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BiciRutas PATRIMONIALES


Las Rutas Patrimoniales responden al propósito de difundir y hacer memoria de parques, plazuelas y monumentos escultóricos de alto valor histórico cultural, mediante la creación de recorridos transitables a pie y en bicicleta, con el fin de valorizarlos y conservarlos, ampliando el conocimiento de sus personajes-estatuas y mejorando las alternativas de uso del tiempo libre y de la noche en los parques públicos.

Esta ruta patrimonial permite contribuir al desarrollo y proyección de las identidades locales al visitar con propuestas lúdico-culturales los espacios públicos del centro. En este empeño la idea es hacer una guía para el visitante, que en su conjunto le entrega rasgos sobre las independencias y modernizaciones a nivel local y nacional, en un recorrido seguro y con nuevos ojos sobre prohombres de la historia y lugares ya transitados.

Existen varias categorías de rutas, pero para este caso realizaremos una de las que hemos llamado “circuitos histórico culturales del patrimonio de arte público urbano”, los cuales están Insertos en el centro histórico de la ciudad, cuya extensión es reducida y puede hacerse en algunas horas.

Este recorrido en bicicleta y a pie por 5 seres humanos a quienes rememoramos en 3 parques, una plaza y una plazuela en el corazón urbano de la metrópoli son una ventana abierta al visitante, que da cuenta del patrimonio diverso, artístico y monumental que representa al país que vamos historiando y reconociendo. Asimismo, representan el desafío gubernamental para que estos bienes sean referentes de los itinerarios culturales para las futuras generaciones como espacios que brindan memorias y formas reales de acceso y acercamientos a la(s) historia(s), por lo que deben ser valorizadas desde una perspectiva de conservación, restauración y activaciones constantes, resignificando los lugares con estas acciones en biciruta y la producción de estos acontecimientos y escenarios[1].

“En Medellín hay 493 esculturas, según el inventario realizado en el 2013 por la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín”. “La historia de la escultura en Medellín es relativamente reciente, se remonta apenas a finales del siglo XIX. Tal vez la primera que se instaló fue la estatua de Pedro Justo Berrío en el Parque que lleva su nombre. Tomás Carrasquilla decía que era ‘la única escultura que existía en esta villa infulosa’. Después fue elaborada la estatua del Parque Bolívar, que luego de la muerte de su creador italiano, se le encargó a Eugenio Maccagnani, su sucesor hacerla con los bocetos del fallecido artista[2]”.

En esta ruta patrimonial nos basamos en las investigaciones de El Libro de los parques. Medellín y su centro, al igual que nos apoyamos en Jorge Echavarría Carvajal y un grupo de académicos de la maestría en Estética de la Universidad Nacional que produjeron la investigación Arte público en Medellín. La Ciudad de las (casi) 500 Esculturas. Glosario incompleto para su discusión; y finalmente tomamos de páginas web de biografías y de bibliotecas digitales académicas las lecturas de los más de 10 personas figurantes.

Simón Bolívar y el Parque Bolívar


El hombre[3].
Caracas, Venezuela, 1783 - Santa Marta, Colombia, 1830[4].

Bolívar es un personaje literario que no se puede abordar fácilmente, por la sencilla razón de que nunca se propuso hacer literatura, sin embargo nos dejó ríos de tinta en sus cartas, artículos, ensayos, memorias, proclamas y constituciones[5], que compiten con su crueldad y cobardía en sus batallas y gestas guerreristas.

José Antonio Páez, uno de los comandantes de los llanos orientales que lideró y consolidó la independencia ante los realistas en su compañía, quien después en 1928 se rebela por la autonomía separatista de Venezuela, describe a Bolívar así:

Bajo de cuerpo; un metro con sesenta y siete centímetros. Hombros angostos, piernas y brazos delgados. Rostro feo, largo y moreno. Cejas espesas y ojos negros, románticos en la meditación y vivaces en la acción. Pelo negro también, cortado casi al rape, con crespos menudos. Las patillas y los bigotes se los cortó en 1825. El labio inferior, protuberante y desdeñoso. Larga la nariz, que cuelga de una frente alta y angosta, casi sin formar ángulo. El General es todo menudo y nervioso. Tiene la voz delgada, pero vibrante. Y se mueve de un lado para otro, con la cabeza siempre alzada y alertas las grandes orejas. El General es decididamente feo y detesta a los españoles.

Siendo un criollo de ascendencia mestiza por lo que sus detractores lo apodaban “Chorizo”, amaba la vida de los lugares apacibles y de las villas que le recordaban su infancia, mientras que las ciudades del viejo continente le despertaban aburrimiento y fastidio por la vida al estilo europeo.

Se aspira a mostrar que Simón Bolívar fue un hombre de “carne y hueso”, y así romper con la abrumadora tendencia que caracteriza a los muchísimos libros escritos sobre el Libertador, en los cuales se le presenta como un héroe inalcanzable, despojado de emociones, de sentimientos, de afectos y, sobre todo, de vida amorosa (…) La paradoja es que, en la mitificación de los héroes, son válidas todas las versiones: la del devoto esposo, la del Libertador glorioso, la del cobarde que nunca fue buen jinete de caballo a decir de los llaneros, pero si amante insaciable y violador [6].

Francisco de Paula Santander y la Plazuela San Ignacio


El hombre[7]
Nació en la Villa del Rosario de Cúcuta, el 2 de abril de 1792, muerto en Bogotá, el 6 de mayo de 1840.

Prócer de la Independencia, militar, jurista, estadista y esencialmente fundador civil, varias veces presidente de la República. Ilustre guerrero, profundo político, liberal, gran hombre de la Nueva Granada, quien además de su amor a la ley y la libertad, se empeñó en hacer de la educación el bastión de la vida civil y de la independencia fundado escuelas primarias y colegios por todo el territorio, mientras se combatían contra los realistas y después de separada la Gran Colombia[8].

