¡BiciRutas Patrimoniales! 🚲




Existen varias categorías de trayectos patrimoniales, esta vez realizaremos uno de los que hemos llamado “circuitos histórico culturales a bienes inmuebles de valor patrimonial”, los cuales están insertos en la periferia, en este caso iremos a El Jordán, una casa relevante del Patrimonio de las sociabilidades, paseos, fiestas y músicas del siglo XIX y XX, que en la actualidad se ubica en la comuna siete (7) de la ciudad, y cuya extensión de recorrido en bicicleta no supera los 10 Km.

Fachada frontal del Jordán a principios del siglo XX, con su aviso de baños “Casa fundada en 1891”. Foto de la Familia Burgos, publicado por Rosa María Pérez. Investigación Histórica Luis Fernando González Escobar 2015


La ruta patrimonial que haremos es un circuito a través de la arquitectura barrial, contextual y no monumental de los habitantes de los márgenes de la ciudad de Medellín. De la misma forma, es la posibilidad de reconocer en estas materialidades vernáculas las huellas del crecimiento urbano en los espacios y residencias que se construyeron en Robledo para el encuentro y la diversión, al ser un paraje o zona de paso, en el “Camino Real” a San Cristóbal y Santa Fe de Antioquia.

Ciclistas participantes de la BiciRuta Patrimonial
  • El pasado del siglo XIX y XX de la ciudad.
  • San Siro, Aldea de Anápolis, El Cucaracho, Robledo Parque.
  • Los pobladores y habitantes de los barrios de Medellín por 125 años.
  • La historia barrial a través del crecimiento urbano y de la zona.
  • Los rituales y costumbres de los estaderos de paseo y las fondas de paso.
  • Los caminos y automóviles: el carretero, el tranvía, las chivas, los buses y carros.
  • Las músicas y sociabilidades a través de un siglo.
  • La arquitectura regional y el conjunto paisajístico funcional de la vivienda tradicional.
  • La producción cultural de bohemios, clientes, intelectuales, pintores y demás personas que hicieron del lugar un referente territorial en la vida de la urbe.

Render de la proyección de la restauración integral de El Jordán como Centro cultural.
Conclusión
El Jordán es un lugar referente de memoria urbana por lo que se vivió allí desde que fuera unos “baños de las afueras” en la última década del siglo XIX, hasta las tertulias de los intelectuales en las últimas décadas del siglo XX, y las proyecciones a futuro para los archivos y las culturas musicales folclóricas y académicas de Medellín, Antioquia y la Costa en el siglo XXI.


Descargas
Conoce más sobre el recorrido y la temática enhttp://patrimoniomedellin.gov.co/biciruta-el-jordan/
Para conocer el texto de investigación completo, puede descargarlo haciendo clic aquí
Enlace a la versión digital de la presentación El Jordan: https://goo.gl/81YvKf 


BiCiRutas Patrimoniales es un proyecto/actividad de la Unidad de Memorias y Patrimonio de la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín en asocio con el Colectivo SiCLas.

Divagaciones canguilharawayanas

Tocadora de tímpano. La autómata de Maria Antonieta.
¿De dónde viene eso de que tenemos necesidad de pensar por oposiciones bipolares? Algunos, a partir de Platón y Aristóteles, pretenden que eso procede de la oposición entre la izquierda y la derecha[1]; otros dirán que es la diferencia de los sexos la que comanda el binarismo de nuestro pensamiento. La figura de Cyborg tiene el interés de proponer un enfoque neodialéctico de las dicotomías. El propio término “cyborg” es una palabra-valija, compuesta de dos partes: cibernética y orgánico, irreconciliables, imposibles de fusionar, y sin embargo irrevocablemente asociadas la una con la otra, en una unidad coja.

Se considera a menudo a un individuo viviente con un estimulador cardíaco o con una bomba de insulina como “Cyborg”. El dispositivo le permite vivir acallando su dolor o paliando sus insuficiencias del organismo. Pero al mismo tiempo, la inserción de la máquina en el cuerpo marca una intrusión por medio de la cual el cuerpo es como anexado a un régimen de regulación que lo rebasa; parece renunciar a una parte de su autonomía para entrar en un régimen de dependencia de la técnica.

Repensar Cybor en Organorg, es decir que los humanos han integrado desde hace tiempos técnicas en ellos, en sus gafas, en sus vestidos, en sus palabras, que nunca han sido naturales, en bruto, que nunca han estado por fuera de la técnica. En suma, que Cyborg no es un objeto futurista; que el compuesto de organismo y de máquina, o también de humano y de técnico existe ya.
Intergalactic Pin-Ups who fulfill Sci-Fi fantasies
Dicho de otro modo, la maldición de Ícaro ha sido levantada[2], la violación infligida a RoboCop fue alejada[3], y la angustia ligada a la intrusión del Bioport se ha desvanecido[4].  Una vez sus contornos han sido rediseñados (o debilitados) ya Cyborg sólo es en Organorg sólo un nuevo nombre para designar la instrumentación o el recurso a las herramientas, teniendo como cláusula adicional un cierto tipo de inserción de la herramienta en el organismo, no por un injerto sino por una composición individuada.

