Reunir
estos dos términos - sentido y estética-
en las charlas que vamos a desarrollar,
implica de entrada la posibilidad de poner en discusión un tema que hace ya un buen
rato adquiere una relevancia crucial en los actuales desarrollos y debates en
torno a las prácticas artísticas contemporáneas. Y la adquiere justamente
porque son otros los escenarios en los cuales estos desarrollos y debates
sitúan sus preocupaciones: obviamente los espacios de tal discusión no son los espacios de la estética clásica,
como tampoco lo son las “despedidas” a las cuales se nos invitan.
Se
trata por el contrario de rescatar en el “sentido”
que puede tener tal campo de la “estética”,
un lugar para indagar por la situación
actual de las prácticas artísticas y estéticas, de la mano de algunos
pensadores franceses actuales que con sus trabajos han abierto la posibilidad
para plantear esta relación entre estética y sentido.
TEMARIO:
Tema
1. Mayo 5. Téchné, poíesis, aisthesiso el
arte como mnemotécnica.
Una
deriva de la mediología de Regis Debray.
Para descargar el libro Introducción a la mediología y otros textos Hacer clic aquí
Tema
2. Mayo 12. Los regímenes de identificación del arte: las
estéticas restringidas.
Para descargar algunos de sus escritos, dar clic aquí
Tema
3. Mayo 19. Entre la expresividad y la exterioridad: a propósito de la archi-escritura. El
legado de Jacques Derridá
Para descargar algunos de sus escritos y conocer la Entrevista con Julia Kristeva sobre Semiología y Gramatología. Hacer clic aquí
Tema
4. Mayo 26.
Una paleontología de los símbolos y una
expansión de la estética. La propuesta de André Leroi-Gourhan.
Para descargar el capítulo 10 " Introducción a una paleontología de los símbolos" y el pdf completo del libro El gesto y la palabra, así como otros artículos. Dar clic aquí
Regis Debray. Introducción a la mediología. Barcelona: Paidós, 2001.
Jacques Rancière. Aisthesis. Escenas del régimen estético del arte. Buenos Aires:
Manantial, 2013.
Jacques
Derrida. De la
Gramatología. Buenos Aires: Siglo XXI ed. S.A, 1971.
André
Leroi-Gourhan. El gesto y la palabra.
Venezuela: Universidad Central de Caracas, 1971.
JOSE
JAIRO MONTOYA GÓMEZ
Doctor en Filosofía, Profesor
Titular y Maestro Universitario. Universidad Nacional de Colombia, sede
Medellín. Estudios en la Universidad Pontificia Bolivariana y en la Universidad
de Antioquia, en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Madrid) y
en la Universidad de Puerto Rico. Miembro del Grupo de Estudios
Estéticos de la Universidad Nacional, sede Medellín.
Profesor visitante de la Universidad
de Barcelona, Universidad Autónoma de Madrid, Universidad de Deusto,
Universidad Mayor San Andrés (Bolivia). Profesor de cátedra de la Universidad
de Antioquia, Universidad Tecnológica de Pereira, Universidad Pontificia
Bolivariana.
Entre sus publicaciones recientes:
Presencias,ausencias y olvidos. Una geología de las
memorias urbanas. (en:
AA.VV. Arte público en Medellín Medellín: Tragaluz ediciones S.A.S,
2014). Del arte de la memoria a la(s) memoria(s) del arte. (en: AA. VV. El arte y la fragilidad de la
memoria. (Medellín: Sílaba Editores. 2014). Paroxismos de las identidades y amnesias
de las memorias. (Ed. Obra selecta Universidad Nacional, Bogotá,
2010), Implosiones lingüísticas,
expansiones estéticas. (Ed. Universidad Nacional, Medellín, 2008).
Para descargar el artículo Reflexiones en torno al comportamiento estético. Hacer clic aquí
La ciudad Graffti: Jóvenes,
consumos, músicas urbanas y ciudad. Las escuelas de graffiti y la cultura
Hip-Hop en Medellín. Siglo XXI, es una investigación artística que se arriesga desde la subjetividad y la recepción a
indagar por la presencia y el (micro)-poder de los procesos formativos y los
artistas del graffti dentro del arte urbano no oficial, la ciudad y la
sociedad.
En una primera
instancia se hace una conceptualización desde Michel Maffesoli, Armando Silva y
Teresa Caldeira en pro de caracterizar y adjetivizar a este grupo social de los
mensajes en los muros, anclados a las estéticas y retoricas de los sujetos que
generan el palimpsesto urbano de marcas, trazos, huellas, tags, nombres,
frases, imágenes, esténcil, entre otras.
