Mostrando entradas con la etiqueta Relaciones Hombre - Animal. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Relaciones Hombre - Animal. Mostrar todas las entradas

Los Espacios de la Carne

“Los Espacios de la Carne: Carnicerías y Carniceros del Medellín actual”, busca identificar en los espacios alimentarios unos marcajes del lugar que instauran ciertas prácticas de consumo, configurándose en un territorio que permite leer ritmos, huellas, trazos, geografías y valores particulares dentro de las prácticas sociales y alimentarías.

La idea del proyecto en cuestión busca identificar en los espacios alimentarios –feria y carnicerías- unos marcajes configurándosen en un territorio que permite leer geografías y valores particulares dentro de las prácticas socio-espaciales y alimentarías, es decir; Espacios de la Carne se inscribe en las líneas de Espacio, gobierno y subjetividad y Retóricas y construcción del sentido moderno.

En esta investigación se realiza un estudio visual y cultural a partir del trabajo de campo ya hecho y por hacer de las carnicerías y ferias a través de un artículo y la construcción de un producto Multimedia experimental que responde a cómo se propicia a partir del espacio, el alimento y el consumo: la carne desde el gobierno local, los carniceros y carnicerías en la parte nodal del valle de Aburrá.

Para llevarlo a cabo se realizaron cuatro procesos fundamentales que son: la re-estructuración de la colección de imágenes de la etnografía visual por más de 20 barrios de Medellín de la investigación Las visualidades de la Carne; una historia espacial sobre la feria de ganados y el matadero de 1880 a 1960, acompañado de una repositorio fotográfico de la cría y ceba de bestias, las ferias y algunos personajes de la carne a lo largo del siglo XX que he nombrado Los Espacios de la carne; un trabajo de campo y registro fotográfico en los 5 corregimientos de la ciudad de Medellín y una multimedia archivo experimental de nuevas fuentes documentales que integra los postulados teóricos, visuales y estéticos del consumo de carne en la ciudad a lo largo del siglo XX, la cual tiene por nombre Los Mapas de la Carne.

Así, tratando de entender el papel de la alimentación y de la carne como referente en la comida colombiana, y de transitar de la relación alimento-animal a la de ciudad-espacio-alimento en el fenómeno y la experiencia urbana, uno de los aportes fundamentales al grupo y sus líneas será la construcción de colecciones y archivos con el fin de generar estudios y mapas culturales que aborden los saberes visibles, las prácticas y la subjetividad desde la innovación y la creación en las disciplinas humanas.

En sí, se hace pertinente este tipo de temas en los estudios contemporáneos, dentro de los estudios visuales - culturales, debido a que se genera un conocimiento que se reclama ante todo situado, una investigación experimental, una reflexión y quizás una motivación en los espacios que re-crea el alimento, como elemento constitutivo del patrimonio material e inmaterial de nuestra región.


Ahora con las nuevas apuestas del grupo enfocadas en el mundo urbano desde los estudios interdisciplinares, la investigación sobre las carnicerías y la ciudad, creó un producto pero también una panorama de la carne expandida, es decir, reconociéndole a ésta su lugar de hacedora de espacios y cuerpos con unas lógicas y prácticas particulares que los definen, asimilan y diferencian del otro, de la otra carnicería y del otro barrio.

En síntesis es la existencia urbana y por tanto moderna que transcurre en la alimentación, los espacios o plazas de la carne, las visualidades, las estéticas, las retoricas y el animal, sin olvidar el roll de los consumidores, los gobiernos y las ciudades en la edificación de la subjetividad y la vida colectiva citadina.

Para descargar y conocer el articulo final de la beca pasantía financiada por el programa Jóvenes Investigadores, haz click aquí
Para conocer otros artículos del proceso investigativo. Haz click aquí

Relaciones Hombre Animal Alimento

Los reyes de la carne: Los carniceros
Hablar con los carniceros porque son una fuente cercana, intermedia, si se quiere de los mensajes entre el alimento y las viandas, entre la carne des-animalizada y el plato de todos los días. Porque ellos, hombres recelosos, serios, parcos y rústicos son la práctica de un saber no sabido que hace que la cultura local funcione y mantenga prácticas, ritos, y tradiciones anclados a sabores característicos, si se puede gustos propios, que dan una distinción y un referente del antioqueño del siglo XXI con relación a su devenir presente y pasado.

