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¡BiciRutas Patrimoniales! 🚲




Existen varias categorías de trayectos patrimoniales, esta vez realizaremos uno de los que hemos llamado “circuitos histórico culturales a bienes inmuebles de valor patrimonial”, los cuales están insertos en la periferia, en este caso iremos a El Jordán, una casa relevante del Patrimonio de las sociabilidades, paseos, fiestas y músicas del siglo XIX y XX, que en la actualidad se ubica en la comuna siete (7) de la ciudad, y cuya extensión de recorrido en bicicleta no supera los 10 Km.

Fachada frontal del Jordán a principios del siglo XX, con su aviso de baños “Casa fundada en 1891”. Foto de la Familia Burgos, publicado por Rosa María Pérez. Investigación Histórica Luis Fernando González Escobar 2015


La ruta patrimonial que haremos es un circuito a través de la arquitectura barrial, contextual y no monumental de los habitantes de los márgenes de la ciudad de Medellín. De la misma forma, es la posibilidad de reconocer en estas materialidades vernáculas las huellas del crecimiento urbano en los espacios y residencias que se construyeron en Robledo para el encuentro y la diversión, al ser un paraje o zona de paso, en el “Camino Real” a San Cristóbal y Santa Fe de Antioquia.

Ciclistas participantes de la BiciRuta Patrimonial
  • El pasado del siglo XIX y XX de la ciudad.
  • San Siro, Aldea de Anápolis, El Cucaracho, Robledo Parque.
  • Los pobladores y habitantes de los barrios de Medellín por 125 años.
  • La historia barrial a través del crecimiento urbano y de la zona.
  • Los rituales y costumbres de los estaderos de paseo y las fondas de paso.
  • Los caminos y automóviles: el carretero, el tranvía, las chivas, los buses y carros.
  • Las músicas y sociabilidades a través de un siglo.
  • La arquitectura regional y el conjunto paisajístico funcional de la vivienda tradicional.
  • La producción cultural de bohemios, clientes, intelectuales, pintores y demás personas que hicieron del lugar un referente territorial en la vida de la urbe.

Render de la proyección de la restauración integral de El Jordán como Centro cultural.
Conclusión
El Jordán es un lugar referente de memoria urbana por lo que se vivió allí desde que fuera unos “baños de las afueras” en la última década del siglo XIX, hasta las tertulias de los intelectuales en las últimas décadas del siglo XX, y las proyecciones a futuro para los archivos y las culturas musicales folclóricas y académicas de Medellín, Antioquia y la Costa en el siglo XXI.


Descargas
Conoce más sobre el recorrido y la temática enhttp://patrimoniomedellin.gov.co/biciruta-el-jordan/
Para conocer el texto de investigación completo, puede descargarlo haciendo clic aquí
Enlace a la versión digital de la presentación El Jordan: https://goo.gl/81YvKf 


BiCiRutas Patrimoniales es un proyecto/actividad de la Unidad de Memorias y Patrimonio de la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín en asocio con el Colectivo SiCLas.

¡BiciRutas Patrimoniales! 🚲


BiCiRutas
Las BiCiRutas Patrimoniales te invitan a pedalear hacia maravillosos e increíbles lugares de la ciudad, en los cuales disfrutaremos de relatos, historias, imágenes y actividades, que nos narran de una manera amena y entretenida, las memorias alrededor de las cuales tejemos nuestro pasado, presente y futuro.



En esta ocasión iremos tras los rastros de nuestros ancestros Los Aburráes al barrio La Colinita, lugar en donde se halló una tumba precolombina en el año 2013. 


Hemos catalogado esta BiciRuta con grado de dificultad alto por loma, pero ¡no te preocupes!, las partes más difíciles las subiremos caminando.



Una ruta patrimonial se constituye en un medio de acceso al territorio y las diversas culturas locales que nos precedieron hace siglos, para su conocimiento y disfrute, permitiendo contribuir al desarrollo y proyección de las identidades locales en un mundo globalizado.

Existen varias categorías de rutas, en este caso realizaremos una que hemos llamado Rastros de nuestros ancestros, parte del Patrimonio arqueológico, paisajístico, histórico y cultural, la cual está inserta en una comuna de la ciudad de Medellín, y cuya extensión no supera los 25 Km.

En este empeño la idea es hacer una guía para el visitante, que en su conjunto le entrega una base de información sobre los Aburraes y otros pobladores indígenas que habitaron hace más 800 años, en un recorrido seguro y con nuevos ojos sobre un barrio y un equipamiento urbano colectivo.



En esta biciruta los conectores que proponemos explorar son:
El Pasado Prehispánico.
Los Ancestros y pobladores (indígenas) antes y en los primeros 150 años de la invasión española. Poblamiento: extinción o resistencia.
Los Emplazamientos donde habitaron, paisajes y lugares sagrados.
Los Rituales de la muerte (funerarios) y cosmovisiones no occidentales.
Los Caminos (de Guaca, de la Cuesta, del Virrey) y búsquedas de la Arqueología, la Antropología y la Etnohistoria para explicar otras culturas.
Continuidad cultural o cambio profundo de sociedades antes y en el periodo de contacto.

Descargas
Conoce más sobre el recorrido y la temática en: bit.ly/bicirutaspatrimonio
Para conocer el texto de investigación completo, puede descargarlo haciendo clic aquí
Enlace a la versión digital del libro Los Aburráes: http://bit.ly/LosAburraes
Carpeta digital con materiales sobre las culturas del valle de Aburrá y las BiCiRutas https://goo.gl/DlvvAB
400 años de El Poblado de San Lorenzo de Aburrá: La génesis de Medellín. Vídeos de ciclo de conferencias de la universidad EAFIT. Marzo 1 de 2016. http://envivo.eafit.edu.co/EnvivoEafit/?p=25171

BiCiRutas Patrimoniales es una actividad de la Unidad de Memorias y Patrimonio de la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín y el Colectivo SiCLas.

BiciRutas PATRIMONIALES


Las Rutas Patrimoniales responden al propósito de difundir y hacer memoria de parques, plazuelas y monumentos escultóricos de alto valor histórico cultural, mediante la creación de recorridos transitables a pie y en bicicleta, con el fin de valorizarlos y conservarlos, ampliando el conocimiento de sus personajes-estatuas y mejorando las alternativas de uso del tiempo libre y de la noche en los parques públicos.

Esta ruta patrimonial permite contribuir al desarrollo y proyección de las identidades locales al visitar con propuestas lúdico-culturales los espacios públicos del centro. En este empeño la idea es hacer una guía para el visitante, que en su conjunto le entrega rasgos sobre las independencias y modernizaciones a nivel local y nacional, en un recorrido seguro y con nuevos ojos sobre prohombres de la historia y lugares ya transitados.

Existen varias categorías de rutas, pero para este caso realizaremos una de las que hemos llamado “circuitos histórico culturales del patrimonio de arte público urbano”, los cuales están Insertos en el centro histórico de la ciudad, cuya extensión es reducida y puede hacerse en algunas horas.

Este recorrido en bicicleta y a pie por 5 seres humanos a quienes rememoramos en 3 parques, una plaza y una plazuela en el corazón urbano de la metrópoli son una ventana abierta al visitante, que da cuenta del patrimonio diverso, artístico y monumental que representa al país que vamos historiando y reconociendo. Asimismo, representan el desafío gubernamental para que estos bienes sean referentes de los itinerarios culturales para las futuras generaciones como espacios que brindan memorias y formas reales de acceso y acercamientos a la(s) historia(s), por lo que deben ser valorizadas desde una perspectiva de conservación, restauración y activaciones constantes, resignificando los lugares con estas acciones en biciruta y la producción de estos acontecimientos y escenarios[1].