Luego desde la
etnografía, los estudios visuales, el trabajo de campo, la fotografía y la
videografía nos acercamos a dichas prácticas artísticas y políticas de
colectivos o individualidades, con la intención de aportar estudios prácticos,
teóricos y culturales, enlazados con las apuestas de las juventudes de la
ciudad, para diagnosticar el estado de los procesos de educación urbana, que
nacen desde los deseos de mujeres y hombres jóvenes de los barrios: espacios,
metodologías y trayectos de formación de las experiencias actuales de escuelas
de Hip – Hop en arte urbano: Kolacho (Comuna 13) – Crew Peligrosos (Comuna 4) –
Graffiti de la 5 (Comuna 5) - Zona Estratega (Comunas 8 y 9) – Cultura y Libertad
(Comunas 2 y 15), entre otras más.
Todo ello, para promover
un proceso de visibilización desde la interlocución, interacción y diálogo de
los diferentes organizaciones y procesos sociales, comunicacionales, políticos
y culturales de las escuelas de Hip Hop y sus procesos de formación en
Graffiti, que permita la puesta en ejecución de una red de escuelas de arte
urbano, a partir de la investigación y el reconocimiento de la misma red por
los actores organizados, los cuales se convierten hoy en constructores de convivencia,
comunidad y en referentes positivos de los barrios de Medellín.
Tan lejos y tan cerca del centro histórico. El Morro, Moravia. Fotografía Robinson Henao.
La categoría de espacio como consecuencia del ejercicio del consumismo y la distinción, y la manera como éste se estructura a partir de su relación con los referentes de espacio institucional y espacio público se sustentan en este artículo con una distinción constitutiva: la pretensión de estructurar, a partir de una eticidad, una estética del consumismo. Dicha distinción acerca los conceptos de ética y estética con las sustancias valorativas de la producción del espacio, por medio de la materialización de la ciudad. Se trata de mostrar que lo apto para el mercado y el desperdicio del mercado son estructurantes del espacio, y este a su vez es el teatro del fracaso. Además, hoy la sustancialidad del individuo es un estructurante del espacio público, y dicha sustancialidad alimenta la soledad del individuo que va contra la ficción espectacular en que se convierte el espacio institucional.
Ciudad de Pobres Corazonez. de misterio, de amor... de dinero y soledad. Fotografía Daniel González
El artículo completo lo pueden descargar dando click aquí.Bitácora urbano\territorial; Vol 21, No 2 (2012): Nuevos transportes y movilidad urbana.
Para conocer más artículos de la revista Bitácora urbano\territorial, haz click aquí
Hablar con los carniceros porque son una fuente cercana, intermedia, si se quiere de los mensajes entre el alimento y las viandas, entre la carne des-animalizada y el plato de todos los días. Porque ellos, hombres recelosos, serios, parcos y rústicos son la práctica de un saber no sabido que hace que la cultura local funcione y mantenga prácticas, ritos, y tradiciones anclados a sabores característicos, si se puede gustos propios, que dan una distinción y un referente del antioqueño del siglo XXI con relación a su devenir presente y pasado.
Él deshuesa la pieza del animal en canal, recorta las partes malas y corta la carne en filetes con el cuchillo según la cantidad solicitada por el cliente; pica la carne con la picadora para venderla al peso o para fabricar con ella otros cárnicos; corta el jamón y otros embutidos en lonchas con la cortadora eléctrica; separa las costillas del costillar con el hacha. El carnicero aconseja al cliente sobre la carne que se adapta más a sus necesidades o presupuesto. Finalmente, corta al gusto, pesa y envuelve el producto o envasa al vacío las piezas si así lo solicita el comprador.
En general los administradores, carniceros, expendedores se han interesado en la investigación, han prestado atención y a han contribuido con la mejor actitud para que la indagación espacial consiga un ensayo critico sobre el saber, el espacio y los personajes de las carnicerías. Aquí en su voz apartes de sus historias de vida.
Los Carniceros
Dirección, Guión y Cámara: Víctor Hugo Jiménez Durango.
