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Cultura Punk en Medellín

Simposio Resistencia, Música y Punk

!Hazlo local, Hazlo propio, Hazlo Tu Mismx!

Afiche de invitación a las Jornadas https://www.instagram.com/jornadasantropologiaudea/
El 1 de agosto de 2025, los pasillos y escalas del Museo Universitario de la Universidad de Antioquia se llenaron de reflexiones profundas durante las VIII Jornadas de Antropología, un evento organizado con dedicación y pasión por los estudiantes de la carrera. En esta ocasión, el protagonismo lo tuvo un tema que pocas veces encuentra espacios académicos para ser explorado con la seriedad que merece: la cultura punk y su papel como forma de resistencia urbana.

Programación detallada Simposio Punk. 1 de agosto de 2025.
El simposio "Resistencia, Música y Punk" abrió una ventana hacia las subculturas urbanas de Medellín y el Valle de Aburrá, demostrando que la antropología, la comunicación, la historia y los estudios culturales tienen mucho que decir sobre los movimientos contraculturales que han marcado la identidad local. 

La jornada comenzó con la socialización de la apuesta transmedia Hazlo Tu Mismx y la conferencia "Punkeros a Mucho Honor. Diversidad en las Identidades de la Escena Punk de Medellín y el Valle de Aburrá desde 1980 hasta 2019", presentada por Víctor Hugo Jiménez Durango y Ricardo Gómez Echeverri, quienes ofrecieron un recorrido por cuatro décadas, divididas en seis periodos.

Estas presentaciones iniciales establecieron el tono perfecto para lo que vendría después: una serie de ponencias que exploraron desde múltiples ángulos la complejidad de las identidades punk y su relación con otros fenómenos culturales de la ciudad.

Gonzalo Robledo tomó la palabra con "¡Muy Punk!", una intervención en la que se analiza hasta donde se estira este concepto dentro de las narrativas comunicativas. Luego, Raúl Fernando Pérez, expone su artículo "Ciudad, Música y Barrismo: Las Identidades Barristas entre el Punk y el Vallenato", dando a conocer las conexiones inesperadas entre dos universos musicales aparentemente opuestos, demostrando cómo las identidades urbanas se construyen a partir de múltiples referentes sonoros.

La tensión entre resistencia y mercado, esa eterna pregunta que persigue a todos los movimientos contraculturales, encontró su espacio en la ponencia de Luis Fernando Arango: "Industria Cultural: la tensión entre la contracultura punk y el mercado". Un tema que resuena especialmente en tiempos donde las plataformas digitales han transformado radicalmente la forma en que se produce, distribuye y consume la música alternativa. 

Yirlean Carlos Rodríguez nos llevó hasta Moravia con "Identidades Sociomusicales - Moravia - Morticans - Memoria barrial", una exploración que conecta la música punk con la construcción de memoria colectiva en uno de los barrios más emblemáticos de Medellín. Su trabajo evidencia cómo las expresiones musicales se convierten en refugio, trinchera, vehículos de resistencia y preservación de la identidad barrial. Escucha el capítulo del podcast La rabia hecha música donde el investigador ahonda más el tema, clic aquí

Los Morticans. Gallada punk de Moravia. Concierto de Buenos Aires 1986. Reproducción de la presentación de la ponencia de Yirlean Rodríguez. 

Por su parte, Valentina Vasco amplió la perspectiva hacia el ámbito audiovisual con "Modos de representación de la subcultura punk en el Cine Colombiano", una ponencia que examina cómo el séptimo arte ha retratado (o quizás estereotipado) las culturas punk en nuestro país desde Rodrigo D No Futuro, Los Nadie y Fósforos mojados. Lee el artículo del que sale esta ponencia en la revista Canaguaro dando clic aquí

David Cardona Sánchez cerró el ciclo de ponencias con "Entre las páginas del Fanzine: Potencialidades y dificultades investigativas del formato", una reflexión metodológica sobre uno de los objetos más propios del punk y otras narrativas al margen: las publicaciones independientes que funcionan como archivo, manifiesto y red de comunicación alternativa.

Sesión de debate y preguntas sobre las ponencias presentadas. Fotografía: Víctor Jiménez. 2025.

Lo que estas VIII Jornadas lograron fue trascender los estereotipos superficiales sobre el punk para adentrarse en sus dimensiones históricas, antropológicas, sociológicas y comunicativas en lo local y lo global. La sesión de discusión que cerró el evento permitió que tanto ponentes como asistentes intercambiaran perspectivas sobre temas que van desde la construcción de identidades juveniles hasta las transformaciones urbanas de Medellín en las últimas décadas.

Las VIII Jornadas de Antropología de la Universidad de Antioquia nos recordaron que la cultura punk, además de ser actitud, ruido y rebeldía, constituye un fenómeno social complejo que merece ser estudiado desde las calles y las universidades de manera colaborativa.

Cultura Punk en Medellín

Punk y Bicicleta Vol2. Un llamado a la rebeldía 

Esto no fue solo un evento; fue una declaración. Nos tomamos las calles de Medellín como solo nosotros sabemos hacerlo: en dos ruedas y con la rebeldía a tope. Imaginen la escena: una manada de ciclistas, con el espíritu punk tatuado en el alma, rodando por la ciudad. No era una carrera, era una ciclo-marcha de pura contracultura.

Tres paradas a lo largo del recorrido, y en cada una, la ciudad explotaba con un concierto en vivo. Fue la banda sonora perfecta para una jornada de libertad, de independencia y de un "Hazlo Tú Mismx" llevado al extremo. Cada pedalazo, cada nota distorsionada, era un grito contra la monotonía, una oda a la diversidad que nos une y un recordatorio de que la verdadera rebeldía se pedalea y se grita.

Este documental captura esa energía, esa conexión cruda entre la simplicidad de la bicicleta y la fuerza del punk. Es la prueba de que no necesitamos grandes cosas para generar un cambio o para vivir a nuestra manera. Solo dos ruedas, un buen pedal y un par de acordes bien distorsionados.

¡Prepárense para sentir de nuevo esa adrenalina! Esto es Punk y Bicicleta Vol. 2. Esto es Medellín. Esto es rebeldía pura.