Él deshuesa la pieza del animal en canal, recorta las partes malas y corta la carne en filetes con el cuchillo según la cantidad solicitada por el cliente; pica la carne con la picadora para venderla al peso o para fabricar con ella otros cárnicos; corta el jamón y otros embutidos en lonchas con la cortadora eléctrica; separa las costillas del costillar con el hacha. El carnicero aconseja al cliente sobre la carne que se adapta más a sus necesidades o presupuesto. Finalmente, corta al gusto, pesa y envuelve el producto o envasa al vacío las piezas si así lo solicita el comprador.
En general los administradores, carniceros, expendedores se han interesado en la investigación, han prestado atención y a han contribuido con la mejor actitud para que la indagación espacial consiga un ensayo critico sobre el saber, el espacio y los personajes de las carnicerías. Aquí en su voz apartes de sus historias de vida.


Los Carniceros
Dirección, Guión y Cámara: Víctor Hugo Jiménez Durango.
Montaje y edición: Leonardo Jiménez García. Cinética – Ciudad Comuna
Carniceros:
Don Daniel David. Tienda de carnes Las promociones del puente. San Cristóbal
Don Eduardo Vargas Guzmán Carnicería El puente. San Cristóbal
Don Norman Darío Múnera Carnicería La Once. San Antonio de Prado
Don Juan David Arango. Carnicería La Once. San Antonio de Prado
Carniceros de la distribuidora de carne Jahir 2. San Antonio de Prado
Agradecimientos a: Gloria Durango, Carlos H. Jiménez, Alberto Castrillón, Gustavo Álvarez, Natalia Hernández, Camilo Gaviria, David Rodríguez "Darta", Jorge Fidel Castro, Julian Loaiza y Camila Florez Quintero.
2012.

Relaciones Hombre - Animal - Alimento


Relaciones Hombre - Animal - Alimento


Relaciones Hombre - Animal - Alimento


Relaciones Hombre - Animal - Alimento


Food, Inc. es un documental estadounidense de 2008 dirigido por el cineasta ganador de un Emmy Robert Kenner.[1] El filme está ligeramente basado en el bestseller de no ficción del 2001 Fast Food Nation, de Eric Schlosser, y The Omnivore's Dilemma de Michael Pollan.


Contenido

El primer segmento del film examina la producción industrial de carne, llamándola inhumana y económica y ambientalmente insostenible. El segundo segmento se centra en la producción industrial de grano y verduras, etiquetándola de económica y ambientalmente insostenible también. El tercer y final segmento trata sobre el poder económico y legal de las grandes compañías de producción de alimentos (que según los autores se basa en ofrecer comida barata pero contaminada y en el uso de químicos basados en el petróleo, sobre todo pesticidas y fertilizantes) y la promoción de hábitos de consumo de comida insalubre hacia el público estadounidense.

Relaciones Hombre - Animal


Estas esculturas de insectos y animales hechos de metal son realmente fabulosas. Ya que si miras en detalle podrás ver que están construidas con cosas que probablemente encontrará en cualquier mercado local de pulgas. Lo curioso es que las partes metálicas parecen ser órganos reales.


Un montón de cacharos y trastes metálicos que cobran vida en estas esculturas realizadas por el artista Eduard Martinet. Él utiliza ollas de cocina, las luces del coche, llaves, antiguas máquinas de escribir, y partes de autos, para construir sus esculturas. El Sr. Martinet tiene la extraña habilidad de tomar algo oxidado y transformarlo en algo bello.




Esculpe cuidadosamente cada pieza después de dibujar todos los ángulos de la figura que desea crear, un proceso de mucha paciencia que toma mucho tiempo.


Relaciones Hombre - Animal - Alimento

COMA CUENTO Y CARNE.


Publicidad de los cortes de la carne de Res de FEDEGAN. En Carnicería de la Placita de Flórez.
Foto: Camila Flórez.
Alimentación, consumo y publicidad de la carne.

La alimentación es una necesidad y una elección cultural,  y ocupa más que un lugar o un espacio pues no se refiere sólo a lo que se  incorpora o se expande, habla de lo que somos y seremos desde los productos objetos en los que posamos nuestros sentidos al engullirlos y  la subjetividad al apropiárnoslo adquiriendo rutinas  de  comunicación y compra.