Montaje y edición: Leonardo Jiménez García. Cinética – Ciudad Comuna
Carniceros:
Don Daniel David. Tienda de carnes Las promociones del puente. San Cristóbal
Don Eduardo Vargas Guzmán Carnicería El puente. San Cristóbal
Don Norman Darío Múnera Carnicería La Once. San Antonio de Prado
Don Juan David Arango. Carnicería La Once. San Antonio de Prado
Carniceros de la distribuidora de carne Jahir 2. San Antonio de Prado
Agradecimientos a: Gloria Durango, Carlos H. Jiménez, Alberto Castrillón, Gustavo Álvarez, Natalia Hernández, Camilo Gaviria, David Rodríguez "Darta", Jorge Fidel Castro, Julian Loaiza y Camila Florez Quintero.
Imágenes críticas, Re-significados y Memoria. Centro cultural teatro al aire libre de Pedregal. Del 14 de julio al 20 de agosto.
La conjunción de tres obras donde he participado continuamente es la posibilidad de tres tiempos visuales, epistemes y escenarios de todo lo que soy entrelazando el obrar de los procesos, de momentos documentados e historias colectivas de muchas vidas, reunidas en un espacio público para el disfrute, la inspiración y el debate de todas y todos los que gusten tener esta experiencia artística-cultural, asistiendo a visitarme para revelar lo expuesto. Las y Los esperamos.
S.O.S. Sistema de Obligaciones Sociales. 2008. Exposición de dibujo, gráfica e ilustración.
Sistema de Obligaciones Sociales es una serie construida en el marco del diplomado de servicios públicos domiciliarios, que surgió como una ventana de escape a temáticas aburridas, así que la grafía se convirtió en rutina, para desencadenar en una memoria gráfica-crítica de los contenidos del proceso formativo, de lo que somos, de nuestras luchas y de todo lo que nos deben cuando hablamos de vida con dignidad de las gentes y los pueblos.
Re-significados del Escudo Nacional: Otros Símbolos de lo Patrio. 2010 – 2011. Exposición Grabados, Caricaturas y Foto-montaje.
Técnica: Estudios Visuales. Nuevas fuentes documentales. Diseño Gráfico y Procesamiento Digital. 10 posters.
Otros Símbolos de lo Patrio es una investigación visual, inventario, exposición y guión museográfico de creación que se ha adelantado dentro de la línea de historia virtual y fuentes audiovisuales adscrito al Grupo de Investigación Historia, cultura, trabajo y sociedad de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas, Universidad Nacional, sede Medellín. Es un proceso de ensayo visual donde se fusiona la investigación en imagen, crítica al presente, construcción de fuentes, estudios visuales y creación plástica colectiva.
·Descargar archivo Galería de la Exposición. Clic Aquí
Memoria Moravia es un proceso de memoria histórica y de dialogo de saberes sociales, a partir del trabajo de campo realizado desde diciembre de 2006 hasta la fecha. Dicha etnografía ha sido sistematizada a partir de un proceso fotográfico de las gentes, las casas, los balcones, las cuadras, las panorámicas y objetos cotidianos, además, de los relatos de las personas y de sus historias de vida compartidas a nosotros, en nuestra experiencia de ciudad, desde el ordenamiento personal y físico en el Morro uno de los barrios de Moravia.
Algunos de los participantes del Diplomado en Culturas Musicales Callejeras. Diciembre 2011. Fotografía: Tito Gómez.
Dedicado a Claudia, Juanchu, Riggaz, Diana, Lyon, Alcizar, Vito, Esteban, Juan Pablo, José Manuel, Giovany, Angélica, Titto, Juan Fernando, Medina y Clavijo.
En las músicas se conjugan diversas manifestaciones políticas, teóricas, performativas y recreativas de las formas del ser y hacer huellas, trazos, in-imágenes, símbolos, signos y marcas en los centros urbanos; el lenguaje y la estética musical como unas prácticas de vida situada en la calle, la esquina y el asfalto conduce a transformaciones concretas de las actitudes personales, de grupo y de la sociedad que generan cambios en los referentes, representaciones y sonidos.
Nos parece vital que se difundan los sonidos como forma de asir, de saber y de cultura, las palabras en cadencia a través de la música, acompañado de un mensaje consiente –que busca el estilo propio- y que se expresa en él y frente al contexto del cual nace su opción musical, artística, plástica, estética o política.