“En Medellín hay 493 esculturas, según el inventario realizado en el 2013 por la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín”. “La historia de la escultura en Medellín es relativamente reciente, se remonta apenas a finales del siglo XIX. Tal vez la primera que se instaló fue la estatua de Pedro Justo Berrío en el Parque que lleva su nombre. Tomás Carrasquilla decía que era ‘la única escultura que existía en esta villa infulosa’. Después fue elaborada la estatua del Parque Bolívar, que luego de la muerte de su creador italiano, se le encargó a Eugenio Maccagnani, su sucesor hacerla con los bocetos del fallecido artista[2]”.

En esta ruta patrimonial nos basamos en las investigaciones de El Libro de los parques. Medellín y su centro, al igual que nos apoyamos en Jorge Echavarría Carvajal y un grupo de académicos de la maestría en Estética de la Universidad Nacional que produjeron la investigación Arte público en Medellín. La Ciudad de las (casi) 500 Esculturas. Glosario incompleto para su discusión; y finalmente tomamos de páginas web de biografías y de bibliotecas digitales académicas las lecturas de los más de 10 personas figurantes.

Simón Bolívar y el Parque Bolívar


El hombre[3].
Caracas, Venezuela, 1783 - Santa Marta, Colombia, 1830[4].

Bolívar es un personaje literario que no se puede abordar fácilmente, por la sencilla razón de que nunca se propuso hacer literatura, sin embargo nos dejó ríos de tinta en sus cartas, artículos, ensayos, memorias, proclamas y constituciones[5], que compiten con su crueldad y cobardía en sus batallas y gestas guerreristas.

José Antonio Páez, uno de los comandantes de los llanos orientales que lideró y consolidó la independencia ante los realistas en su compañía, quien después en 1928 se rebela por la autonomía separatista de Venezuela, describe a Bolívar así:

Bajo de cuerpo; un metro con sesenta y siete centímetros. Hombros angostos, piernas y brazos delgados. Rostro feo, largo y moreno. Cejas espesas y ojos negros, románticos en la meditación y vivaces en la acción. Pelo negro también, cortado casi al rape, con crespos menudos. Las patillas y los bigotes se los cortó en 1825. El labio inferior, protuberante y desdeñoso. Larga la nariz, que cuelga de una frente alta y angosta, casi sin formar ángulo. El General es todo menudo y nervioso. Tiene la voz delgada, pero vibrante. Y se mueve de un lado para otro, con la cabeza siempre alzada y alertas las grandes orejas. El General es decididamente feo y detesta a los españoles.

Siendo un criollo de ascendencia mestiza por lo que sus detractores lo apodaban “Chorizo”, amaba la vida de los lugares apacibles y de las villas que le recordaban su infancia, mientras que las ciudades del viejo continente le despertaban aburrimiento y fastidio por la vida al estilo europeo.

Se aspira a mostrar que Simón Bolívar fue un hombre de “carne y hueso”, y así romper con la abrumadora tendencia que caracteriza a los muchísimos libros escritos sobre el Libertador, en los cuales se le presenta como un héroe inalcanzable, despojado de emociones, de sentimientos, de afectos y, sobre todo, de vida amorosa (…) La paradoja es que, en la mitificación de los héroes, son válidas todas las versiones: la del devoto esposo, la del Libertador glorioso, la del cobarde que nunca fue buen jinete de caballo a decir de los llaneros, pero si amante insaciable y violador [6].

Francisco de Paula Santander y la Plazuela San Ignacio


El hombre[7]
Nació en la Villa del Rosario de Cúcuta, el 2 de abril de 1792, muerto en Bogotá, el 6 de mayo de 1840.

Prócer de la Independencia, militar, jurista, estadista y esencialmente fundador civil, varias veces presidente de la República. Ilustre guerrero, profundo político, liberal, gran hombre de la Nueva Granada, quien además de su amor a la ley y la libertad, se empeñó en hacer de la educación el bastión de la vida civil y de la independencia fundado escuelas primarias y colegios por todo el territorio, mientras se combatían contra los realistas y después de separada la Gran Colombia[8].

Manuel Pombo señaló que "Tenía buena forma de letra y la manía de escribir; por eso decían algunos que el Libertador adolecía de intemperancia de lengua, y el general Santander de intemperancia de pluma[9]".

“Se le ha tildado de traidor a Bolívar, de ladrón del primer empréstito internacional, de sanguinario en las ejecuciones de sentencias a muerte y de haber sido un hombre avaro, rencoroso, enemigo de los venezolanos y solo amigo de sus amigos (…) “Casandro” apoda Bolívar a Santander, “Trabuco” le dicen los bogotanos y “Soldadito de pluma” lo llamaron los llaneros venezolanos.[10]

De algunas de las más controvertibles situaciones de su vida entresacamos algunos episodios:
  • Ejecuciones de prisioneros, militares criminales y conspiradores.
  • Vida palaciega.
  • Guaquería inconclusa.
  • De amores y vástagos.
  • Viajero del mundo.
José María Córdova y el Parque de Boston

El hombre[11]
Nació en Concepción (1799) y murió en el Santuario (1829), Antioquia.

Córdova nació y murió en Antioquia, a la edad de 30 años. Según su biógrafa Pilar Moreno de Ángel[12], Córdova llevó una vida donjuanesca y era tan ducho en las artes del amor como en las de la guerra. Su educación fue autodidacta, dominaba el caballo como cualquier llanero, un hombre tosco, ambicioso y "resentido por su falta de educación", que dejó hijos naturales en el sur en Sandoná y en el actual Ecuador[13], ascendió a general, en tanto estuvo envuelto en varios concejos de guerra por conspiraciones y enfrentamientos entre los mandos, dadas las visiones y sed de poder en las luchas contra la reconquista española.

De acuerdo con van Rensselaer, José María Córdova era “el más buen mozo de todos los colombianos, de alta estatura, bien formado, de pelo y ojos negros, expresión determinada y digna, caballero en todas sus acciones, por sobre todo un hombre cabal, de honor estricto y cuya palabra es siempre cumplida”. Un hombre caracterizado por una profundidad afectiva insospechada, fue siempre afable y complaciente con los suyos, hasta el punto de ganarse la estimación incondicional de cada miembro de su familia, de sus amigos y de la generalidad de la población de Rionegro, ciudad a la que consideró su patria chica.

Pedro Justo Berrío Rojas y el Parque Berrío

El Hombre[14]
Fecha de nacimiento: lun, ago 13th 1827 - Fecha de defunción: vie, ago 13th 1875.

Berrío oriundo de Santa rosa de Osos fue comerciante, educador, abogado, militar y gobernador (dictador por 10 años) del departamento de Antioquia en su época federal (1856 -1886). Católico y al parecer conservador acérrimo, Carrasquilla lo definió como el modelo de hombre de padre y ciudadano, que en nuestras palabras lo definirían como todo un paisa. Estuvo envuelto en las batallas civiles del siglo XIX libradas por conservadores y liberales en la lucha por el control del poder y la organización de las élites burguesas dentro del marco de la república, el centralismo y las visiones después de 30 años de “independencia”.

