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BiciRutas PATRIMONIALES


Las Rutas Patrimoniales responden al propósito de difundir y hacer memoria de parques, plazuelas y monumentos escultóricos de alto valor histórico cultural, mediante la creación de recorridos transitables a pie y en bicicleta, con el fin de valorizarlos y conservarlos, ampliando el conocimiento de sus personajes-estatuas y mejorando las alternativas de uso del tiempo libre y de la noche en los parques públicos.

Esta ruta patrimonial permite contribuir al desarrollo y proyección de las identidades locales al visitar con propuestas lúdico-culturales los espacios públicos del centro. En este empeño la idea es hacer una guía para el visitante, que en su conjunto le entrega rasgos sobre las independencias y modernizaciones a nivel local y nacional, en un recorrido seguro y con nuevos ojos sobre prohombres de la historia y lugares ya transitados.

Existen varias categorías de rutas, pero para este caso realizaremos una de las que hemos llamado “circuitos histórico culturales del patrimonio de arte público urbano”, los cuales están Insertos en el centro histórico de la ciudad, cuya extensión es reducida y puede hacerse en algunas horas.

Este recorrido en bicicleta y a pie por 5 seres humanos a quienes rememoramos en 3 parques, una plaza y una plazuela en el corazón urbano de la metrópoli son una ventana abierta al visitante, que da cuenta del patrimonio diverso, artístico y monumental que representa al país que vamos historiando y reconociendo. Asimismo, representan el desafío gubernamental para que estos bienes sean referentes de los itinerarios culturales para las futuras generaciones como espacios que brindan memorias y formas reales de acceso y acercamientos a la(s) historia(s), por lo que deben ser valorizadas desde una perspectiva de conservación, restauración y activaciones constantes, resignificando los lugares con estas acciones en biciruta y la producción de estos acontecimientos y escenarios[1].

“En Medellín hay 493 esculturas, según el inventario realizado en el 2013 por la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín”. “La historia de la escultura en Medellín es relativamente reciente, se remonta apenas a finales del siglo XIX. Tal vez la primera que se instaló fue la estatua de Pedro Justo Berrío en el Parque que lleva su nombre. Tomás Carrasquilla decía que era ‘la única escultura que existía en esta villa infulosa’. Después fue elaborada la estatua del Parque Bolívar, que luego de la muerte de su creador italiano, se le encargó a Eugenio Maccagnani, su sucesor hacerla con los bocetos del fallecido artista[2]”.

En esta ruta patrimonial nos basamos en las investigaciones de El Libro de los parques. Medellín y su centro, al igual que nos apoyamos en Jorge Echavarría Carvajal y un grupo de académicos de la maestría en Estética de la Universidad Nacional que produjeron la investigación Arte público en Medellín. La Ciudad de las (casi) 500 Esculturas. Glosario incompleto para su discusión; y finalmente tomamos de páginas web de biografías y de bibliotecas digitales académicas las lecturas de los más de 10 personas figurantes.

Simón Bolívar y el Parque Bolívar


El hombre[3].
Caracas, Venezuela, 1783 - Santa Marta, Colombia, 1830[4].

Bolívar es un personaje literario que no se puede abordar fácilmente, por la sencilla razón de que nunca se propuso hacer literatura, sin embargo nos dejó ríos de tinta en sus cartas, artículos, ensayos, memorias, proclamas y constituciones[5], que compiten con su crueldad y cobardía en sus batallas y gestas guerreristas.

José Antonio Páez, uno de los comandantes de los llanos orientales que lideró y consolidó la independencia ante los realistas en su compañía, quien después en 1928 se rebela por la autonomía separatista de Venezuela, describe a Bolívar así:

Bajo de cuerpo; un metro con sesenta y siete centímetros. Hombros angostos, piernas y brazos delgados. Rostro feo, largo y moreno. Cejas espesas y ojos negros, románticos en la meditación y vivaces en la acción. Pelo negro también, cortado casi al rape, con crespos menudos. Las patillas y los bigotes se los cortó en 1825. El labio inferior, protuberante y desdeñoso. Larga la nariz, que cuelga de una frente alta y angosta, casi sin formar ángulo. El General es todo menudo y nervioso. Tiene la voz delgada, pero vibrante. Y se mueve de un lado para otro, con la cabeza siempre alzada y alertas las grandes orejas. El General es decididamente feo y detesta a los españoles.