Por ello, la lírica en ensayo sonoro de este escrito para el ruido de fondo de la voz alta dentro del sonido contaminado, urbano, lleno de humo, azares y espontaneidad que se sigue a continuación, hace un viaje por -algunos de los lugares- los aprendizajes, saberes y prácticas puestas en situación en el proceso y espacio -del diplomado- de las culturas musicales callejeras, a la luz de traer las voces en apuntes del contexto local de las agrupaciones, cantantes, gestores culturales, activistas y colectivos vinculados desde la música como proyecto, forma, fondo, propuesta, mensaje y alternativa de exteriorizar lo que pasa en sus barrios, calles y ciudad; con la intención de ir cotejándolo con el pensamiento crítico reflexivo individual en la búsqueda de producir conocimiento práctico desde las triadas comunicacionales, en colectivo y desde la lógica de la recepción.
En este recorrido se trata de hacer emerger voces, entender sus cuentos, mirar para donde va el ámbito y la episteme musical local y escuchar para acercarse o alejarse como investigador y activista de lo que hoy son las prácticas de dichas comunidades que se han constituido de las experiencias urbanas que son atravesadas por el sonido, es decir; la interrogación a la que buscamos respuesta se pregunta por el que tan cooptadas están estas experiencias y subjetividades en un mundo urbano de la ciudad servicios, y la industria cultural, que tan organizadas y cuales pensamientos más allá de un simple momento de la vida se visibilizan en las discusiones, recuerdos, problemas y conversaciones con las y los compañeros que participamos del diplomado.
Partimos de una gran colectividad urbana, que habita en general en los barrios de la ciudad de Medellín y otras ciudades en su rededor interconectadas en el modelo de ciudad regional. En espacial, en especial las y los jóvenes se articulan en grupos y unidades más pequeñas de relación con una visión estetizante de la vida que se hace día a día en las comunidades de sentido que re-significan y re-crean las músicas extranjeras, del afuera que son apropiadas en lo local como articulación de grupos de afinidad como preguntas por lo propio y lo autónomo.
Así se demuestra que las y los jóvenes están construyendo formas de encontrarse que crucen sus gustos y afinidades políticas, sin estar separados de un sujeto constructor de una sociedad diferente, o lo que normalmente denomina un sujeto político. Algo así como música coherencia y apuesta política. En la realización musical se conjugan los sonidos, los colores que produce, la imagen del ambiente y una apuesta –política-, es decir, una re-dimensión lo público desde el cuerpo, las nuevas redes, medios y canales de información, por los cuales las y los jóvenes reafirmamos lo apropiado o reprochamos de lo foráneo desde nuestros gustos, nuestro pensamiento ideológico y las ideas “innovadoras”.
Las músicas y sus culturas asociadas que escuchamos y hacemos hoy son ante todo espaciales y visuales ya que tienen que ver con el sujeto, lo que hay en él y pasa por él, el efecto y las consecuencias de la música en las manifestaciones colectivas que nos van definiendo, encontrando en este universo de pensar y hacer una plenitud y proyectos de vida críticos al sistema, al estado, a la alienación, a la homogenización e idealización en prototipos de cuerpos y comportamientos objetos y mercancías.
Lo paradójico es que en esta área urbana regional en donde interactúan y se relacionan no hay un reconocimiento y respeto por las culturas musicales callejeras que tienen escenas o movidas “tradicionales” entre ellas, hay una tolerancia que se disimula bajo el sofisma de la diferencia y la diversidad, de bocas para afuera, y tampoco las tribus, familias, comunidades culturales urbanas en gestación o subterráneas son tenidas en cuenta. Para obtener un lugar, voz, voto, opinión cada proceso, grupo, colectivo debe recorrer su camino. No hay una relación directa e intencionada de unos procesos musicales integrales, auto gestionados, con trabajo en metodologías de redes y saber colectivo que no sólo obedezcan a los cánones del consumo y la cultura del capitalismo rapaz del entretenimiento.
Ordenemos esta rizomáticas reflexiones así. Lamentablemente, la producción fonográfica de la ciudad de Medellín es mínima para las diversas expresiones musicales en las que las personas encuentran sus formas de afinidad. No se da una articulación entre los distintos colectivos, prefiriendo cada uno trabajar independientemente con los pocos recursos que cuenta, existiendo muchos estudios y ensayadores privados a los cuales se les puede cuestionar la calidad. A la par que la formación, la creación, la producción y la difusión musical de la ciudad de Medellín carecen de apoyo económico, espacial y técnico.
