Culturas Musicales Callejeras


Músicas: Mixturas Urbanas. Voces, Ruidos y Sonidos


Algunos de los participantes del Diplomado en Culturas Musicales Callejeras.  Diciembre 2011. Fotografía: Tito Gómez.
Dedicado a Claudia, Juanchu, Riggaz, Diana, Lyon, Alcizar, Vito, Esteban, Juan Pablo, José Manuel, Giovany, Angélica, Titto, Juan Fernando, Medina y Clavijo.

En las músicas se conjugan diversas manifestaciones políticas, teóricas, performativas y recreativas de las formas del ser y hacer huellas, trazos, in-imágenes, símbolos, signos y marcas en los centros urbanos; el lenguaje y la estética musical como unas prácticas de vida situada en la calle, la esquina y el asfalto conduce a transformaciones concretas de las actitudes personales, de grupo y de la sociedad que generan cambios en los referentes, representaciones y sonidos.

Nos parece vital que se difundan los sonidos como forma de asir, de saber y de cultura, las palabras en cadencia a través de la música, acompañado de un mensaje consiente –que busca el estilo propio- y que se expresa en él y frente al contexto del cual nace su opción musical, artística, plástica, estética o política.

Por ello, la lírica en ensayo sonoro de este escrito para el ruido de fondo de la voz alta dentro del sonido contaminado, urbano, lleno de humo, azares y espontaneidad que se sigue a continuación, hace un viaje por -algunos de los lugares- los aprendizajes, saberes y prácticas puestas en situación en el proceso y espacio -del diplomado- de las culturas musicales callejeras, a la luz de traer las voces en apuntes del contexto local de las agrupaciones, cantantes, gestores culturales, activistas y colectivos vinculados desde la música como proyecto, forma, fondo, propuesta, mensaje y alternativa de exteriorizar lo que pasa en sus barrios, calles y ciudad; con la intención de ir cotejándolo con el pensamiento crítico reflexivo individual en la búsqueda de producir conocimiento práctico desde las triadas comunicacionales, en colectivo y desde la lógica de la recepción.


En este recorrido se trata de hacer emerger voces, entender sus cuentos, mirar para donde va el ámbito y la episteme musical local y escuchar para acercarse o alejarse como investigador y activista de lo que hoy son las prácticas de dichas comunidades que se han constituido de las experiencias urbanas que son atravesadas por el sonido, es decir; la interrogación a la que buscamos respuesta se pregunta por el que tan cooptadas están estas experiencias y subjetividades en un mundo urbano de la ciudad servicios, y la industria cultural, que tan organizadas y cuales pensamientos más allá de un simple momento de la vida se visibilizan en las discusiones, recuerdos, problemas y conversaciones con las y los compañeros que participamos del diplomado.

Expresiones del Barrio. Leonardo Jiménez. Octubre de 2011.
Partimos de una gran colectividad urbana, que habita en general en los barrios de la ciudad de Medellín y otras ciudades en su rededor interconectadas en el modelo de ciudad regional. En espacial, en especial las y los jóvenes se articulan en grupos y unidades más pequeñas de relación con una visión estetizante de la vida que se hace día a día en las comunidades de sentido que re-significan y re-crean las músicas extranjeras, del afuera que son apropiadas en lo local como articulación de grupos de afinidad como preguntas por lo propio y lo autónomo.

Así se demuestra que las y los jóvenes están construyendo formas de encontrarse que crucen sus gustos y afinidades políticas, sin estar separados de un sujeto constructor de una sociedad diferente, o lo que normalmente denomina un sujeto político. Algo así como música coherencia y apuesta política. En la realización musical se conjugan los sonidos, los colores que produce, la imagen del ambiente y una apuesta –política-, es decir, una re-dimensión lo público desde el cuerpo, las nuevas redes, medios y canales de información, por los cuales las y los jóvenes reafirmamos lo apropiado o reprochamos de lo foráneo desde nuestros gustos, nuestro pensamiento ideológico y las ideas “innovadoras”.