Manuel Pombo señaló que "Tenía buena forma de letra y la manía de escribir; por eso decían algunos que el Libertador adolecía de intemperancia de lengua, y el general Santander de intemperancia de pluma[9]".

“Se le ha tildado de traidor a Bolívar, de ladrón del primer empréstito internacional, de sanguinario en las ejecuciones de sentencias a muerte y de haber sido un hombre avaro, rencoroso, enemigo de los venezolanos y solo amigo de sus amigos (…) “Casandro” apoda Bolívar a Santander, “Trabuco” le dicen los bogotanos y “Soldadito de pluma” lo llamaron los llaneros venezolanos.[10]

De algunas de las más controvertibles situaciones de su vida entresacamos algunos episodios:
  • Ejecuciones de prisioneros, militares criminales y conspiradores.
  • Vida palaciega.
  • Guaquería inconclusa.
  • De amores y vástagos.
  • Viajero del mundo.
José María Córdova y el Parque de Boston

El hombre[11]
Nació en Concepción (1799) y murió en el Santuario (1829), Antioquia.

Córdova nació y murió en Antioquia, a la edad de 30 años. Según su biógrafa Pilar Moreno de Ángel[12], Córdova llevó una vida donjuanesca y era tan ducho en las artes del amor como en las de la guerra. Su educación fue autodidacta, dominaba el caballo como cualquier llanero, un hombre tosco, ambicioso y "resentido por su falta de educación", que dejó hijos naturales en el sur en Sandoná y en el actual Ecuador[13], ascendió a general, en tanto estuvo envuelto en varios concejos de guerra por conspiraciones y enfrentamientos entre los mandos, dadas las visiones y sed de poder en las luchas contra la reconquista española.

De acuerdo con van Rensselaer, José María Córdova era “el más buen mozo de todos los colombianos, de alta estatura, bien formado, de pelo y ojos negros, expresión determinada y digna, caballero en todas sus acciones, por sobre todo un hombre cabal, de honor estricto y cuya palabra es siempre cumplida”. Un hombre caracterizado por una profundidad afectiva insospechada, fue siempre afable y complaciente con los suyos, hasta el punto de ganarse la estimación incondicional de cada miembro de su familia, de sus amigos y de la generalidad de la población de Rionegro, ciudad a la que consideró su patria chica.

Pedro Justo Berrío Rojas y el Parque Berrío

El Hombre[14]
Fecha de nacimiento: lun, ago 13th 1827 - Fecha de defunción: vie, ago 13th 1875.

Berrío oriundo de Santa rosa de Osos fue comerciante, educador, abogado, militar y gobernador (dictador por 10 años) del departamento de Antioquia en su época federal (1856 -1886). Católico y al parecer conservador acérrimo, Carrasquilla lo definió como el modelo de hombre de padre y ciudadano, que en nuestras palabras lo definirían como todo un paisa. Estuvo envuelto en las batallas civiles del siglo XIX libradas por conservadores y liberales en la lucha por el control del poder y la organización de las élites burguesas dentro del marco de la república, el centralismo y las visiones después de 30 años de “independencia”.

En octubre de 1873 después de dos periodos como gobernador y sin riquezas acumuladas “sólo aspiraba a la dulce paz del hogar; y no alcanzó esto, pues a poco de regresar a la ciudad natal murió su virtuosísima esposa, doña Estefanía Díaz, y este terrible golpe lo afectó tan hondamente, que desde entonces se le desarrolló la enfermedad del corazón que le causó la muerte dos años después[15]

La vida de Pedro Justo Berrio Rojas y del caso antioqueño en esta época nos lleva a pensar en una perspectiva interactiva entre tradición y modernización, donde ambas se redefinieron y fundieron en la creación de un nuevo imaginario, el de una cultura regional[16].

Francisco Javier Cisneros y la Plaza Cisneros

El hombre[17]
Nació en Santiago de Cuba en 1836, y falleció en Nueva York en 1898.

Ingeniero, escritor, periodista, empresario y patriota con nacionalidad cubana y estadounidense, lideró la construcción de ferrocarriles en su país, Colombia, Perú y Nueva york.

Se inició en el periodismo como colaborador del periódico reformista El Siglo. Al momento del estallido independentista de 1868 era director del periódico habanero El País desde donde incitaba a los jóvenes a luchar por la independencia. Se relacionó con destacados intelectuales reformistas y revolucionarios cubanos, a la vez que, hizo viajes por el sur de América buscando ciudadanos solidarios con la causa cubana, una vez fue expulsado y sentenciado a muerte.

Poseía una personalidad decidida y valerosa, a la que no arredraban ni las fieras ni los miasmas deletéreos del trópico, pero tampoco las más feroces fieras y tormentas de la política local, pues venía respaldado por una gran escuela ingenieril norteamericana, curtido profesionalmente con diez años de experiencia ferroviaria y con las cicatrices aún frescas de su participación en una revolución inconclusa[18].

Con su imperiosa nariz de grandes fosas y sus tabacos como buen cubano, Cisneros era una persona dominante, organizadora e intransigente en asuntos técnicos, lo que lo llevó a ejercer sobre sus subalternos una influencia fuera de lo común, sobre todo en momentos de mayor desaliento.

Comunicar el Mar con los centros poblados del interior a través del Río Magdalena, había sido el primer imaginario que en Colombia llevó a Cisneros a buscar la manera de integrar las regiones con caminos de hierro. Con su proyecto de la red ferroviaria a la que llamó ‘trenes de fantasía y ferrocarriles de ilusión’ visualizó que el futuro de Colombia estaba en poblar los terrenos baldíos y comunicar el Atlántico con el Pacífico.