Esta realidad mantiene en un estado de desinformación y transbordo inadvertido a un amplio público o comunidad musical, que no encuentra una opción diferente a una industria musical comercial, lo que contribuye deliberadamente a la desinformación, al desconocimiento general de las culturas a las que pertenecen dichas expresiones, la indiferencia, el embrutecimiento, la pasividad y el consumismo.
Vaya paradoja. El rock, el hardcore, el punk, el rap, la fusión, el ska, el metal, el reggae, algunxs electrónicos y todos los géneros en que se despliegan cada una de estas culturas populares y urbanas del caribe, Norteamérica y Europa están muy influenciadas en el caso del que tratamos por nuestros contextos de inseguridad, agresividad, violencia, pocas oportunidades y por paseos a través de las calles como territorios de la vida, la imaginación y la inspiración, por ser representaciones análogas y globalizadas de la urbanalización que son muy similares de los contextos urbanos de los que hablamos aquí o allá en el primer o el tercer mundo.
Siendo los músicos, activistas, artistas, gestores, etc. seres máquinas de observación, cuerpos territorios de un espacio construido de los tejidos de las músicas urbanas, de lo que logramos interpretar de lo que nos seduce de un mundo y una localización que ofrece y vende soluciones y mercancías, consumos y necesidades suntuosas que nos diferencian en vía de la feminización, la apariencia y la superficie, algo así como un prototipo de ser en las músicas “alternativas” (distinto al ethos paisa o colombiano: hombre de carro, casa, beca, buen trabajo y mujer de casa, hijos y conservadora), las cuales nacen de experiencias de seres interesados desde la afinidad social: política, estética o rutinaria, comunicar coherencia, diferencia y mezclas más que el lucrarse… y que con el tiempo, en el pasar del hacer asociado al proceso creativo, gráfico, técnico y demás de las músicas “de lo otro, la inclusión, la subjetividad singularizada”, me voy a un modelo comercializado, vertical y jerarquizado que obedece a las leyes y reglas de la ganancia, la fama y el mercado.
Allí tambalean los principios y la búsqueda ética, la música entra en contradicción por su multiplicidad y complejidad abigarrada en su trama callejera y ciudadana, se vive en tensiones permanentes con lo que se expresa en las líricas de las canciones de los discos, no se espera vivir de la música, pero tampoco suplir funciones que competen a los estados, a las sociedades, a los gobiernos locales y a la empresa privada. Se trata de insertarse con procesos plásticos, gráficos y creativos con y en el mercado, pero en general el que esta del lado de las culturas y su producción siempre sale perdiendo al ser utilizado, engañado y vulnerado por el sistema, las instituciones y los hombres y mujeres de cuello blanco.
Diana Avella y Evelyn. Antimili Sonoro. 2011. Ataque al sistema patriarcal.
Retorno a lo underground, el subterráneo, lo no regularizado y que aunque se vaya institucionalizando en el entretenimiento pertenece por siempre a las fisuras, escisiones del sistema: estrategias y manifestaciones colectivas no normatizadas de los que realizan las prácticas sub-versas y contra-culturales.
El underground está asociado a lo raro, a lo extraño, a lo fuera del estado, también se define como un proceso espontáneo. En Metrallo, el underground se relaciona más con lo subterráneo, entendiéndolo como una amorfidad que no implica dejarse de relacionar con el mundo, lo importante aquí es no dejarse encasillar y desde las redes, las músicas y sus manifestaciones ser críticos tratando de estar por fuera del sentido común.
Lo subterráneo se describe para nuestra ciudad y sus barrios en la resistencia contra el destino del ser, las leyes, la represión, la brutalidad, el militarismo, la estructura alienante, el machismo; a la vez que es una propuesta y un lugar de situarse para reflexionar y construir la autonomía y el mundo. Las culturas callejeras, las músicas urbanas extranjeras que nos hemos apropiado, la amistad como generador de los puentes y los diálogos, el vestuario y un discurso moldeado son algunas de las características que describen de manera general unas experiencias desde abajo, de relaciones horizontales en donde importa más el mensaje que la técnica y se privilegia la producción propia, la capacidad relacional y el hazlo tú mismo. Empero ¿Qué puede considerarse underground y subterráneo en Medellín ante una manipulación mediatizada y un disfraz en nuestros propios saberes para materializar los sueños cueste lo que nos cueste?
