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La Ciudad Graffiti


En la actualidad tanto en los barrios como desde los presupuestos públicos la expresión graffiti ha tomado un lugar relevante como representación cultural, consumo y afinidad de las y los jóvenes, a pesar de que aún sigue teniendo detractores que no lo comprenden como un movimiento artístico y lo estigmatizan como un acto vandálico.

En lo que va del 2013 al 2015 han pasado muchos acontecimientos y eventos como la impunidad y la falta de justicia con el graffitero asesinado por la policía Diego Felipe Becerra, las obras en gran formato en concertación con la Alcaldía de Bogotá, las pintas de Justin Bieber; la realización del "graffiti más alto de Colombia" en Cartagena; las tomas de graffiti en Bogotá, Medellín y Cali, las retomas de graffiti ante las borradas sin justificación en Medellín y Bogotá; la mesa de graffiti con los funcionarios de la alcaldía de la ciudad de Medellín, la propuesta de un proyecto de ley al concejo de Medellín de unas galerías de arte urbano, los encuentros del graffiti local y el tejido que las y los graffiteros en el país están creando para discutir, encontrarse y proponer, al igual que propuestas institucionales eventos como “Medellín se pinta de convivencia” realizado en febrero de 2015 y festivales como Pictopía, de Galería urbana, que llega este año a su tercera versión con un estímulo de los apoyo concertados de la Secretaria de Cultura Ciudadana...



Lo que se sabe
Al relacionar las prácticas territoriantes de los agentes jóvenes de la ciudad con las vanguardias artísticas y más particularmente con el collage, la escritura espontánea y automática, el performance, el happening, el surrealismo, el situacionismo, la intervención, los btl’s, el diseño, la publicidad, los tattoos, entre otras, buscamos aportar a la escritura de la historia presente de las artes visuales locales que normalmente están en los márgenes.

Se conocen y por eso se tiene como referente fundamental las investigaciones desarrolladas por Armando Silva y los grupos de graffiti, artes visuales y Street art, que se recogieron en blogs como Memoria Canalla http://memoriacanalla.wordpress.com , así como la web de Street Art Fachada, http://fachada.tk/ (ya desaparecida), que almacenaba más de 30 seres visuales de Colombia y un sin número de Latinoamérica; aunado a los recientes trabajos de Teresa Caldeira sobre Espacio, segregación y arte urbano en el Brasil. Lo anterior en pos de análisis contemporáneos que toman en cuenta el punto de vista de los actantes o agentes urbanos, tratando de exaltarlos, al reconocerlos, mediatizar, politizar o re-categorizar su papel y acción.



Se han realizado en la Universidad de Antioquia, dentro del pregrado en Comunicación Audiovisual alrededor de 5 tesis que tiene como campo de conocimiento el impacto que generan los graffitis de la calle Girardot a su público destinatario; las experiencias y contenidos que los graffiteros construyen de su praxis y su ciudad; a la vez que, estos escritores visuales entienden el graffiti como campo de lucha.

Se sabe que existen algunos artículos de revistas de la misma universidad con relación a Malk: -o mala-leche- un graffitero mayor, y algunos artículos del portal de cultura de la Alcaldía de la Ciudad, Medellín Cultura que narran las historias del colectivo Doña Gloria. También a raíz del asesinato de un Graffitero menor de edad en Bogotá, los periódicos El Tiempo, El Espectador, y en alguna medida El Colombiano han publicado noticias sobre el proceso judicial y artículos de opinión, los cuales sirven para ilustrar la mirada de la sociedad colombiana con respecto a las huellas y marcas juveniles en la ciudad.



Se ha publicado una investigación titulada Graffiti en Medellín, por la Casa de las Estrategias y producida por la Fundación Mi Sangre, donde se presentan a manera de reportaje denso los graffiteros históricos de la urbe. El colectivo de Graffiti de la 5 cuenta con una publicación periódica de culturas juveniles con un énfasis en graffiti y espacio público. De igual manera mc´s, graffiteros y personas pertenecientes a la Kasa Kolacho han creado desde el 2008 el Graffitour, un recorrido por las memorias de los barrios y los murales de San Javier, la comuna 13.