Premisas concluyentes


En cuestiones ideológicas, este momento está marcado en Latinoamérica por la construcción de la idea de “nación”, proceso en el que no faltarán como componentes ineludibles la fe en el progreso y el afán de europeización en muchos ámbitos de la vida cotidiana y de la cultura. Este factor se expresará, en la faz artística, en la intención de los gobiernos de crear urbes a imagen y semejanza de las más prestigiadas del Viejo Continente. En ese derrotero, los nuevos trazados urbanos, el desarrollo de la obra pública, la fiebre monumentalista asumida con el fin de dotar a las ciudades americanas de las estatuas de mármol y bronce de los próceres de la patria y otros personajes singulares, se erigieron en la imagen palpable del mismo[19]

Este rápido recorrido evidencia una paradoja contundente: el Centro de Medellín, que durante años fue habitado principalmente por las clases sociales más acomodadas, y que además constituyó un amplio, plácido y silencioso sector, hoy es el lugar predilecto de las clases populares, pues los estratos altos solo asoman por circunstancias especiales, como la visita de una tía pobre o la revalidación del pasaporte. Es un hecho: el Centro es pueblo[20].

Los parques, plazas o plazuelas del Centro constituyen un patrimonio solo por el hecho de estar allí, mantenerse en el tiempo como espacios urbanos y tener continuidad histórica, pese a los cambios de nombre, las intervenciones y los diferentes momentos de su configuración. No es un mérito menor sobrevivir al permanente rehacer de una ciudad como Medellín y conservar su condición de lugares referenciales. (…) Estos espacios realmente no son muchos. Tampoco son extensos, y por eso su magnitud no es lo más destacable. No todos fueron pensados y reservados previamente; por eso mismo hay dos grupos, al menos entre los siete de los que hablaremos aquí: mientras los parques Berrío, San Ignacio, Bolívar y Boston se delimitaron previamente para luego ser enmarcados por la arquitectura que configuró sus fachadas, las plazas Nutibara, Botero y Cisneros fueron obra de la inserción posterior sobre la trama urbana ya definida por la demolición de lo previo y el uso de la arquitectura que quedó, e, incluso, de la creación de una topografía artificial[21].

El arte público urbano es como una memoria tridimensional, nos cuenta el pasado y el presente de la ciudad. Gracias a él, esas memorias se conservan y, sobre todo, permiten que nos reconozcamos como habitantes de Medellín. Muchas memorias conviven: unas se expresan y otras están calladas. El ciudadano debe de estar atento, tanto a las que se oyen como a las que aún no hablan, pero que con su ayuda, pueden expresarse. ¿Cómo ayudarías tú a recuperar esas voces?[22]


Si quieres descargar y conocer la micro investigación completa en sus tres tópicos (biográfico, artístico-escultórico y arquitectónico-espacial), dar clic aquí

Si quieres descargar y conocer un resumen de los próceres, los escultores y los parques, dar clic aquí

Si quieres conocer más fotografías y sobre un conjunto de actividades que se están realizando durante septiembre, mes del patrimonio cultural, visita www.medellinsteampunk.com 