En octubre de 1873 después de dos periodos como gobernador y sin riquezas acumuladas “sólo aspiraba a la dulce paz del hogar; y no alcanzó esto, pues a poco de regresar a la ciudad natal murió su virtuosísima esposa, doña Estefanía Díaz, y este terrible golpe lo afectó tan hondamente, que desde entonces se le desarrolló la enfermedad del corazón que le causó la muerte dos años después[15]

La vida de Pedro Justo Berrio Rojas y del caso antioqueño en esta época nos lleva a pensar en una perspectiva interactiva entre tradición y modernización, donde ambas se redefinieron y fundieron en la creación de un nuevo imaginario, el de una cultura regional[16].

Francisco Javier Cisneros y la Plaza Cisneros

El hombre[17]
Nació en Santiago de Cuba en 1836, y falleció en Nueva York en 1898.

Ingeniero, escritor, periodista, empresario y patriota con nacionalidad cubana y estadounidense, lideró la construcción de ferrocarriles en su país, Colombia, Perú y Nueva york.

Se inició en el periodismo como colaborador del periódico reformista El Siglo. Al momento del estallido independentista de 1868 era director del periódico habanero El País desde donde incitaba a los jóvenes a luchar por la independencia. Se relacionó con destacados intelectuales reformistas y revolucionarios cubanos, a la vez que, hizo viajes por el sur de América buscando ciudadanos solidarios con la causa cubana, una vez fue expulsado y sentenciado a muerte.

Poseía una personalidad decidida y valerosa, a la que no arredraban ni las fieras ni los miasmas deletéreos del trópico, pero tampoco las más feroces fieras y tormentas de la política local, pues venía respaldado por una gran escuela ingenieril norteamericana, curtido profesionalmente con diez años de experiencia ferroviaria y con las cicatrices aún frescas de su participación en una revolución inconclusa[18].

Con su imperiosa nariz de grandes fosas y sus tabacos como buen cubano, Cisneros era una persona dominante, organizadora e intransigente en asuntos técnicos, lo que lo llevó a ejercer sobre sus subalternos una influencia fuera de lo común, sobre todo en momentos de mayor desaliento.

Comunicar el Mar con los centros poblados del interior a través del Río Magdalena, había sido el primer imaginario que en Colombia llevó a Cisneros a buscar la manera de integrar las regiones con caminos de hierro. Con su proyecto de la red ferroviaria a la que llamó ‘trenes de fantasía y ferrocarriles de ilusión’ visualizó que el futuro de Colombia estaba en poblar los terrenos baldíos y comunicar el Atlántico con el Pacífico.

Premisas concluyentes


En cuestiones ideológicas, este momento está marcado en Latinoamérica por la construcción de la idea de “nación”, proceso en el que no faltarán como componentes ineludibles la fe en el progreso y el afán de europeización en muchos ámbitos de la vida cotidiana y de la cultura. Este factor se expresará, en la faz artística, en la intención de los gobiernos de crear urbes a imagen y semejanza de las más prestigiadas del Viejo Continente. En ese derrotero, los nuevos trazados urbanos, el desarrollo de la obra pública, la fiebre monumentalista asumida con el fin de dotar a las ciudades americanas de las estatuas de mármol y bronce de los próceres de la patria y otros personajes singulares, se erigieron en la imagen palpable del mismo[19]

Este rápido recorrido evidencia una paradoja contundente: el Centro de Medellín, que durante años fue habitado principalmente por las clases sociales más acomodadas, y que además constituyó un amplio, plácido y silencioso sector, hoy es el lugar predilecto de las clases populares, pues los estratos altos solo asoman por circunstancias especiales, como la visita de una tía pobre o la revalidación del pasaporte. Es un hecho: el Centro es pueblo[20].

Los parques, plazas o plazuelas del Centro constituyen un patrimonio solo por el hecho de estar allí, mantenerse en el tiempo como espacios urbanos y tener continuidad histórica, pese a los cambios de nombre, las intervenciones y los diferentes momentos de su configuración. No es un mérito menor sobrevivir al permanente rehacer de una ciudad como Medellín y conservar su condición de lugares referenciales. (…) Estos espacios realmente no son muchos. Tampoco son extensos, y por eso su magnitud no es lo más destacable. No todos fueron pensados y reservados previamente; por eso mismo hay dos grupos, al menos entre los siete de los que hablaremos aquí: mientras los parques Berrío, San Ignacio, Bolívar y Boston se delimitaron previamente para luego ser enmarcados por la arquitectura que configuró sus fachadas, las plazas Nutibara, Botero y Cisneros fueron obra de la inserción posterior sobre la trama urbana ya definida por la demolición de lo previo y el uso de la arquitectura que quedó, e, incluso, de la creación de una topografía artificial[21].

El arte público urbano es como una memoria tridimensional, nos cuenta el pasado y el presente de la ciudad. Gracias a él, esas memorias se conservan y, sobre todo, permiten que nos reconozcamos como habitantes de Medellín. Muchas memorias conviven: unas se expresan y otras están calladas. El ciudadano debe de estar atento, tanto a las que se oyen como a las que aún no hablan, pero que con su ayuda, pueden expresarse. ¿Cómo ayudarías tú a recuperar esas voces?[22]


Si quieres descargar y conocer la micro investigación completa en sus tres tópicos (biográfico, artístico-escultórico y arquitectónico-espacial), dar clic aquí

Si quieres descargar y conocer un resumen de los próceres, los escultores y los parques, dar clic aquí

Si quieres conocer más fotografías y sobre un conjunto de actividades que se están realizando durante septiembre, mes del patrimonio cultural, visita www.medellinsteampunk.com 