Lo que se dice
Esos rayones, expresiones, irrupciones, escisiones, colores, formas de escribir, pintar, pensar, reflejarse, exponerse, entregarse, adhesionarse -a un equipo-, descargarse y fundirse… de habitar, de tomar y de manifestar una posición, de plasmar una visión de mundo, una manera de organizarse y de “participar” mantienen una relación de re-creación e interdependencia con la ciudad, el universo urbano, sus centralidades, velocidades, gustos, colores, problemas, necesidades, cambios, culturas, modas, discursos y prácticas.

Se dice que datan en Medellín dichas grafías, letras, nombres de apropiación anónima -pues la expresión visual de las paredes en general tiene un código de mensaje, de obra y no de nombre o de sujeto- de los años 80’s, para reaparecer entre 1993-1994 y posicionarse al fin del siglo XX. Hay muchas personas que han pasado por este camino y en el transcurso de estos 30 años la diáspora de rayar sobre los muros ha ganado a muchísimos seres efímeros que pasean de lugar en lugar haciendo marcas, abriendo muros y dejando huellas en las paredes; así como se han dado otras posiciones y oportunidades desde las instancias gubernativas a nivel local con respecto a esta manera de ver, aprehender y representar (casi que cooptando desde la persuasión un arte que se reivindica opuesto a lo oficial y que sale de las culturas populares de las periferias o comunas).

Cruzando el lápiz con el aerosol
Hoy me interesa que hacen los artistas del graffiti y colectivos en el vivir e intervenir ciudad como una expresión que va en crecimiento, con sus detractores y su impulso a través de los presupuestos participativos de las comunas, poniendo un especial énfasis en las producciones, eventos, propuestas colectivas que podemos denominar arte urbano del graffiti inscrito dentro del arte callejero.



Esta premisa y principio orientador lo considero relevante debido a que sobre las relaciones espacio - prácticas artísticas, estéticas y políticas - y gentes, hay pocos investigadores y pocas investigaciones. Todavía más que el resultado, las maneras de la acción del graffiti son consideradas ilegales, de alta peligrosidad dado el control, la vigilancia y la militarización, y los que se acercan a ellas las ven como un objeto desconectado de la historia del arte a nivel glocal.

La intervención artística, el arte del proceso y la acción estetizante y colectiva, la construcción del saber colectivo y las preguntas por los procesos de cambio del espacio desde transformaciones (y problemas) plásticas y gráficas entre las gentes y comunidades, memoria y olvido de la ciudad que no se relata, se desconoce y se invisibiliza son una constante que se privilegia, que se exalta para percibirla, para narrar y construir objetos de estudio con las otras visiones de ciudad, dando un papel relevante a las juventudes, los colectivos de dibujo, graffiti y arte urbano.


Muchos artistas ante el desempleo y el padecimiento de una ciudad aburrimiento se llenan de autogestión, invención y recursividad para con el color transformar sus hábitats y dejarse ver en sus propuestas.

Colectivos de lo efímero, de procesos actuales y de intervenciones difusas, de memorias de la marcha que se van renovando con el continuo hacer y repensar lo visual desde el cuerpo como primer espacio: habla, siente y pinta, escribe, sentir y pensar… como el grupo ART, pionero en la ciudad de las técnicas de agitación visual, esténcil y acciones directas que tienen su radio de acción en el centro histórico y los sistemas y mercados masivos; el colectivo Sin Nombre y la Capilla, estudiantes y maestros de artes plásticas en general de la Universidad Nacional que realizan acciones, intervenciones murales y conciertos performativos; Las Plagas, Los Monstruos, los Peligros Crew, Pandemia Crew, SKS, entre otras agrupaciones de graffiteros pertenecientes a las escuelas de hip-hop de las comunas de Medellín, organizaciones como Cultura y Libertad, KGP; Narkográfica y todo su despliegue poético dilucidado desde la literatura y el realismo mágico.