Las músicas mixturas de esquina, barrio y ciudad, de calle, ghetto y centro urbano se instalan en una negociación constante con el contexto, sin dejarse regularizar ante las visiones y propuestas que ceden en dicho trámite, pues en este lugar de hacer y decir se defiende una ética y una revolución personal, grupal que parte de las afinidades, las cuales en la mayoría de los cantantes, gestores, artistas, y agrupaciones está en proceso de definición y consolidación. Dichos nichos también son por ello siembre y semilla, “formación popular, etnoeducación y circulación” por fuera de lo oficial y las instituciones que lo representan –aunque much=s de los seres que desde la acción lo promueven no lo estén vinculando-.
Ahora, con muchos de los compañeros del territorio del diplomado hablábamos del presupuesto participativo y la gestión con la empresa privada como estrategias que utilizan, cooptan los principios de la relación de producción de sentido desde las músicas, lo autónomo, el antiautoritarismo y la desconfianza en estructuras del estado. Problematizando este realidad en la que se encuentran inmiscuidos muchas agrupaciones, crews, corporaciones, asociaciones hip-hop, pensamos que hoy el underground se ha transformado y que ya no sólo es el hazlo tú mismo sino el gestionarlo con otros sin perder el control y la autonomía de la obra, pues vivimos un proceso de hibridación donde la música con sentido político busca insertarse en muchos de los casos en un mercado empresarial como una manifestación cultural. Algunos raperos defienden que participar de PL y PP y de la inversión estatal en sus proyectos culturales no diezma ni oprimen sus intenciones o mensajes, permitiéndoles materializar usar y “recuperar” lo expropiado.
En estas discusiones de las músicas urbanas hemos esbozado dos criticas. De una parte se defiende que al priorizar y ejecutar dineros oficiales en escuelas, eventos, conciertos, festivales, piezas comunicacionales, etc., más que contradiciendo nuestras apuestas estamos ejerciendo nuestra participación y nuestro poder como ciudadanas y ciudadanos, ya que si no lo hacemos nosotros reconocemos que hay políticos y personas con mentalidades tradicionales y corruptas que criticamos, que desvían el dinero a sus intereses particulares y no para los grupos visibles que se manifiestan en la comunidad.
Vale decir que muchos de los procesos emprendidos por grupos de afinidad de jóvenes, hombres y mujeres tienen pocos lugares en donde asistir y oportunidades de financiación de sus proyectos. La critica a este complejo de situaciones y que ya se encuentra implícita en las apreciaciones de los que gestionan su cultura callejera con los entes y dineros públicos es que la corrupción, los resultados cuantitativos, los indicadores de proyecto y los resultados presentados en los medios de comunicación son simplemente una cortina de humo de una maquinaria de gobierno a la que los sonidos y la lírica de la música hechas en la periferia se oponen tácitamente, por no decir directamente. Es por eso que al hacer uso y gestión de estos recursos nuestras palabras que causan efectos en los cuerpos y las vidas entran en fricción y choque con visiones puristas y de la mixtura, en un mercado a medio camino entre la creación propia y la industria cultural.
De otra parte la mayoría de jóvenes, grupos, colectivos, cantantes, gestores culturales carecen de una capacidad critica y política, es decir, de una formación cualificada que les permita fortalecer la autogestión, la cogestión o gestión social musical con entidades, instituciones y otros grupos oficiales y no regularizados, esta formación o el interés de generar debates, mas que ejecutar presupuestos de actividades llevará a que los grupos de punk, las iniciativas audiovisuales, las escuelas de hip-hop, los gestores culturales del reggae tengan argumentos de peso que permita generar un reconocimiento de las diferentes culturas urbanas y acciones públicas en pro de sus quehaceres y rumbos, pues desde mi visión y organización de activistas se respira una apoliticidad, un cansancio por lo autogestivo y una ausencia por preguntarnos como queremos vivir.
Después de estas particularidades que ponen a prueba la construcción del underground de una ciudad -naturalizada en la violencia y la resolución del conflicto social por medio de las armas, el terror y la agresión- que se hace día a día en el espacio construido como problema de inspiración y desafío, nos permite decir que, además de todo lo anterior lo subterráneo es una percepción o manera que no se puede delimitar, que tiene que ver con el culto, con la rutina pero ante todo con la praxis, con una teorizacion en la experiencia del barrio, de la calle, de lo urbano, lo local y su relación con el mundo.
Es claro que un músico o una agrupación que se aleja de la música como entretenimiento y hits, se basa en principios humanistas, busca generar pensamientos, transformar, mostrar ángulos y puntos de vista no normalizados, estandarizados; de igual forma esta actitud da posibilidades como las de hacer y decir cosas que no hubieran pasado antes sin esta comunidad de sentido, la posibilidad de hacerme parte de, de difundir las ideas y sentirme parte de algo que transciende y deja un vestigio en la historia oral, urbana y glocalizada.