[1] Para conocer más sobre Medellín y lugares patrimoniales del centro histórico, ir al enlace de El Libro de los parques. Medellín y su centro. http://www.universocentro.com/Ellibrodelosparques.aspx
[2] La escultura comenzó a fines del siglo XIX a tomar un papel relevante acompañado de la expansión y creación de la ciudad. En sus inicios como monumento oficial para plazas y parques; luego la escultura comenzó a tomar un papel iconográfico que servía a las familias con mayores recursos para honrar sus ritos funerarios y recordar con honores a sus muertos en los mausoleos de los cementerios como el San Pedro.
Después apareció una camada de escultores antioqueños como Francisco Antonio Cano y Marco Tobón Mejía, el primero fundando su escuela y el segundo con una obra de arte a la vanguardia de lo que sucedía en el mundo. Paulatinamente personajes como los Marín Vieco y Pedro Nel Gómez darían otro aire al campo escultórico que hasta inicios de los años 70 era muy pequeño. Pasamos así a la obra de los alumnos del maestro Pedro Nel y de otras intervenciones al espacio urbano de la ciudad, al tiempo que vinieron obras que cambiaron la cara de ésta, como el acuerdo que promovió que las construcciones que excedieran los 2.000 metros cuadrados, aproximadamente, aportaran recursos a entidades culturales o construyeran obras de arte escultóricas para la comunidad. En: Medellín, ciudad de esculturas. Periódico El Mundo. Autor: Daniel Grajales. Fecha: 14 de Octubre de 2013. En: http://www.elmundo.com/movil/noticia_detalle.php?idx=225078& Recuperado el 15 de julio de 2015.
[3] Ver: Simón Bolívar. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/bolivar.htm y la Monografía sobre Bolívar http://www.biografiasyvidas.com/monografia/bolivar/ Recuperados el 12 de julio de 2015 a las 9:00 a.m.
[4] Simón Bolívar: una síntesis del Libertador. Tomado de Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 16 abril de 1991. Autor: Bushnell, David. En: http://www.banrepcultural.org/node/32305  Recuperado el 9 de julio de 2015 a las 8:00 p.m.
[6] Bolívar: las mujeres, la política y la gloria. Por: Quintero Montiel, Inés. En: Credencial Historia No. 274 de octubre de 2012. En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/octubre2012/bolivar-las-mujeres-la-politica-la-gloria Recuperado el 13 de julio de 2015 a las 5:00 p.m. Ver Análisis de lo Siniestro en La Carroza de Bolívar De Evelio José Rosero Diago. Tesis de maestría para optar al título de: Magíster en Literaturas Colombiana y Latinoamericana. 2014. Por: Ramiro García Medina. Universidad del Valle Facultad de Humanidades. En: http://bibliotecadigital.univalle.edu.co/bitstream/10893/7569/1/CB-0505026.pdf. También Bolívar, Simón. Autor Vargas Martínez, Gustavo. Parte de: Biografías Biblioteca Virtual del Banco de la República En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/bolisimo.htm Los documentos fueron recuperados el 17 de julio de 2015 a las 2:00 p.m.
[7] Francisco De Paula Santander. En: Antología Del Pensamiento Político Colombiano Jaramillo Uribe, Jaime. Fecha de publicación: 1970. Editorial: Bogotá: Talleres Gráficos del Banco de la República. Ver: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/politica/pensa/pensa15.htm Recuperado el 5 de julio de 2015 a las 11:00 a.m. También ver: Santander, Francisco De Paula. Autor: Castaño Zuluaga, Luis Ociel. Parte de: Biografías Biblioteca Virtual del Banco de la República. En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/santfran.htm Recuperado el 5 de julio a las 7:00 p.m. Y Repaso de Historia: Francisco de Paula Santander, Fundador Civil de la República. Por: Moreno de Ángel, Pilar. Parte de: Credencial Historia. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/enero1990/enero3.htm Recuperado el 5 de julio de 2015 a las 8:00 p.m.
[8] Ver Santander y la educación: los colegios republicanos, una herencia perdurable. Por: López Domínguez, Luis Horacio. Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 28. Abril de 1992. http://www.banrepcultural.org/node/32310
[9] En: Primeros años de vida de un Hombre de Leyes. La infancia de Francisco de Paula Santander. Por: Pilar Moreno De Ángel. Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia), Edición 144, Diciembre de 2001. Recuperado el 6 de julio de 2015 a las 10:00 a.m. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/diciembre2001/primeros.htm
[10] Francisco de Paula Santander: una personalidad compleja. Por: López Domínguez, Luis Horacio.  Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 212. Agosto de 2007. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/agosto2007/santanderpersonalidad.htm Recuperado el 6 de julio de 2015 a las 1:00 p.m.
[11] Bicentenario del movimiento de Córdova, 1779-1999. Cambios en la imagen de un héroe. José María Córdova: entre la historia y el mito. Por: Andrés López Bermúdez. Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Marzo 2000. No. 123. En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/marzo2000/123cordova.htm Recuperado el 20 de julio de 2015 a las 6: 00 p.m. Ver también la novela Un Encuentro con el General José María Córdova. Autor: Mario Melguizo Bermúdez. Editorial: U. Pontificia Bolivariana. 2012. Y Córdoba, José María. Autor: Molina, Luis Fernando. En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/cordjose.htm Recuperado el 20 de julio a las 2:18 p.m.
[12] EL niño del caballo de juguete. José María Córdova: héroe legendario de Ayacucho. Por: Pilar Moreno de Ángel. Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 144, Diciembre de 2001. En: http://www.banrepcultural.org/node/73281 Recuperado el 21 de julio a las 8: 00 p.m.
[14] Berrío, Pedro Justo. Por Molina, Luis Fernando. Tomado de Biblioteca virtual Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá – Colombia http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/berrpedr.htm El 17 de Julio de 2015 a las 4:30 p.m.
[15] Pedro Justo Berrío. Conferencia leída por Rufino Gutiérrez, en la Academia Nacional de Historia, en su Sesión del 15 de agosto de 1920. En: monografías De Rufino Gutiérrez. Tomo II. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/dos/dos18a.htm Recuperado el 18 de julio a las 12:10 m.
[16] LUIS JAVIER VILLEGAS BOTERO. Las vías de legitimación de un poder. La administración de Pedro Justo Berrio en el Estado Soberano de Antioquia 1864 -1973. Colcultura. Santafé de Bogotá. D, C., 1996. 169 págs. Oscar Almario G. En: Revista Historia y sociedad 3. http://www.bdigital.unal.edu.co/23372/1/20248-68227-1-PB.pdf Recuperado el 19 de julio a las 1:33 p.m.
[17] Francisco Javier Cisneros Correa: El ingeniero, el periodista, el patriota revolucionario. Por Joel Mourlot Mercaderes. En: http://www.archivocubano.org/cisneros_correa.html Recuperado el 13 de julio a las 10:25 p.m. Y El ferrocarril de Antioquia: empresarios extranjeros y participación local. Juan Santiago Correa Restrepo. Revista de Estudios Gerenciales. Vol. 28 No. 123 Abr-Jun 2012 En: http://www.icesi.edu.co/revistas/index.php/estudios_gerenciales/article/view/1213/html Recuperado el 23 de julio a las 11:00 p.m.
[18] Centenario de un pionero del desarrollo. El ingeniero Francisco Javier Cisneros. 1836 - 1898. Por Alberto Mayor Mora. Tomado de CREDENCIAL HISTORIA. No. 102. En: http://www.banrepcultural.org/node/124744 Recuperado el 22 de julio a las 12:15 p.m.
[19] Carrara en Latinoamérica. Materia, Industria y Creación Escultórica. Rodrigo Gutiérrez Viñuales. Universidad de Granada (España). En: “Carrara nell’America Latina. Industria e reazione scultorea”. Berresford, Sandra (ed.). Carrara e il Mercato della Scultura 1870-1930. Milán, Federico Motta Editore, pp. 254-259, 2007.
[20] Pan y pueblo. Julián Estrada. En: Plazuela de San Ignacio, El Libro de los parques. Medellín y su centro. 2013. http://www.universocentro.com/Ellibrodelosparques/PlazueladeSanIgnacio.aspx Recuperado el 15 de julio a las 3:30 p.m.
[21] Inventario en pie. Luís Fernando González. En: Plaza de Cisneros, entre parques, El Libro de los parques. Medellín y su centro. 2013. http://www.universocentro.com/Ellibrodelosparques/PlazadeCisneros.aspx Recuperado el 25 de julio a las 3:30 p.m.
[22] Cuaderno del Arte Público en Medellín. La Ciudad De Las (Casi) 500 Esculturas. Cuadernos de Actividades. Jorge Echavarría Carvajal y grupo de académicos. Universidad Nacional de Colombia- sede Medellín. Facultad de Ciencias humanas y económicas. Maestría en Estética. Medellín, Colombia – 2014.

BiCiRutas PATRIMONIALES


Para inscribirse a la BiciRuta, llenar el formulario aquí
Las BiCiRutas PATRIMONIALES te invitan a re-descubrir la ciudad. Vamos a pedalear juntos hacia algunos lugares de Medellín y a disfrutar de historias, imágenes y actividades que nos narran las memorias con las que construimos nuestro pasado, presente y futuro.