[1] Para conocer más sobre Medellín y lugares patrimoniales del centro histórico, ir al enlace de El Libro de los parques. Medellín y su centro. http://www.universocentro.com/Ellibrodelosparques.aspx
[2] La escultura comenzó a fines del siglo XIX a tomar un papel relevante acompañado de la expansión y creación de la ciudad. En sus inicios como monumento oficial para plazas y parques; luego la escultura comenzó a tomar un papel iconográfico que servía a las familias con mayores recursos para honrar sus ritos funerarios y recordar con honores a sus muertos en los mausoleos de los cementerios como el San Pedro.
Después apareció una camada de escultores antioqueños como Francisco Antonio Cano y Marco Tobón Mejía, el primero fundando su escuela y el segundo con una obra de arte a la vanguardia de lo que sucedía en el mundo. Paulatinamente personajes como los Marín Vieco y Pedro Nel Gómez darían otro aire al campo escultórico que hasta inicios de los años 70 era muy pequeño. Pasamos así a la obra de los alumnos del maestro Pedro Nel y de otras intervenciones al espacio urbano de la ciudad, al tiempo que vinieron obras que cambiaron la cara de ésta, como el acuerdo que promovió que las construcciones que excedieran los 2.000 metros cuadrados, aproximadamente, aportaran recursos a entidades culturales o construyeran obras de arte escultóricas para la comunidad. En: Medellín, ciudad de esculturas. Periódico El Mundo. Autor: Daniel Grajales. Fecha: 14 de Octubre de 2013. En: http://www.elmundo.com/movil/noticia_detalle.php?idx=225078& Recuperado el 15 de julio de 2015.
[3] Ver: Simón Bolívar. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/bolivar.htm y la Monografía sobre Bolívar http://www.biografiasyvidas.com/monografia/bolivar/ Recuperados el 12 de julio de 2015 a las 9:00 a.m.
[4] Simón Bolívar: una síntesis del Libertador. Tomado de Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 16 abril de 1991. Autor: Bushnell, David. En: http://www.banrepcultural.org/node/32305  Recuperado el 9 de julio de 2015 a las 8:00 p.m.
[6] Bolívar: las mujeres, la política y la gloria. Por: Quintero Montiel, Inés. En: Credencial Historia No. 274 de octubre de 2012. En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/octubre2012/bolivar-las-mujeres-la-politica-la-gloria Recuperado el 13 de julio de 2015 a las 5:00 p.m. Ver Análisis de lo Siniestro en La Carroza de Bolívar De Evelio José Rosero Diago. Tesis de maestría para optar al título de: Magíster en Literaturas Colombiana y Latinoamericana. 2014. Por: Ramiro García Medina. Universidad del Valle Facultad de Humanidades. En: http://bibliotecadigital.univalle.edu.co/bitstream/10893/7569/1/CB-0505026.pdf. También Bolívar, Simón. Autor Vargas Martínez, Gustavo. Parte de: Biografías Biblioteca Virtual del Banco de la República En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/bolisimo.htm Los documentos fueron recuperados el 17 de julio de 2015 a las 2:00 p.m.
[7] Francisco De Paula Santander. En: Antología Del Pensamiento Político Colombiano Jaramillo Uribe, Jaime. Fecha de publicación: 1970. Editorial: Bogotá: Talleres Gráficos del Banco de la República. Ver: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/politica/pensa/pensa15.htm Recuperado el 5 de julio de 2015 a las 11:00 a.m. También ver: Santander, Francisco De Paula. Autor: Castaño Zuluaga, Luis Ociel. Parte de: Biografías Biblioteca Virtual del Banco de la República. En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/santfran.htm Recuperado el 5 de julio a las 7:00 p.m. Y Repaso de Historia: Francisco de Paula Santander, Fundador Civil de la República. Por: Moreno de Ángel, Pilar. Parte de: Credencial Historia. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/enero1990/enero3.htm Recuperado el 5 de julio de 2015 a las 8:00 p.m.
[8] Ver Santander y la educación: los colegios republicanos, una herencia perdurable. Por: López Domínguez, Luis Horacio. Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 28. Abril de 1992. http://www.banrepcultural.org/node/32310
[9] En: Primeros años de vida de un Hombre de Leyes. La infancia de Francisco de Paula Santander. Por: Pilar Moreno De Ángel. Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia), Edición 144, Diciembre de 2001. Recuperado el 6 de julio de 2015 a las 10:00 a.m. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/diciembre2001/primeros.htm
[10] Francisco de Paula Santander: una personalidad compleja. Por: López Domínguez, Luis Horacio.  Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 212. Agosto de 2007. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/agosto2007/santanderpersonalidad.htm Recuperado el 6 de julio de 2015 a las 1:00 p.m.
[11] Bicentenario del movimiento de Córdova, 1779-1999. Cambios en la imagen de un héroe. José María Córdova: entre la historia y el mito. Por: Andrés López Bermúdez. Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Marzo 2000. No. 123. En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/marzo2000/123cordova.htm Recuperado el 20 de julio de 2015 a las 6: 00 p.m. Ver también la novela Un Encuentro con el General José María Córdova. Autor: Mario Melguizo Bermúdez. Editorial: U. Pontificia Bolivariana. 2012. Y Córdoba, José María. Autor: Molina, Luis Fernando. En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/cordjose.htm Recuperado el 20 de julio a las 2:18 p.m.
[12] EL niño del caballo de juguete. José María Córdova: héroe legendario de Ayacucho. Por: Pilar Moreno de Ángel. Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 144, Diciembre de 2001. En: http://www.banrepcultural.org/node/73281 Recuperado el 21 de julio a las 8: 00 p.m.
[14] Berrío, Pedro Justo. Por Molina, Luis Fernando. Tomado de Biblioteca virtual Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá – Colombia http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/berrpedr.htm El 17 de Julio de 2015 a las 4:30 p.m.
[15] Pedro Justo Berrío. Conferencia leída por Rufino Gutiérrez, en la Academia Nacional de Historia, en su Sesión del 15 de agosto de 1920. En: monografías De Rufino Gutiérrez. Tomo II. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/dos/dos18a.htm Recuperado el 18 de julio a las 12:10 m.
[16] LUIS JAVIER VILLEGAS BOTERO. Las vías de legitimación de un poder. La administración de Pedro Justo Berrio en el Estado Soberano de Antioquia 1864 -1973. Colcultura. Santafé de Bogotá. D, C., 1996. 169 págs. Oscar Almario G. En: Revista Historia y sociedad 3. http://www.bdigital.unal.edu.co/23372/1/20248-68227-1-PB.pdf Recuperado el 19 de julio a las 1:33 p.m.
[17] Francisco Javier Cisneros Correa: El ingeniero, el periodista, el patriota revolucionario. Por Joel Mourlot Mercaderes. En: http://www.archivocubano.org/cisneros_correa.html Recuperado el 13 de julio a las 10:25 p.m. Y El ferrocarril de Antioquia: empresarios extranjeros y participación local. Juan Santiago Correa Restrepo. Revista de Estudios Gerenciales. Vol. 28 No. 123 Abr-Jun 2012 En: http://www.icesi.edu.co/revistas/index.php/estudios_gerenciales/article/view/1213/html Recuperado el 23 de julio a las 11:00 p.m.
[18] Centenario de un pionero del desarrollo. El ingeniero Francisco Javier Cisneros. 1836 - 1898. Por Alberto Mayor Mora. Tomado de CREDENCIAL HISTORIA. No. 102. En: http://www.banrepcultural.org/node/124744 Recuperado el 22 de julio a las 12:15 p.m.
[19] Carrara en Latinoamérica. Materia, Industria y Creación Escultórica. Rodrigo Gutiérrez Viñuales. Universidad de Granada (España). En: “Carrara nell’America Latina. Industria e reazione scultorea”. Berresford, Sandra (ed.). Carrara e il Mercato della Scultura 1870-1930. Milán, Federico Motta Editore, pp. 254-259, 2007.
[20] Pan y pueblo. Julián Estrada. En: Plazuela de San Ignacio, El Libro de los parques. Medellín y su centro. 2013. http://www.universocentro.com/Ellibrodelosparques/PlazueladeSanIgnacio.aspx Recuperado el 15 de julio a las 3:30 p.m.
[21] Inventario en pie. Luís Fernando González. En: Plaza de Cisneros, entre parques, El Libro de los parques. Medellín y su centro. 2013. http://www.universocentro.com/Ellibrodelosparques/PlazadeCisneros.aspx Recuperado el 25 de julio a las 3:30 p.m.
[22] Cuaderno del Arte Público en Medellín. La Ciudad De Las (Casi) 500 Esculturas. Cuadernos de Actividades. Jorge Echavarría Carvajal y grupo de académicos. Universidad Nacional de Colombia- sede Medellín. Facultad de Ciencias humanas y económicas. Maestría en Estética. Medellín, Colombia – 2014.