Siendo un criollo de ascendencia mestiza por lo que sus detractores lo apodaban “Chorizo”, amaba la vida de los lugares apacibles y de las villas que le recordaban su infancia, mientras que las ciudades del viejo continente le despertaban aburrimiento y fastidio por la vida al estilo europeo.

Se aspira a mostrar que Simón Bolívar fue un hombre de “carne y hueso”, y así romper con la abrumadora tendencia que caracteriza a los muchísimos libros escritos sobre el Libertador, en los cuales se le presenta como un héroe inalcanzable, despojado de emociones, de sentimientos, de afectos y, sobre todo, de vida amorosa (…) La paradoja es que, en la mitificación de los héroes, son válidas todas las versiones: la del devoto esposo, la del Libertador glorioso, la del cobarde que nunca fue buen jinete de caballo a decir de los llaneros, pero si amante insaciable y violador [6].

Francisco de Paula Santander y la Plazuela San Ignacio


El hombre[7]
Nació en la Villa del Rosario de Cúcuta, el 2 de abril de 1792, muerto en Bogotá, el 6 de mayo de 1840.

Prócer de la Independencia, militar, jurista, estadista y esencialmente fundador civil, varias veces presidente de la República. Ilustre guerrero, profundo político, liberal, gran hombre de la Nueva Granada, quien además de su amor a la ley y la libertad, se empeñó en hacer de la educación el bastión de la vida civil y de la independencia fundado escuelas primarias y colegios por todo el territorio, mientras se combatían contra los realistas y después de separada la Gran Colombia[8].

Manuel Pombo señaló que "Tenía buena forma de letra y la manía de escribir; por eso decían algunos que el Libertador adolecía de intemperancia de lengua, y el general Santander de intemperancia de pluma[9]".

“Se le ha tildado de traidor a Bolívar, de ladrón del primer empréstito internacional, de sanguinario en las ejecuciones de sentencias a muerte y de haber sido un hombre avaro, rencoroso, enemigo de los venezolanos y solo amigo de sus amigos (…) “Casandro” apoda Bolívar a Santander, “Trabuco” le dicen los bogotanos y “Soldadito de pluma” lo llamaron los llaneros venezolanos.[10]

De algunas de las más controvertibles situaciones de su vida entresacamos algunos episodios:
  • Ejecuciones de prisioneros, militares criminales y conspiradores.
  • Vida palaciega.
  • Guaquería inconclusa.
  • De amores y vástagos.
  • Viajero del mundo.
José María Córdova y el Parque de Boston

El hombre[11]
Nació en Concepción (1799) y murió en el Santuario (1829), Antioquia.

Córdova nació y murió en Antioquia, a la edad de 30 años. Según su biógrafa Pilar Moreno de Ángel[12], Córdova llevó una vida donjuanesca y era tan ducho en las artes del amor como en las de la guerra. Su educación fue autodidacta, dominaba el caballo como cualquier llanero, un hombre tosco, ambicioso y "resentido por su falta de educación", que dejó hijos naturales en el sur en Sandoná y en el actual Ecuador[13], ascendió a general, en tanto estuvo envuelto en varios concejos de guerra por conspiraciones y enfrentamientos entre los mandos, dadas las visiones y sed de poder en las luchas contra la reconquista española.

De acuerdo con van Rensselaer, José María Córdova era “el más buen mozo de todos los colombianos, de alta estatura, bien formado, de pelo y ojos negros, expresión determinada y digna, caballero en todas sus acciones, por sobre todo un hombre cabal, de honor estricto y cuya palabra es siempre cumplida”. Un hombre caracterizado por una profundidad afectiva insospechada, fue siempre afable y complaciente con los suyos, hasta el punto de ganarse la estimación incondicional de cada miembro de su familia, de sus amigos y de la generalidad de la población de Rionegro, ciudad a la que consideró su patria chica.

Pedro Justo Berrío Rojas y el Parque Berrío

El Hombre[14]
Fecha de nacimiento: lun, ago 13th 1827 - Fecha de defunción: vie, ago 13th 1875.

Berrío oriundo de Santa rosa de Osos fue comerciante, educador, abogado, militar y gobernador (dictador por 10 años) del departamento de Antioquia en su época federal (1856 -1886). Católico y al parecer conservador acérrimo, Carrasquilla lo definió como el modelo de hombre de padre y ciudadano, que en nuestras palabras lo definirían como todo un paisa. Estuvo envuelto en las batallas civiles del siglo XIX libradas por conservadores y liberales en la lucha por el control del poder y la organización de las élites burguesas dentro del marco de la república, el centralismo y las visiones después de 30 años de “independencia”.