Cultura Punk en Medellín

 Autogestión, solidaridad y re-existencia

El punk ha sido históricamente una expresión de re-existencia, construyendo comunidades al margen de la industria cultural.


Un grupo de artistas, activistas, investigadores y punks denominado Calletropía, de la ciudad de Medellín, fue seleccionado como ganador de la convocatoria estímulos para la divulgación a través de narrativas transmedia del Instituto Colombiano de Antropología e Historia – ICANH con su proyecto Hazlo Tú Mismx.

Las primeras bandas. El grupo Peste, de la zona noroccidental, aproximadamente en 1986-1987, fotógrafo sin identificar. Archivo de Faber López Amariles.

La tesis Kaos en el sótano: Génesis y estructura de la escena Punk Medallo (1985-2018) escrita por Ricardo Gómez traza esta evolución, pero su impacto no debe limitarse al ámbito académico, por eso, Hazlo Tú Mismx: Economía Punk Medellín, busca traducir sus hallazgos a formatos accesibles y participativos a través de estrategias multiformato.

Pogos solo de mujeres. Concierto de Hardcore en una cancha en el barrio Toscana, cerca a la Feria de Ganado. Aproximadamente 1992. Fotógrafo desconocido. Archivo de Piedad Castro.

Para ello,  se están desarrollando contenidos gráficos, escritos y audiovisuales que reflejen la evolución del punk en Medellín y su economía popular. Aquí encontraremos artículos sobre autogestión y producción cultural, galerías fotográficaspublicaciones editorialeslistados de canciones que contextualizan cada período histórico, podcast y una miniserie documental.

Réquiem tocando en el Teatro al aire libre Carlos Vieco en el Pueblito Paisa. Aproximadamente 1996.  Fotógrafo desconocido. Archivo de Faber López Amariles.

Los seriados radiofónicos y audiovisuales serán los encargados de dar voz a protagonistas con entrevistas que nos acercarán a  historias de sus vivencias. Los archivos sonoros e imágenes reconstruirán la memoria del movimiento, activando la colección de materiales construida en el trabajo de campo de la tesis.

Anarkopunks en el ntimili Sonoro. Parque Obrero de Bostón. 2001. Fotógrafo desconocido. Archivo de la colección de Juan Fernando Subero.

Todo esto lo encontrarás en una página web que funcionará como plataforma digital, permitiendo explorar los seis períodos del punk en Medellín en clave de economías populares alternativas y memorias subterráneas. Este espacio también incluirá un diccionario punk colaborativo y un juego sobre economía autogestionada como formas de interactividad con los usuarios.

El bar y las casas como espacios subversos. Concierto de despedida del bar Infuso con las agrupaciones Los Restos, LoKeKeda, Rencore y otros. 30 de agosto de 2008. Fotógrafo y archivo de Juan Fernando Subero.

A través de estas estrategias narrativas, repositorio digital y encuentros presenciales, este proceso busca democratizar el acceso al conocimiento y fortalecer la memoria colectiva del punk como una cultura de re-existencia. Desde la escritura y la producción audiovisual hasta la interactividad y el juego, cada componente está diseñado para mantener vivo el espíritu del Hazlo Tú Mismx y seguir construyendo historia desde la autogestión, el apoyo mutuo, el trabajo colaborativo y la solidaridad.

Parche punk popular.  Rosita y Los Nefastos en concierto.  Toque organizado por la Alkaldía Punk en Barnaby Jones en Envigado. También tocaron Porcesx, LoKeKeda, PNE y Desastre Capital. 29 de julio de 2014.  Fotógrafo y archivo de Juan Fernando Subero.

Consulta la presentación completa aquí




Cultura Punk en Medellín

 Rock barrial. Memoria viva

Volante de convocatoria. Foto tomada por Amado Lopera. Profesor en aquella época del LNMFS

En el barrio Florencia, en la zona noroccidental de Medellín, las esquinas reflejan aquellos años en que la juventud encontraba en el rock una forma de decir lo que no se podía callar. Eran los primeros años de los 80, cuando los bailes en casas como la de Lety o El Cejas reunían a decenas de jóvenes sedientos de música, libertad y comunidad. A estos encuentros los llamaban “los sollis”, fiestas de barrio donde sonaban los vinilos y se tejían las primeras redes de lo que se convertiría en una escena musical con alma y formas de hacer propias.

Parche Las Palmas en el barrio Florencia. Año 1983. Fotografía tomada por  Julián el del 12,  facilitada por John de la Calle.

Hoy, por esa energía que se ha vuelto una cultura, se prepara un conversatorio que quiere revivir ese espíritu rebelde, crítico y transformador del rock barrial. El encuentro pondrá el foco en cómo esta música fue mucho más que un género: fue un detonante de cambios profundos en las dinámicas sociales, familiares, culturales y, sobre todo, juveniles de Medellín en los años 80.

Las personas invitadas partirán del Parche de Las Palmas, en el barrio Florencia, un lugar emblemático donde confluían jóvenes de toda la zona noroccidental, provenientes de sectores como Castilla, Doce de Octubre, Pedregal, Las Brisas y Bello. Allí, en esos parches, nacía una forma de vivir y sentir el mundo que rompía con lo establecido y sembraba nuevas maneras de habitar el barrio.

El conversatorio será moderado y contará con invitados clave, testigos presenciales de esa época efervescente. Voces que vivieron de cerca los conciertos clandestinos, las batallas con los prejuicios sociales, las tensiones familiares por la pinta o por los gustos musicales, y también las amistades que nacían entre acordes y sueños eléctricos.

El evento se enriquecerá con un performance y lecturas de crónicas, relatos, poesía y semblanzas escritas sobre el movimiento rockero popular de Medellín. También se compartirán fotografías, videos caseros y piezas musicales que marcaron una época, construyendo una atmósfera donde el archivo se convierte en testimonio vivo, y donde la historia se narra desde la emoción y la experiencia directa.

Parche Las Palmas en el barrio Florencia. Año 1983. Fotografía facilitada por John de la Calle, sin identificar autor.

Porque el rock, en esta ciudad es archivo afectivo, escuela de pensamiento y lenguaje propio. Un refugio para quienes no encajaban en los moldes dominantes y una plataforma para decir, sin miedo, lo que se siente en las entrañas:

 “Fuimos jóvenes con el alma gritando en guitarras eléctricas. Éramos rebeldes, sí, pero también buscadores. Este espacio es para honrar ese pasado, mirar las heridas que dejó, y agradecer lo que transformamos”.