Organorg es el resultado de una larga tradición de instrumentos y de toda una cultura de objetos que podemos reinterpretar como medios de mejorar sus actuaciones y de completar sus facultades. Organorg (organismo con instrumentos exteriores integrados) aparece ciertamente como un nuevo compuesto fuertemente individuado, pero este individuo nuevo se encuentra provisto de un conjunto de dispositivos (los cinco sentidos orgánicos o diferentes instrumentos perceptivos que le proveen diversos datos de los que podría hacer uso: visión infrarroja, percepción ultrasonido, etc.) que contribuyen todos a su conservación como individuo. El individuo exige, para realizar su objetivo (sobrevivir) que se opere un triaje normativo en su medio, una valorización de su entorno.

Entonces ¿hasta dónde se puede mantener la distinción Cyborg/Organorg? Como ocurre con toda pareja, la distinción se mantiene y al mismo tiempo se marchita. Si se los quiere acercar, habremos de recordar que Cyborg (tal como lo concibieron Clynes/Kline) tiene pretensiones extremadamente modestas. Si les creemos, es un simple dispositivo que no modifica lo humano más allá de lo que lo haría leer un libro o conducir una bicicleta. En particular, la identidad sexual de Cyborg no está alterada: él-la sigue siendo hombre o mujer. Sin embargo, forzoso es constatar que pasando del laboratorio experimental a la filosofía y a la ficción, Cyborg ha escapado de alguna manera de sus creadores; necesariamente, las creaturas se ensalvajan. 

Pienso pues que lo biológico y lo político deben ser desconectados. Sostengo incluso que el sexo debe desaparecer de nuestras cédulas de ciudadanía, o de nuestra inscripción a la seguridad social, como marcador de identidades en los documentos administrativos. No comprendo por qué se me pregunta que precise si soy un hombre o una mujer en el momento de tomar un avión.  Pues en este punto pienso que la sociedad es todavía demasiado fijada en la idea de identidades estables que hay que preservar, mientras que una sociedad democrática debe permitir que se expresen toda suerte de identidades y de historias individuales.  Y para eso, no tiene por qué reglamentar y regimentar los sexos de las personas, apoyándose en ninguna base natural.

El libro de Thierry Hoquet es una consagración a la figura socrática de Cyborg para cuestionar las dicotomías que recorren hasta nuestros días la tradición filosófica. La que nos interesa en la actualidad es la del femenino y del masculino, y la manera como ella funciona como apropiación de la cultura por parte de lo masculino.

Para conocer la traducción realizada por Luis Alfonso Paláu C del segundo capítulo, Cyborg y organología general puedes descargarlo haciendo clic aquí.

Para conocer la traducción por Luis Alfonso Paláu C de la entrevista que le hicieron en  Cahiers philosophiques, puedes descargarla haciendo clic aquí.