En octubre de 1873 después de dos periodos como gobernador y sin riquezas acumuladas “sólo aspiraba a la dulce paz del hogar; y no alcanzó esto, pues a poco de regresar a la ciudad natal murió su virtuosísima esposa, doña Estefanía Díaz, y este terrible golpe lo afectó tan hondamente, que desde entonces se le desarrolló la enfermedad del corazón que le causó la muerte dos años después[15]

La vida de Pedro Justo Berrio Rojas y del caso antioqueño en esta época nos lleva a pensar en una perspectiva interactiva entre tradición y modernización, donde ambas se redefinieron y fundieron en la creación de un nuevo imaginario, el de una cultura regional[16].

Francisco Javier Cisneros y la Plaza Cisneros

El hombre[17]
Nació en Santiago de Cuba en 1836, y falleció en Nueva York en 1898.

Ingeniero, escritor, periodista, empresario y patriota con nacionalidad cubana y estadounidense, lideró la construcción de ferrocarriles en su país, Colombia, Perú y Nueva york.

Se inició en el periodismo como colaborador del periódico reformista El Siglo. Al momento del estallido independentista de 1868 era director del periódico habanero El País desde donde incitaba a los jóvenes a luchar por la independencia. Se relacionó con destacados intelectuales reformistas y revolucionarios cubanos, a la vez que, hizo viajes por el sur de América buscando ciudadanos solidarios con la causa cubana, una vez fue expulsado y sentenciado a muerte.

Poseía una personalidad decidida y valerosa, a la que no arredraban ni las fieras ni los miasmas deletéreos del trópico, pero tampoco las más feroces fieras y tormentas de la política local, pues venía respaldado por una gran escuela ingenieril norteamericana, curtido profesionalmente con diez años de experiencia ferroviaria y con las cicatrices aún frescas de su participación en una revolución inconclusa[18].

Con su imperiosa nariz de grandes fosas y sus tabacos como buen cubano, Cisneros era una persona dominante, organizadora e intransigente en asuntos técnicos, lo que lo llevó a ejercer sobre sus subalternos una influencia fuera de lo común, sobre todo en momentos de mayor desaliento.

Comunicar el Mar con los centros poblados del interior a través del Río Magdalena, había sido el primer imaginario que en Colombia llevó a Cisneros a buscar la manera de integrar las regiones con caminos de hierro. Con su proyecto de la red ferroviaria a la que llamó ‘trenes de fantasía y ferrocarriles de ilusión’ visualizó que el futuro de Colombia estaba en poblar los terrenos baldíos y comunicar el Atlántico con el Pacífico.

Premisas concluyentes


En cuestiones ideológicas, este momento está marcado en Latinoamérica por la construcción de la idea de “nación”, proceso en el que no faltarán como componentes ineludibles la fe en el progreso y el afán de europeización en muchos ámbitos de la vida cotidiana y de la cultura. Este factor se expresará, en la faz artística, en la intención de los gobiernos de crear urbes a imagen y semejanza de las más prestigiadas del Viejo Continente. En ese derrotero, los nuevos trazados urbanos, el desarrollo de la obra pública, la fiebre monumentalista asumida con el fin de dotar a las ciudades americanas de las estatuas de mármol y bronce de los próceres de la patria y otros personajes singulares, se erigieron en la imagen palpable del mismo[19]

Este rápido recorrido evidencia una paradoja contundente: el Centro de Medellín, que durante años fue habitado principalmente por las clases sociales más acomodadas, y que además constituyó un amplio, plácido y silencioso sector, hoy es el lugar predilecto de las clases populares, pues los estratos altos solo asoman por circunstancias especiales, como la visita de una tía pobre o la revalidación del pasaporte. Es un hecho: el Centro es pueblo[20].

Los parques, plazas o plazuelas del Centro constituyen un patrimonio solo por el hecho de estar allí, mantenerse en el tiempo como espacios urbanos y tener continuidad histórica, pese a los cambios de nombre, las intervenciones y los diferentes momentos de su configuración. No es un mérito menor sobrevivir al permanente rehacer de una ciudad como Medellín y conservar su condición de lugares referenciales. (…) Estos espacios realmente no son muchos. Tampoco son extensos, y por eso su magnitud no es lo más destacable. No todos fueron pensados y reservados previamente; por eso mismo hay dos grupos, al menos entre los siete de los que hablaremos aquí: mientras los parques Berrío, San Ignacio, Bolívar y Boston se delimitaron previamente para luego ser enmarcados por la arquitectura que configuró sus fachadas, las plazas Nutibara, Botero y Cisneros fueron obra de la inserción posterior sobre la trama urbana ya definida por la demolición de lo previo y el uso de la arquitectura que quedó, e, incluso, de la creación de una topografía artificial[21].