Desde el proyecto Hazlo Tú Mismx nos programamos para asistir a este acontecimiento. Porque hay memorias que merecen prevalecer, hacerles vivas, para seguir re-existiendo, distorsionando, caminando y cantando.

Las del combo de Las Palmas. El día de las madres rockeras 2023. Fotografía tomada por Fredy Builes facilitada por John de la Calle.

Cultura Punk en Medellín

Las vidas fuera de la ficción

Rodaje de Rodrigo D. Ramiro Meneses (actor) y El Chiqui Juan Guillermo Arredondo Uribe (Asistente de dirección). Fotografía Hernando Tejada. Década de 1980. Cortesía Tatiana Tejada.
Hace 35 años se estrenó Rodrigo D No Futuro, una película que no solo marcó un antes y un después en el cine colombiano, sino que dejó tatuada en la memoria una época cruda, inquietante y dolorosamente real. Hoy, tres décadas y media después, llega a Medellín una exposición que nos invita a volver a mirar, pero desde otro lente: el de la cámara fotográfica de Hernando Tejada Ángel, microfonista del rodaje y testigo silencioso de lo que ocurrió tras bambalinas.

“No Futuro” es una muestra fotográfica que se instala durante un mes en la Casa Betsabé del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, la cual se conoce como la Casa Zea, en todo el centro de la ciudad, en la comuna 10 La Candelaria de Medellín. Un proyecto posible gracias al trabajo de la comunicadora Tatiana Tejada Sánchez, quien ha resguardado con afecto el archivo personal de su padre, Hernando, y hoy lo comparte con la ciudad.

Son 20 fotografías en blanco y negro que nos devuelven al Medellín de finales de los 80, ese Medellín punk, desbordado, rebelde y profundamente herido. No son imágenes de ficción: son fragmentos de una realidad que se filtraba por las rendijas del cine. Rostros jóvenes, miradas duras, cuerpos que ensayan la resistencia en medio del caos. Hernando Tejada capturó ese “otro lado” del rodaje, que no se proyectó en salas, pero que hoy cobra nueva vida como documento, como pregunta, como espejo.

La muestra fue concebida como un homenaje. A las vidas reales detrás del mito que crean las pantallas y la ficción. A quienes nunca pisaron una alfombra roja, pero tejieron con su presencia una historia de barrio, de música, de re-existencia, que indiscutiblemente es una cultura  con marca creativa  en todo el Valle de Aburrá. 

La inauguración será el viernes 18 de julio a las 5:00 p.m. y promete ser una experiencia cargada de memoria y sonido. El Tour del Vinilo de HagalaU pondrá a girar los clásicos del punk en acetato, y luego se abrirá una charla potente entre Caliche (Los Desadaptadoz), Patricia Valencia (investigadora del punk) y Gio Rendón (Realizador audiovisual e integrante de P-NE), todos conectados íntimamente con la película y su legado.

“No Futuro” ya pasó por Cali y Bogotá, abriendo espacios para conversar sobre cine, punk, resistencia y la Colombia de los años 80. Ahora, por fin llega a Medellín, ciudad protagonista de la historia y del archivo, con la intención de provocar, incomodar, activar y conectar más que hacer llamados a la nostalgia.

Desde el proyeycto Hazlo Tú Mismx saludamos y nos sumamos a todas estas iniciativas para hacer memoria juntxs.

Para saber más, consulta el comunicado de prensa dando clic aquí

Cultura Punk en Medellín

 Kaos en el sótano

Desde sus inicios, el punk ha sido una expresión de resistencia, autogestión y construcción de comunidades al margen de los circuitos convencionales de la industria cultural y económica. Lxs punks de la ciudad crearon espacios de resistencia cultural en medio de la violencia, transformando la rabia social en expresión artística radical.

Para transmitir la riqueza de la escena punk de Medellín, desde el mes de julio de 2025 llegamos con 𝙃𝙖𝙯𝙡𝙤 𝙏𝙪 𝙈𝙞𝙨𝙢𝙓. 𝙀𝙘𝙤𝙣𝙤𝙢𝙞𝙖 𝙋𝙪𝙣𝙠 𝙈𝙚𝙙𝙚𝙡𝙡𝙞𝙣. Un proceso y espacio web donde tendremos la oportunidad de navegar por distintos formatos que hemos preparado para dar a conocer la “evolución” de la escena.

A través de escritos, fotografías, testimonios, videos, músicas y archivo se exponen huellas y narrativas de esta cultura local, traduciendo los hallazgos de la tesis doctoral Kaos en el sótano de Ricardo Gómez a formatos accesibles y participativos a través de estrategias multiformato.

Síguenos, conoce el proyecto e interactúa. La propuesta es compartir y ser activxs en este cuento. ¡𝙃𝙖𝙜𝙖𝙢𝙤𝙨 𝙢𝙚𝙢𝙤𝙧𝙞𝙖!

Para más información escríbenos al correo: callejonesciudadpodrida@gmail.com 

Búscanos en redes: @callejonesciudadpodrida








Cultura Punk en Medellín

 PUNK Y BICICLETA 


El 25 de mayo, en las partes planas de una ciudad de laderas, se celebró la segunda edición de la PunkyBicicleta, un encuentro que mezcló conciertos de punk, rodada urbana y memoria contracultural. Más allá de un evento musical o una ciclada colectiva, la PunkyBicicleta se consolida como una apuesta política y afectiva donde la bicicleta y el punk se abrazan como formas de re-existencia.


Organizado por individualidades y colectivos culturales independientes, acompañados por marcas alternativas como @lagrolleria, @elcafe_andariegx, entre otros, el evento logró convocar tanto a jóvenes de nuevas generaciones como a viejos punks de los años ochenta y noventa. El recorrido incluyó paradas emblemáticas en el centro cultural y bar El Hormiguero, en una casa de familia de unos de los integrantes de las bandas, en Cristo Rey (Guayabal) y en un bar en el barrio Laureles, combinando el sonido de las guitarras con los cambios de marcha y los semáforos en rojo.