Las músicas y sus culturas asociadas que escuchamos y hacemos hoy son ante todo espaciales y visuales ya que tienen que ver con el sujeto, lo que hay en él y pasa por él, el efecto y las consecuencias de la música en las manifestaciones colectivas que nos van definiendo, encontrando en este universo de pensar y hacer una plenitud y proyectos de vida críticos al sistema, al estado, a la alienación, a la homogenización e idealización en prototipos de cuerpos y comportamientos objetos y mercancías.

Grupo 1. Diplomado Culturas Musicales Callejeras
Lo paradójico es que en esta área urbana regional en donde interactúan y se relacionan no hay un reconocimiento y respeto por las culturas musicales callejeras que tienen escenas o movidas “tradicionales” entre ellas, hay una tolerancia que se disimula bajo el sofisma de la diferencia y la diversidad, de bocas para afuera, y tampoco las tribus, familias, comunidades culturales urbanas en gestación o subterráneas son tenidas en cuenta. Para obtener un lugar, voz, voto, opinión cada proceso, grupo, colectivo debe recorrer su camino. No hay una relación directa e intencionada de unos procesos musicales integrales, auto gestionados, con trabajo en metodologías de redes y saber colectivo que no sólo obedezcan a los cánones del consumo y la cultura del capitalismo rapaz del entretenimiento.


Ordenemos esta rizomáticas reflexiones así. Lamentablemente, la producción fonográfica de la ciudad de Medellín es mínima para las diversas expresiones musicales en las que las personas encuentran sus formas de afinidad. No se da una articulación entre los distintos colectivos, prefiriendo cada uno trabajar independientemente con los pocos recursos que cuenta, existiendo muchos estudios y ensayadores privados a los cuales se les puede cuestionar la calidad. A la par que la formación, la creación, la producción y la difusión musical de la ciudad de Medellín carecen de apoyo económico, espacial y técnico.

Esta realidad mantiene en un estado de desinformación y transbordo inadvertido a un amplio público o comunidad musical, que no encuentra una opción diferente a una industria musical comercial, lo que contribuye deliberadamente a la desinformación, al desconocimiento general de las culturas a las que pertenecen dichas expresiones, la indiferencia, el embrutecimiento, la pasividad y el consumismo.

Vaya paradoja. El rock, el hardcore, el punk, el rap, la fusión, el ska, el metal, el reggae, algunxs electrónicos y todos los géneros en que se despliegan cada una de estas culturas populares y urbanas del caribe, Norteamérica y Europa están muy influenciadas en el caso del que tratamos por nuestros contextos de inseguridad, agresividad, violencia, pocas oportunidades y por paseos a través de las calles como territorios de la vida, la imaginación y la inspiración, por ser representaciones análogas y globalizadas de la urbanalización que son muy similares de los contextos urbanos de los que hablamos aquí o allá en el primer o el tercer mundo.


Siendo los músicos, activistas, artistas, gestores, etc. seres máquinas de observación, cuerpos territorios de un espacio construido de los tejidos de las músicas urbanas, de lo que logramos interpretar de lo que nos seduce de un mundo y una localización que ofrece y vende soluciones y mercancías, consumos y necesidades suntuosas que nos diferencian en vía de la feminización, la apariencia y la superficie, algo así como un prototipo de ser en las músicas “alternativas” (distinto al ethos paisa o colombiano: hombre de carro, casa, beca, buen trabajo y mujer de casa, hijos y conservadora), las cuales nacen de experiencias de seres interesados desde la afinidad social: política, estética o rutinaria, comunicar coherencia, diferencia y mezclas más que el lucrarse… y que con el tiempo, en el pasar del hacer asociado al proceso creativo, gráfico, técnico y demás de las músicas “de lo otro, la inclusión, la subjetividad singularizada”, me voy a un modelo comercializado, vertical y jerarquizado que obedece a las leyes y reglas de la ganancia, la fama y el mercado.