El arte público urbano es como una memoria tridimensional, nos cuenta el pasado y el presente de la ciudad. Gracias a él, esas memorias se conservan y, sobre todo, permiten que nos reconozcamos como habitantes de Medellín. Muchas memorias conviven: unas se expresan y otras están calladas. El ciudadano debe de estar atento, tanto a las que se oyen como a las que aún no hablan, pero que con su ayuda, pueden expresarse. ¿Cómo ayudarías tú a recuperar esas voces?[22]


Si quieres descargar y conocer la micro investigación completa en sus tres tópicos (biográfico, artístico-escultórico y arquitectónico-espacial), dar clic aquí

Si quieres descargar y conocer un resumen de los próceres, los escultores y los parques, dar clic aquí

Si quieres conocer más fotografías y sobre un conjunto de actividades que se están realizando durante septiembre, mes del patrimonio cultural, visita www.medellinsteampunk.com 



[1] Para conocer más sobre Medellín y lugares patrimoniales del centro histórico, ir al enlace de El Libro de los parques. Medellín y su centro. http://www.universocentro.com/Ellibrodelosparques.aspx
[2] La escultura comenzó a fines del siglo XIX a tomar un papel relevante acompañado de la expansión y creación de la ciudad. En sus inicios como monumento oficial para plazas y parques; luego la escultura comenzó a tomar un papel iconográfico que servía a las familias con mayores recursos para honrar sus ritos funerarios y recordar con honores a sus muertos en los mausoleos de los cementerios como el San Pedro.
Después apareció una camada de escultores antioqueños como Francisco Antonio Cano y Marco Tobón Mejía, el primero fundando su escuela y el segundo con una obra de arte a la vanguardia de lo que sucedía en el mundo. Paulatinamente personajes como los Marín Vieco y Pedro Nel Gómez darían otro aire al campo escultórico que hasta inicios de los años 70 era muy pequeño. Pasamos así a la obra de los alumnos del maestro Pedro Nel y de otras intervenciones al espacio urbano de la ciudad, al tiempo que vinieron obras que cambiaron la cara de ésta, como el acuerdo que promovió que las construcciones que excedieran los 2.000 metros cuadrados, aproximadamente, aportaran recursos a entidades culturales o construyeran obras de arte escultóricas para la comunidad. En: Medellín, ciudad de esculturas. Periódico El Mundo. Autor: Daniel Grajales. Fecha: 14 de Octubre de 2013. En: http://www.elmundo.com/movil/noticia_detalle.php?idx=225078& Recuperado el 15 de julio de 2015.
[3] Ver: Simón Bolívar. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/bolivar.htm y la Monografía sobre Bolívar http://www.biografiasyvidas.com/monografia/bolivar/ Recuperados el 12 de julio de 2015 a las 9:00 a.m.
[4] Simón Bolívar: una síntesis del Libertador. Tomado de Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 16 abril de 1991. Autor: Bushnell, David. En: http://www.banrepcultural.org/node/32305  Recuperado el 9 de julio de 2015 a las 8:00 p.m.
[6] Bolívar: las mujeres, la política y la gloria. Por: Quintero Montiel, Inés. En: Credencial Historia No. 274 de octubre de 2012. En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/octubre2012/bolivar-las-mujeres-la-politica-la-gloria Recuperado el 13 de julio de 2015 a las 5:00 p.m. Ver Análisis de lo Siniestro en La Carroza de Bolívar De Evelio José Rosero Diago. Tesis de maestría para optar al título de: Magíster en Literaturas Colombiana y Latinoamericana. 2014. Por: Ramiro García Medina. Universidad del Valle Facultad de Humanidades. En: http://bibliotecadigital.univalle.edu.co/bitstream/10893/7569/1/CB-0505026.pdf. También Bolívar, Simón. Autor Vargas Martínez, Gustavo. Parte de: Biografías Biblioteca Virtual del Banco de la República En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/bolisimo.htm Los documentos fueron recuperados el 17 de julio de 2015 a las 2:00 p.m.
[7] Francisco De Paula Santander. En: Antología Del Pensamiento Político Colombiano Jaramillo Uribe, Jaime. Fecha de publicación: 1970. Editorial: Bogotá: Talleres Gráficos del Banco de la República. Ver: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/politica/pensa/pensa15.htm Recuperado el 5 de julio de 2015 a las 11:00 a.m. También ver: Santander, Francisco De Paula. Autor: Castaño Zuluaga, Luis Ociel. Parte de: Biografías Biblioteca Virtual del Banco de la República. En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/santfran.htm Recuperado el 5 de julio a las 7:00 p.m. Y Repaso de Historia: Francisco de Paula Santander, Fundador Civil de la República. Por: Moreno de Ángel, Pilar. Parte de: Credencial Historia. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/enero1990/enero3.htm Recuperado el 5 de julio de 2015 a las 8:00 p.m.