Ahora bien, Cesar Figueroa y Miguel Torres son dos representantes a manera individual de la fusión y la mixtura de técnicas en pro del muro vivo, ambos tattoadores de pieles y de paredes que perduran. Eso sin olvidar a Felipe -sus carboncillos, hombres instrumento y escafandras para fumar-, artista plástico de la universidad de Antioquia, precursor activo que pinta desde hace más de 30 años los espacios y las paredes de atrás de la Calle Barranquilla, por la zona de Bantú. Es importante mencionar también al Colectivo GEL, de corte libertario con sus publicaciones, esténcil's constructivistas y de impacto a partir de exacerbar los símbolos opresores de la Iglesia, el Estado y el capitalismo. De otra forma Estudios Agite, diseñadores y publicistas de la UPB –personas de estratos altos que utilizan estas técnicas para hacer contratos de Street art para eventos de marcas internacionales-; y el Colectivo Doña Gloria, el cual fue galardonado como jóvenes talento en el 2010 por la Alcaldía de Medellín, que realiza varios tipos de acciones y producciones, pero que para el caso nos llama la atención los murales participativos, en los que se define con la comunidad afectada y habitante el tema, provocando a las gentes a participar del acto, del acontecimiento de decorar y pintar, colorear, manchar, ilustrar, teñir, cambiar la escena, dentro de un proyecto cultural del bicentenario de la Independencia. Eso sin mencionar a Galeria Urbana, la Escuela de Crew Peligrosos, las tomas de graffiti, los espacios de concertación y otras iniciativas más profundas de las otras escrituras.




Practicas populares y expresiones underground, colectivos subterráneos, grupos subversos, arte callejero o street art, arte urbano y arte público, intervención artística, plástica y estética, acción directa, acción ilegal, violaciones al manual de convivencia, a las contravenciones y a la ley de seguridad ciudadana, maneras de representación y participación de los que no tiene voz, arte transformador, político, activismo artístico comprometido desde la subjetividad con el hacer y la construcción de los seres, cuerpos y espacios de la ciudad: ¿para qué queremos graffiti si lo que tenemos es una multiplicidad de expresiones y prácticas no regularizadas de arte urbano?

Finalmente hay algo que queda por decir para dichas maneras, formas y prácticas que es de relevante importancia. Hoy, el registro audiovisual y fotográfico se constituye en la manera en que la acción efímera en el espacio público se hace durable en el tiempo, se comparte en el mundo, existiendo una correlación entre lo real y lo virtual, la calle real y el ciberespacio gracias a los usos y la interdependencia de estos acontecimientos con la ciudad(es) y los medios de comunicación de los mismos graffiteros, activistas, artistas y estencileros como páginas web, blogs y galerías fotográficas, en una  forma de Malla que permite desplazarse de un lugar a otro y de una idea a otra, buscar y referenciarse con artistas de otras latitudes, armar colectivos, acciones y movimientos, mutando, cambiando de forma para conseguir la emergencia de los flujos de información y personas que son acordes a lo que queremos producir, ya que la consigna es…somos agentes que registramos y exaltamos como cuerpos y seres urbanos y por tanto nuestro espacio de vivir, hacer, encontrarnos, cambiar y reivindicar es la calle.






Del arte expandido del graffiti
El graffiti es una gramática visual y contemporánea que se puede nombrar como una de las narrativas coreográficas y modernas que habitan las juventudes de los mundos urbanos. Es un conjunto de maneras de apropiación, opciones de vida, formas propositivas y críticas que forjan e inventan a la ciudad de Medellín.


El “arte” callejero, el graffiti y la agitación visual son prácticas políticas deconstructoras del arte de los museos, de la condición de existencia, del áurea del artista y de las permanencias visuales, a través de sus acciones, acontecimientos relatos y discursos.Todas las maneras en que se entiende el graffiti y el hacer mural en la calle son actos transgresores que estan modificando paradigmas culturales.



Hay una íntima interdependencia entre expresión, producción de sentido y contexto cuando estamos hablando de escrituras otras y de arte urbano. Lo que nos lleva a considerar al graffiti –y el creador de la “obra”- como una forma o manera estética que transita por lo anti biográfico, lo fugaz, el espectador y el arte en sí; además de lo virtual, la internet y el cibermundo que han permeado y cambiado de algún modo estas categorías con las que se asocian las prácticas culturales callejeras y al artista urbano de la acción.