Música para comunicar, expresar, hacer denuncias, resaltar, condenar, atacar, liberarme de lo que me oprime, resaltando las subjetividades individuales y políticas. Es una opción de vida, de construirme como otro referente distinto al pillo, al panadero, al gerente, al ventero que en apariencia me libera de muchas dependencias. En síntesis es las forma en que cada persona ve y vive el mundo y por eso no podemos decir que el underground, las músicas callejeras son un concepto, una fundación o una definición inamovible, todo lo contrarío dentro de las comunidades hay conflictos constantes y a veces irreparables dentro del reconocimiento de la identidad de las y los otros como miembros, en sí, dentro del mismo subterráneo se genera pero también se lucha contra unos estándares institucionales por el tiempo y el vivir sometidos en un mundo de aburrimiento.
La Cultura como un sistema simbólico de valores, creencias y actitudes el cual es aprendido y compartido, un sistema que forja e influye a su vez las percepciones y el comportamiento de los seres humanos que viven bajo ella, es decir; se trató de mostrar cómo el capitalismo se apropia a través de la publicidad, la tecnología y las ciencias sociales -que son parte del acervo cultural- de las formas, expresiones y prácticas culturales, es decir; de la influencia de los medios o canales para hacer de la cultura y la creatividad gestión, emprendimiento y mercancía.
Lo anterior significa que hoy la cultura es vista como un proyecto, como algo que se termina, un producto o pieza gráfica/publicitaria, perdiendo sus principios de proceso colectivo, manifestación individual, colectiva consciente y que recurre a estrategias de memoria, apropiación, transmisión y resistencia por las y los seres humanos, los cuales en últimas los definimos como entes y cuerpos que emanan artes de hacer y de decir, enriqueciendo nuestras expresiones de vida, de cultura. Así que el reto mayor de la producción cultural y de las músicas urbanas es dejar de hacer por hacer arte por arte, buscando crear procesos que se auto producen, devienen, resisten, tiene pensamientos y se apropian.
Ante todo subterráneo, callejero, barrial, pues no existe músicas inspiradas en la calle sin el barrio, los barrios que la ciudad turismo, museo y apariencia no incluye en sus guías. Las vías, las carreras de los centros históricos y de las ciudades no serían la poesía urbana nacida del asfalto sin los desechos humanos rockerxs, punkerxs, metalerxs, hiphoperxs, activistas y artistas, que aún siendo los residuos del sistema colados en sus lógicas, la carne de cañón y las maquilas de la explotación y las violencias desde el anonimato, lo marginal, lo clandestino, los puntos de encuentro inflexionan e instalan en multidimensiones, la praxis integral en la edificación de música hechas de voces, ruidos, sonidos y mixturas urbanas
Nuestro grito no es sólo de horror. No gritamos porque enfrentemos la muerte segura en la tela de araña, sino porque soñamos con liberarnos. Gritamos a medida que caemos desde el peñasco no porque estemos resignados a ser despedazados contra las rocas sino porque todavía tenemos la esperanza de que podría ser de otra manera.
"Cambiar el mundo sin tomar el poder", de John Holloway
Inicios de un ensayo lírico. VHJD. Castilla Patria.
Torso femenino. Autor:
Fernando Botero. Bronce. Parque Berrío. 1986.
Entre ruinas, lugares
y objetos residuales de la memoria es una investigación que busca reflexionar
sobre los modos de representación, exteriorización y construcción de las
memorias citadinas de Medellín mediante su encarnación en diversos dispositivos
visoespaciales, a partir de su emplazamiento en el espacio público.
Efectivamente, la
pregunta por la espacialización y constitución de los lugares destinados a la
conmemoración, rememoración, recordación y/o reminiscencia en la urbe permite
analizar las diversas relaciones históricas que en Medellín se han constituido
con respecto al surgimiento de las diversas memorias citadinas y su exteriorización
en la ciudad, los efectos que éstas han suscitado desde el momento de su
irrupción y su posterior devenir.