Durante la jornada también se desarrolló el rodaje de un documental por CamiloInmotion y un cortometraje documental a cargo del colectivo ConspiracciónRec, que busca capturar los cruces entre estética punk y prácticas culturales alternativas. La cámara rodó al ritmo del pedaleo, registrando la acción colectiva y el sentido íntimo que muchos asistentes le atribuyen a esta experiencia.


En el artículo “DEL POGO AL PEDAL: CRÓNICADE UN VIEJO PUNK”, Jaime Sáenz, quien participó del parche afirma “La bicicleta me salvó del suicidio”. Como veterano de la escena punk local, el evento representó una celebración, y una forma de reconciliar su historia con un presente activo y sobrio. Lejos de los estereotipos del punk como nihilismo, la PunkyBicicleta muestra otra cara: la de la solidaridad, el cuidado mutuo, la autogestión y el disfrute sin excesos.

El evento rindió homenaje a una estética sonora y callejera, y propone una forma alternativa de ocupar el espacio público. La ruta, funcionó como símbolo de esa rebeldía sin centro ni jerarquía: rodar, perderse, encontrarse y continuar.

Así, entre pogos suaves, casetes simbólicos, canastas con libros, ciclas viejas y crestas nuevas, la Punk y Bicicleta volvió a demostrar que Medellín tiene en sus márgenes un corazón que no deja de latir, ni de pedalear. Desde el proyecto Hazlo Tú Mismx, esperamos la tercera rodada.

Primera estación de la Punkyrodada. Pogo en El Hormiguero. Avenida La Playa. Fotografía Víctor Jiménez. 25 de mayo de 2025.

Cultura Punk en Medellín

40 años de estruendo: La Batalla de las Bandas entre mito, caos y fundación sonora

La Batalla de las bandas. Fotografía de Juan Fernando Trujillo Barrientos "El Flako", en https://la5metalextrema.com

Los años ochenta fueron para Colombia tiempos particularmente violentos por cuenta de la reaparición y crecimiento de actores armados, motivados en gran parte por la consolidación del narcotráfico. En Medellín la música se convirtió en la única posibilidad de expresarse para una gran cantidad de jóvenes y la ciudad sería testigo de estas expresiones en el concierto más memorable  de  toda  la  década,  no  solo  por  las  bandas  participantes,  sino  por  los  sucesos  allí  ocurridos: “La Batalla de las Bandas” (Aragonés, 2020).

Collage tomado del artículo de Juan Diego Parra El día que Medellín conoció a Medallo: a 40 años de LaBatalla de las Bandas. Revista Generación, El Colombiano.

La Batalla de las Bandas, celebrada en la Plaza de Toros La Macarena, fue un evento organizado por la disquera JIV Limitada y promovido junto a Veracruz Estéreo y el periódico El Mundo, que reunió ocho bandas locales. Estas se dividían en categorías “novatos” y “experimentados”, y también entre “populares” y “burgueses”, lo que evidenciaba una fuerte carga simbólica y territorial en el evento. Las 8 bandas que participaron en el cartel fueron:

  • Spol
  • Glöster Gladiattor
  • Danger
  • Mierda
  • Parabellum
  • Excalibur
  • Lasser
  • Kraken

En el toque de estas agrupaciones, cuando Lasse estaba en la tarima el caos interrumpió todo: insultos cruzados, sabotajes escénicos, lanzamiento de objetos y una batalla campal entre público y policía. Medellín conoció, ese día a Medallo, su propia grieta sonora.

Por muchos es recordada como una jornada de violencia, pero para otros, fue un ritual iniciático donde emergió el Metal Medallo como expresión cruda de una juventud sin voz.  Ahora, cuatro décadas después, en la conmemoración realizada en la House of Demon, algunos de sus protagonistas decidieron romper el silencio y desmitificar sus recuerdos. 

En el homenaje organizado por Román González y Juan Diego Parra, con figuras clave como Edilberto Patiño (Glöster Gladiator), Carlos Acosta (ex-manager de Kraken) y Jairo Álvarez (JIV Limitada), se revelaron verdades incómodas, que se recogen en el artículo "La Batalla de las Bandas – Desmitificaciones 40 años después"

Mito Verdad revelada
Codiscos grabaría un sencillo al grupo ganador. Nunca existió un acuerdo con Codiscos. La grabación no se realizó por el caos. (Jairo Álvarez)
Kraken ganó por participar. Kraken grabó su sencillo por gestión propia, con firmas de compradores como garantía. (Carlos Acosta)
Veracruz Estéreo apoyaba el metal local. Solo vendían espacios a JIV; no hubo apoyo real al movimiento. (Álvarez y Acosta)


En esta conmemoración también se presentó el documental de Parra y González e imágenes inéditas halladas en el archivo de Iris Producciones, recuperadas por el Archivo Fotográfico de la Universidad Nacional. Esta restauración es una joya, ya que solo existía un clip borroso de Parabellum, teniendo la oportunidad de reinterpretar este gran acontecimiento desde las imágenes en movimiento. Para ver la grabación del evento, consultar "40 años Batalla de las Bandas Quién ganó el prensaje del disco" en  https://youtu.be/lPyCc482cCc 

Aunque inicialmente estigmatizada, esta escena consolidó una contracultura: bandas como Parabellum, Reencarnación y Masacre comenzaron a generar influencia internacional—al punto de inspirar a proyectos tan distantes como el black metal noruego. La Batalla marcó un parteaguas: evidenció la división entre punk y metal, reforzó valores de auto‑gestión juvenil ("hazlo tú mismo"), y legitimó el metal extremo como manifestación cultural y social.

Desde el proyecto Hazlo Tu Mismx consideramos que la Batalla de las Bandas inauguró un archivo sonoro de la rabia y el descontento ante la guerra, el armamentismo y la muerte en Medellín. Sin saberlo, fundaron un patrimonio incómodo, frecuencias, sonoridades e identidades propias, que perduran por su acogida y capacidad de transformación desde lo propio.