El Ecoparque Cerro El Volador es la segunda parada de las BiciRutas Patrimoniales, una aventura donde la cultura, el aire puro, la naturaleza, y la música se mezclan con la energía ancestral del lugar. 

Visitaremos el cerro tutelar más extenso de Medellín para reencontrarnos con historias de nuestros antepasados indígenas. Redescubriremos juntos un lugar mágico lleno de huellas y vestigios que es considerado patrimonio natural, cultural y prehispánico de nuestro país.

¡Te esperamos!

BiCiRutas PATRIMONIALES es una actividad de la UNIDAD DE MEMORIA Y PATRIMONIO de la SECRETARÍA DE CULTURA CIUDADANA de la ALCALDÍA DE MEDELLÍN, realizada en asocio con la CORPORACIÓN FRACTAL y el COLECTIVO SICLAS; en esta ocasión, con el apoyo de la Secretaría de Medio Ambiente.

BiciRutas PATRIMONIALES

Para participar en la BiCiRuta Patrimonial al Cerro, diligencia el formulario aquí
Las Rutas Patrimoniales responden al propósito de desarrollar, conservar y difundir terrenos de alto valor natural o histórico cultural, mediante la creación de recorridos transitables a pie y en bicicleta, con el fin de valorizarlos y conservarlos, ampliando y mejorando las alternativas de uso del tiempo libre y la recreación.

Una ruta patrimonial se constituye en un medio de acceso al territorio y a sus diversas culturas locales que nos precedieron hace siglos, para su conocimiento y disfrute. Permite contribuir al desarrollo y proyección de las identidades locales en un mundo de creciente globalización. En este empeño la idea es hacer una guía para el visitante, que en su conjunto le entrega una base de información sobre los Aburraes y otros pobladores, en un recorrido seguro, nocturno y con nuevos ojos sobre espacios ya transitados.

Existen varias categorías de rutas, pero para este caso realizaremos una de las que hemos llamado Senderos de naturaleza y vida indígena parte del Patrimonio natural, arqueológico y ambiental, los cuales están insertos en la ciudad de Medellín, y cuya extensión no supera los 50 Km.

Este recorrido en bicicleta y a pie por el cerro y su espacio público son una ventana abierta al visitante, que da cuenta de un patrimonio natural, ambiental y endémico, que representa al Medellín que vamos historiando y reconociendo con la ayuda de la arqueología. Asimismo, representan el desafío gubernamental para que estos bienes sean referentes de los itinerarios culturales para las futuras generaciones como espacios que brindan recreación, identidad y sentido de pertenencia, por lo que deben ser valorizadas desde una perspectiva de conservación del medio y los derechos de la naturaleza, al igual que en la difusión del pasado local prehispánico[1].
Patrimonio natural, cultural y prehispánico.

Mirando a Medellín desde el Noroccidente. Cerro El Volador.
Fotografía Andrés María Ripol. 1950. Archivo Fotos Antiguas de Medellín FAM
El patrimonio[2]

El Eco parque Cerro El Volador es un patrimonio cultural por su alto valor arqueológico y ambiental para Medellín y la nación, por las huellas y vestigios que dejaron de cómo vivieron y morían los primeros grupos que poblaron el Valle de Aburrá.

“El Patrimonio Natural es el conjunto de todas las áreas naturales protegidas del país. La UNESCO dijo en 1972 sobre este tipo de patrimonio: "Los monumentos naturales consistentes en formaciones físicas y biológicas que tengan valor estético o científico; las formaciones geológicas y fisiográficas que constituyen el hábitat de especies animales y vegetales amenazadas, que tengan valor desde el punto de vista científico o de la conservación; y los lugares naturales que tengan valor para la ciencia, la conservación y la belleza natural”.

Entre el Cerro El Volador, La Iguana y la Macarena. Carlos Amórtegui. 1954.
El Cerro El Volador es un Patrimonio Natural ya que es un monumento vivo consistente en una formación física que tiene gran valor ambiental, estético y científico; a la vez que es un lugar clave para la ciencia, la conservación y la belleza natural (paisajismo), por ello es una área natural protegida del país.

El Ecoparque Cerro El Volador es considerado parte del "Patrimonio Cultural de la Nación. Está constituido por todos los bienes materiales, las manifestaciones inmateriales, los productos y las representaciones de la cultura que son expresión de la nacionalidad colombiana, tales como la lengua castellana, las lenguas y dialectos de las comunidades indígenas, negras y creoles, la tradición, el conocimiento ancestral, el paisaje cultural, las costumbres y los hábitos, así como los bienes materiales de naturaleza mueble e inmueble a los que se les atribuye, entre otros, especial interés histórico, artístico, científico, estético o simbólico en ámbitos como el plástico, arquitectónico, urbano, arqueológico, lingüístico, sonoro, musical, audiovisual, fílmico, testimonial, documental, literario, bibliográfico, museológico o antropológico", según la Ley 1185 de 2008, "Por la cual se modifica y adiciona la Ley 397 de 1997 -Ley General de Cultura- y se dictan otras disposiciones".

Panorámica de El Cerro El Volador desde la clínica Los Ángeles, 
hoy Clínica del Rosario. Daniel A. Mesa. 1930.
“En Colombia el patrimonio arqueológico son todos los vestigios de la gente que vivió en épocas pasadas. Además de los objetos prehispánicos son patrimonio arqueológico las antiguas áreas de habitación, terrazas de cultivo, caminos, cementerios, restos animales y vegetales, y arte rupestre. Los vestigios de las épocas colonial y republicana e incluso de épocas más recientes también son patrimonio arqueológico”.

“El patrimonio arqueológico comprende aquellos vestigios producto de la actividad humana y aquellos restos orgánicos e inorgánicos que, mediante los métodos y técnicas propios de la arqueología y otras ciencias afines, permiten reconstruir y dar a conocer los orígenes y las trayectorias socioculturales pasadas y garantizan su conservación y restauración”. Ley 1185 de 2008[3].
Derrumbe en el Cerro El Volador.
Fotografías de Benjamín de la Calle. Sin fecha.

El Ecoparque Cerro El Volador, al cual vamos a elogiar hace parte del Patrimonio arqueológico e intangible, al igual que del paisaje Cultural material – tangible por su carácter físico natural, histórico, simbólico y antropológico.

Es como lo indica su nombre, la materialización de la cultura que ha protegido la naturaleza, lo que podemos sentir y oler en una formación natural antiquísima, su riqueza en flora, fauna y sus calidades ambientales ofrecidas a la urbe, en calidad de pulmón verde y belleza natural parte de 7 formaciones con las que cuenta la ciudad, que la hacen única en el mundo.

Es un Patrimonio Inmueble: conformado por una forma que no podemos mover pero si apreciar en sus vistas, comprender en su riqueza arcaica, a la vez que es susceptible de experimentar como espacio público e itinerario de naturaleza por los ciudadanos o extranjeros, para respirar aire puro, observar la ciudad en sus 360 grados, conocer el museo natural de mariposas y el museo ritual de los antiguos.

Los cerros


“Los cerros son normalmente formaciones geológicas que no superan los 200 metros de altura, por lo cual se consideran más bajos que las montañas. Cuando hablamos de una formación geológica que supere esa altura estaremos refiriéndonos ya a una montaña.