Allí tambalean los principios y la búsqueda ética, la música entra en contradicción por su multiplicidad y complejidad abigarrada en su trama callejera y ciudadana, se vive en tensiones permanentes con lo que se expresa en las líricas de las canciones de los discos, no se espera vivir de la música, pero tampoco suplir funciones que competen a los estados, a las sociedades, a los gobiernos locales y a la empresa privada. Se trata de insertarse con procesos plásticos, gráficos y creativos con y en el mercado, pero en general el que esta del lado de las culturas y su producción siempre sale perdiendo al ser utilizado, engañado y vulnerado por el sistema, las instituciones y los hombres y mujeres de cuello blanco.

Diana Avella y Evelyn. Antimili Sonoro. 2011. Ataque al sistema patriarcal.
Retorno a lo underground, el subterráneo, lo no regularizado y que aunque se vaya institucionalizando en el entretenimiento pertenece por siempre a las fisuras, escisiones del sistema: estrategias y manifestaciones colectivas no normatizadas de los que realizan las prácticas sub-versas y contra-culturales.

El underground está asociado a lo raro, a lo extraño, a lo fuera del estado, también se define como un proceso espontáneo. En Metrallo, el underground se relaciona más con lo subterráneo, entendiéndolo como una amorfidad que no implica dejarse de relacionar con el mundo, lo importante aquí es no dejarse encasillar y desde las redes, las músicas y sus manifestaciones ser críticos tratando de estar por fuera del sentido común.
Lo subterráneo se describe para nuestra ciudad y sus barrios en la resistencia contra el destino del ser, las leyes, la represión, la brutalidad, el militarismo, la estructura alienante, el machismo; a la vez que es una propuesta y un lugar de situarse para reflexionar y construir la autonomía y el mundo. Las culturas callejeras, las músicas urbanas extranjeras que nos hemos apropiado, la amistad como generador de los puentes y los diálogos, el vestuario y un discurso moldeado son algunas de las características que describen de manera general unas experiencias desde abajo, de relaciones horizontales en donde importa más el mensaje que la técnica y se privilegia la producción propia, la capacidad relacional y el hazlo tú mismo. Empero ¿Qué puede considerarse underground y subterráneo en Medellín ante una manipulación mediatizada y un disfraz en nuestros propios saberes para materializar los sueños cueste lo que nos cueste?


Las músicas mixturas de esquina, barrio y ciudad, de calle, ghetto y centro urbano se instalan en una negociación constante con el contexto, sin dejarse regularizar ante las visiones y propuestas que ceden en dicho trámite, pues en este lugar de hacer y decir se defiende una ética y una revolución personal, grupal que parte de las afinidades, las cuales en la mayoría de los cantantes, gestores, artistas, y agrupaciones está en proceso de definición y consolidación. Dichos nichos también son por ello siembre y semilla, “formación popular, etnoeducación y circulación” por fuera de lo oficial y las instituciones que lo representan –aunque much=s de los seres que desde la acción lo promueven no lo estén vinculando-.

Ahora, con muchos de los compañeros del territorio del diplomado hablábamos del presupuesto participativo y la gestión con la empresa privada como estrategias que utilizan, cooptan los principios de la relación de producción de sentido desde las músicas, lo autónomo, el antiautoritarismo y la desconfianza en estructuras del estado. Problematizando este realidad en la que se encuentran inmiscuidos muchas agrupaciones, crews, corporaciones, asociaciones hip-hop, pensamos que hoy el underground se ha transformado y que ya no sólo es el hazlo tú mismo sino el gestionarlo con otros sin perder el control y la autonomía de la obra, pues vivimos un proceso de hibridación donde la música con sentido político busca insertarse en muchos de los casos en un mercado empresarial como una manifestación cultural. Algunos raperos defienden que participar de PL y PP y de la inversión estatal en sus proyectos culturales no diezma ni oprimen sus intenciones o mensajes, permitiéndoles materializar usar y “recuperar” lo expropiado.