[1] T. Hoquet, op. cit., § 12.3.  < 12.3 A/simetrías    “¿De dónde viene el dos?” pregunta Cyborg.  “Todo el cuerpo está trabajado por un principio de simetría”, responden los Amigos de lo Dual; de esta manera, izquierda/derecha estaría en el origen de todas las parejas.  La dicotomía nacería de la bilateralidad.  Platón observa: se divide por dos, como existe el miembro derecho y el miembro izquierdo, y uno se deja guiar por esta duplicidad orgánica (Fedro, 265 e – 266 a).  Y Aristóteles observa: “el hombre tiene dos partes superiores e inferiores, anteriores y posteriores, izquierdas y derechas”; ahora bien, sólo estas últimas dan impresión de simetría.  ¿Por qué pues –se pregunta Cyborg– concederle ese privilegio a izquierda/derecha?  Y sobre todo ¿por qué el propio Aristóteles, tan pronto haber escrito: “las derechas y las izquierdas son casi semejantes en sus partes e idénticas en todas las cosas” viene a añadir: “pero las izquierdas son más débiles que las derechas”? (Aristóteles, Historia de los animales, I, 15) Cyborg gruñe: Aristóteles revela pues que la simetría es un mamarracho, porque siempre hay un lado más grueso o más pequeño que el otro.  Los Amigos de lo Dual están en aprietos.  Pues ¿por qué diablos tachar a la izquierda de imbecilidad?  ¿Por qué uno de los lados es siempre proscrito, maldito, destinado al oprobio?  Si en todo esto sólo se trata de suponerle una simetría al cuerpo, ¿para qué introducir la asimetría si solo se la va a degradar, a desvalorizar?  Cyborg parte encolerizado.  La pretendida simetría del cuerpo no explica nada. Pero no por ello deja de ser temiblemente contagiosa. Contagio o desbordamiento, cuando Lord Verulamio, habiéndole asignado dos manos a la naturaleza para que ella opere, las llama lo caliente y lo frío (F. Bacon, Sylva Sylvarum, I, 68); contagio aún en Newton, que para concluir su Tratado de Óptica, entabla un paralelo entre la uniformidad de los movimientos del sistema planetario, tan maravillosa que ella es necesariamente el “efecto de una voluntad e inteligencia”, y “una uniformidad de los cuerpos de los animales, quienes poseen generalmente un lado izquierdo y derecho semejantemente formados” (Alfaguara, 1977, p. 347)>
[2] < “2.8.  Ícaro.  Cyborg sabe que su ensamblaje es necesariamente inestable y que él parece marcado con el sello de una maldición: la del imposible injerto de la técnica sobre el organismo, del órgano adquirido sobre el órgano nativo.  Por una parte, lo adquirido perpetuamente se desprende de lo nacido; por otra parte, lo nativo se degrada y se muere, aunque el final lo adquirido termine por ser inútil y obsoleto.  Es esta labilidad de Cyborg-ensamblaje a la que a veces se le da el nombre de Ícaro.  A veces se opone Ícaro a los optimistas ensalzadores de Dédalo.  Ícaro significa entonces el castigo de la falta moral, el precio que debe pagar quien cae en el exceso (hybris), en el orgullo que desafía a los dioses.  Cyborg reconoce que Ícaro es un despilfarrador, un calavera acróbata e imprudente, el loco del stunt , el Rémy Julienne de la filosofía.  Pero Ícaro significa también la gracia, el gesto magnífico que se autoriza de ir a ver hasta dónde puede elevar su stuff, antes de que este se fije o se funda.  Ciertamente Dédalo ha llegado a buen puerto; pero ¿es realmente envidiable su suerte?  La locura y la gracia de Ícaro nos enseñarán quizás a imaginar un Cyborg feliz”.  Aquí mismo, infra p. 157 >
[3] < “2.9. RoboCop o la competencia de los stuffs.  RoboCop es un acoplamiento sobre lo que queda de un stuff humano en jirones.  RoboCop es Cyborg en la carnicería, la amputación del stuff nativo; es Mambrú se va a la guerra en la época cibernética, un cuerpo-tronco que aún palpita del que se apoderan una medicina carnicera y un capitalismo depredador para transformarlo en producto y en eslogan publicitario; el “super-tombo” de “nueva generación”.  RoboCop interroga la equivalencia mecánico/viviente, la integridad del individuo y el respeto de su stuff.  La mutilación es crucifixión; los torturadores tiran primero de la mano derecha, le infligen los estigmas.  Una vez amputados los miembros nativos, los instrumentos de acero funcionan como un stuff de reemplazo, una prótesis; pero el cirujano decide también amputar el segundo brazo del cuerpo-cadáver de Murphy, que todavía funcionaba; aquí la prótesis se vuelve sustituto, con el fin de producir un policía más resistente y más performativo.  Los órganos adquiridos ¿mas que ser un complemento de los nativos, serán su posible mejoramiento (enhancement)?  Si seguimos este linaje, llegaremos a las piernas en láminas de carbono de Oscar Pistorius, tan rápidas que todos quieren las mismas; y a las hipótesis de Hans Moravec sobre la posibilidad de telecargar, de programar un espíritu en una máquina, para hacerlo inmortal”.  Aquí mismo, infra, pp. 157-158 >
[4] < “2.12. Allegra Geller o el imposible bioport.  Cyborg se detuvo mucho tiempo ante esta frontera; ¿cómo conectar lo orgánico con lo electrónico, el carbono con el silicio?  El cerebro es un medio acuoso o húmedo cuya comunicación funciona por la circulación de iones; el chip de silicio es un dominio regido por una circulación electrónica.  Entre los dos sistemas, no hay verdadera comunicación o cableado real posible.  En el mejor de los casos, se podría pues meterlos en contacto separándolos por una finísima capa, para permitirle al chip que mida la actividad eléctrica de la célula, espie lo que pasa, sus transistores captan señales.  ¿Cómo asegurar el cableado o la conexión, interfaz, pasar de una inteligencia aislada a una inteligencia distribuida, o de una mónada a un enjambre zumbador?  En eXistenZ, los juegos están directamente conectados en el stuff de la que juega.  Para hacerlo debe pues estar provista de un “bioport”, la toma o el canal donde se inserta un cordón de apariencia umbilical y llamado “ombicuerda”, que liga su organismo a una consola video-orgánica llamado “biopodo”.  Aquí mismo, infra, p. 160>.