La alimentación como proceso cultural en la modernidad alimentaria:

Haciendo las Fotos para un catalogo de Carnes. Foto: Camilo Gaviria.
Las características de la modernidad alimentaria están dadas por la aceleración del tiempo social, la planetarización alimentaria, la humanización del  tiempo y el espacio, ocasionando la desestructuración del gusto y por lo tanto de la identidad. Estas transformaciones se combinan con permanencias culturales y sociales, que intensifican la dispersión (disolución) del sujeto. En este contexto se produce el comensal moderno, el cual constituye por sí mismo un acontecimiento alimentario, en tanto que con sus prácticas alimentarias individuales, modifica las prácticas comunes y los modelos o referentes de representación social.

Un ejemplo claro de esta situación es lo que eran a grandes rasgos los espacios donde se expende carne: de la plaza de mercado, la feria dos veces a la semana en la ciudad, el encuentro y regateo en el espacio público  por la carne salada y al aire, pasamos a técnicas de conservación, congelamiento y  comercialización vinculadas con  el espacio privado –público- hipermercado apoyado en un modelo publicitario de propiciar el consumo de Carnes –o marcas- empacadas al vacio, que usted, el comensal globalizado, selecciona de unos refrigeradores y los empaca en bolsas plásticas.


Haciendo las Fotos para un catalogo de Carnes. Foto: Camilo Gaviria
Esta modernidad a la que nos referimos  consiste en el posicionamiento de la función simbólica del alimento –o de un producto- a través de la publicidad.


La publicidad, el consumo y el alimento Carne:

Catalogo publicitario. Diseñador: Camilo Gaviria.
La publicidad es un fenómeno característico del capitalismo avanzado. Tiene un papel relevante con relación a los procesos de concentración del capitalismo industrial en la segunda parte del siglo XIX y todo el XX por ser un dispositivo de la identidad social del hombre. Para Eliseo Colón el discurso publicitario es un medio de legitimación del capitalismo mundial, consistente en una propuesta de producción y recepción textual, que genera un tipo de subjetividad, útil a esta forma de economía.

O sea que si se trata de tener hatos ganaderos en Colombia y de ofertar en los almacenes de cadena diversas  marcas y carnes, se concluye que se logra a cabalidad,  siguiendo la propuesta  de modelo que subyace en el párrafo anterior. En lo que no hay una respuesta muy clara, es cuando  se dilucida el problema de que de 100 colombianos 15 consumen carne en la actualidad, según la encuesta nacional de la situación nutricional[1],  y que la mayoría de la gente en el campo y en los  barrios periféricos de la ciudad(es) accede muy poco a un alimento considerado necesario e importante dentro de la canasta familiar por ser rico en proteínas y fundamental para el crecimiento y el consumo mínimo de calorías por persona; sin embargo viene la paradoja o el mito en esta ciudad y país, pues en las bocas de nosotros y los medios de comunicación  somos un país tendente a la ganadería, creemos que la carne conforma uno de nuestros platos principales de lo que llamamos cocina colombiana y defendemos a cabalidad el  ya viejo slogan del fondo nacional de ganaderos de  no coma cuento coma carne, cuando se está alimentando de arroz, sopa y agua panela como plato fuerte del día.

Porcicarnes. Expendio en el barrio Buenos Aires.
Foto: Camila Florez
Por eso uno de los campos más afectados o enriquecidos por el mercado desde el dispositivo publicitario es la alimentación y la cocina debido a una globalización que es sinónimo de abundancia y modernidad alimentaría en consonancia con la publicidad como herramienta formadora de una nueva subjetividad humana.

La enajenación alimentaria  y la imposición de modelos de subjetividad es lo que se ha querido imponer desde la política o el discurso oficial, el pensamiento médico y de la nutrición, incluso desde los terratenientes, los ganaderos y actualmente desde el  plan 2019 Colombia todos a marchar ¡una bovino por habitante¡[2], pues  se promueve el  discurso de que se consuma carne por la población colombiana, pero que pasa,  la carne es un producto suntuoso en el presente y en el pasado, ligado a elites y grandes clientelas  al cual acceden los que tienen como financiarlo. Entonces dadas estas condiciones de existencia la mayoría de la población ni le llegará una adecuada porción de carne de los 48 millones de cabezas  proyectadas que existan al 2019, en 28 millones de hectáreas del territorio colombiano.