Otra característica muy típica de los cerros o de las colinas es el hecho de que su base es extensa pero su cima no es tan empinada como sucede con las montañas si no que es una cima más bien redondeada o gastada. Esto es así debido al proceso de erosión que los cerros han sufrido. Para muchos especialistas, el cerro no es otra cosa que una montaña antigua profundamente desgastada por la erosión del agua o del viento. Los cerros son formaciones mucho más aptas para la vida del ser humano, incluso permiten establecer poblados y aldeas dependiendo del tamaño de los mismos[4]”.

Nuestros cerros tutelares...
Panorámica de la Colina de El Cerro y la ciudad, al fondo el Cerro Nutibara.
Fotografía Diego Mejía.
Los nombres de los Cerros Tutelares de Medellín poseen connotaciones que van desde lo religioso y geográfico hasta lo precolombino y gastronómico, pasando por lo coloquial: Santo Domingo, El Salvador, El Picacho, Nutibara, Pan de Azúcar, la Asomadera y el Volador.

Son siete cerros con una situación orográfica que se diría inteligente, ritual y que se cree comunicaba a los diferentes grupos por medio de una ruta tipo observatorio. Los 7 cerros yerguen sus testas al occidente, en el medio y al oriente del Valle de Aburrá.

El nombre de Cerros Tutelares nació del propósito eco-turístico de la Alcaldía de Medellín, en el que está inserto, además, todo un trasfondo antropológico. El más extenso, El Volador, fue un centro ceremonial de los indígenas que habitaron el Valle de Aburrá. Los excavadores han encontrado testimonios de estas actividades rituales, conservados en el Museo Antropológico, con sede en el propio Volador[5].

Cuentan que el nombre El Volador obedece al que le puso en la colonia el dueño de una finca y de todo este terreno, por sus fuertes corrientes de aire y diferentes vientos.

Panorámica desde la cima de El Volador y el Cerro Nutibara. Fotografía Diego Mejía.
En esta ruta patrimonial nos apoyamos de las investigaciones de Mauricio Muñoz Zapata, al igual que de páginas web institucionales y académicas[6]. Abordaremos cuatro tópicos para comprender y revelar la riqueza depositada en este tipo de estructuras y bienes, ellos son:

·         Ubicación espacial.
·         Valor natural.
·         Valor histórico y cultural.
·         Usos del Ecoparque arqueológico.

1.       Ubicación geológica, espacial y geográfica. Patrimonio natural.


Aerofotografía de El Cerro El Volador. Escala 1:3.000. Elaborado por Secretaría del Medio ambiente. 2014. 
Geológicamente El Volador es considerado un cerro de vertiente, porque es una prolongación de la vertiente occidental del valle, siguiendo la cuchilla Loma Hermosa – Blanquizal, la cual por procesos diversos aisló el extremo oriental moldeándolo como cerro, y en el intermedio quedo relegado el cerro de Los Burgos (hoy extinto, ya que fue la cantera de materiales para muchas edificaciones de la urbe).

El Volador y Nutibara irrumpen en la trama urbana de la ciudad plana que los rodea y son denominados “cerros de fondo de valle” ya que están emplazados sobre la planicie labrada por el río Medellín, es decir la llanura aluvial[7].

El Parque Natural Regional Metropolitano Cerro El Volador, es el parque natural más grande dentro del área urbana de la ciudad. Cuenta con un área de 106 hectáreas y 82 metros de altura sobre el nivel de la ciudad. Se dice que el Cerro El Volador ha domado con su figura la ciudad.

Con una formación que pudiéramos llamar triangular, está ubicado en la zona Centroccidental de la ciudad, en donde hoy se asienta la Comuna 7 de la localidad. Este cerro está rodeado por una vecina histórica, la quebrada La Iguaná, al sur. Al norte, por las quebradas Mononga y La Malpaso. Al oriente se encuentra aislado por una vía urbana, la carrera 65. En sus inmediaciones se encuentran los barrios El Volador al norte, La Iguaná que tiene 50 años de existencia, San Germán que data desde 1920 y Caribe, al igual que la Universidad Nacional y la Universidad de Antioquia, y los senderos de avistamiento de aves, del indio, de la cima y la espiral del tiempo. Actualmente no se vienen realizando nuevos estudios ni prospecciones arqueológicas, y está a la espera un trabajo sobre los caminos prehispánicos[8]

2.       Valor natural. Patrimonio vivo y ambiental.

Medellín Indígena. Ilustración Sala Central de Exposición Museo Casa de la Memoria.
“El Plan de Manejo del cerro El Volador integra el cerro al sistema de espacio público de la ciudad, sistema abierto y dinámico que reconoce en su complejidad los diferentes estratos que configuran y estructuran lo urbano. La posibilidad de utilizar ciertos espacios protegidos como espacios públicos reta la imaginación de planificadores y diseñadores urbanos que más que ampliar las posibilidades de su utilización, deben velar por la conservación de los atributos que son inherentes a ellos: ecológicos, lúdicos, recreativos, educativos, paisajísticos, ya que estos espacios tienen como función principal la de recrear en la ciudad el disfrute de los valores de la naturaleza.

Los cerros hacen parte de los elementos que constituyen ecosistemas estratégicos locales dentro de la malla urbana. Se distingue en ellos su valor ambiental como suelos de protección, cumpliendo una función ecológica equilibrante entre el medio natural y el espacio urbano construido.

La flora

La estructura y composición de la vegetación en el cerro El Volador muestra una predominancia de coberturas vegetales de carácter antrópico, con diferente grado de intervención, dependiendo de factores como las quemas indiscriminadas y el establecimiento de especies inadecuadas en algunas ocasiones, donde se han incluido especies introducidas. Las especies dominantes corresponden a las especies introducidas de eucaliptos, urapán (Fraxinus chinensis) y pino (Pinus elliotii). Las especies nativas predominantes fueron majagua (Hibuscus tiliaceus), leucaena (Leucaena leucocephala) y tulipán africano (Spathodea campanulata), las cuales se han establecido con el fin de enriquecer la cobertura de rastrojo alto.

Es importante resaltar que en los últimos años se han llevado a cabo labores de enriquecimiento y reforestaciones mixtas con especies nativas como cedro (Cedrela odorata), ceiba (Ceiba pentandra), nogal (Cordia alliodora), búcaro (Erythrina glauca), guayacán (Tabebuia rosea), noro (Birsonima cumingana), guácimo (Guazuma ulmifolia), varasanta (Triplaris americana), quiebrabarrigo (Trichantera gigantea), entre otras; lo cual ha favorecido el avance de la sucesión y aumentado la diversidad de especies en el cerro. En el muestreo total se identificaron 133 especies, de las cuales 24 son nativas.


La Avifauna.

Se registraron un total de 51 especies asociadas a 17 familias de las 88 presentes en el país. A nivel urbano el cerro El Volador preserva la mayor cantidad de especies confinadas tanto a hábitats completamente antropogenizados (43%), como a otras grandes áreas verdes urbanas (61%), mientras que el 4% están asociadas a áreas rurales. El 43% de las especies son poco comunes, como Amazona ocrocephala que seguramente son aves que escaparon de su cautiverio y Piranga flava, que es más característica de áreas boscosas y rastrojos altos. Por otra parte, fueron muy comunes Coragyps atratus, Pyrocephalus rubinus, Troglodytes aedon y Turdus ignobilis, todas ellas especies netamente urbanas.