Pierre Macherey

George Cangilhem
Cuando Canguilhem tuvo conocimiento de la primera gran obra de Foucault, Historia de la locura, sobre la que tuvo que escribir un informe en tanto que jurado de tesis, inmediatamente subrayó su carácter innovador, y su importancia, mucho más allá de los límites concedidos a un trabajo especializado que concernía la historia de la psiquiatría; algunos años más tarde, hacía aparecer en la colección Galeno que dirigía en PUF, Nacimiento de la clínica, la obra de Foucault que sin duda más le interesó porque su tema lo concernía de más cerca, y a la que a menudo se refirió en sus propios trabajos[1]. 
En fin, cuando Les Mots et les choses fue puesto en circulación, le consagró con el título «¿Muerte del hombre o agotamiento del Cogito?», un importante estudio aparecido en 1967 en Critique en el que, tomando su defensa contra sus contradictores o sus censuradores –se estaba entonces en plena querella del humanismo– él elogiaba la “lucidez” del proceder de Foucault, a propósito de la que llegaba hasta sugerir en conclusión que ella podría jugar con respecto a las ciencias humanas un rol comparable al que había jugado la Crítica de la razón pura para las ciencias de la naturaleza.
Michel Foucault
Uno de los últimos escritos de los que Foucault autorizó su publicación fue la retoma de una presentación general del camino de Canguilhem, que había sido redactado en 1978 en el momento en que lo tradujeron en los EE. UU.; ese texto, titulado en su versión definitiva “la Vida: la experiencia y la ciencia”, es sin duda uno de los más importantes y de los más pertinentes comentarios que hayan sido consagrados al pensamiento de aquel que, en la conversación, Foucault llamaba en ese momento –sin ironía, y siendo él avaro en este tipo de efusiones– “nuestro viejo maestro”ðð 
Se puede pues decir que Canguilhem y Foucault se han reconocido (en el sentido fuerte del término), e incluso en parte reconocido el uno en el otro a través de intereses y valores que compartían en común; entre ellos se tejió una relación intelectual fuerte que podemos suponer jugó un rol no despreciable en el desarrollo de sus respectivos pensamientos.
Para conocer la traducción realizada por Luis Alfonso Paláu C, de la ponencia presentada el 1º de junio de 2016 por Macherey en el marco de una jornada de estudios sobre «Michel Foucault y la subjetivación» (Universidad Paris-Est Créteil), puedes descargarla haciendo clic aquí



[1] Al final de la parte complementaria, redactada «veinte años después», con la que termina Le normal et le pathologique, Canguilhem señala que «en páginas admirables, conmovedoras, del Naissance de la clinique, Michel Foucault mostró cómo Bichat hizo «girar la mirada médica sobre sí misma, para pedirle a la muerte cuentas de la vida» (Le normal et le pathologique, Paris, PUF/Quadrige, 1988, p. 215).  Esta conversión de la mirada que él llama también «eversión», es la que el propio Canguilhem ha tratado de practicar.  Los dos libros de Foucault, Histoire de la folie (1961) y Naissance de la clinique (1963) son añadidos como referencia en el Suplemento a la bibliografía de la nueva edición, en 1966, de La connaissance de la vie, lo que subraya la importancia que Canguilhem les concedía.
ðð < M. Foucault.  "La vida: la experiencia y la ciencia".  Revista de Metafísica y Moral.  90º año/#1.  Enero-marzo/1985.  tr. Paláu, publicada in Sociología 18, Medellín: Universidad Autónoma Latinoamericana, Julio/1995 >

Pierre Macherey

De Canguilhem a Canguilhem pasando por Foucault

Independientemente de las consideraciones personales y particulares que conducen a aproximar los recorridos teóricos de G. Canguilhem y de M. Foucault, una tal comparación se justifica sobre todo por una razón de fondo: estos dos pensamientos se han desarrollado en torno a una reflexión consagrada al problema de las normas; reflexión, en el sentido fuerte de la expresión, filosófica, incluso si ella ha estado directamente asociada en estos dos autores a la utilización de materiales tomados de la historia de las ciencias biológicas y humanas, y de la historia política y social.  Por esto esta interrogación común que, en términos muy generales, podría ser formulada así: ¿por qué la existencia humana está confrontada a normas?  ¿De dónde sacan ellas su poder?  ¿Y en qué dirección orientan ellas este poder?

Para conocer la traducción completa realizada por Luis Alfonso Paláu C, puedes descargarla dando clic aquí

Memoria audiovisual del seminario


El Posgrado de Estética de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, en asocio con la Facultad de Artes y Humanidades del Instituto Tecnológico Metropolitano, y con el apoyo de la Aliance Française de Medellín y el Museo casa de la Memoria, realizaron el seminario: PSICOPATÍAS EN LA CREACIÓN ARTÍSTICA. LÓGICAS DE LA IMAGINACIÓN SIN COERCIONES. El mismo fue orientado por el profesor Pere Salabert Sole, Docente Honorario de la Universidad Nacional de Colombia y profesor de la Universidad de Barcelona.







Pere Salabert: Catedrático de Estética y Teoría de las Artes en el Dpto. de Historia del Arte de la Universitat de Barcelona, profesor honorario de la Universidad Nacional de Colombia- Sede Medellín (de la cual ha sido profesor visitante del postgrado de estética por 25 años) y de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Argentina.  Ha sido asimismo profesor visitante en universidades de América Latina, Estados Unidos y Europa. De 1983 a 2002 ha dirigido la revista especializada "D’art" y hasta 2004 su nueva versión "MATERIA. Revista d'Art", de la Universitat de Barcelona.

¡BiciRutas Patrimoniales! 🚲


BiCiRutas
Las BiCiRutas Patrimoniales te invitan a pedalear hacia maravillosos e increíbles lugares de la ciudad, en los cuales disfrutaremos de relatos, historias, imágenes y actividades, que nos narran de una manera amena y entretenida, las memorias alrededor de las cuales tejemos nuestro pasado, presente y futuro.



