew - TLK, producido por el colectivo audiovisual Señales de Humo.

La obra exterioriza la esencia de las gentes y las calles de la zona alta del nororiente de Medellín, destacando casas, callejones, paisajes, símbolos y escenas cotidianas que identifican los barrios populares.  

Cada toma tiene su fuerza propia y conecta profundamente a los artistas con su ser, haciendo visible cómo la música urbana nace de las calles y las transforma: desde el impacto simbólico del rayo que da nombre a la canción, las imágenes del cielo en movimiento, donde los colores crean una atmósfera como la cultura que los identifica, hasta las locaciones emblemáticas como el Teatro Talita Kumi, la UVA La Armonía, Montecarlo y calles que son referentes entrelazándose con la lírica y el flow de los MCs, en una propuesta estética que resalta la unión y la magia.

Las escenas protagonizadas por los raperos envuelven. La diversidad de sus estilos, la pasión que imprimen en cada verso y la autenticidad de sus interpretaciones muestran que el rap es filosofía, inspiración y corazón. Destaca especialmente los primeros planos de los rostros de los artistas y la poderosa imagen del grupo frente al graffiti de los ojos, un fondo que parece mirar directo al alma de la ciudad y de quienes la habitan.

El video permite un viaje a la Comuna 3 - Manrique desde abajo y en las alturas, con planos que adentran a quienes no conocen el lugar a sentirse parte. Un acercamiento real y visual a barrios llenos de talentos que el audiovisual y el rap retratan.

Rayo de Luz refleja el trabajo en equipo, que es lo más difícil, y la sinergia de un colectivo que entiende la música como un espacio para la construcción colectiva profundizando la ciudadanía cultural y las respuestas socioculturales de paz en los territorios. Las secuencias que muestran a los artistas compartiendo escenario y creatividad dejan claro que, en los barrios de la comuna 3, el Hip Hop es comunidad, cultura, resistencia y esperanza.

El mayor logro de este videoclip radica en su mensaje positivo. Rayo de Luz celebra los desafíos superados y las aspiraciones de jóvenes y hombres que, lejos de rendirse ante la adversidad, los conflictos, el armamentismo y el narcotráfico, encuentran en el arte una herramienta para luchar y narrar su historia. 

Dale play al video clip y conecta con el arte y la cultura Hip Hop que está iluminando las calles de las comunas.

Si quieres saber más sobre cómo se rodó, mira el detrás de cámaras.

El graffiti: La piel del Arte Urbano


Medellín, Viernes 8 de Noviembre de 2013

Hace unos días un cantante famoso decidió intentar lanzar su carrera como Graffitero en la ciudad de Bogotá. Pintó en la Calle 26, considerada tal vez la más importante de la capital, pero no lo hizo solo, fue acompañado por una escolta oficial, cerrado un carril y cubierto por los medios a nivel nacional. El país se indignó.

Meses antes otro joven local, no tan famoso, pero sí talentoso y con ganas de reivindicar su existencia en la ciudad hizo lo mismo en otro puente de Bogotá. La respuesta: asesinado y criminalizado. El país también se indignó.

Las pregunta que surgió:
¿A una estrella internacional se le cierra la calle más importante de la capital, y a un joven local se le asesina y criminaliza?

Por eso hoy en Medellín desde las 6pm estaremos diciéndole a la ciudad que los graffiteros, los artistas del graffiti, los artistas urbanos, los muralistas o como se quiera identificar cada uno, tenemos DERECHO A LA CIUDAD. Nuestras expresiones son tan válidas como las de cualquier estrella internacional.

No somos un solo proceso, ni una marca, esta toma no le pertenece a nadie. Nos pertenece a todos. A aquellos que siempre hemos pensado que una ciudad llena de color es mucho mejor que el gris pálido y sucio que para algunos representa el orden. 

Y no es en contra de nadie, es a favor de una ciudad que reconozca y respete el poder de una expresión, que para muchos se ha convertido en una opción de vida por todo el país. Por eso no estamos solos, Bogotá ya lo hizo, Cali, Manizales y San Juan de Pasto este fin de semana también se tomaran las calles, esas que son de todos.