[8] Ver Santander y la educación: los colegios republicanos, una herencia perdurable. Por: López Domínguez, Luis Horacio. Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 28. Abril de 1992. http://www.banrepcultural.org/node/32310
[9] En: Primeros años de vida de un Hombre de Leyes. La infancia de Francisco de Paula Santander. Por: Pilar Moreno De Ángel. Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia), Edición 144, Diciembre de 2001. Recuperado el 6 de julio de 2015 a las 10:00 a.m. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/diciembre2001/primeros.htm
[10] Francisco de Paula Santander: una personalidad compleja. Por: López Domínguez, Luis Horacio.  Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 212. Agosto de 2007. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/agosto2007/santanderpersonalidad.htm Recuperado el 6 de julio de 2015 a las 1:00 p.m.
[11] Bicentenario del movimiento de Córdova, 1779-1999. Cambios en la imagen de un héroe. José María Córdova: entre la historia y el mito. Por: Andrés López Bermúdez. Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Marzo 2000. No. 123. En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/marzo2000/123cordova.htm Recuperado el 20 de julio de 2015 a las 6: 00 p.m. Ver también la novela Un Encuentro con el General José María Córdova. Autor: Mario Melguizo Bermúdez. Editorial: U. Pontificia Bolivariana. 2012. Y Córdoba, José María. Autor: Molina, Luis Fernando. En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/cordjose.htm Recuperado el 20 de julio a las 2:18 p.m.
[12] EL niño del caballo de juguete. José María Córdova: héroe legendario de Ayacucho. Por: Pilar Moreno de Ángel. Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 144, Diciembre de 2001. En: http://www.banrepcultural.org/node/73281 Recuperado el 21 de julio a las 8: 00 p.m.
[14] Berrío, Pedro Justo. Por Molina, Luis Fernando. Tomado de Biblioteca virtual Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá – Colombia http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/berrpedr.htm El 17 de Julio de 2015 a las 4:30 p.m.
[15] Pedro Justo Berrío. Conferencia leída por Rufino Gutiérrez, en la Academia Nacional de Historia, en su Sesión del 15 de agosto de 1920. En: monografías De Rufino Gutiérrez. Tomo II. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/dos/dos18a.htm Recuperado el 18 de julio a las 12:10 m.
[16] LUIS JAVIER VILLEGAS BOTERO. Las vías de legitimación de un poder. La administración de Pedro Justo Berrio en el Estado Soberano de Antioquia 1864 -1973. Colcultura. Santafé de Bogotá. D, C., 1996. 169 págs. Oscar Almario G. En: Revista Historia y sociedad 3. http://www.bdigital.unal.edu.co/23372/1/20248-68227-1-PB.pdf Recuperado el 19 de julio a las 1:33 p.m.
[17] Francisco Javier Cisneros Correa: El ingeniero, el periodista, el patriota revolucionario. Por Joel Mourlot Mercaderes. En: http://www.archivocubano.org/cisneros_correa.html Recuperado el 13 de julio a las 10:25 p.m. Y El ferrocarril de Antioquia: empresarios extranjeros y participación local. Juan Santiago Correa Restrepo. Revista de Estudios Gerenciales. Vol. 28 No. 123 Abr-Jun 2012 En: http://www.icesi.edu.co/revistas/index.php/estudios_gerenciales/article/view/1213/html Recuperado el 23 de julio a las 11:00 p.m.
[18] Centenario de un pionero del desarrollo. El ingeniero Francisco Javier Cisneros. 1836 - 1898. Por Alberto Mayor Mora. Tomado de CREDENCIAL HISTORIA. No. 102. En: http://www.banrepcultural.org/node/124744 Recuperado el 22 de julio a las 12:15 p.m.
[19] Carrara en Latinoamérica. Materia, Industria y Creación Escultórica. Rodrigo Gutiérrez Viñuales. Universidad de Granada (España). En: “Carrara nell’America Latina. Industria e reazione scultorea”. Berresford, Sandra (ed.). Carrara e il Mercato della Scultura 1870-1930. Milán, Federico Motta Editore, pp. 254-259, 2007.
[20] Pan y pueblo. Julián Estrada. En: Plazuela de San Ignacio, El Libro de los parques. Medellín y su centro. 2013. http://www.universocentro.com/Ellibrodelosparques/PlazueladeSanIgnacio.aspx Recuperado el 15 de julio a las 3:30 p.m.
[21] Inventario en pie. Luís Fernando González. En: Plaza de Cisneros, entre parques, El Libro de los parques. Medellín y su centro. 2013. http://www.universocentro.com/Ellibrodelosparques/PlazadeCisneros.aspx Recuperado el 25 de julio a las 3:30 p.m.
[22] Cuaderno del Arte Público en Medellín. La Ciudad De Las (Casi) 500 Esculturas. Cuadernos de Actividades. Jorge Echavarría Carvajal y grupo de académicos. Universidad Nacional de Colombia- sede Medellín. Facultad de Ciencias humanas y económicas. Maestría en Estética. Medellín, Colombia – 2014.