Se han realizado muchas investigaciones sobre este acontecimiento, el metal, el rock y el punk de Medellín. Compartimos algunas referencias que encontramos para hacer este reconocimiento:

Aragonés Herrera, J. D. (2020, 1 diciembre). “La Batalla de las Bandas”: una aproximación a la juventud y el Metal, en Medellín de los años ochenta. (2020). Revista Grafía, 17(2), 11-39. https://revistas.fuac.edu.co/index.php/grafia/article/view/345

KAOS EN EL SÓTANO. (2025, 25 marzo). «El Legado de la Batalla de las Bandas: 40 Años de Historia Musical en Medellín» [Vídeo]. YouTube. https://youtu.be/-bRA1aunxHs

Chivita Londoño, M. J. (2025, 18 marzo). Así fue La Batalla de las Bandas, el hito del rock paisa que en 2025 cumple 40 años. El Colombianohttps://www.elcolombiano.com/cultura/musica/batalla-de-las-bandas-en-medellin-rock-40-anos-GE26883207

El Santuario del Rock. (2025, 20 marzo). Medellín celebra 40 años de Ultra Metal: el sonido brutal que marcó la historia del metal extremo en Colombia. https://www.elsantuariodelrock.com/blog/2025/03/ultra-metal-medellin-historia-metal-en-colombia/

Hincapié, F. (2017, febrero). La batalla de las bandas. Universo Centro. https://www.universocentro.com/NUMERO83/Labatalladelasbandas.aspx

La Brigada de Acero. (2025, 25 marzo). 40 años Batalla de las Bandas Quién ganó el prensaje del disco [Vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=lPyCc482cCc

Montoya Vergara, J.  (2025).  Rock, juventud y violencia en Medellín, 1985 - 1990.    Universidad de Antioquia.  https://hdl.handle.net/10495/46079

Parra, J.D. (2024, 21 enero). Medellín con M de Metal. Universo Centro. https://universocentro.com.co/2023/12/16/medellin-con-m-de-metal/

Parra, J. D. (2025, 19 mayo). El día que Medellín conoció a Medallo: a 40 años de La Batalla de las Bandas. El Colombiano. https://www.elcolombiano.com/generacion/edicion-del-mes/el-dia-que-medellin-conocio-a-medallo-a-40-anos-de-la-batalla-de-las-bandas-FC27436571

Cultura Punk en Medellín

      

El punk no es un fenómeno del pasado, es una cultura viva, con una escena que ha construido circuitos y practicas sociales, musicales y comunitarias que están basados en la solidaridad y el intercambio. A eso es lo que llamamos cultura Hazlo tu mismo. Y a esto es a lo que definimos como Identidades Punkeras. Una investigación que busca desde la memoria generar un proceso de reconocimiento y de visibilidad a los procesos que durante las ultimas cuatro décadas han marcado una forma de ver, sentir e interpretar el mundo que habitamos. Una investigación en cabeza de Ricardo Gómez y Victor Jiménez, quienes se aventuran a narrar estas realidades y a darles un lugar en la historia cultural de nuestra ciudad. 

La década del 80 nos trajo una movida que se entreteje entre galladas y construye una cultura del hazlo tu mismx. El comienzo de un camino donde la música, las formas de vivir y afrontar la realidad, dan vida al punk de Medellín. Conoce más sobre el paso de los años en el punk, que hasta hoy ha marcado la vida de muchas personas.


Los amados y recordados 90.  El punk crece en la ciudad, circula por escenarios violentos, la música se convierte en el escape para muchxs, que hicieron del punk una forma de vida. Una sonido que se masifica en esa década a nivel global, y que en Medellín se reencuentra con la radio y los medios.


En la década del 2000. Identidades punkeras críticas y analíticas se replantea su horizonte, y el concepto que tienen de sí mismxs. La escena anarcopunk hace ejercicios de pensamiento y acción colectiva, y circula nueva música, con más exponentes que ratifican el punk como opción de vida.


En el 2010 aparecen más lenguajes para expresar la cultura Hazlo tu mismx. Hay interacción entre parches  punk, movimientos sociales y educación popular. Conoce más de ésta y otras tres décadas de memoria rockera en Identidades Punkeras, una investigación transmedia que resalta cultura, música y territorio punk en Medellín, realizada por el grupo Calletropía.

Cultura Punk en Medellín

Callejones de la Ciudad Podrida

Un recorrido por la memoria viva de la escena punk en Medallo y la región del Valle de Aburra... los contextos locales, nacionales y globales en los que se ha desarrollado. Nuestra voz, construyendo nuestra memoria.

En la segunda temporada, el medio de comunicación acoge a la investigación cultural transmedia Identidades Punkeras, la cual busca sistematizar los relatos y discursos encontrados en el proceso por medio de un artículo científico, una publicación artística no periódica y un podcast, como narrativas contemporáneas que usan de fuente documental (archivo) las entrevistas (historias y memorias protagonistas), las letras de las canciones y las publicaciones locales sobre las prácticas de ser y hacer cultura.

Cuatro décadas del punk de Medellín y el Valle de Aburrá, en un solo espacio reivindicando la oralidad y los universos sonoros. En un diálogo donde se reconocen los pasos dados, visibilizamos a lxs protagonistas, quienes desde sus canciones, pensamientos, reacciones, nutren la memoria de una escena.

Una estética, unos sonidos, unos lenguajes se expresan en Identidades Punkeras gracias a El Covis, Carolina Montoya, Esteban Marín, César Renkore, El Barbas, Mauricio Mejía "El Cabe", Patricia Arenas, Jose Juan Posada, Piedad Castro, Luz Adriana Rave, Analú Laferal, Biviana Acevedo, Catalina Duque, Sebastián Alarcón, Mauricio Durango, Jaime Zabala, Ricardo Gómez "Vito" y Víctor Jiménez por hacer parte de nuestra historia.


Escucha sus voces en los programas, disfruta de las canciones en las listas de reproducción asociadas a cada episodio, es una forma de enterarte de los resultados de la investigación Identidades Punkeras. Cultura música y territorios de la escena punk en Medellín y el Valle de Aburrá.

Participa en la socialización de cierre del proyecto el 20 de noviembre desde las 6 p. m .en Ciudad Frecuencia, se entregará gratuitamente a los asistentes la publicación Pogo.