Así que hoy nos vemos en EL DEPRIMIDO DE SAN JUAN AL FRENTE DE LA ALPUJARRA... Lleva tus latas!

La Fealdad de una urbe abstracta


Como “blasée” definió Simmel al  ciudadano  indiferente  ante lo que sucede a su alrededor, ese ciudadano para el cual le son indiferentes, la corrupción, el caos, la fealdad urbana, ciudadanos de una formación académica, empresarios, quienes consideran que referirse a problemas como el caos vial, la pérdida de las áreas verdes, o sea los problemas de la ciudad en que viven, le deben ser ajenos porque son propios de gentes vulgares. Este tipo de conducta, insensibilizada, desgraciadamente, ha  afectado a gran parte de aquella población que  padece cada día el deterioro de su calidad de vida, porque, además, la relación entre ciudadanía y gobierno de la ciudad, ha venido siendo sustituida por organizaciones politizadas, por instituciones de falsa representatividad, que disfrazan la realidad con una retórica claramente populista.

Que se engañe a los ciudadanos pavimentando chapuceramente unas vías, que se utilicen pésimos materiales en la construcción de puentes y sardineles, que se pierda el dinero de unos estoperoles luminosos que salvarían vidas en un cruce de vías, que se arruinen los jardines por falta de mantenimiento, es la indicación de la desidia burocrática pero también la prueba que se coloca a nuestra capacidad de reacción ética ante lo que constituye una corrupción. Cuando se protesta una y otra vez ante los funcionarios, sin encontrar respuesta, puede ser el comienzo de nuestra entrada en la apatía cívica, pero ante todo la certificación de que los funcionarios han abandonado el funcionamiento de la ciudad.

La tarea fundamental de una sociedad consiste en la construcción de una vida cotidiana hecha de confianza en los espacios para el diario transcurrir, para ese silencioso intercambio social que se produce en las calles, entre el bullicio de las distintas actividades, entre la infinidad de voces, la bulla de las conversaciones en cafeterías, restaurantes, los ecos vivos y cambiantes que se constituirán con el paso del tiempo en nuestro gran patrimonio intangible porque lo que certifica que la ciudad  vive no son los altos y mudos edificios que son la negación de lo urbano sino, como recuerda Castells, la vida de las calles, el tejido social. O sea los lugares donde aún persiste la virtud de la solidaridad, la capacidad de bautizar los lugares con nombres surgidos del afecto y no de nomenclaturas abstractas. Porque estoy hablando de virtudes humanas que no han desaparecido pero que son agredidas permanentemente por los planificadores de una ciudad abstracta, que, es la conclusión a la que podemos llegar hoy en Medellín.

¿De qué modelo de ciudad pueden hablar los antropólogos foucolianos, los semánticos, los supuestos imitadores de ese fracaso urbanístico que es Barcelona?  La otra ciudad que ha sido ignorada, estigmatizada, reducida a una estampa de sicarios de telenovela, la ciudad construida con tipologías surgidas de usos y costumbres propias y no de patrones abstractos, esa ciudad de calles y vecinos merece un close-up que nos permita reconocer que sigue viva y es un modelo de ciudad que hay que defender. ¿De qué modelo de ciudad hablamos, disfrazando los efectos nocivos de un POT planteado solamente bajo un concepto especulativo o sea desconocedor de estas realidades sociales, de estas virtudes urbanas, desconocidas por Planes Parciales manipulados por  “especialistas” que sólo justificaban la densificación para destruir el tejido urbano? Si no hay un pensamiento que parta de considerar que la ciudad no es una empresa comercial que debe ser manejada por ejecutivos, sino, un proyecto para la vida ciudadana  plural, incluyente, metropolitana, y, que la tarea del funcionario público consiste en defender  los derechos del ciudadano de la voracidad de la especulación, recordando que las obras públicas no son cuantiosos contratos a veinte años sino soluciones racionalmente planteadas para el futuro inmediato, si no contamos con un modelo de ciudad para los ciudadanos, entonces creo que debemos rezar para que Batman regrese a Ciudad Gótica y nos saque de esta oscuridad.