Del viajero al turista


Texto basado en la investigación
Del viajero al turista: de la geografía naturalista y pintoresca a los recorridos urbanos,
de la Universidad Nacional de Colombia
Medellín se despliega coqueta entre las páginas de las guías turísticas. Desde 1906, cuando apareció su Primer Directorio General, nuestra ciudad posa frente a la cámara y frente a los ojos de prolijos escritores para mostrarse expandida, abierta, seductora, sorpresiva, con ese dejo de modernidad que no quiere soltar.

Los turistas la beben, tragándose las letras de las páginas y saboreando las imágenes. Porque antes de sentirla junto a la piel, Medellín quiere ser devorada con los ojos: esa es la magia de las guías. Entre sus capítulos aparece lo que nuestra ciudad vanagloria y se esconden nuestros más íntimos secretos. Con cada paso de hoja el turista descubre nuestras vergüenzas, orgullos y proyecciones. Normalmente en los artículos periodísticos las fuentes son personas y sus palabras se hacen voz, en este texto los testimonios están impresos y las guías son quienes hablarán para contarnos de esas contorsiones que hace nuestra ciudad turística para convertirse en el objeto de mayor deseo.

Naturaleza generosa

La primera guía fue escrita por Isidoro Silva, "distinguido caballero bogotano que vive hace algunos años, con su familia, en esta capital antioqueña, que ha consagrado largas horas de su tiempo de vagar, a coleccionar datos y noticias interesantes relativos a Medellín, con paciencia de benedictino, con claro criterio y loables propósitos, a fin de dotarnos de una Guía medellinense, a usanza de las que se estilan en todas las ciudades de importancia", dice la introducción.

Habla de una ciudad incipiente con todavía escasas atracciones turísticas como el Parque Bolívar, los Talleres y la Sociedad de San Vicente de Paul, la Universidad de Antioquia, el Museo y la Biblioteca de Zea, la estatua del Dr. Pedro Justo Berrío, el Teatro Medellín, el Cementerio de San Pedro y la nueva Catedral, estos dos últimos proyectos a futuro que incluso antes de ser construidos ya se consideraban dignos de ser vistos.

Pero fundamentalmente, esta visita guiada y directorio muestra una ciudad que se arma en conexión profunda con la naturaleza. Las montañas vigilantes, la abundancia hidrográfica, el verde espléndido, el clima prodigioso, la luz y la claridad rebosante son los ingredientes perfectos de una pócima de atracción bastante efectiva frente a la cual cualquier turista sucumbiría. "Recoja Ud. en su mente lo que en breves palabras acabo de apuntar sobre nuestra flora, y agréguele mucho más que dejo en el tintero, por no extender fuera de medida esta carta, y podrá creerme cuando le diga que, al contemplar un bosquecillo de sauces á la orilla del río, de mangales, de pomos y cipreses, de guamos y otros muchos árboles, cree el observador que ha caído en gratísimo ensueño, porque la realidad de tanta belleza no se alcanza con los sentidos en estado de vigilia; y crecerá su admiración cuando desde alguna altura divise, en cuanto alcance la mirada, desde el inofensivo color verde de los prados, con reflejos de oro, hasta el sombrío y oscuro que imita por su concentración el de las más aquilatadas esmeraldas de Muzo" (…) "Dirá Ud.: 'este escritor, aunque de modo imperfecto, como que tiene tendencia a pintarnos un paraíso.' A lo cual responderé yo, buena y simplemente, que no tengo la culpa de que sea tan hermosa esta tierra".

Itinerarios centrales


En 1916, aparece la Guía de Medellín y sus alrededores de Ricardo Olano (también conocido como Jean Peyrat), un personaje fundamental en la historia de nuestra ciudad: comerciante, industrial, periodista, miembro activo de la Sociedad de Mejoras Públicas y director de las revistas Alpha y Progreso. Con esta guía se intentaba "hacer un poco más agradable la permanencia entre nosotros de las personas que nos visitan, por eso escribimos estos ligeros y sencillos apuntes, que nos sabrán agradecer los turistas cultos, los que sepan apreciar una obra de arte, la belleza de un paisaje, una manifestación de progreso, o el color local de nuestras costumbres". El caballero Olano susurra entre letras a un lector más pragmático que considera que su tiempo es oro y no hay minuto que perder.

Aparecen entonces los primeros itinerarios partiendo del centro de la ciudad, que durante muchos años fue el Parque de Berrío, para desplegarse hacia lugares recomendados como iglesias y parques. Los trayectos se podían hacer a pie, en automóvil o a caballo y las instrucciones para no perderse y disfrutar al máximo de lo que debía ser mirado, son elementos fundamentales de la guía: "Un paseo de tres horas en automóvil por las calles de la ciudad, resultará muy interesante. Aconsejamos hacerlo entre las 9 a.m. y las 12, saliendo del Parque de Berrío y recorriendo el siguiente itinerario: PARQUE DE BERRÍO, en el centro comercial de la ciudad. Visítese el parque, que con frecuencia está muy florecido, con variedad de rosas. (…) El lado oriental donde está el parque presentan (sic) un aspecto interesante, con el amplio atrio, la catedral y los edificios modernos que lo completan. CALLE BOYACÁ. Están allí las oficinas de 'El Espectador' y 'El Correo Liberal'. Una placa de mármol indica la casa donde vivió y murió el Dr. Mariano Ospina Rodríguez, Presidente de Colombia. (…) PASEO DE LA PLAYA. Tómese la avenida izquierda. Este paseo se extiende a ambos lados de la Quebrada "Santa Helena" es el más hermoso de Medellín. (…) El paseo está rodeado de hermosas quintas. (…) CALLE JUNÍN. Hermosa calle de buenos edificios, algunos de ellos de estilo moderno. PARQUE BOLÍVAR. El Parque más grande de la ciudad, en el barrio Villanueva, sembrado de palmeras, acacias, guayacanes y otros árboles de hermoso follaje y flores abundantes. Artística fuente central. Por la calle Caracas hasta el Circo. (…) Visite el Circo de Toros, que es el mejor de Colombia. Ha sido adaptado últimamente para representaciones teatrales y de cinematógrafo. (…) PLAZUELA DE LA VERACRUZ. Iglesia de la Vera-Cruz edificada por los españoles. En una vetusta casa situada en la esquina sudeste de la plazuela, nació Atanacio Girardot, según lo indica una placa de mármol…"

