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#RetomaGraffiti24H. Graffitis, Memorias y Reparaciones en Medellín.


El año 2013 fue muy especial para el graffiti a nivel nacional y local. En mi caso particular, fueron 365 días y más pensando en cómo conectarme y conocer a los hacedores del asfalto: artistas, activistas, escritores, graffiteros, practicantes y comunes personas que los apasiona el color, los seduce los muros de la urbe y los graffitica la noche.

En este año también pasaron muchos acontecimientos y eventos como la impunidad y la falta de justicia con el graffitero asesinado por la policía Diego Felipe Becerra, las obras en gran formato en concertación con la Alcaldía de Bogotá, las pintas de Justin Bieber; la realización dizque del "graffiti más alto de Colombia" en Cartagena; las tomas de graffiti en Bogotá, Medellín y Cali, las retomas de graffiti ante las borradas sin justificación en Medellín y Bogotá; la mesa de graffiti con los funcionarios de la alcaldía de la ciudad de Medellín, la propuesta de un proyecto de ley al concejo de Medellín de unas galerías de arte urbano, la beca de investigación La Ciudad Graffiti, el tejido que las y los graffiteros en el país están creando para reconocerse, discutir, encontrarse y proponer como agentes, creativos, artistas, jóvenes y ciudadanos; el deseo sentido en estos sujetos con sus subjetividades de unas ciudades que quieran cambiar y revolucionar, por medio del graffiti como una corriente del arte local, nacional y mundial.

Desde la piel local del Graffiti

Memorias y respuestas de Arte Urbano

El año 2013 fueron 365 días efervescentes para el graffiti y el arte urbano en la ciudad de Medellín. Las propuestas de articulación que se construyeron desde personas graffiteras con la toma de graffiti en conexión con un proceso nacional de usar las paredes como lienzos, generó espacios de encuentro para realizar la retoma al deprimido de la calle San Juan en frente del centro administrativo, entre gestores del graffiti, graffiteros, artistas callejeros, visuales y plásticos, apostando por asumir el graffiti artístico como el estandarte de la práctica callejera, de la ciudad donde sueñan e intentar habitar los seres visuales y urbanos.

Así que aquí les dejamos el documental preparado para cerrar la seria de minorías Voces que suman y tres fotografías de Leal, que dan cuenta del concepto, la apuesta y la búsqueda cotidiana, colectiva y arriesgada de los pintores, escritores, artistas y amigos de las memorias y respuestas de arte urbano en Medellín y el área metropolitana.



El graffiti es dibujar sobre las paredes. Algunas veces intentando transmitir un mensaje político o de reflexión, y otras, simplemente se disfruta el hecho de escribir el nombre. Medellín es una ciudad que admira y respeta el graffiti. Porsupuesto éste sigue cargando un estigma: el de que este arte es vandalismo, pero Shamo, Numak y Jackgo son grafiteros de la ciudad que viven del graffiti, tienen un gran talento para el dibujo y desmienten con su trabajo estos prejuicios. Incluso el municipio los llama constantemente para que pinten los muros de algunas calles principales. Y con esto nace entre ellos cierta rivalidad: los que aceptan estas propuestas son tildados de haberse vendido al sistema y puesto en juego la escencia transgresora del graffiti. Los implicados contestan que es una oportunidad para trabajar y expresar su arte, pero que jamás abandonarán la calle, pintar a escondidas, en la noche. Saben que ese es el verdadero graffiti.

Retoma Graffiti al deprimido de San Juan. 21 de Diciembre de 2013.

https://www.facebook.com/groups/tomagraffiti24h/




#TomaGraffiti24h: Legitimidad, Arte Urbano, Convivencia y Resistencia Visual en Colombia

“Necesitamos decirle al Estado y a los empresarios que no vean en el graffiti una estrategia para sacar jóvenes del conflicto, sino una expresión que fortalece la creatividad, la imaginación”.
Graffiti de la Crew Talla de Reyes, San Cristóbal, en la toma de graffiti 24 horas de Medellín. Foto: Lina Ríos.
Por: Alejandro Orozco Acosta *
Es viernes en la tarde y los escritores de graffiti empiezan a agitar las latas de aerosol para ahuyentar un posible aguacero. La expectativa inundó de bocetos las aceras de la avenida San Juan y en simultáneo más de setenta artistas le dieron inicio a una extensa jornada que busca generar conciencia sobre el arte urbano en el espacio público.