En El Volador se encuentra la mayor riqueza de especies de aves en relación a los otros cerros tutelares. Esto se expresa en la presencia de nueve especies con distribución exclusiva, es decir, que sólo se registraron en este cerro: Amazona ocrocephala, Ara severa, Aratinga pertinax, Brotogeris jugularis, Catharus aurantiirostris, Myiodynastes maculatus, Phaeomyias murina, Piranga flava y Synallaxis albescens.

Valores que ofrece


Entre los valores ambientales más significativos que presenta el cerro se destacan su ubicación estratégica dentro del suelo urbano como espacio público, sitio apto para la educación ambiental, mirador natural, regulador hídrico con capacidad de fijación de gases de invernadero y representatividad de la vegetación nativa del Valle de Aburrá, que permite la conservación de la diversidad y la existencia de hábitat de especies migratorias.

Las condiciones de naturalidad, riqueza florística y avifáunica del cerro El Volador le permiten seguir siendo uno de los pulmones verdes de la ciudad, preservado gracias a las diversas intervenciones en él desarrolladas, a la temprana potestad del municipio sobre gran parte de sus predios, así como por las condiciones de manejo impuestas (por ejemplo la restricción a la accesibilidad vehicular)[9]”.

3.       Valor arqueológico y cultural. Patrimonio histórico y prehispánico.

Muchas de las primeras colonias de Medellín se establecieron en el cerro El Volador. En los senderos conocidos como El Indio, La Espiral del tiempo y La Cima, se han encontrado hallazgos arqueológicos que datan de los primeros siglos de la era cristiana, así como complejos funerarios de los siglos XIV al XVI, originados por los indígenas llamados Aburráes.
Fotografías de los vestigios encontrados de un Ajuar funerario en Tumba de pozo con Cámara lateral. 

“El cerro es poblado en el siglo I a.C. en la parte baja, donde se establecen sitios de vivienda, probablemente asociados con el aprovechamiento de los meandros del río Medellín y las quebradas tributarias. Los moradores de estas viviendas comienzan a enterrar allí a sus muertos, y convierten el Cerro, con el devenir de los siglos, en una gran morada de los muertos y un lugar de culto a los antepasados, y a la idea del más allá”. Actualmente, El Volador es una de las zonas del Valle de Aburrá donde hay enterramientos indígenas, lo que lo convierte en un lugar arqueológico de vital importancia para entender el concepto de la muerte y las concepciones cosmogónicas de las sociedades prehispánicas que allí depositaron a sus ancestros. Los patrones y el ritual de enterramiento también son claves para entender los aspectos de los vivos, como la identidad y la posición social de los individuos, lo que permite hacer inferencias sobre las estructuras social y cultural de entonces.

Terraza habitacional sector sur occidental. 1992.
Los estilos cerámicos encontrados se relacionan con diferentes costumbres funerarias, representadas en el Cerro. Los enterramientos más antiguos corresponden a las tradiciones Marrón Inciso y Ferrería y se distribuyen en las terrazas de las laderas, mientras que las tumbas tardías se localizan en la cuchilla de la cima del Cerro[10]”.

“Así lo evidencian las excavaciones del cerro El Volador, realizadas en los inicios de la década de los 90. Estos hallazgos arqueológicos reportaron complejos funerarios asociados a sitios de vivienda. Se han identificado 6 complejos funerarios, a los cuales los arqueólogos, los han definido como un conjunto de “tumbas de pozo con cámara lateral”, es decir que la “casa de los muertos” era una especie de habitación subterránea en forma de bohío, con grabados en las paredes simulando la estructura en madera que las sostenía, a la cual se llegaba luego de descender desde la superficie del cerro a través de un túnel vertical. Además se han reportado 31 terrazas antrópicas y naturales asociadas a sitios de vivienda, que según las evidencias eran bohíos indígenas, algunos de los cuales contenían entierros humanos en su base[11]”.

Grafiado de pared y techo de Cámara lateral. 1991.
“El Volador es una verdadera ventana al pasado: tal es la cantidad de recuerdos dejados allí por los primeros habitantes de esas tierras templadas. Tres años de excavaciones arqueológicas han ocasionado hallazgos que no tienen que ver con guacas repletas de oro, pero sí de historia. En cada fragmento de cerámica encontrado, pertenecientes casi todos a cofres y ollas cuyo uso hoy sería equivalente al de los ataúdes, puede verse, como en una pantalla, lo que era la vida de los primeros labriegos antioqueños: desde el siglo III antes de Cristo cosechaban y consumían maíz y fríjol, y ya en el siglo XV después de Cristo eran expertos en telas, tejidos y textiles.

Estos indios Aburráes, así llamados por habitar las riberas del hoy llamado río Medellín, criaban curíes y tenían como mascotas lo que los españoles llamaron en sus crónicas "perros mudos". Levantaban sus bohíos en la parte baja del monte y enterraban a sus muertos en el cerro El Volador, cuya altura acercaba a los difuntos al cielo. Allí, en medio de rituales de fiesta que incluían hasta tres días de baile, bebida y recuerdos del desaparecido, se construían complejas fosas que representaban una vivienda confortable para el comienzo de una nueva vida. Estas fosas, de las cuales hay 16 en todo el cerro, son las piezas disponibles de un rompecabezas histórico que ocupó a un equipo de antropólogos de la Universidad de Antioquia, dirigido por el profesor Gustavo Santos Vecino.

Excavaciones arqueológicas
 en el complejo funerario sector sur oriental. U de A.
Dice Santos: "La misma diferencia entre los cofres en los que depositaban los restos humanos, nos muestra la estratificación social imperante en la época". No había caciques como en otras tribus andinas, pero sí una jerarquización de funciones y un consecuente rango diferencial. La llegada de los españoles dio al traste con la organización imperante. El colonizador esclavizó a los indios con la institución de las encomiendas, y éstos fueron desapareciendo por aniquilación o por emigración en busca de lugares donde no hubiera llegado la hostilidad foránea. [12]”.

“Las investigaciones han determinado una ocupación no continua del cerro por diversos grupos o tradiciones culturales, que iban desde los primeros cuatro siglos después de Cristo, hasta la época de la conquista”



4.       Usos del Ecoparque arqueológico. Patrimonio lúdico y educativo.


Cuando el museo antropológico estuvo en la cima de El Cerro.
Fotografía Juan Jaramillo. 15 junio de 2008.
Entre los atractivos que ofrece este espacio a sus visitantes están actividades como senderismo, avistamiento de aves, mariposas, elevación de cometas, acondicionamiento físico, caminatas y ciclismo.

En Bici por el Ecoparque. Fotografía Juan Jaramillo. 5 junio de 2010.
Cuenta además con cuatro senderos: El Indio, El de aves, La Espiral del Tiempo y La Cima del Cerro, en los que el visitante puede observar las huellas que nuestros antepasados dejaron allí plasmadas en varios motivos indígenas elaborados en la actualidad, como una forma de perpetuar su identidad y cultura[13].