CARTOGRAFÍAS ESTÉSICAS

MEMORIAS URBANAS DEL CENTRO DE MEDELLÍN


El concepto de cartografía urbana propuesto en esta investigación parte de un ejercicio etnográfico y estético que ilustra algunas memorias urbanas del Centro de Medellín, a partir de la condición itinerante, tanto espacial como temporal, de ciertos lugares emblemáticos de la ciudad tales como Guayaquil, la Alpujarra, parque Berrío y parque Bolívar.

A su vez, el concepto de cartografía estésica retoma la noción desarrollada por Kantya Mandoki en su texto Estética cotidiana y juegos de la cultura: Prosaica I, cuando advierte que lo estésico como tal se comprende como una estética de lo cotidiano: los usos del cuerpo y del espacio, los ritmos temporales, los gestos de la vida cotidiana, los hábitos y las rutinas son, en efecto, el sensorium de toda una carga simbólica que definen los lugares en términos de usos y apropiaciones.



*Primer recorrido. Las políticas de la memoria: tiene que ver con el registro audiovisual de acontecimientos urbanos con pretensiones memoriales sustentados desde la institucionalización de la memoria, es decir, narrativas grandilocuentes; mitemas fundacionales del pasado identitario de la ciudad; usos políticos del espacio público; eventos conmemorativos tradicionales ligados a la promoción turística de la ciudad; la concreción de unos hechos históricos y culturales exteriorizados en monumentos, esculturas, plazas públicas, mobiliario urbano, edificaciones con declaratoria patrimonial o de bien de interés cultural, y demás dispositivos visoespaciales que instauran una significación semántica del poder oficial en el contexto citadino.


*Segundo recorrido. Los conflictos de la memoria: como resultado de un contexto urbano itinerante y que se encuentra en constante transformación, este recorrido plantea las huellas, los trazos, los marcajes, cicatrices y palimpsestos de un pasado negado dentro de las urdimbres del presente citadino. Las tachaduras del pasado y los procesos de gentrificación generados en este sector de Guayaquil evidencian unas memorias que se han destruido debido a que sus historias han desaparecido de la trama urbana con motivo del embellecimiento de la ciudad y su inscripción dentro de los acelerados procesos de modernización. 


De ahí el carácter itinerante que presentan las memorias del centro de Medellín, cuyo devenir urbano hace manifiesto las tensiones de un paisaje urbano en constante transformación con motivo de las lógicas modernistas: edificios con declaratoria patrimonial olvidados, destruidos, borrados dentro de la urdimbre urbana actual, demolidos y arrinconados por nuevas monumentalidades que compiten contra ese pasado colonial y republicano de la ciudad, pero cuyas huellas siguen presentes como una especie de marcaje que se resiste a ser olvidado.


*Tercer recorrido. Composiciones plurales y alternativas de la memoria: como reconocimiento de unas memorias singulares y públicas, adscritas al devenir urbano en tanto que modifican o re-significan los espacios de la ciudad proyectados por la visión del planificador urbano, este recorrido plantea la posibilidad de identificar otro tipo de monumentalidades no oficiales tales como objetos urbanos e iconos populares, y al mismo tiempo emblemáticos, propios del sector por parte de los ciudadanos que terminan dignificando los lugares de una poética urbana efímera, ligada al acontecimiento urbano.



http://www.cartografiasestesicas.co.nf/
Paolo Villalba Storti

¿De qué manera puede el arte acercarse al sufrimiento humano?