También en 1916, Germán de Hoyos publica la Guía Ilustrada de Medellín con más atracciones turísticas, entre ellas balnearios, baños que replican la idea romana de la diversión pública, recintos de entretenimiento como el Circo España, clubes y descripciones detalladas de calles y barrios que dan a la ciudad un aspecto de ampliación creciente. Asimismo, se incluyen consejos directos para los viajeros: tips para cambiar monedas de diferentes latitudes y sugerencias para escoger el mejor alojamiento: "Hotel Europa. (…) Hotel de superior clase, que cuenta con 40 piezas, para habitaciones, muestrarios y oficinas. Baños en la casa. Precios ¡$2.00 y 3.50 diario con alimentación! El servicio del comedor y la cantina es conocido como el mejor posible. RESERVADOS LUJOSOS".

Incluso se le recomienda al visitante los suvenires que pueden adquirirse en Medellín para llevar a casa: "UNA MONEDA DE ORO ANTIOQUEÑA. El dibujo de los grabados fue hecho por el maestro F.A. Cano. La moneda de cinco pesos ($5) tiene el mismo valor intrínseco de la libra esterlina. OBJETOS DE ORO Y DE BARRO DE LOS INDIOS. D. Ramón Cuartas en la oficina bancaria de los Sres. Miguel Vásquez & Hijos, ha especializado en la compra y venta de estos artículos. GRANOS DE ORO DE LAS MINAS DE ANTIOQUIA (…) ALGUNAS OBRAS DE LITERATURA: Versos de Gutiérrez González, Epifanio Mejía. Frutos de mi tierra de Tomás Carrasquilla; (…) Inocencia de F. De P. Rendón; Sangre Conquistadora de Botero Saldarriaga; Cuadros de la Naturaleza, de J.A. Uribe; Kundry de Gabriel Latorre; Rara Avis de Gaspar Chaverra, etc., etc.".

El brebaje del progreso

En 1923, con Medellín República de Colombia, vuelve Ricardo Olano a pintar su ciudad pero esta vez dirigiendo su discurso a los empresarios e inversionistas que nos visitaban. En esta guía la ciudad se muestra industrial, creciente, avasalladora económicamente. Hay reseñas de la Sociedad de Mejoras Públicas, la Cámara de Comercio, varios representantes de la industria bancaria y de las diferentes empresas de Medellín. Incluso los edificios empiezan a venderse por su carácter moderno y progresista más que por su conexión con la historia: "EDIFICIO OLANO. El más grande y moderno de la Ciudad. Hermosas y amplias oficinas. Ascensor eléctrico. Situado en el centro comercial de la ciudad, Parque Berrío", dice esta guía en uno de sus anuncios publicitarios.

Además, en esta época Medellín se interconecta con el mundo, expande sus tentáculos y muestra sus alternativas. Hay muchas formas para llegar a ella: en vapor, en ferrocarril, en avión. "Más de diez líneas marítimas internacionales de importancia unen la República de Colombia con el mundo. Sean mencionados al servicio de Europa por la 'Línea real Holandesa de Vapores' y el de la América del Norte, de la América Central y de la América del Sur por la 'Grace Line'. Tocan los vapores en los puertos de Santa Marta, Barranquilla (Puerto Colombia), Cartagena, Colón y Buenaventura. De Colón suben los aviones de la 'Umca' dos veces por semana, en cuatro horas hasta Medellín; desde Buenaventura se puede usar el ferrocarril hasta Cali y los aviones de la 'Saco' que necesitan solamente una hora y media para llegar a Medellín. Los pasajeros que bajan en Cartagena de su vapor van en ferrocarril hasta Calamar a orillas del río Magdalena, y de Barranquilla y Calamar es recomendable subir en los vapores de la 'Naviera Colombiana' atravesando las llanuras inmensas del río Magdalena hasta Puerto Berrío de donde pueden llegar los visitantes a Medellín por medio de los trenes del Ferrocarril de Antioquia", escribe Hermann Oppenheimer en el Álbum de Propaganda de la ciudad de Medellín de 1935.

Asimismo, se menciona con elocuencia al Ferrocarril de Antioquia (como pasará en muchas de las guías de décadas posteriores) como "la obra civilizadora más querida de Antioquia". Y se enfatiza que para los primeros años del siglo XX la obra ya ha mostrado sus primeros frutos gracias "al espíritu emprendedor e inagotable de los antioqueños" y a las incontables obras que se adelantan como la perforación del Túnel de La Quiebra y el Hotel Magdalena que será construido en Puerto Berrío.

El progreso, entonces, es el hilo conductor de todas las narraciones de las guías entre los años veinte y cuarenta. "Quien viene por primera vez a Medellín se sorprende de encontrar en la zona tropical una ciudad tan moderna, agradable y progresista. Estas características se deben a su situación favorable, a su clima excelente, a la riqueza natural de sus alrededores y a la inteligencia, tenacidad y diligencia de sus pobladores", dice el Álbum de Propaganda de la ciudad de Medellín.