En esta ocasión iremos tras los rastros de nuestros ancestros Los Aburráes al barrio La Colinita, lugar en donde se halló una tumba precolombina en el año 2013. 


Hemos catalogado esta BiciRuta con grado de dificultad alto por loma, pero ¡no te preocupes!, las partes más difíciles las subiremos caminando.



Una ruta patrimonial se constituye en un medio de acceso al territorio y las diversas culturas locales que nos precedieron hace siglos, para su conocimiento y disfrute, permitiendo contribuir al desarrollo y proyección de las identidades locales en un mundo globalizado.

Existen varias categorías de rutas, en este caso realizaremos una que hemos llamado Rastros de nuestros ancestros, parte del Patrimonio arqueológico, paisajístico, histórico y cultural, la cual está inserta en una comuna de la ciudad de Medellín, y cuya extensión no supera los 25 Km.

En este empeño la idea es hacer una guía para el visitante, que en su conjunto le entrega una base de información sobre los Aburraes y otros pobladores indígenas que habitaron hace más 800 años, en un recorrido seguro y con nuevos ojos sobre un barrio y un equipamiento urbano colectivo.



En esta biciruta los conectores que proponemos explorar son:
El Pasado Prehispánico.
Los Ancestros y pobladores (indígenas) antes y en los primeros 150 años de la invasión española. Poblamiento: extinción o resistencia.
Los Emplazamientos donde habitaron, paisajes y lugares sagrados.
Los Rituales de la muerte (funerarios) y cosmovisiones no occidentales.
Los Caminos (de Guaca, de la Cuesta, del Virrey) y búsquedas de la Arqueología, la Antropología y la Etnohistoria para explicar otras culturas.
Continuidad cultural o cambio profundo de sociedades antes y en el periodo de contacto.

Descargas
Conoce más sobre el recorrido y la temática en: bit.ly/bicirutaspatrimonio
Para conocer el texto de investigación completo, puede descargarlo haciendo clic aquí
Enlace a la versión digital del libro Los Aburráes: http://bit.ly/LosAburraes
Carpeta digital con materiales sobre las culturas del valle de Aburrá y las BiCiRutas https://goo.gl/DlvvAB
400 años de El Poblado de San Lorenzo de Aburrá: La génesis de Medellín. Vídeos de ciclo de conferencias de la universidad EAFIT. Marzo 1 de 2016. http://envivo.eafit.edu.co/EnvivoEafit/?p=25171

BiCiRutas Patrimoniales es una actividad de la Unidad de Memorias y Patrimonio de la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín y el Colectivo SiCLas.

François Dagognet, in memoriam

La gran industria, la ciudad, las ciencias, el arte... son objetos filosóficos, atractores que organizan la realidad de los objetos del mundo y de la cultura.  Son espíritu objetivado que se ha exteriorizado y realiza una creación.  La redención del sistema industrial implica una ampliación de la cuádruple tarea de concentración y de focalización, de conservación y recuperación (contra las erosiones del tiempo).  Las ciencias... con sus taxonomías, tipologías, morfologías, apresan en sus redes lo real mismo.  La fábrica ha aprendido a reciclar, así como el arte se ha empeñado en recuperar los residuos, las basuras, los detritos.  Dagognet apunta a una filosofía de los materiales (materiología), busca salidas a una propuesta monista que este acorde con el estado de las ciencias.  El mundo ha dado a luz la vida que lo absorbe y lo sostiene; y la vida ha logrado la proeza de empujar la aventura de la cultura, que como espíritu cerebralizado la asume y nos impone la responsabilidad ética, estética y política de una fantástica celebración.

Todas las sesiones se realizarán los martes de mayo del 2016 a las 6:00 p.m. en la sede de la Alianza Francesa de san Antonio, centro de Medellín.

Fechas de las sesiones:

1ª sesión (martes 3): Anatomía de un epistemólogo: François Dagognet
2ª sesión (martes 10): François Dagognet, médico, epistemólogo, filósofo
3ª sesión (martes 17): François Dagognet y las políticas del cuerpo
4ª sesión (martes 24): François Dagognet, ¿la moral de un nuevo enciclopedista?
5ª Sesión, (martes 31): Tema sorpresa. 
Para conocer en detalle del programa del seminario, ir al link https://goo.gl/JzEIya

Presentación de F. Dagognet
François Dagognet en 2013 © Manuel Braun
Nacido en Langres en 1924, este erudito tuvo como mentor y amigo a Bachelard, y se formó como médico en la Estrasburgo de Canguilhem.  Allí aprendió que la medicina debe captar la "enfermedad" bajo el embrollo de los síntomas, obligando a la patología a no separarse de la nosología que le enseña a descartar las particularidades de los enfermos, hasta el punto que el pronóstico pueda llegar a ser epistemológicamente más importante que el diagnóstico.Materiólogo, exólogo, enciclopedista.