Encontramos entonces que la comida es simbólica y habla de quien la consume, de su grupo y sus gustos. En consecuencia, es comúnmente utilizada para caracterizar la identidad (un plato típico) o sentido común de una población, hablar de la economía de una región, de los gustos locales, pero además, para hablar de las retóricas de una colectividad, pues al hacer su parte como signo y símbolo cultural permite su articulación discursiva entre alimentos y por lo tanto la construcción de gramáticas visuales que hablan de la cultura local. Los alimentos y las prácticas alimentarias hablan de lo que somos.

Porcicarnes. Expendio en el barrio Buenos Aires.
Foto: Camila Florez.
Comer carne por su parte es recordarnos dos cosas fundamentales, que nos comemos al animal y en este acto nos animalizamos, somos conscientes de lo antropófago de nuestra especie por supervivencia o por elección cultural, y  se hace palpable el vínculo entre la sangre  y la muerte con el degüello del ganado  y la incorporación del animal como alimento.


Hipermercados, sentidos, estética y carne alimento:

Continuando estos enlaces entre publicidad, consumo, ganadería, espacios que propician consumos, hipermercados y tratando de seguir una línea desde la estética funcional de Leroi Gourham, hemos llegado a entender que existe un comportamiento ESTÉTICO que Constituye el tejido de relación individuo/grupo, mediante un código de emociones que asegura la inserción afectiva en la sociedad, un biopoder.



Publicidades de Carnicerías en la Plaza de Mercado la América y en el barrio la América. Comuna 12.
Fotos: Víctor Jiménez.
El biopoder lo definimos aquí como el conjunto de mecanismos de rasgos biológicos que pueden convertirse en una estrategia general (política) de poder. La noción de poder significa la habilidad y destreza de estructurar el campo de acción del otro, interviniendo en el dominio de sus acciones posibles. En el campo publicitario y para el objeto de este ensayo, el biopoder se entendería en el caso de la publicidad de la alimentación en los supermercados como los mecanismos de diseño, atracción, orden, selección, disposición, organización, serialización y uniformidad de los productos con el fin de capturar y conducir a los consumidores a otros productos, otros comportamientos, valores, tiempos, rutas y otras necesidades.

Para el caso de la carne que trinchamos, incorporamos y engullimos en lo local, rural y nacional podemos decir que cada vez se pasa más de los ritmos y valores de la carne que lo asocian con lo animalesco y sangriento a formas y  estilos de presentaciones refinadas de gran trabajo y cositeria en la preparación, la oferta, el comercio, el orden culinario al que pertenecen y la tradición cultural especifica o regional en la que se inscribe.

Se siente que la estetización de la oferta y del consumo  de carne emerge de un proceso  a la par de la cultura delgada y light  que es la intelectualización de hechos biológicos, logrando cohesión con el medio natural y social, valiéndose de utilizar en este caso la publicidad, el comercio, los restaurantes y la gastronomía las sensaciones Viscerales, Dérmicas, Musculares, Olfatogustativas, Auditivas y Visuales,  al igual que del aprovecharse del privilegio que el comensal o poblador da a lo que ve y lo que oye.

La humanización del TIEMPO y el ESPACIO, que se logra a través de los SIMBOLOS es el campo por excelencia privilegiado por  la publicidad  y el universo alimentario para transformar desde los  consumos los gustos y representaciones sociales, es lo que llamaríamos una estética de la carne propia de la alimentación que se relaciona fuertemente entre su forma y su función, espacios que se crean a dentro  fríos, iluminados, llenos de refrigeradores y asepsia a más no poder, donde los carniceros se visten igual que los panaderos, completamente de blanco, fieles a una ESTETICA FUNCIONAL en donde se busca lograr la imposición de un discurso y un modelo de comportamiento de cada ciudadano en el espacio  que propicia la compra. Es decir  la publicidad –visual-  basa en la percepción su estrategia de fondo para generar la demanda en los consumidores y en conclusión  su manera de actuar logra realizarse en el habitante que compra en la  carnicería adentro o al frente del supermercado. 