Busto de Benito Juárez. Autor desconocido. Glorieta de San Diego
Por consiguiente,
este texto parte de la pregunta por la constitución de los lugares de la
memoria en Medellín con el fin de reconocer las transformaciones que en la urbe
han suscitado el establecimiento de una memoria – nación, comprendida como
aquella memoria unívoca y oficial adherida a la construcción histórica de las narrativas heroicas
del país y la región antioqueña, junto con la aparición de otras memorias
alternativas, plurales, divergentes y resistentes a dicha postura ideológica
gubernamental.
Como generadoras de
unos regímenes escópicos, que procuran mediante sus formas de representación
particulares encarnarse en unas visualidades que son exhibidas dentro del
espacio público con miras a la producción de subjetividades en la constitución
de un ciudadano – observador, las diversas memorias citadinas estudiadas en esta
investigación dan cuenta de una ciudad que se caracteriza por la implosión
exacerbada de lugares de la memoria como condición propia de su amnesia.
En este sentido se
producen múltiples fenómenos urbanos que merecen ser referenciados en este
texto, dentro de los cuales se hará una narración sucinta, pero con el mayor
rigor académico e investigativo posible, de diversos casos contemporáneos en
los que se vislumbra el problema de la representación, exteriorización y
construcción de las memorias citadinas en la contemporaneidad de Medellín.
Mujer en la baranda. Autor Fernando Arroyave.
1995.
Por ende, se inicia
con una apuesta teórica en lo que concierne a la problematización del concepto
de memoria colectiva y lugares de la memoria desde los trabajos
de Maurice Halbwachs y Pierre Nora, con el fin no sólo de analizar en términos
dialógicos los aportes de ambos autores sino también de identificar diversas
formas de exteriorización de la memoria que acontecen dentro de la ciudad,
indagando por sus particularidades como resultado de su emplazamiento en el
espacio público.
Es así como la
investigación discurre de lo general a lo particular mediante la concreción de
unas rutas o cartografías icónicas de la memoria, en tanto que cada uno de los capítulos
que integran esta investigación plantean unos recorridos teóricos y visuales,
como ejercicio propio de una lectura de ciudad que da cuenta del pluralismo, la
convergencia y divergencia de múltiples memorias citadinas exteriorizadas en
diversos dispositivos visoespaciales adscritos a unos espacios y tiempos citadinos.
Pedestal del busto hurtado de José
Manuel Restrepo. Avenida La Playa.
El levantamiento de
nuevos espacios memoriales que propenden hacia la gentrificación del espacio
público; la irrupción de múltiples memorias alternativas y el devenir de la
memoria – nación; la transformación de la monumentalidad citadina y el arte
público; el crecimiento desmesurado del fenómeno de la patrimonialización, y el
surgimiento de las memorias espectaculares dentro de los proyectos turísticos
de la ciudad son algunos de los fenómenos urbanos abordados en esta
investigación.
El cuerpo máquina, que se mueve y
que se desplaza, se ve reflejado en el cuerpo protésico, que de alguna manera
no ha dado aún el salto tecnológico que se pretende en la era de la tecnología
digital que ve aumentada su potencia cada día y con la cual se busca que
nuestra ciudad sea digital bajo un fundamento de bienestar , de agilidad y de
mejora en la vida cotidiana, teniendo en cuenta que existen limitantes de tipo
económico, social o urbano, entre otros, que no permiten el acceso libre y con
la eficacia que se pretende en este tipo de instrumentos.
A su vez, esta
especie de cyborg debe sobrevivir en un espacio urbano como por ejemplo en la
ciudad de Medellín la cual intenta recuperar, construir y mejorar los accesos a
partir de la creación de todo un sistema de movilidad y de tecnologías que
hacen de nuestra ciudad, un espacio también protésico, enlazado con el cuerpo
tanto desde lo mecánico como desde lo digital.
“El cuerpo no está en ninguna parte, está
en el corazón del mundo, ese pequeño núcleo utópico a partir del cual sueño,
hablo, avanzo, imagino, agujereo las cosas allí donde se encuentran, y las
niego, también, gracias al poder indefinido de las utopías que imagino. Mi
cuerpo es como la Ciudad del Sol, no tiene lugar, sino que de él salen e
irradian todos los lugares posibles, reales o utópicos.” (FOUCAULT, 2006:169)
FOUCAULT, Michel. El
cuerpo, lugar utópico. Riff Raff: revista de pensamiento y cultura, ISSN
1135-8106, Nº. 30, 2006, págs. 165-172
Para conocer el artículo de la tesis de la maestría de Maria Cecilia Castañeda puedes descargarlo haciendo click Aquí