Señalética del cerro El Volador y los caminos (senderos). Foto Víctor Jiménez. 2015.
Posee también espacios amplios y naturales para compartir con familiares y amigos un asado o un sancocho. Se han hecho varios miradores y se cuenta con un edificio administrativo donde está la vitrina arqueológica.
Vitrina arqueológica actual que reemplazo al museo antropológico en la cima. Foto Víctor Jiménez. 2015.
“El cerro El Volador es un inmenso laboratorio ambiental, en donde los visitantes pueden aprender e investigar sobre una variedad de temas como la historia urbana que dio origen a nuestra ciudad, aprovechando su privilegiada vista panorámica de 360 grados. También podemos aprender de la avifauna, las mariposas y la vegetación nativa de Medellín y la biodiversidad asociada como insectos y marsupiales, además de las diferentes etapas que tiene las coberturas vegetales antes de ser bosques”.

El cerro El Volador es un referente de orientación y ha ejercido durante siglos como cruce de caminos.

El concejo de Medellín en 1992 lo declaro Ecoparque para sacarlo de las labores de pastoreo a las que era sometido por algunos de sus dueños y ganaderos.

En febrero de 1998 el Ministerio de Cultura, lo declaró monumento nacional, con la rareza de ser la primera zona urbana que se le da este honor en Colombia.


El Cerro El Volador es el primer y único Parque Natural Regional Urbano en el país, fue declarado Bien de Interés Cultural de la Nación por sus hallazgos arqueológicos, es un Área Protegida por su importancia en materia ecológica, y por su localización es uno de los mejores miradores del Valle de Aburrá.

Bibliografía y cibergrafía.
Mirando el Cerro El Volador desde el Cerro El Picaho (Noroccidente).
 Fotografía y procesamiento digital. Diego Mejía.
-             Mauricio Muñoz Zapata. Cerro El Volador. Cartilla del proceso de formulación de los “Planes de Manejo y Gestión Integrales de los Cerros Tutelares de Medellín. Área Metropolitana del Valle de Aburrá. Medellín 2006. En línea: https://www.medellin.gov.co/irj/go/km/docs/wpccontent/Sites/Subportal%20del%20Ciudadano/Medio%20Ambiente/Secciones/Publicaciones/Documentos/2010/Folletos%20Cerros%20Tutelares/FolletoElVolador.pdf
-       Formulación de los planes de manejo y gestión integral de los cerros tutelares de Medellín Convenio Interadministrativo No. 4800000616 de 2004. Corporación Académica Ambiental - Universidad de Antioquia Secretaría de Medio Ambiente de Medellín. Área Metropolitana del Valle de Aburrá. Marzo de 2006. Ver https://www.medellin.gov.co/irj/go/km/docs/wpccontent/Sites/Subportal%20del%20Ciudadano/Medio%20Ambiente/Secciones/Informes/Documentos/2010/VoladorResumen.pdf
-          Proyecto Adecuación Física Y Paisajística Del Parque Regional Natural Metropolitano Ecoparque Cerro El Volador, Medellín. Julio de 2012.
-          Cerro El Volador estrena casa para las mariposas en Medellín. Por: DAVID SÁNCHEZ MEJÍA | 10:16 p.m. | 24 de noviembre de 2014. En: http://www.eltiempo.com/colombia/medellin/mariposrio-en-el-cerro-el-volador/14880298
-          Medellín ya cuenta con Mariposario al aire libre en el Cerro El Volador. Fecha: 2014-11-23. Autor: Jennifer Montoya Díaz. En: https://www.medellin.gov.co/irj/portal/ciudadanos?NavigationTarget=navurl://1c944a65956c50edc0b0291f2585bec1
-          Preocupa la situación de seguridad en el cerro El Volador por: Redacción. Medellín | 24/09/12. En: http://diarioadn.co/medellin/mi-ciudad/situaci%C3%B3n-de-seguridad-en-el-cerro-el-volador-1.24737
-          Con tecnología forestal recuperarán Cerro El Volador. Medellín, sep. 18 de 2012 - Agencia de Noticias UN. N° 365. http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/ndetalle/article/con-tecnologia-forestal-recuperaran-cerro-el-volador.html
-          Los cerros tutelares de Medellín. Por Hernando González R. | Publicado el 30 de abril de 2012. En: http://www.elcolombiano.com/los_cerros_tutelares_de_medellin-IVEC_180019
-          Renace el cerro El Volador, un espacio para el disfrute de los habitantes metropolitanos. 23/11/2011 En: http://www.metropol.gov.co/SalaPrensa/Paginas/UN-ESPACIO-PRIVILEGIADO-.aspx
-          El cerro El Volador renace: y con él las historias de vida a su alrededor. 23/11/2011. En: http://www.metropol.gov.co/SalaPrensa/Paginas/EL-VOLADOR-RENACE.aspx 
-          “Estos cerros no se tocan”. Autor: Santiago Olivares Tobón. 6 de Mayo de 2009. En: http://www.elmundo.com/portal/pagina.general.impresion.php?idx=115516   
-          El patrimonio tendrá un fondo salvador. Gustavo Ospina Zapata | Publicado el 09 de febrero de 2009. En: http://www.elcolombiano.com/el_patrimonio_tendra_un_fondo_salvador-JGEC_30966
-          Medellín Indígena. 1994/04/04. En: http://www.semana.com/cultura/articulo/medellin-indigena/22100-3
-          Galería fotográfica archivo BPP. En: http://bibliotecapiloto.janium.net/janium-bin/sumario.pl?Id=20150529134311

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[2] Colombia Aprende, preparó una guía para que todos comprendamos qué es y cuál es la importancia del Patrimonio.http://www.colombiaaprende.edu.co/html/home/1592/article-201569.html Recuperado el 18 de mayo de 2015 a las 19:15 P.m.
[4] Definición Cerro Geografía. En: http://www.definicionabc.com/geografia/cerro.php, http://definicion.de/cerro/ Recuperados el 20 de mayo de 2015 a las 4:29 p.m.
[5] Ver: Los cerros tutelares de Medellín-Por Hernando González R. | Publicado el 30 de abril de 2012 En: http://www.elcolombiano.com/los_cerros_tutelares_de_medellin-IVEC_180019 Recuperado el 25 de mayo de 2015 a las 7:11 a.m.
[7] Mauricio Muñoz Zapata. Cerro El Volador. Cartilla del proceso de formulación de los “Planes de Manejo y Gestión Integrales de los Cerros Tutelares de Medellín. Área Metropolitana del Valle de Aburrá. Medellín 2006.
[9] Formulación de los planes de manejo y gestión integral de los cerros tutelares de Medellín Convenio Interadministrativo No. 4800000616 de 2004. Corporación Académica Ambiental - Universidad de Antioquia Secretaría de Medio Ambiente de Medellín. Área Metropolitana del Valle de Aburrá. Marzo de 2006. Ver https://www.medellin.gov.co/irj/go/km/docs/wpccontent/Sites/Subportal%20del%20Ciudadano/Medio%20Ambiente/Secciones/Informes/Documentos/2010/VoladorResumen.pdf Recuperado el 24 de mayo de 2015 a las 7:30 a.m.
[10] Plegable del Ecoparque y del museo arqueológico cerro El Volador. 2009 – 2010.
[11] Mauricio Muñoz Zapata. Cerro El Volador. 2006.
[12] Medellín Indígena. 1994/04/04. En: http://www.semana.com/cultura/articulo/medellin-indigena/22100-3 Recuperado el 21 de mayo de 2015 a las 5:47 p.m.
[13] Renace el cerro El Volador, un espacio para el disfrute de los habitantes metropolitanos. http://www.metropol.gov.co/SalaPrensa/Paginas/UN-ESPACIO-PRIVILEGIADO-.aspx Recuperado el 22 de mayo de 2015 a las 10:00 p.m.