Pero lo más importante de esta época es que en las guías se amplía el horizonte, el centro deja de ser el núcleo de lo turístico y la ciudad hace su sístole. Se recomienda entonces visitar Belén, Robledo, San Cristóbal y Bello, para finalmente sugerir un paseo a oriente. "Un paseo de gran sensación, que ningún turista debe dejar de hacer y que pone ante sus ojos los panoramas de Suiza, es trasmontar la más alta cordillera de las que circundan la ciudad, por el Tranvía de Oriente. Obra de un atrevimiento único en el País, es la demostración más palmaria del poco caso que hacen los antioqueños de los obstáculos de la naturaleza, cuando un grande ideal pone su voluntad al servicio de su inteligencia", dice la Guía para viajar por el departamento de Antioquia publicado por el Tranvía de Oriente en 1927.

Después de los cuarenta, se presenta un punto de giro que cambia la mirada del turista de la visión de edificios y empresas a la recolección de experiencias, a la cercanía con la vivencia. Hace su aparición el color local, las particularidades, las sensaciones extasiadas que pueden ofrecer los eventos únicos que nacen en Medellín. Se habla con propiedad de las fiestas populares que "…revisten gran interés para el turista porque en ellas se exhiben costumbres, comidas, canciones: los sentidos bambucos, instrumentos y trajes, aun cuando éstos no son vistosos, sí raros, especialmente para llevarlos", afirma Alfonso Villegas Montoya en la Guía Turística de Medellín publicada en 1943.

También los textos empiezan a jugar con imágenes que evocan sabores y hacen agua la boca de los turistas a través de la descripción de las comidas típicas: "estas, sin ser finas, son de un sabor deliciosamente agradable y son motivo de recordación grata para el turista. Así tenemos, por ejemplo, la 'arepa'; ésta se usa en lugar de pan, para acompañar las comidas". Incluso, se empiezan a evidenciar los diferentes caracteres con los que la ciudad se mostrará en adelante: una ciudad cultural, epicentro artístico; una ciudad hospitalaria, vanguardista en la ciencia; una ciudad deportiva, centro de eventos de este talante; y una ciudad universitaria, locación de varias instituciones educativas de alto prestigio nacional.

Memorias proyectadas

Por su parte, en las guías de los 60 y 70 hay una pugna: entre lo tradicional, el mundo rural, lo que nos hace antioqueños, con inclusión del carriel, la ruana, los campesinos vestidos a la vieja usanza, los caminos de herradura, la tradición cafetera con la chapolera, el cafetal y la mula; y lo moderno (o modernista), las enormes carreteras, los edificios vanguardistas, las obras de urbanismo progresista. Y entonces lo rural se escenifica en la ciudad y lo moderno se mezcla con lo ancestral. "El Antioqueño residente en Medellín es aficionado al campo, en los días festivos se organizan paseos a los alrededores aprovechando la frescura y la exuberancia de la naturaleza, vestido con el traje típico, canta y danza los aires folclóricos", afirma Medellín guía–guide, publicado por la Oficina de Fomento y Turismo de Medellín en 1960, al pie de una foto que retrata un grupo mixto de bailarines folclóricos en plena acción de ritmo de cumbia o bambuco rodeados por un paisaje muy verde; como si todos los paseantes domingueros de Medellín pusieran en escena aquellos espectáculos dancísticos.

Adicionalmente, los eslóganes hacen su aparición: "ciudad de la eterna primavera", "tierra de contrastes", "ciudad de las flores", "capital nacional de la moda", "capital de la montaña". Las guías empiezan a incluir enormes fotografías, acompañadas de pies de página con descripciones precisas —cargadas de adjetivaciones— o datos históricos y arquitectónicos. Las fotos empiezan a mostrar un tono distinto para registrar la ciudad, ya no es tan informativo como poético porque la ciudad empieza a aprender realmente a posar frente a la cámara: ya cada rincón sabe su mejor ángulo.

Hoy, la ciudad se gana el protagonismo por encima de escritores y fotógrafos casi invisibles. Las guías son manuales o "fichas de supervivencia" llenos de instrucciones fragmentadas donde los textos evocan menos que las fotografías. Las cartillas están llenas de infografías, esquemas, cuadros sinópticos y líneas de tiempo. Los libros de gran formato de la ciudad se han convertido en objetos de colección. Los nombres de los genios detrás de esas visiones mágicas de ciudad pocas veces salen a flote, asomándose detrás de la penetrante sombra de las administraciones locales. Pero los cuerpos de los turistas se hacen cada vez más esponjosos para captar las fantasías de los libros y vivirlas por medio de esa geografía íntima y expandida que es su propio cuerpo cuando llega el tiempo de viajar.

Catalina Arango es Comunicadora Social-Periodista. Especialista en Estudios Urbanos, docente-investigador. // Alberto Castrillón es Profesor Asociado de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín.

Caminando y haciendo ciudad

VIDA URBANA: ESPACIO PÚBLICO
Darío Ruiz Gómez

“Cuando los centros comerciales remplazan el espacio público es síntoma de que una ciudad está enferma”, ha dicho Enrique Peñalosa. Hace ya algunos años estuvo en Medellín, Alain Touraine uno de las más grandes pensadores en la actualidad. Sentados, conversando yo mismo le hice esta observación sobre los centros comerciales a lo cual él me replicó que no era cierto porque en medio del desamparo urbano los ciudadanos los habían convertido en los espacios más importantes para el intercambio social. Primero, digo yo, porque la desaparición del espacio público ha sido causado por los poderes que manejan la ciudad y que de manera irracional han deprimido barrios tradicionales para dejarlos en manos de la delincuencia. El caso del Centro de Medellín continúa siendo muy representativo a este respecto: es cierto que la avenida Oriental era una vía necesaria para configurar un nuevo sector de vivienda y oficinas pero lo que se hizo fue un tajo que destruyó sin miramiento alguno lo que constituía un invaluable patrimonio.