Episodio 1. Identidades Punkeras en cuestión



Episodio 2. Punk de barrio y galladas


 
Episodio 3. Del barrio a la ciudad



Episodio 4: Dos vertientes, Hazlo Tú Mismo y Profesionalización


 
Episodio 5. Queer Medallo
 

Cultura Punk en Medellín




El Grupo Calletropía. Calles, diálogos, investigación, músicas y transmedia, conformado por Ricardo Gómez y Víctor Jiménez es una apuesta de artistas e investigadores interesados en enlazar las estéticas, memorias y prácticas locales en situaciones límite. Tiene un horizonte de interdisciplinariedad, historia oral, sistematización de experiencias y construcción de narrativas del universo Punk a nivel glocal (global y local).

Fueron invitados a participar como ponentes en el Seminario, en el que presentaron los avances del proyecto académico y comunicativo en clave de corporalidades, representaciones y territorios. Sigue el enlace, mira la última presentación (01:32:00)

Culturas Musicales Callejeras


Músicas: Mixturas Urbanas. Voces, Ruidos y Sonidos


Algunos de los participantes del Diplomado en Culturas Musicales Callejeras.  Diciembre 2011. Fotografía: Tito Gómez.
Dedicado a Claudia, Juanchu, Riggaz, Diana, Lyon, Alcizar, Vito, Esteban, Juan Pablo, José Manuel, Giovany, Angélica, Titto, Juan Fernando, Medina y Clavijo.

En las músicas se conjugan diversas manifestaciones políticas, teóricas, performativas y recreativas de las formas del ser y hacer huellas, trazos, in-imágenes, símbolos, signos y marcas en los centros urbanos; el lenguaje y la estética musical como unas prácticas de vida situada en la calle, la esquina y el asfalto conduce a transformaciones concretas de las actitudes personales, de grupo y de la sociedad que generan cambios en los referentes, representaciones y sonidos.

Nos parece vital que se difundan los sonidos como forma de asir, de saber y de cultura, las palabras en cadencia a través de la música, acompañado de un mensaje consiente –que busca el estilo propio- y que se expresa en él y frente al contexto del cual nace su opción musical, artística, plástica, estética o política.

Por ello, la lírica en ensayo sonoro de este escrito para el ruido de fondo de la voz alta dentro del sonido contaminado, urbano, lleno de humo, azares y espontaneidad que se sigue a continuación, hace un viaje por -algunos de los lugares- los aprendizajes, saberes y prácticas puestas en situación en el proceso y espacio -del diplomado- de las culturas musicales callejeras, a la luz de traer las voces en apuntes del contexto local de las agrupaciones, cantantes, gestores culturales, activistas y colectivos vinculados desde la música como proyecto, forma, fondo, propuesta, mensaje y alternativa de exteriorizar lo que pasa en sus barrios, calles y ciudad; con la intención de ir cotejándolo con el pensamiento crítico reflexivo individual en la búsqueda de producir conocimiento práctico desde las triadas comunicacionales, en colectivo y desde la lógica de la recepción.


En este recorrido se trata de hacer emerger voces, entender sus cuentos, mirar para donde va el ámbito y la episteme musical local y escuchar para acercarse o alejarse como investigador y activista de lo que hoy son las prácticas de dichas comunidades que se han constituido de las experiencias urbanas que son atravesadas por el sonido, es decir; la interrogación a la que buscamos respuesta se pregunta por el que tan cooptadas están estas experiencias y subjetividades en un mundo urbano de la ciudad servicios, y la industria cultural, que tan organizadas y cuales pensamientos más allá de un simple momento de la vida se visibilizan en las discusiones, recuerdos, problemas y conversaciones con las y los compañeros que participamos del diplomado.

Expresiones del Barrio. Leonardo Jiménez. Octubre de 2011.
Partimos de una gran colectividad urbana, que habita en general en los barrios de la ciudad de Medellín y otras ciudades en su rededor interconectadas en el modelo de ciudad regional. En espacial, en especial las y los jóvenes se articulan en grupos y unidades más pequeñas de relación con una visión estetizante de la vida que se hace día a día en las comunidades de sentido que re-significan y re-crean las músicas extranjeras, del afuera que son apropiadas en lo local como articulación de grupos de afinidad como preguntas por lo propio y lo autónomo.

Así se demuestra que las y los jóvenes están construyendo formas de encontrarse que crucen sus gustos y afinidades políticas, sin estar separados de un sujeto constructor de una sociedad diferente, o lo que normalmente denomina un sujeto político. Algo así como música coherencia y apuesta política. En la realización musical se conjugan los sonidos, los colores que produce, la imagen del ambiente y una apuesta –política-, es decir, una re-dimensión lo público desde el cuerpo, las nuevas redes, medios y canales de información, por los cuales las y los jóvenes reafirmamos lo apropiado o reprochamos de lo foráneo desde nuestros gustos, nuestro pensamiento ideológico y las ideas “innovadoras”.


Las músicas y sus culturas asociadas que escuchamos y hacemos hoy son ante todo espaciales y visuales ya que tienen que ver con el sujeto, lo que hay en él y pasa por él, el efecto y las consecuencias de la música en las manifestaciones colectivas que nos van definiendo, encontrando en este universo de pensar y hacer una plenitud y proyectos de vida críticos al sistema, al estado, a la alienación, a la homogenización e idealización en prototipos de cuerpos y comportamientos objetos y mercancías.

Grupo 1. Diplomado Culturas Musicales Callejeras
Lo paradójico es que en esta área urbana regional en donde interactúan y se relacionan no hay un reconocimiento y respeto por las culturas musicales callejeras que tienen escenas o movidas “tradicionales” entre ellas, hay una tolerancia que se disimula bajo el sofisma de la diferencia y la diversidad, de bocas para afuera, y tampoco las tribus, familias, comunidades culturales urbanas en gestación o subterráneas son tenidas en cuenta. Para obtener un lugar, voz, voto, opinión cada proceso, grupo, colectivo debe recorrer su camino. No hay una relación directa e intencionada de unos procesos musicales integrales, auto gestionados, con trabajo en metodologías de redes y saber colectivo que no sólo obedezcan a los cánones del consumo y la cultura del capitalismo rapaz del entretenimiento.


Ordenemos esta rizomáticas reflexiones así. Lamentablemente, la producción fonográfica de la ciudad de Medellín es mínima para las diversas expresiones musicales en las que las personas encuentran sus formas de afinidad. No se da una articulación entre los distintos colectivos, prefiriendo cada uno trabajar independientemente con los pocos recursos que cuenta, existiendo muchos estudios y ensayadores privados a los cuales se les puede cuestionar la calidad. A la par que la formación, la creación, la producción y la difusión musical de la ciudad de Medellín carecen de apoyo económico, espacial y técnico.