En muchas de sus obras está presente la interrogación metodológica que le interesa: ¿cómo manejar una cantidad de elementos, de unidades, de obras, de seres como los minerales, los vegetales o los animales, las enfermedades, los productos?  Las ciencias experimentales confrontan así el problema mayor de la lógica propiamente dicha: el de la verdadera clasificación.  Se apoya en un procedimiento que cree positivo: el de la economía de medios y de la abreviación.  Este consiste en registrar y en condensar los datos más significativos, empobrecerlos en apariencia mientras los enriquece.  Ante cantidades respetables, esta operación supone una codificación, instrumentos de memoria y de archivo, una administración que se encargue de todo, de ordenar y gestionar.

Espíritu acerado en el estudio de la química y de la historia de las técnicas, ha sabido predicar la riqueza creativa de la materia.  Preocupado por las superficies y por las materias blandas más que por los sólidos y las sustancias, sus análisis culminan en un elogio del artificio y de los procedimientos de síntesis que crean imágenes y plásticas en vez de reproducir un pretendido real estable, dado de una vez por todas.  Dagognet es un poeta de la demiúrgia.

A partir de la generalización de los problemas de la sistemática y de la ciencia morfológica, y luego de interesarse por el destino y evolución de instituciones como el museo, la ciudad, la fábrica..., Dagognet se ha dejado sorprender por el arte actual y sus signos: la neo-materialidad de los soportes, la fuerza de una plasturgia.

Su filosofía es pues de segundo grado, dado que los problemas que le competen suponen un desmonte previo de los campos empíricos que denotan.  Se trata de problemáticas intensivas, que lo llevan a preocuparse de las cosas mismas, de las pobres cosas tan abandonadas por los filósofos ególogos dedicados al narcisismo lengüeril.  Los objetos materializan los esfuerzos de las técnicas, así como el trabajo de quienes los fabrican; sin embargo los filósofos idealizadores se dan el lujo de considerarlos como inertes e insignificantes, despreciando la sociedad laboriosa y toda nuestra historia.

Filósofo amable movido por una curiosidad gozosa, alegre, "materiólogo" de lo nuevo, de lo múltiple.  Publicó en 1997 uno de sus más bellos textos en el que propone una nueva ontología de lo desgarrado, de lo sucio, de lo grasiento, de lo miserable... para quitarles la infamia con la que se los ha cargado; camino filosófico por el que acompaña a los artistas plásticos que muestran hoy en sus obras lo que se corrompe, lo precario: papeles usados, envolturas arruinadas, harapos, etc. que inducen a la compasión por lo frágil y lo perecedero.

Sus libros para una Nueva Moral de nuestro tiempo, que Dagognet propone plantear a partir del análisis de las tres instituciones a las que pertenecemos siempre, y que nos definen: la familia, el trabajo, la nación, y que muestran que no existe progreso de la moralidad a pesar de que los problemas que se plantean sean siempre diferentes; y una recopilación de artículos sobre el saber y el poder de la medicina en los que se la piensa en tanto que historia (conceptualizada), en tanto que potencia curativa (remedios, antibióticos, etc.) y en tanto que moral (respeto de las normas comunitarias y defensa del individuo enfermo).  Sobre el mismo tema se había manifestado ya nuestro amigo en una larga entrevista que sostuviera en 1996 con Philippe Petit (Por una filosofía de la enfermedad) y que publicamos en el número de la revista Sociología 24 de la Universidad Autónoma Latinoamericana de Medellín, junio del 2001.

Propone una exología ilimitada que nos ancle en el afuera que a la mayoría le parece que solamente oculta el adentro.  Por este camino defiende “el tener” que acompaña al ser (humano), lo marca y ayuda en su constitución.  “Ser” y “tener”, lejos de excluirse, se compenetran y se llaman el uno al otro.  Un sujeto no se concibe sin algunas pertenencias a las cuales permanece apegado; por lo demás, una parte de la vida social está dedicada por los unos a arrebatar a los otros lo que los singulariza (la tesaurización inseparable de un empobrecimiento de los que son privados de su riqueza como de sus bienes)... Afirma que sólo los que compran pueden llamar a esta sociedad “de consumo”; los otros padecen sus dificultades.  La rabia de poseedor (y por tanto de desposeer) define una pulsión objetal que rivaliza, por su violencia, con la sexualidad a la que termina por parasitar.  No se puede seguir creyendo ni en la realidad de una existencia enteramente amurallada y cortada de sus semejantes, ni en la de conductas de verdadero aislamiento.

Se nos ha impuesto la idea de que el afuera de una cosa no puede equivaler a la cosa ni informarnos sobre ella, puesto que él no se sitúa en ella sino solamente en su contorno.  Siempre parece que el fondo se impone a lo que lo rodea y también lo vela.  La razón de tal valorización de lo uno en detrimento de lo otro se desprende también de que no hemos sido entrenados en la lectura de superficies, que sin embargo se vacían lo más frecuentemente sobre lo de abajo y dependen de él.  El aparecer es suficiente para decir el ser que no deja nunca de exhibirse por algún lado; por lo demás, “ocultar es mostrar”.