Uniendo esfuerzos
Actualmente, basado en la investigación-creación “La ciudad Graffiti”, Víctor Jiménez se encuentra becado en la modalidad de Artes visuales de la Secretaría de Cultura Ciudadana, con el fin de elaborar un ensayo que propone una revisión crítica de la producción documental sobre el graffiti como el arte urbano que el investigador ha creado entre el 2013 y el 2015, cuyo producto será un documento crítico que recoja, enriquezca y actualice las visiones de los graffiteros, la información de las escuelas y el estado del arte urbano no oficial del Valle de Aburrá y la ciudad de Medellín. Este artículo es un avance de este ensayo. Para conocer el documento completo hacer clic Aquí


Fundamentación para un ensayo del proceso
Para descargar artículos, investigaciones y más sobre graffiti, arte urbano, prácticas artísticas y estetizantes, dar clic Aquí

Vida local e historia barrial


El inicio del proceso de poblamiento de esta Zona fue posterior al de la Nororiental, influyendo en ello, el que la mayoría de los terrenos pertenecía a pocos propietarios, predominando un latifundio con actividades como ganadería de menor escala y bosques naturales. Asimismo influía la poca claridad en relación con las fuentes de agua requeridas para habitar tal sector urbano. Uno de los principales latifundistas fue la familia Cock, que facilitó la venta de lotes e incrementó la expansión de la zona.
 
Hacer una biblioteca. Fotografías de la biblioteca Raices de la raza. Facilitadas por Elsy Quintero.
Álbum fotográfico de Carlos Amaya. Archivo privado.
Los primeros asentamientos se ubicaron en lo que es hoy el Barrio Castilla, con lo cual se define la carrera 65 como principal vía del sector, a partir de ella se fue configurando la red vial de la zona. La forma que asume el poblamiento en Castilla al dejar algunas áreas para el desarrollo de equipamiento colectivo, ha permitido aun hoy su consolidación. En el 65 se construye la primera escuela en el Barrio Castilla. Este barrio continúa su expansión hacia nuevos núcleos como Castillita (hoy Girardot) o La Unión. Siendo éste último el resultado de un acelerado proceso de asentamiento, que en su mayor parte fue construido por labor parroquial y de la comunidad.

En 1964 se crean las Empresas Varias de Medellín como empresa oficial de servicio público, la cual se ubica en su mayoría en la parte baja de la Zona, por la autopista Norte entre los Barrios Toscana y Belalcazar.

En la década del 70 el Instituto de Crédito Territorial (ICT) inicia la construcción de la Urbanización Francisco Antonio Zea y de los barrios Pedregal, Boyacá, Las Brisas y Florencia, destinados a los sectores obreros del Municipio. Se presentan algunas tomas de tierra en la parte Alta del Hospital La María y en el costado Norte del Cementerio. En 1972 se inicia la construcción del 12 de Octubre por parte del ICT, se entregan 1200 viviendas.
Fachada de las casas de Boyacá, entregadas por el I.C.T. Fotografía de Blanca Bedoya.
Mangas conocidas como "La Tricolor" haciendo alusión a la antena de radio con el nombre La Tricolor, actualmente esta ubicada allí la urbanización Gratamira. Fotografía de Blanca Bedoya.
En 1973 se entrega la segunda etapa con un total de 1797 viviendas. Aumenta el ritmo de la construcción y aparecen nuevos desarrollos como los barrios Florencia, Las Brisas y Alfonso López. Es ésta la década de construcción masiva por parte del Estado (por el ICT), la cual se concentra sobre ésta Zona, asimismo es la década del surtimiento de normas urbanas más reducidas para la vivienda de interés social, en respuesta a la apremiante demanda por vivienda. En 1983 se promueve un programa de autoconstrucción llamado "El Mirador del Doce" por intermedio del ICT y una Cooperativa de vivienda, cuando el proceso de construcción por los pobladores se retoma dentro de la política de vivienda. Los barrios antiguos y de urbanizaciones piratas conformados desde los inicios del desarrollo la Zona: Castilla, Caribe, Belalcazar, El Diamante, San Martín de Porres, La Esperanza, Kennedy, Miramar y Castillita, se caracterizan por el tamaño amplio de sus lotes, con dos y tres pisos, para casas de tipo bifamiliar y trifamiliar. Se presenta frecuentemente que el primer piso quede por debajo del nivel de la vía.