“Por nuestro derecho a la ciudad, por la libertad y el derecho a la vida, por el respeto al arte urbano y en contra de la privatización del arte en las calles” es la insignia de esta maratón artística que conmueve a los jóvenes desde las redes sociales.
La ciudad es un lienzo en la que los jóvenes expresan por medio del arte sus pensamientos más profundos y comunican constantemente sus anhelos y deseos al público en general. El graffiti es sinónimo de ciudad moderna, una que cuenta historias a través de la pintura en sus calles y en esta ocasión son los jóvenes de Medellín quienes deciden centrar la atención a través de la toma pacifica de graffiti durante veinticuatro horas en la avenida San Juan. El deprimido de la avenida San Juan es un punto estratégico cercano al Centro Administrativo La Alpujarra, un espacio lejano a los intereses artísticos de los jóvenes, un lugar distante culturalmente porque de antaño se ha considerado que este espacio de poder y dirección es ajeno a quienes desde los barrios y comunas tienen los mismos derechos sobre el espacio público. Este espacio es gris y se le ha considerado imposible intervenir por su cercanía con la alcaldía, la gobernación y el palacio de justicia, la intervención artística les permitirá a los jóvenes cautivar a través del arte a las personas de este lugar y dejará en evidencia una galería urbana al aire libre al alcance de todos.

Los buses transitan llenos y las miradas perdidas encuentran un cause en una extraña aglomeración que contamina de color el perpetuo gris del cemento de una de las arterias del corazón emprendedor paisa. Esta expresión juvenil cada día busca acabar con el estigma de vandalismo en él que se ha visto envuelta durante mucho tiempo. Esta manifestación artística no representa un riesgo en el desarrollo de las cotidianas labores de limpieza de los puentes que nos podrían proteger de la lluvia, al parecer esa convicción colectiva de poner a pensar al público paisa pintó un firmamento despejado sobre el fondo nublado y gris que acostumbramos a ver en noviembre.

No es un asunto completamente de aerosoles, también es una posibilidad para pinceles y brochas que esparcen pintura de forma indiscriminada, desde ambos lados de la avenida se filtran interesantes voces que expresan el acontecimiento de poder pintar sin afanes y azares.

Los medios de comunicación locales se acercaron con una curiosidad insaciable en sus lentes, las preguntas por más que sencillas demostraron un interés imparcial frente a un acontecimiento histórico que se está desarrollando en simultaneo en el país.

Más tarde el transcurso de los vehículos disminuyó para concentrar la atención en los detalles finales de algunas piezas; pulir los cortes, emparejar los rellenos y decidir en qué muro seguir pintando. Una camioneta de la Unidad de Derechos Humanos hizo un breve acompañamiento para garantizar el cumplimiento de los mismos pero más tarde la policía acusó a uno de los artistas de contaminar visualmente el espacio, aquello no trascendió debido a la inmediata asistencia de un abogado y nuevamente el sonido de las latas de aerosol le devolvieron el color a los muros.

Las rutas de buses abandonan las calles y de la nada, un habitante de la calle, nos expresa la felicidad al ver su casa recién pintada.

Algunos afirmaron que no existe algo que una a los escritores de graffiti de Medellín mientras otros nos negamos a pensar eso. Para que la ciudad invierta, necesitamos decirle al Estado y a los empresarios que no vean en el graffiti una estrategia para sacar jóvenes del conflicto, sino una expresión que fortalece la creatividad, la imaginación, todas estas características necesarias para los jóvenes de una ciudad que pretende ofertar servicios en la industria de la ciencia, la tecnología y la innovación.

Con los primeros rayos del sol el deprimido de San Juan es un nombre sin sentido al apreciar un espacio lleno de color que le da vida a esta zona céntrica e importante de la ciudad, sus paredes siguen alimentándose de las buenas intenciones de los jóvenes que le pintan una expresión más agradable a la ciudad, la jornada continuará fuera de la maratón y los invitamos a que nos veámonos las caras, conversemos, construyamos consensos y propuestas que hagan de esta expresión lo que todos queremos que pase con ella. A la ciudad en general le deseamos que comprendan los intereses e intenciones reales de los escritores de graffiti, más allá de los discursos alrededor del conflicto.
(*) Escritor, Medellín.
Para ver una galería de fotografías de las tomas de graffiti en Medellín y Bogotá, hacer clic aquí
Para ver una galería de fotografías de las toma de graffiti en Medellín, por Camaleón Producciones, hacer clic aquí
La polémica desatada después de que la Policía le permitiera a Justin Bieber intervenir la calle 26 en Bogotá, motivó al papá del grafitero asesinado Diego Felipe Becerra a analizar el caso.

La semana pasada un grupo de grafiteros ocultaron con sus trazos las intervenciones hechas por Justin Bieber en Bogotá. / Andrés Torres
Por: Gustavo Trejos *

Las ansias de recorrer las calles para sentir la adrenalina al rayar una pared o un puente, constituyen actos reprochados por una sociedad prejuiciosa que ha satanizado el arte de matizar con colores y tinta la libertad de expresión. Un derecho fundamental comunicado por medio de la caligrafía o las imágenes en muros fríos e inexpresivos, que cobrarán vida con trazos convertidos en arte o simplemente un TAG, “firma”, en la mejor pared, que pueda ser vista por los transeúntes desprevenidos. Los mismos que se convertirán en críticos espontáneos al momento de ver su grafo en busca de aceptación y reconocimiento, pero sobre todo de la manifestación de un sentimiento.