En estas discusiones de las músicas urbanas hemos esbozado dos criticas. De una parte se defiende que al priorizar y ejecutar dineros oficiales en escuelas, eventos, conciertos, festivales, piezas comunicacionales, etc., más que contradiciendo nuestras apuestas estamos ejerciendo nuestra participación y nuestro poder como ciudadanas y ciudadanos, ya que si no lo hacemos nosotros reconocemos que hay políticos y personas con mentalidades tradicionales y corruptas que criticamos, que desvían el dinero a sus intereses particulares y no para los grupos visibles que se manifiestan en la comunidad.


Vale decir que muchos de los procesos emprendidos por grupos de afinidad de jóvenes, hombres y mujeres tienen pocos lugares en donde asistir y oportunidades de financiación de sus proyectos. La critica a este complejo de situaciones y que ya se encuentra implícita en las apreciaciones de los que gestionan su cultura callejera con los entes y dineros públicos es que la corrupción, los resultados cuantitativos, los indicadores de proyecto y los resultados presentados en los medios de comunicación son simplemente una cortina de humo de una maquinaria de gobierno a la que los sonidos y la lírica de la música hechas en la periferia se oponen tácitamente, por no decir directamente. Es por eso que al hacer uso y gestión de estos recursos nuestras palabras que causan efectos en los cuerpos y las vidas entran en fricción y choque con visiones puristas y de la mixtura, en un mercado a medio camino entre la creación propia y la industria cultural.

De otra parte la mayoría de jóvenes, grupos, colectivos, cantantes, gestores culturales carecen de una capacidad critica y política, es decir, de una formación cualificada que les permita fortalecer la autogestión, la cogestión o gestión social musical con entidades, instituciones y otros grupos oficiales y no regularizados, esta formación o el interés de generar debates, mas que ejecutar presupuestos de actividades llevará a que los grupos de punk, las iniciativas audiovisuales, las escuelas de hip-hop, los gestores culturales del reggae tengan argumentos de peso que permita generar un reconocimiento de las diferentes culturas urbanas y acciones públicas en pro de sus quehaceres y rumbos, pues desde mi visión y organización de activistas se respira una apoliticidad, un cansancio por lo autogestivo y una ausencia por preguntarnos como queremos vivir.

Después de estas particularidades que ponen a prueba la construcción del underground de una ciudad -naturalizada en la violencia y la resolución del conflicto social por medio de las armas, el terror y la agresión- que se hace día a día en el espacio construido como problema de inspiración y desafío, nos permite decir que, además de todo lo anterior lo subterráneo es una percepción o manera que no se puede delimitar, que tiene que ver con el culto, con la rutina pero ante todo con la praxis, con una teorizacion en la experiencia del barrio, de la calle, de lo urbano, lo local y su relación con el mundo.


Es claro que un músico o una agrupación que se aleja de la música como entretenimiento y hits, se basa en principios humanistas, busca generar pensamientos, transformar, mostrar ángulos y puntos de vista no normalizados, estandarizados; de igual forma esta actitud da posibilidades como las de hacer y decir cosas que no hubieran pasado antes sin esta comunidad de sentido, la posibilidad de hacerme parte de, de difundir las ideas y sentirme parte de algo que transciende y deja un vestigio en la historia oral, urbana y glocalizada.

Música para comunicar, expresar, hacer denuncias, resaltar, condenar, atacar, liberarme de lo que me oprime, resaltando las subjetividades individuales y políticas. Es una opción de vida, de construirme como otro referente distinto al pillo, al panadero, al gerente, al ventero que en apariencia me libera de muchas dependencias. En síntesis es las forma en que cada persona ve y vive el mundo y por eso no podemos decir que el underground, las músicas callejeras son un concepto, una fundación o una definición inamovible, todo lo contrarío dentro de las comunidades hay conflictos constantes y a veces irreparables dentro del reconocimiento de la identidad de las y los otros como miembros, en sí, dentro del mismo subterráneo se genera pero también se lucha contra unos estándares institucionales por el tiempo y el vivir sometidos en un mundo de aburrimiento.