Darío Ruiz Gómez


Digamos que, lleno de entusiasmo, camino hacia el antiguo Museo de Antioquia para, luego visitar el edificio de la Naviera de 1934 que se ha reciclado para alojar algunas de las obras del último Salón Nacional de Arte. Mientras camino, voy descubriendo a mi alrededor, las gentes que en gran número se mueven por la avenida y las calles que rodean al Museo de Antioquia, la plaza de las esculturas, gentes de origen popular, vendedores ambulantes, prostitutas, tipos de dudosa pinta. En cualquier ciudad del mundo la presencia de este tipo de público enriquece los lugares, muestra la presencia de la cultura popular, convive, pero, en los últimos años en Medellín detrás del ciudadano común se ha ido disimulando el atracador, el asesino, el proxeneta, y lo que fue el espacio de unas expresiones populares  ha sido dividido en fronteras de terribles dueños. Guayaquil fue históricamente un sector de encuentro de negociantes, de músicos, de poetas de la noche, o sea de esa contracultura que renovó la lánguida cultura oficial.


El cambio de propietarios de esos espacios, el cambio de usos del suelo, desalojó a esos actores, a esos escenarios y Guayaquil quedó como una tierra de nadie en manos de lo peor en las calles, sin música, sin protagonistas urbanos. Lo que fue bullicio, dinámica, humor callejero se tornó en miedo y suspicacia. La abigarrada estética de la calle, del comercio, esas inesperadas tipologías de baratillos y cafés ha dado paso a la exhibición impersonal de  objetos de un contrabando que destruyó el comercio de la manualidad, la pequeña industria manufacturera, cuya desaparición ha supuesto una gran catástrofe cultural. Cuando se transformó el antiguo Palacio Municipal en el actual Museo de Antioquia se planteó una propuesta urbana necesaria: la creación de un nuevo espacio cívico que cumpliera la labor simbólica que tuvo el parque de Berrío, rescatar mediante un corredor carreras como Cundinamarca, Cúcuta, Carabobo, salvando los barrios amenazados por el deterioro y rescatando del aislamiento a la Universidad de  Antioquia, replanteando la abusiva demolición que impuso la avenida Oriental.

Pero yo iba a visitar el Salón Nacional y es lo que he hecho caminando por entre un escenario descompuesto donde un vendedor de aguacates ha colocado orondamente su carretilla en el cruce del semáforo y donde cada quien corre para cruzar la avenida pues nadie respeta las señales de tránsito. Grupos de mendigos campean a sus anchas, vendedores de droga y alcohol, de tinto. ¿Qué es el arte? El magnífico video de Clemencia Echeverri muestra una manada de reses que se mueven frenéticamente hacia el sacrificio, la imagen se repite entre el ruido sordo de una máquina, el crepitar de las llamas de helecho. ¿De qué manera puede el arte acercarse al sufrimiento humano? Al llegar al edificio de la Naviera me encuentro a un grupo de deshechos humanos tirados sobre la acera, no son mendigos sino homúnculos destruidos por el hambre y la enfermedad, por la recóndita tristeza de sus cuerpos vencidos.

¿No acabo de ver en cuclillas, metida entre el hueco de una escultura de Botero, los ojos desasosegados, la piel verdosa, el cuerpo en los huesos, de una niña abandonada que, asocio, inevitablemente, con esas nobles bestias que esperan el cuchillo del verdugo? ¿Dónde han quedado la misericordia y la piedad?  A nombre del progreso se dispersó la comunidad de vecinos de mi adolescencia, se cometió un crimen urbanístico que merecería la condena de un Tribunal de Justicia y esta destrucción se hace más doliente en la medida en que nunca se renovó el sector dando una opción de vida necesaria a la ciudad. ¿Qué nos sucede cuando salimos del museo y nos topamos con estos cuadros de dolor? “La literatura, dice Camus, no vale la vida de un niño que muere de hambre”.