Arreglador de Carne de cerdo en una carnicería de la plaza de mercado la Minorista.
Foto: Leonardo Jiménez
“La vida colectiva logra la integración espacial mediante movimientos y ritmos, configurando una red artificial, que hace parte de un sistema de referencias que asegura la cohesión del grupo, dando lugar a dispositivos de relación que rigen las relaciones entre los sexos, las generaciones, grupos sociales, que se expresan en: adorno, actitudes, lenguaje, estética social y vida figurada[3]”  


[1] De cada 100 colombianos 15 consumen carne, 3 de cada 10 consumen verduras. ENSIN. Encuesta Nacional Sobre la SITUACIÓN Nutricional en Colombia 2009 - 2010. Noticias vista en las noticias del canal RCN de las 12:30 m. 03/06/2010.
[2] Plan Estratégico de la Ganadería en Colombiana 2019. PEGA. Veren: http://portal.fedegan.org.co/PEGA_Regionales/03_Documentos/PEGA%202019.pdf.  10/06/2010. 11:17 pm.
[3] Leroi Gourham, André. El Gesto y la Palabra. Universidad central de Venezuela. 1971.

Relaciones Hombre - Animal - Alimento

 Los Espacios de la Carne:

Cartografías  de Carnicerías y Carniceros  del Valle de Aburrá


Carnicería R y R. Placita de Flórez. Foto: Camila Florez
Los Espacios de la Carne busca realizar un estudio visual y cultural de las carnicerías, ferias, mataderos y expendios callejeros de  comida a través de la construcción de un producto Multimedia experimental que responda a cómo –propaganda, colores, vestimenta, cuadros, pinturas, reglas de asepsia, atención y servicio al público- se propicia el consumo de carne desde los “comederos”, carniceros y carnicerías en el valle de Aburrá. 

Construir relatos del trabajo de campo dando cuenta  de  la importancia de este alimento en la cadena de producción económica y del poder de la carne en la formación de las “clientelas” y valores de un municipio, así como en  la influencia directa en las representaciones y subjetividades locales. a la vez que, generar un registro sonoro y fotográfico, para propiciar formas de narrar procesos colectivos desde los sentidos y las experiencias  en los espacios del consumo de carne, son los dos procesos vitales de este proyecto de  generación de fuentes documentales.

Ahora bien, la alimentación es una necesidad y una elección cultural, ocupa más que un lugar o un espacio pues no se refiere sólo a lo que se  incorpora o se expande, habla de lo que somos y seremos desde los productos-objetos en los que posamos nuestros sentidos al engullirlos y  la subjetividad al apropiárnoslo por la adquisición de rutinas tanto de encuentro como de compra.


Carnes Soto. Placita de Flórez. Foto: David Rodríguez.
Comer carne simboliza a su vez, comernos al animal como tal y en este acto nos animalizamos y ponemos de manifiesto la antropofagia de nuestra especie por supervivencia o por elección cultural, haciendo palpable el vínculo biológico entre la sangre y la muerte con el degüello del ganado y la incorporación de la carne como alimento.


Carnes GranColombia.  Plaza de Mercado la Minorista. Foto: Leonardo Jiménez.
¿Qué pasa en esos espacios del Valle del río Aburrá donde se expende carne animal para el consumo alimentario? ¿Cómo se construye un espacio social, como se crea un lugar que deja huellas en el territorio en el caso de un negocio de carne en el barrio o en algún sector de un municipio? ¿De qué forma enlazar el recorrido como práctica estética con la alimentación definida como un saber práctico? ¿Son las  carnicerías, las ferias y mataderos de ganado espacios sociales que generan una representación social regional o simplemente cumplen una función en la cadena de producción económica? ¿Qué  es lo que nos dicen las propagandas asociadas a animales que engullimos como la vaca, el cerdo, la gallina, el pescado? ¿De que cocina podemos hablar cuando de carne se trata? ¿Será qué se reflejan en lo visible de las relaciones espacio/carnicero/alimento nuestra “tradición” antioqueña?