Hombre generoso que llegó hasta proponer la nacionalización de los cadáveres, para evitar las tragedias debidas a la baja donación de órganos, con el convencimiento de que hacemos parte del cuerpo “místico” de la humanidad.  Falleció en Avallon en octubre del 2015 sin nunca haber montado en avión ni haber utilizado la internet.

Luis Alfonso Paláu C. Profesor Titular jubilado de la FCHE - Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín. Profesor de Historia de las ciencias de la Escuela de estudios filosóficos y culturales de la misma Facultad. Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad Pontificia Bolivariana. Magíster en Historia de las ciencias del Instituto de Historia de las ciencias y de las técnicas de París. Doctor en Historia y filosofía de las ciencias de la Universidad de París I (Sorbona-Panteón)- Université Paris 1 Panthéon-Sorbonne Fundador en 1980, y coordinador hasta 2004, del primer Seminario permanente en Colombia de Historia de la biología.
Micro-Seminario François Dagognet, in memoriam
De igual forma, para leer, les  recomendamos
Muerte del filósofo François Dagognet LE MONDE | 04.10.2015 à 19h27 • Mis à jour le 04.10.2015 à 22h21 | Por Roger-­‐ Pol Droit. tr. L. Alfonso Paláu, octubre 5 de 2015.
Bio-bibliografía de este importante pensador del siglo XX y XXI. Elaborada por L. Alfonso Paláu Castaño. 
Traducciones del francés al español de textos de y sobre François Dagognet de Luis Alfonso Palau Castaño. A propósito de François Dagognet (Langres, 1924, Avallon, 2015). Revista Ciencias Sociales y Educación. UNIVERSIDAD DE MEDELLÍN. Vol. 4, No. 7, Pág 199, enero-junio de 2015.

Para conocer las lecturas de cada una se las sesiones del seminario y otros escritos facilitados, puede consultar en link  https://goo.gl/1ySv3U