Crónicas Urbanas

Demasiado dolor por escribir


Hernán Bedoya se volvió experto en sobar adoloridos y enderezar tobillos, codos, rodillas y dedos desde hace treinta años. Su primera experiencia fue un ternero que cayó desde un barranco a un pequeño charco en el cual habían muchos zancudos; desesperado por sacar al animal que tenía lastimada su pata derecha, Hernán tomo la decisión de arreglársela, para que pudiera caminar y salir: “Hace poco me resultó una muchacha de treinta años para que le sobara un brazo que tenía torcido, ya que resbalo por las escalas de su casa y había quedado con dos codos. Yo con mi técnica y la fe en Dios y María santísima, le jalé la mano, se la fui acomodando y enseguida a lo que ya se la jalé bien, le empuje el hueso que le formaba el segundo codo, se lo empuje pa dentro y eso se fue entrando suavecito, suavecito”

Vendedor ambulante de dulces y sobador de profesión, Hernán Bedoya, es oriundo de una vereda de Santa Rosa de Cabal, Risaralda. Sin embargo desde los veinticinco años dejo su terruño y se marcho a Manizales a trabajar cargando bultos durante diecisiete años; luego tuvo un carrito de dulces y cigarrillos: “Yo estaba bien acomodado vendiendo dulces en mi carrito, pero las leyes de allá me molestaban por ese trabajo, así que vendí mi puesto y me fui para Tulúa Valle, allí también tuve una chazita por un año, pero no me fue bien y regresé a mi vereda a sembrar la tierra. Como la cosa estaba tan mala, entonces decidí irme para el Choco, allá me toco vender helados. En el Choco deje mi mujer y mis cuatro hijos porque me separé”

Hace cinco años que, este campesino risaraldense llegó a Medellín y, desde entonces, ha podido pagar su cuarto de alquiler, en el barrio Belén San Bernardo, con lo que consigue en sus ventas ambulantes y sus masajes quirúrgicos: “Antes vivía en Belén Altavista, pero, por ponerme hacer un favor, me eché un enemigo, casi pierdo mi vida”. Hernán enseña las cicatrices en sus brazos producto de un atentado:

“por darle posada a otro caballero. El, se la pasaba bebiendo y con la pieza hecha una miseria, cuando le llame la atención, me contestó con tres machetazos. El quería volarme la cabeza pero yo me tape con las manos; mi sombrero quedo cortado en seis partes, yo no lo demandé, tampoco lo volví a ver”

Su jornada diaria empieza a eso de las seis de la mañana cuando, después de haber tomado un chocolate con arepa, Hernán camina desde el barrio San Bernardo hasta el parque Berrio. Allí permanece el resto del día hasta las ocho de la noche cuando retorna a su casa de inquilinato, unas veces caminando, otras en bus: “Yo soy compositor desde 1998 cuando empecé a escribir canciones, cuatro años después de mi separación con la mujer. He escrito por lo menos cuatrocientas canciones” Dice

Hernán canta una de sus canciones “El paisano feo”. La letra habla de un pastuso que le presta cinco millones a un paisano, quien se hace una cirugía estética con el fin de mejorar su aspecto físico; luego, el pastuso no reconoce a quien le presto el dinero, y pierde su capital. Una fuerte lluvia dispersa vendedores, músicos y transeúntes del parque Berrio. Hernán se resguarda del agua bajo el viaducto del metro; allí silencioso carga su cajón de dulces con su letrero “Arreglo descomposturas de dedos-tobillos-codos- rodillas”

Quizás canta mentalmente sus canciones. Tal vez la lluvia le inspire nuevas letras; más esto es poco probable pues, en su vida y a su alrededor, ya hay demasiado dolor y ausencia por escribir.

Juan Fernando Hernández
juferh@yahoo.com

Medellín - México


Manuel Álvarez Bravo,  pionero de la fotografía artística en México, es considerado como el mayor representante de la fotografía latinoamericana del siglo XX. Su obra se extiende de finales de la década de 1920 a la de los noventa. Camila Flórez Quintero, Fotografa y Artista Plástica realizó una investigación visual sobre Manuel Alvárez -uno de sus referentes- que dio como resultado una exposición, de la cual ya hemos compartido en otras entradas y escritos con relación a los estudios urbanos. Sea esta la oportunidad para exaltar y reconcoer el trabajo de Camila, con su obrar, en favor de este espacio virtual, el grupo de investigación y el centro de estudios urbanos.

Calvas. Centro de la Ciudad. Camila Flórez Quintero. 2010.

Destinos. Barrio 12 de Octubre. Camila Flórez Quintero. 2010.
 
Pasatiempos. Camila Flórez Quintero. 2010.

 


Músicos populares. Parque Berrio.Camila Flórez Quintero. 2010.

Reflejos de comercio y ciudad. Medellín. Camila Flórez  Quintero. 2010.