Carnicería Punto y Coma. Placita de Flórez.
Foto: Víctor Jiménez.
Al preguntarnos por la gastronomía, por la alimentación, por la carne animal en las comidas y por los espacios que generan el consumo de esa necesidad que también es elección cultural, y que más que nutrición es invención y tradición, fundamentos y situaciones económicas; nos damos cuenta de que se conocen pocas fuentes documentales que expresen la alimentación como un objeto de estudio, es decir; en este campo aún falta mucho por explorar y por generar rutas metodológicas para abordar estudios que combinan la historia contemporánea, la antropología y los estudios visuales. Por ello nos apoyamos en documentos leídos a partir de nuevas perspectivas de interpretación: relatos, imágenes, espacios, la fotografía, lo oral, el diseño y la plástica.

Uno de los referentes fundamentales son las reflexiones de Michel Foucault, quién en las investigaciones sobre el discurso, la cárcel, la sexualidad, los espacios otros y los dispositivos que legitiman los comportamientos a partir del devenir de los discursos que encierra la verdad y el poder desde una perspectiva espacio/temporal específica; donde el presente ocupa un lugar relevante en la comprensión de la producción de diversas formas de funcionamiento sobre la disciplina del cuerpo y el poder; y en la eficacia de la visualidad en el ordenamiento del sujeto moderno con cuerpo utópico. Las Heterotopìas y al articulo Heterotopìas e historia de los espacios de Georges Tyessot. 

Asimismo, los trabajos de Francois Dagonet que postulan un materialismo anclado profundamente en el pensamiento filosófico que se propone rescatar en los objetos que se consumen los valores más edificantes de nuestra subjetividad.  Mencionemos para el caso de la investigación Subjetividad, Filosofía de la Imagen, El elogio del Objeto y El animal según Condillac.

Carnicería la Honda. Barrio la Honda. Comuna 3.
 Foto: David Rodríguez.
 También los estudios culturales y visuales, para permitirnos un acercamiento a experiencias de caso  y el uso de metodologías para abordar las cartografías, mapas culturales, herramientas visuales y el análisis de la cotidianidad, como por ejemplo, La Invención de lo Cotidiano de Michel de Certau; las compilaciones de discursos y trabajos de exploración de José Luis Brea en torno a la visualidad y La invención de la Histeria de George Didi Huberman, en la que este concepto se consolida en las investigaciones sociales para crear clasificaciones en torno al comportamiento humano y su capacidad de re-crearlos. Kosovo aportará la comprensión para las alianzas de la Historia y la fotografía, considerando la imagen estática como una forma particular –poco estudiada- de producir significado y subjetividad de nuestro presente y pasado.

Continuando con estos enlaces entre consumo, ganadería y espacios para concretar la línea de investigación de la estética funcional de Leroi Gourham en su libro el Gesto y la Palabra, donde el hecho estético se constituye en uno de los tejidos de la relación individuo/grupo, mediante un código de emociones que asegura los lazos afectivos del sujeto con la sociedad. También es importante resaltar para este estudio la tensión entre la tradición y la modernidad en las distintas espacialidades, ya que si bien unos conservan los antiguos modos de ofrecer y procesar los productos, otros llegan para promover carnicerías y frigoríficos de autoservicio que crean otras relaciones, el alimento y el comensal. Actualmente no sólo se dan influencias exógenas con respecto a las costumbres alimentarías y los espacios donde se expende el alimento que enriquece las fuentes urbanas y rurales, de tradición, renovación y mezclas que amplían el universo culinario.


Carnicero. Plaza de Mercado la Minorista. Foto: Leonardo Jiménez.
Así la humanización –a la inversa de animalizarnos-, del tiempo y el espacio que se logra a través de los símbolos y las políticas se convierten en el campo por excelencia privilegiado por los gobiernos centrales, la publicidad y el universo alimentario para transformar desde los consumos los gustos y representaciones sociales; es lo que llamaríamos una estética de la carne que se relaciona fuertemente entre su forma y su función,  fieles a una estética funcional en donde se busca lograr la imposición de un discurso y un modelo hegemónico de comportamiento ciudadano en el espacio de transito que se han vuelto los sitios de venta de carne para el consumo humano. En el espacio coexisten múltiples variables (entre ellas la economía) con las cuales se determinan las relaciones sociales, producidas en contigüidad y que hacen referencia a lo vivido como práctica fundamental. Aquí nos servimos del análisis de escritos como los de Iván Escobar, el de Arturo Escobar Escobar, La Invención del Tercer Mundo. El de Ana Clara Torres Ribeiro. Otros territorios, otros mapas. El de Constancio Castro La geografía en la vida cotidiana y el artículo de Vladimir Montoya llamado El mapa de lo invisible. Silencios y gramática del poder en la Cartografía, también Geografía radical: la producción social del espacio social.  