Un pensador como Gilo Dorfles me lo señalaba cuando aún no se había comenzado a destruir un tejido urbano donde la calidad de sus arquitecturas, de sus espacios era algo único. ¿Bajo qué razones se expulsó a los ciudadanos del parque de Bolívar y perdió la ciudad un espacio de tanto valor estético? ¿Bajo qué razones los burócratas de Planeación destruyeron la idea de centralidad necesaria como lo fue Junín y dejaron la ciudad sin espacios cívicos? ¿Cómo se condenó a la depresión al mayor patrimonio de arquitectura moderna de los años 40-50-60, verdadero motivo de orgullo? El mural de Pedro Pablo Lalinde completando la valiosa casa que fue cortada en su costado, nos da idea de lo que supuso esta irracional destrucción cuyo objetivo con el derrame de valorización sobre el sector de la Estación Villa era, supuestamente, el de “renovación de un área en deterioro” cuando el verdadero deterioro comenzó con esta acción depredadora que expulsó a los antiguos habitantes y llenó sus calles de mendigos, recicladores. Lo que fue un barrio maravilloso se convirtió hasta hoy en una excrecencia urbana. El bello edificio de la Estación Villa que hoy sería un centro cultural fue arrasado una noche.

Era, tal como lo describí en ese entonces, el llamado urbanismo de tábula rasa, para el cual había que arrasar manzanas enteras para dar paso a su idea de “progreso”. Pero mientras en muchas ciudades los sectores deprimidos han sido rehabilitados, renovados, bajo la perspectiva de un urbanismo integrador que impide que se arrase con un necesario patrimonio arquitectónico – el proyecto de renovación de las Torres de Fenicia en Bogotá es hoy, un buen ejemplo de esto- aquí se abre una vía, una obra pública sin haber previamente estudiado el impacto que tendrá sobre los sectores afectados, rediseño de espacios, de andenes, de las nuevas visuales  que, por un lado,  impidan el deterioro de lo que ya existe y por el otro renueve los lugares, los dignifique en el caso de los barrios apartados. Ya El Foro mostró la desaparición de parques, de andenes o sea del espacio público por excelencia, durante la administración anterior, algo que pudieron comprobar los visitantes. ¿Cuáles calles tienen hoy un recorrido sin obstáculos y sin peligros para el caminador de ciudad? Y si una ciudad no es peatonal ¿cómo puede hablarse de una ciudad democrática? La ciudad como la democracia, como el amor, es un gerundio, “caminando y haciendo ciudad”.  

CARTOGRAFÍAS ESTÉSICAS

MEMORIAS URBANAS DEL CENTRO DE MEDELLÍN


El concepto de cartografía urbana propuesto en esta investigación parte de un ejercicio etnográfico y estético que ilustra algunas memorias urbanas del Centro de Medellín, a partir de la condición itinerante, tanto espacial como temporal, de ciertos lugares emblemáticos de la ciudad tales como Guayaquil, la Alpujarra, parque Berrío y parque Bolívar.

A su vez, el concepto de cartografía estésica retoma la noción desarrollada por Kantya Mandoki en su texto Estética cotidiana y juegos de la cultura: Prosaica I, cuando advierte que lo estésico como tal se comprende como una estética de lo cotidiano: los usos del cuerpo y del espacio, los ritmos temporales, los gestos de la vida cotidiana, los hábitos y las rutinas son, en efecto, el sensorium de toda una carga simbólica que definen los lugares en términos de usos y apropiaciones.



*Primer recorrido. Las políticas de la memoria: tiene que ver con el registro audiovisual de acontecimientos urbanos con pretensiones memoriales sustentados desde la institucionalización de la memoria, es decir, narrativas grandilocuentes; mitemas fundacionales del pasado identitario de la ciudad; usos políticos del espacio público; eventos conmemorativos tradicionales ligados a la promoción turística de la ciudad; la concreción de unos hechos históricos y culturales exteriorizados en monumentos, esculturas, plazas públicas, mobiliario urbano, edificaciones con declaratoria patrimonial o de bien de interés cultural, y demás dispositivos visoespaciales que instauran una significación semántica del poder oficial en el contexto citadino.


*Segundo recorrido. Los conflictos de la memoria: como resultado de un contexto urbano itinerante y que se encuentra en constante transformación, este recorrido plantea las huellas, los trazos, los marcajes, cicatrices y palimpsestos de un pasado negado dentro de las urdimbres del presente citadino. Las tachaduras del pasado y los procesos de gentrificación generados en este sector de Guayaquil evidencian unas memorias que se han destruido debido a que sus historias han desaparecido de la trama urbana con motivo del embellecimiento de la ciudad y su inscripción dentro de los acelerados procesos de modernización. 


De ahí el carácter itinerante que presentan las memorias del centro de Medellín, cuyo devenir urbano hace manifiesto las tensiones de un paisaje urbano en constante transformación con motivo de las lógicas modernistas: edificios con declaratoria patrimonial olvidados, destruidos, borrados dentro de la urdimbre urbana actual, demolidos y arrinconados por nuevas monumentalidades que compiten contra ese pasado colonial y republicano de la ciudad, pero cuyas huellas siguen presentes como una especie de marcaje que se resiste a ser olvidado.


*Tercer recorrido. Composiciones plurales y alternativas de la memoria: como reconocimiento de unas memorias singulares y públicas, adscritas al devenir urbano en tanto que modifican o re-significan los espacios de la ciudad proyectados por la visión del planificador urbano, este recorrido plantea la posibilidad de identificar otro tipo de monumentalidades no oficiales tales como objetos urbanos e iconos populares, y al mismo tiempo emblemáticos, propios del sector por parte de los ciudadanos que terminan dignificando los lugares de una poética urbana efímera, ligada al acontecimiento urbano.



http://www.cartografiasestesicas.co.nf/
Paolo Villalba Storti