Cátedra Grandes Debates de la Cultura Contemporánea

























Crónicas urbanas

Con la copa en la mesa. Foto: Juan Fernando Hernández.
En la época de la colonia era común que los españoles llegados, fuesen recibidos por una familia ya afincada en estas tierras americanas; de esta forma el recién llegado no se instalaba solo y decía pertenecer a la casa de la familia que lo acogía. Esta forma de organización que excluía el habitar a solas como opción, a la vez que permitía un control por parte de las instituciones coloniales.
En la sociedad colonial el temor a la soledad era común entre las mujeres jóvenes pertenecientes a familias nobles, quienes al no encontrar pareja de su misma casta debieron enfrentar la soltería o la vida conventual. Estas formas de habitar en compañía suponían un efectivo control social, moral y político de todos los habitantes de la aldea. Y con algunas excepciones la Villa de La Candelaria, fue una de las ciudades donde menos personas habitaban a solas, tal como lo indican algunas fuentes. 
Durante el siglo XIX los hombres y mujeres solitarias, era vistos como fracasados. El ideal de la vida era la convivencia en familia. Especialmente después de mediados del dogma de la Inmaculada Concepción, los ideales de “ama de casa” y “hombre de familia” se consideran la realización de todo aldeano.
Después de la década de los años cincuenta del siglo XX, por diferentes circunstancias, surgió una nueva y compleja gama de habitantes solitarios como consecuencia de una serie de factores relacionados con la urbanización y el acelerado crecimiento demográfico, que conllevo a su vez al despliegue de cambios de hábitos y valores, así como a las distintas formas del sobrevivir.
Aún en nuestra era digital y de las relaciones virtuales algunas viejas representaciones urbanas del habitante solitario: hombres y mujeres, solterones y solteronas de mustio aspecto y pelo encanecido, cuyo ambiente doméstico olería a rincón viejo, seres a quien todos intentarían evitar para no contagiarse de su soledad, hombres solos de dudosa sexualidad que recibían extrañas visitas masculinas en su domicilio, solteronas con olor a naftalina y múltiples manías que parecerían ocultar un terrible secreto. Ellos eran los “biatos” y “biatas” paisas, palabra con la que se bautizó durante algunos años aquellos que vivían a solas y no se casaban. Estas personas consideradas “amargadas” de solemnidad causaban a todos una terrible curiosidad sobre su vida sexual y sus manías.
De otro lado, a medida que finaliza el siglo XX, con el auge de la construcción de apartamentos en altura, los homosexuales ahora llamados gays, encontraron en los edificios un lugar para morar en el anonimato. Asimismo el heterosexual soltero y solitario acomodado de la ciudad, pudo distinguirse de los menos afortunados y su morada recibió el ostentoso título de “apartamento de soltero”
Milenarias brujas solitarias y solteronas desesperadas
En la cama. Foto: Juan F. Hernández
En la edad media muchas mujeres solitarias con conocimientos sobre el poder medicinal de las plantas fueron satanizadas por el cristianismo y quemadas en la hoguera. Este temor, aún está presente en determinados contextos sociales y culturales donde la soledad de algunos es la intriga de muchos.
El 30 de agosto del año 2012, algunos habitantes de una vereda en el municipio de Santa Bárbara (Antioquia) irrumpieron en horas de la noche en la morada de Berenice Martínez, única habitante solitaria de aquella vereda, después de golpearla los vecinos la quemaron viva. Las razones expuestas por los atacantes para justificar este brutal acto fueron que Berenice practicaba la brujería y que los males de los habitantes de la vereda provenían de los maleficios de la solitaria mujer.
Mujeres solas como Berenice siguen siendo acusadas de brujas, de relacionarse con los secretos del mal y de la noche. Sólo basta con saber el horario y canal precisos, para poder observar en la televisión las escenas de la famosa vecindad de El Chavo, comedia del libretista y actor mexicano Roberto Gómez Bolaños. Allí está doña Clotilde, la bruja del 71, solterona desesperada en busca de marido, tratando de seducir a su vecino Don Ramón mediante el obsequio de un pastel. Poco se sabe del mundo doméstico de doña Clotilde, aunque algunas veces se le ve ir al mercado con una canasta. La presencia de la mujer mayor y solitaria en la vecindad causa temor y curiosidad entre los niños, los cuales la perciben como un ser extraño en su soledad doméstica.
Ese temor, aparece en la antigua soledad de las brujas en los cuentos de hadas. La anciana en su pequeña casa de chocolate en el bosque, a la cual llegan los niños Hansel y Gretel. El universo de la anciana se oscurece con la terrible práctica de su canibalismo, todos los objetos dispuestos en su morada parecieran no tener un fin únicamente doméstico, sino que representan los insumos para urdir lo maligno y lo oscuro. El mismo caldero donde se cuecen los alimentos, las yerbas, los frascos con pócimas y menjurjes, los animales domésticos y aún las prendas de la mujer tienen un carácter sombrío. Su soledad ha tocado sus objetos y éstos, como ella, están ungidos de la ausencia, coexisten con su dueña en el lado oscuro que es la intimidad satanizada de la morada.  
Compañía virtual: ¿La soledad asistida o el fin de la soledad?
Juan Fernando Hernández en su apartamento. Foto: Pepe Navarro. 
La creciente urbanización, la independencia de la mujer, el aumento de la esperanza de vida, la pugna por nuevos valores en los que se incluyen los derechos sexuales y reproductivos, son algunos elementos que han contribuido al aumento de personas que habitan solas. A lo anterior se le suma, además, el desarrollo de la tecnología y en especial el perfeccionamiento de los dispositivos y medios de comunicación.
Paulatinamente durante el siglo XX y comienzos del XXI, la voz y la presencia de las multitudes se fueron instalando poco a poco en las moradas de los habitantes solitarios. El teléfono, la radio, la televisión, el transistor portátil, el computador, el teléfono celular, el smartphone, entre otros aparatos, fueron haciendo su aparición en los espacios domésticos. 
Internet y sus redes sociales han hecho posible a los habitantes solitarios compartir desde el hogar con todos. El habitante solitario ya no es extraño, especialmente si desde la íntima soledad de su hogar puede chatear con sus amigos, compartir constantemente sus fotografías y videos con éstos y su familia mediante el instagram, Facebook, skype, comentar un tema actual en su cuenta de twiter, estar conectado constantemente a una red de amigos, familiares conocidos y desconocidos a través de su smartphone, así como tener relaciones sexuales virtuales desde su computador personal.
De nuevo se evidencia una paradoja en la cual el habitar a solas ha ganado terreno en cuanto a su visibilidad como forma de habitar; pero a cambio de ello la soledad en su morada y sus actos son asistidos por otros constantemente gracias a la tecnología. ¿Es la soledad asistida o el fin de la soledad?
En las últimas décadas del siglo XX y durante los primeros años del siglo XXI, la palabra “hogar unipersonal” toma importancia en Colombia debido al creciente número de personas que viven solas. Según los datos del censo del año 2005, en Colombia cada vez aumenta más el número de habitantes solitarios.
Actualmente gracias a las nuevas necesidades de la economía y el mercado laboral ávido de profesionales libres y sin compromisos las palabras biatos y biatas se han desdibujado y en su lugar resplandece el término “independientes”, calificativo con el que se designa la soltería y la soledad como un triunfo sobre el común de los mortales que eligieron el habitar con otros. Aun así los individuos que no pertenezcan a un grupo familiar con el cual cohabiten son susceptibles de ver vulnerados muchos de sus derechos como ciudadanos.
El hogar unipersonal, es decir el vivir a solas gana terreno cada día frente a los hogares compuestos por grupos familiares. La soledad ha llegado acompañada de un afán de juventud eterna, la parafernalia tecnológica, y los amores fugaces y sin compromisos, donde las promesas de amor eterno parecieran no ser otra cosa que un absurdo atentado contra la libertad personal.
Nota del autor: este escrito es solo una pequeña parte de un próximo libro que saldrá este año y que trata el tema de la soledad y la gente que vive sola en esta ciudad. El libro es el resultado de mi tesis de maestría.
Juan Fernando Hernández.
juferh@yahoo.com