Esta realidad mantiene en un estado de desinformación y transbordo inadvertido a un amplio público o comunidad musical, que no encuentra una opción diferente a una industria musical comercial, lo que contribuye deliberadamente a la desinformación, al desconocimiento general de las culturas a las que pertenecen dichas expresiones, la indiferencia, el embrutecimiento, la pasividad y el consumismo.

Vaya paradoja. El rock, el hardcore, el punk, el rap, la fusión, el ska, el metal, el reggae, algunxs electrónicos y todos los géneros en que se despliegan cada una de estas culturas populares y urbanas del caribe, Norteamérica y Europa están muy influenciadas en el caso del que tratamos por nuestros contextos de inseguridad, agresividad, violencia, pocas oportunidades y por paseos a través de las calles como territorios de la vida, la imaginación y la inspiración, por ser representaciones análogas y globalizadas de la urbanalización que son muy similares de los contextos urbanos de los que hablamos aquí o allá en el primer o el tercer mundo.


Siendo los músicos, activistas, artistas, gestores, etc. seres máquinas de observación, cuerpos territorios de un espacio construido de los tejidos de las músicas urbanas, de lo que logramos interpretar de lo que nos seduce de un mundo y una localización que ofrece y vende soluciones y mercancías, consumos y necesidades suntuosas que nos diferencian en vía de la feminización, la apariencia y la superficie, algo así como un prototipo de ser en las músicas “alternativas” (distinto al ethos paisa o colombiano: hombre de carro, casa, beca, buen trabajo y mujer de casa, hijos y conservadora), las cuales nacen de experiencias de seres interesados desde la afinidad social: política, estética o rutinaria, comunicar coherencia, diferencia y mezclas más que el lucrarse… y que con el tiempo, en el pasar del hacer asociado al proceso creativo, gráfico, técnico y demás de las músicas “de lo otro, la inclusión, la subjetividad singularizada”, me voy a un modelo comercializado, vertical y jerarquizado que obedece a las leyes y reglas de la ganancia, la fama y el mercado.

Allí tambalean los principios y la búsqueda ética, la música entra en contradicción por su multiplicidad y complejidad abigarrada en su trama callejera y ciudadana, se vive en tensiones permanentes con lo que se expresa en las líricas de las canciones de los discos, no se espera vivir de la música, pero tampoco suplir funciones que competen a los estados, a las sociedades, a los gobiernos locales y a la empresa privada. Se trata de insertarse con procesos plásticos, gráficos y creativos con y en el mercado, pero en general el que esta del lado de las culturas y su producción siempre sale perdiendo al ser utilizado, engañado y vulnerado por el sistema, las instituciones y los hombres y mujeres de cuello blanco.

Diana Avella y Evelyn. Antimili Sonoro. 2011. Ataque al sistema patriarcal.
Retorno a lo underground, el subterráneo, lo no regularizado y que aunque se vaya institucionalizando en el entretenimiento pertenece por siempre a las fisuras, escisiones del sistema: estrategias y manifestaciones colectivas no normatizadas de los que realizan las prácticas sub-versas y contra-culturales.

El underground está asociado a lo raro, a lo extraño, a lo fuera del estado, también se define como un proceso espontáneo. En Metrallo, el underground se relaciona más con lo subterráneo, entendiéndolo como una amorfidad que no implica dejarse de relacionar con el mundo, lo importante aquí es no dejarse encasillar y desde las redes, las músicas y sus manifestaciones ser críticos tratando de estar por fuera del sentido común.
Lo subterráneo se describe para nuestra ciudad y sus barrios en la resistencia contra el destino del ser, las leyes, la represión, la brutalidad, el militarismo, la estructura alienante, el machismo; a la vez que es una propuesta y un lugar de situarse para reflexionar y construir la autonomía y el mundo. Las culturas callejeras, las músicas urbanas extranjeras que nos hemos apropiado, la amistad como generador de los puentes y los diálogos, el vestuario y un discurso moldeado son algunas de las características que describen de manera general unas experiencias desde abajo, de relaciones horizontales en donde importa más el mensaje que la técnica y se privilegia la producción propia, la capacidad relacional y el hazlo tú mismo. Empero ¿Qué puede considerarse underground y subterráneo en Medellín ante una manipulación mediatizada y un disfraz en nuestros propios saberes para materializar los sueños cueste lo que nos cueste?


Las músicas mixturas de esquina, barrio y ciudad, de calle, ghetto y centro urbano se instalan en una negociación constante con el contexto, sin dejarse regularizar ante las visiones y propuestas que ceden en dicho trámite, pues en este lugar de hacer y decir se defiende una ética y una revolución personal, grupal que parte de las afinidades, las cuales en la mayoría de los cantantes, gestores, artistas, y agrupaciones está en proceso de definición y consolidación. Dichos nichos también son por ello siembre y semilla, “formación popular, etnoeducación y circulación” por fuera de lo oficial y las instituciones que lo representan –aunque much=s de los seres que desde la acción lo promueven no lo estén vinculando-.

Ahora, con muchos de los compañeros del territorio del diplomado hablábamos del presupuesto participativo y la gestión con la empresa privada como estrategias que utilizan, cooptan los principios de la relación de producción de sentido desde las músicas, lo autónomo, el antiautoritarismo y la desconfianza en estructuras del estado. Problematizando este realidad en la que se encuentran inmiscuidos muchas agrupaciones, crews, corporaciones, asociaciones hip-hop, pensamos que hoy el underground se ha transformado y que ya no sólo es el hazlo tú mismo sino el gestionarlo con otros sin perder el control y la autonomía de la obra, pues vivimos un proceso de hibridación donde la música con sentido político busca insertarse en muchos de los casos en un mercado empresarial como una manifestación cultural. Algunos raperos defienden que participar de PL y PP y de la inversión estatal en sus proyectos culturales no diezma ni oprimen sus intenciones o mensajes, permitiéndoles materializar usar y “recuperar” lo expropiado.