Estos grafos identifican a un autor que quiere dejar huella, expresarse, decirle a la sociedad que “estoy aquí”, rechazando las desigualdades sociales y los motivos de indignación generalizada: pobreza, malos gobiernos, niños mendigando, personas muriendo en los hospitales; es el grafiti con un grito mudo, pero omnipotente a través de un trazo que sensibilice la sociedad.

La toma de puentes, túneles y cualquier pared pública que se está presentando en las principales ciudades colombianas es un rechazo general al Gobierno y a una autoridad policial por su doble moral, la autoridad que ayer asumía una actitud hostil frente a los artistas urbanos criollos, convirtiéndolos en blanco militar permanentemente, tildados de vándalos; aquellos mismos policías que se ensañaban con los jóvenes colombianos, es la misma autoridad que hoy ven en los trazos escolares, infantiles y pueriles de un cantante juvenil extranjero verdaderas obras de arte, y para ello le habilitaron un sitio no permitido para que el ídolo desahogara sus sentimientos de rebeldía ante una juventud ávida de a quién admirar, en quién creer.

Aquel acto excéntrico, más que una idea profunda, fue descrito como arte por el comandante encargado de la Policía Metropolitana de Bogotá. A su turno, el director de la Policía Nacional expresó en una cadena radial: “Tenemos que evolucionar, el grafiti es una expresión de un sentimiento, de una motivación. Una expresión artística. Algo nos quieren decir quienes pintan los grafitis y los tenemos que escuchar”, palabras sabias que develan la realidad del grafiti como arte en la sociedad; declaraciones que obedecen a una salida diplomática para escampar ante la avalancha de críticas en las redes sociales, justificadas ante el recuerdo por la muerte del joven Diego Felipe Becerra, quien salió a las calles con sus amigos plasmando sus gatos Félix en las paredes a su recorrido, acción que nunca pensó sería la última de su vida tras el accionar del arma de un uniformado sobre su humanidad.

Por eso los jóvenes reclaman a la autoridad equidad, respeto por su derecho a expresarse libremente; una ley que les ayude a generar espacios para plasmar su arte sin correr el riesgo de ser sancionados, llevados a un CAI o hasta perder su vida; que socialice con los jóvenes estrategias para no pintar las paredes, las puertas de las casas o los monumentos, hechos por los cuales la sociedad los rechaza.

* Papá del joven grafitero Diego Felipe Becerra, asesinado por un policía en Bogotá el 19 de agosto de 2011.
Para saber más del tema, visitar el medio de comunicación El Espectador, aquí clic 
Para seguir lo que pasó en la ciudad, visita el hastag #TomaGraffiti24h, clic aquí

El graffiti: La piel del Arte Urbano


Medellín, Viernes 8 de Noviembre de 2013

Hace unos días un cantante famoso decidió intentar lanzar su carrera como Graffitero en la ciudad de Bogotá. Pintó en la Calle 26, considerada tal vez la más importante de la capital, pero no lo hizo solo, fue acompañado por una escolta oficial, cerrado un carril y cubierto por los medios a nivel nacional. El país se indignó.

Meses antes otro joven local, no tan famoso, pero sí talentoso y con ganas de reivindicar su existencia en la ciudad hizo lo mismo en otro puente de Bogotá. La respuesta: asesinado y criminalizado. El país también se indignó.

Las pregunta que surgió:
¿A una estrella internacional se le cierra la calle más importante de la capital, y a un joven local se le asesina y criminaliza?

Por eso hoy en Medellín desde las 6pm estaremos diciéndole a la ciudad que los graffiteros, los artistas del graffiti, los artistas urbanos, los muralistas o como se quiera identificar cada uno, tenemos DERECHO A LA CIUDAD. Nuestras expresiones son tan válidas como las de cualquier estrella internacional.

No somos un solo proceso, ni una marca, esta toma no le pertenece a nadie. Nos pertenece a todos. A aquellos que siempre hemos pensado que una ciudad llena de color es mucho mejor que el gris pálido y sucio que para algunos representa el orden. 

Y no es en contra de nadie, es a favor de una ciudad que reconozca y respete el poder de una expresión, que para muchos se ha convertido en una opción de vida por todo el país. Por eso no estamos solos, Bogotá ya lo hizo, Cali, Manizales y San Juan de Pasto este fin de semana también se tomaran las calles, esas que son de todos.


Así que hoy nos vemos en EL DEPRIMIDO DE SAN JUAN AL FRENTE DE LA ALPUJARRA... Lleva tus latas!