En síntesis ubicarse en la tensión espacio /tiempo,  es la herramienta que da luces y enlaces para interrogar  a las imágenes, los sonidos y las narraciones producidas, las cuales darán las variables y la forma a un mapa de  las carnicerías y los carniceros del Valle de Aburrá. El  pasar por comunidades en las cuales, unas estén más permeadas que otras por la globalización en sus prácticas sociales, es la clave que permitirá observar la tensión entre el espacio y el lugar. En esta tensión es donde se encuentran los intersticios, las transversalidades y las relaciones, los marcajes y particularismos, mapas culturales en los que habitamos.


Arreglador de Carne. Plaza de Mercado la Minorista.
Foto: Leonardo Jiménez.
Pasando a pensar los sentidos y gustos, el estudio de los espacios y de la influencia del universo culinario y gastronómico en ellos, encontramos investigaciones como la de Carolyn Kosmeyer El Sentido del Gusto, Comida, estética y filosofía, la de Claude Fishler El (h) omnívoro. El gusto, la cocina y el cuerpo, y la de Néstor García Canclini con Consumidores y ciudadanos, entre otras.

Ya en el campo colombiano encontramos como referentes al médico Carlos de Greiff, Jorge Bejarano con El problema de la alimentación en el pueblo colombiano, 1947; Julián Estrada  con sus estudios denominados La cocina como agente cultural de la identidad regional y Evolución y Cambio de los hábitos alimenticios en Medellín durante el siglo XX; el trabajo de Gregorio Saldarriaga  Consumo de carnes en zonas cálidas del Nuevo Reino de Granada: cualidades cambiantes.  Siglos XVI y XVII, y el de Alberto Flórez, una compilación publicada en 2009 por la Universidad Javeriana, titulada El poder de la Carne. Historias de ganaderías en la primera mitad del siglo XX, además el plan estratégico de la ganadería colombiana 2019 llamado PEGA.

En este orden de ideas, el proceso “Los Espacios de la Carne: cartografías de Carnicerías y Carniceros del Valle de Aburrá”,  busca identificar en los  espacios alimentarios unos marcajes del lugar que instauran ciertas prácticas de consumo, configurándose en un territorio que permite leer geografías  y valores particulares dentro de las prácticas alimentarías.

Es en este sentido donde se hace pertinente este tipo de temas en los estudios contemporáneos, dentro de los estudios visuales - culturales, es decir, que para este caso se forjará en por los lugares transitados un conocimiento, un arte procesal, una investigación experimental, una reflexión y quizás una motivación en los espacios que re-crea el alimento, como elemento constitutivo del patrimonio material e inmaterial de nuestra región.

Carnicería la Porcelana. Barrio El Raizal. Comuna 3. Foto: Víctor Jiménez.
Este proyecto fue aceptado a la beca pasantía Virginia Gutiérrez, Jóvenes Investigadores, Colciencias 2010 -2011.

Relaciones Hombre - Animal - Alimento

El Sacrificio del Ganado


La gente quiere comer su hamburguesa, no quiere conocer a la vaca,de la  pelicula ('The Island', 2005). del cineasta alemán R.W. Fassbinder

Relaciones Hombre - Animal - Alimento

Sabor y Saber a Carne

Muchos alimentos adobados y decorados con grasa para las fiestas dicembrinas.


La Famosa bandeja Paisa, con sus tres y hasta más carnes, toda una oda  a la obesidad, el colesterol y la alimentación antilight

Chuzos deliciosos, muy provocativos en las calles del colesterol que se hacen el río y en los parques de los municipios de Antioquia
Hasta eso crudo se ve rico !ummmm¡
La Longaniza adobada y decorada para llamar a las vistas y hacer derretir las papilas gustativas.

Papas con Carne, Chunchurria, Chorizos, Tocinetas y otras tantas delicias para un paladar festivo, !Nuestro Mekato¡
 Puedes ver el artículo alojado en otro blog !Click aquí¡