Algunos de los barrios planificados por entidades estatales o privadas, de lotes reducidos y vivienda masiva unifamiliar o multifamiliar para sectores populares, son: El Doce de Octubre, Santander, Pedregal, Florencia, Alfonso López, Boyacá, Tejelo, Girardot, Las Brisas, Francisco Antonio Zea, Córdoba, Alejandría y Bello Horizonte (en su mayoría construidos por el ICT).



Fotografias de la Cancha de tejo y la caseta de integración del barrio Boyacá.
Fotografías de Carlos Amaya. Años 70's
En tal sector intermedio, que se ubica en la parte baja de la Zona Noroccidental, las quebradas delimitan cada uno de los usos allí presentes, dando lugar a subsectores residenciales como los Barrios Belalcazar, Tricentenario, Hector Abad Gómez y Toscana; subsectores industriales como el de Prodenvases, Andercol y el gasoducto...; y subsectores de servicios como el de la Plaza de Ferias y la subestación eléctrica. Cada uno de tales subsectores tiene sus dinámicas social y funcional y morfologías propias, que al ocupar las partes más bajas del valle a su vez conforman "islas- barreras" que dificultan la comunicación en los sentidos oriente-occidente y viceversa e inclusive del occidente con el eje del Río y hoy del Metro.

La Zona Noroccidental tuvo un poblamiento más "formal", obedeciendo a procesos organizados por alguna entidad, como el ICT, o por urbanizadores piratas de gran escala, como la familia Cock, lo cual otorgó mayor regularidad en la estructuración del tejido de sus sectores (manzanas y lotes ortogonales) y de estructuras de mayor tamaño, permitiendo un equilibrio futuro tras su proceso de densificación al igual que mayor continuidad en los recorridos vehiculares y peatonales.



Fiestas familiares y vecinales. Barrio Boyacá.  Fotografías de Carlos Amaya.

Los desarrollos planificados formalmente, en general han dispuesto de adecuadas vías de acceso, obras de infraestructura y equipamiento barrial. Con respecto a la vivienda, estas alcanzan un desarrollo en altura ya consolidado a partir de lotes que en el comienzo propiciaron un equilibrio de densidades; no así en las urbanizaciones que se establecieron más recientemente a partir de la minimización de las normas de construcción.

Breves relatos de las memorias fundacionales de Boyacá

Hay un barrio en  el norte de la Zona Noroccidental, que nació con solo 556 casas como unidad residencial, hermano de otros barrios como Florencia, Alfonso López, Tejelo y Pedregal, porque es hijo como ellos de la labor del Instituto de Crédito Territorial (I.C.T.), tan pequeño que sólo va de la calle 109 a la 112b y de la carrera 64D (autopista) a la carrera 67 y eso sin contar que gran parte de este espacio lo ocupan una manga, una bodega y una escuela de policía...
Boyacá. Fotografía Gabriel Carvajal. Año 1972. Archivo BPP
Boyacá. Fotografía Gabriel Carvajal. Año 1974. Archivo BPP
Para conocer el texto completo y un relato ampliado sobre el barrio Boyacá, hacer clic aquí

Vida fotográfica Mujer



La artista visual Camila Florez Quintero, asidua colaboradora y participante de este medio de comunicación investigativo, con la idea de rendir un homenaje y hacer memoria urbana de la ciudad nos entrega una serie fotográfica de nuestros hábitats, paisajes, cambios urbanos y oficios, que en el 2015, serán el banner fotográfico de nuestro blog.

Sea esta serie fotográfica la oportunidad para agradecerle a Camila por su trabajo y solidaridad con el grupo de investigación, a la vez que desearles a nuestros lectores felices fiestas por medio de la imagen, la visualidad y la invitación a recorrer las calles de asfalto.