En estas discusiones de las músicas urbanas hemos esbozado dos criticas. De una parte se defiende que al priorizar y ejecutar dineros oficiales en escuelas, eventos, conciertos, festivales, piezas comunicacionales, etc., más que contradiciendo nuestras apuestas estamos ejerciendo nuestra participación y nuestro poder como ciudadanas y ciudadanos, ya que si no lo hacemos nosotros reconocemos que hay políticos y personas con mentalidades tradicionales y corruptas que criticamos, que desvían el dinero a sus intereses particulares y no para los grupos visibles que se manifiestan en la comunidad.


Vale decir que muchos de los procesos emprendidos por grupos de afinidad de jóvenes, hombres y mujeres tienen pocos lugares en donde asistir y oportunidades de financiación de sus proyectos. La critica a este complejo de situaciones y que ya se encuentra implícita en las apreciaciones de los que gestionan su cultura callejera con los entes y dineros públicos es que la corrupción, los resultados cuantitativos, los indicadores de proyecto y los resultados presentados en los medios de comunicación son simplemente una cortina de humo de una maquinaria de gobierno a la que los sonidos y la lírica de la música hechas en la periferia se oponen tácitamente, por no decir directamente. Es por eso que al hacer uso y gestión de estos recursos nuestras palabras que causan efectos en los cuerpos y las vidas entran en fricción y choque con visiones puristas y de la mixtura, en un mercado a medio camino entre la creación propia y la industria cultural.

De otra parte la mayoría de jóvenes, grupos, colectivos, cantantes, gestores culturales carecen de una capacidad critica y política, es decir, de una formación cualificada que les permita fortalecer la autogestión, la cogestión o gestión social musical con entidades, instituciones y otros grupos oficiales y no regularizados, esta formación o el interés de generar debates, mas que ejecutar presupuestos de actividades llevará a que los grupos de punk, las iniciativas audiovisuales, las escuelas de hip-hop, los gestores culturales del reggae tengan argumentos de peso que permita generar un reconocimiento de las diferentes culturas urbanas y acciones públicas en pro de sus quehaceres y rumbos, pues desde mi visión y organización de activistas se respira una apoliticidad, un cansancio por lo autogestivo y una ausencia por preguntarnos como queremos vivir.

Después de estas particularidades que ponen a prueba la construcción del underground de una ciudad -naturalizada en la violencia y la resolución del conflicto social por medio de las armas, el terror y la agresión- que se hace día a día en el espacio construido como problema de inspiración y desafío, nos permite decir que, además de todo lo anterior lo subterráneo es una percepción o manera que no se puede delimitar, que tiene que ver con el culto, con la rutina pero ante todo con la praxis, con una teorizacion en la experiencia del barrio, de la calle, de lo urbano, lo local y su relación con el mundo.


Es claro que un músico o una agrupación que se aleja de la música como entretenimiento y hits, se basa en principios humanistas, busca generar pensamientos, transformar, mostrar ángulos y puntos de vista no normalizados, estandarizados; de igual forma esta actitud da posibilidades como las de hacer y decir cosas que no hubieran pasado antes sin esta comunidad de sentido, la posibilidad de hacerme parte de, de difundir las ideas y sentirme parte de algo que transciende y deja un vestigio en la historia oral, urbana y glocalizada.

Música para comunicar, expresar, hacer denuncias, resaltar, condenar, atacar, liberarme de lo que me oprime, resaltando las subjetividades individuales y políticas. Es una opción de vida, de construirme como otro referente distinto al pillo, al panadero, al gerente, al ventero que en apariencia me libera de muchas dependencias. En síntesis es las forma en que cada persona ve y vive el mundo y por eso no podemos decir que el underground, las músicas callejeras son un concepto, una fundación o una definición inamovible, todo lo contrarío dentro de las comunidades hay conflictos constantes y a veces irreparables dentro del reconocimiento de la identidad de las y los otros como miembros, en sí, dentro del mismo subterráneo se genera pero también se lucha contra unos estándares institucionales por el tiempo y el vivir sometidos en un mundo de aburrimiento.


La Cultura como un sistema simbólico de valores, creencias y actitudes el cual es aprendido y compartido, un sistema que forja e influye a su vez las percepciones y el comportamiento de los seres humanos que viven bajo ella, es decir; se trató de mostrar cómo el capitalismo se apropia a través de la publicidad, la tecnología y las ciencias sociales -que son parte del acervo cultural- de las formas, expresiones y prácticas culturales, es decir; de la influencia de los medios o canales para hacer de la cultura y la creatividad gestión, emprendimiento y mercancía.

Lo anterior significa que hoy la cultura es vista como un proyecto, como algo que se termina, un producto o pieza gráfica/publicitaria, perdiendo sus principios de proceso colectivo, manifestación individual, colectiva consciente y que recurre a estrategias de memoria, apropiación, transmisión y resistencia por las y los seres humanos, los cuales en últimas los definimos como entes y cuerpos que emanan artes de hacer y de decir, enriqueciendo nuestras expresiones de vida, de cultura. Así que el reto mayor de la producción cultural y de las músicas urbanas es dejar de hacer por hacer arte por arte, buscando crear procesos que se auto producen, devienen, resisten, tiene pensamientos y se apropian.

Ante todo subterráneo, callejero, barrial, pues no existe músicas inspiradas en la calle sin el barrio, los barrios que la ciudad turismo, museo y apariencia no incluye en sus guías. Las vías, las carreras de los centros históricos y de las ciudades no serían la poesía urbana nacida del asfalto sin los desechos humanos rockerxs, punkerxs, metalerxs, hiphoperxs, activistas y artistas, que aún siendo los residuos del sistema colados en sus lógicas, la carne de cañón y las maquilas de la explotación y las violencias desde el anonimato, lo marginal, lo clandestino, los puntos de encuentro inflexionan e instalan en multidimensiones, la praxis integral en la edificación de música hechas de voces, ruidos, sonidos y mixturas urbanas

Nuestro grito no es sólo de horror. No gritamos porque enfrentemos la muerte segura en la tela de araña, sino porque soñamos con liberarnos. Gritamos a medida que caemos desde el peñasco no porque estemos resignados a ser despedazados contra las rocas sino porque todavía tenemos la esperanza de que podría ser de otra manera.
"Cambiar el mundo sin tomar el poder", de John Holloway

Inicios de un ensayo lírico. VHJD. Castilla Patria.