La Cultura como un sistema simbólico de valores, creencias y actitudes el cual es aprendido y compartido, un sistema que forja e influye a su vez las percepciones y el comportamiento de los seres humanos que viven bajo ella, es decir; se trató de mostrar cómo el capitalismo se apropia a través de la publicidad, la tecnología y las ciencias sociales -que son parte del acervo cultural- de las formas, expresiones y prácticas culturales, es decir; de la influencia de los medios o canales para hacer de la cultura y la creatividad gestión, emprendimiento y mercancía.

Lo anterior significa que hoy la cultura es vista como un proyecto, como algo que se termina, un producto o pieza gráfica/publicitaria, perdiendo sus principios de proceso colectivo, manifestación individual, colectiva consciente y que recurre a estrategias de memoria, apropiación, transmisión y resistencia por las y los seres humanos, los cuales en últimas los definimos como entes y cuerpos que emanan artes de hacer y de decir, enriqueciendo nuestras expresiones de vida, de cultura. Así que el reto mayor de la producción cultural y de las músicas urbanas es dejar de hacer por hacer arte por arte, buscando crear procesos que se auto producen, devienen, resisten, tiene pensamientos y se apropian.

Ante todo subterráneo, callejero, barrial, pues no existe músicas inspiradas en la calle sin el barrio, los barrios que la ciudad turismo, museo y apariencia no incluye en sus guías. Las vías, las carreras de los centros históricos y de las ciudades no serían la poesía urbana nacida del asfalto sin los desechos humanos rockerxs, punkerxs, metalerxs, hiphoperxs, activistas y artistas, que aún siendo los residuos del sistema colados en sus lógicas, la carne de cañón y las maquilas de la explotación y las violencias desde el anonimato, lo marginal, lo clandestino, los puntos de encuentro inflexionan e instalan en multidimensiones, la praxis integral en la edificación de música hechas de voces, ruidos, sonidos y mixturas urbanas

Nuestro grito no es sólo de horror. No gritamos porque enfrentemos la muerte segura en la tela de araña, sino porque soñamos con liberarnos. Gritamos a medida que caemos desde el peñasco no porque estemos resignados a ser despedazados contra las rocas sino porque todavía tenemos la esperanza de que podría ser de otra manera.
"Cambiar el mundo sin tomar el poder", de John Holloway

Inicios de un ensayo lírico. VHJD. Castilla Patria.

Historia y Estudios Urbanos

 La  múltiple existencia urbana de Medellín.

Vista del Jardin Botánico de Medellin
Foto: Leonardo Jiménez
“La ciudad no es un artefacto o una disposición residual.
Por el contrario, la ciudad encarna la verdadera naturaleza de la naturaleza humana.
Se trata de una expresión de la humanidad en general
y específicamente de las relaciones sociales generadas por la territorialidad.”
Morris Jonowitz, citado en Posmetrópolis, Edward Soja

Medellin Nocturna. Vista parque explora desde estacion del metro
Foto: Leonardo Jimenez
Existen muchas formas de narrar la ciudad. La ciudad para muchos es sinónimo de progreso y de desarrollo humano, el cual se hace visible en el perfeccionamiento de las edificaciones y en el mejoramiento de vías y de servicios públicos. Para otros, al contrario, la ciudad es decadencia y deterioro permanente de la vida humana. Aglomeración, caos vehicular, atracos, prostitución e inseguridad caracterizan, según esta visión, al infierno urbano. También hay quienes piensan que cada ciudad es un eslabón de la globalización planetaria. Así, la ciudad es fragmento de un todo alcanzable a través de los medios virtuales de comunicación.

Panorámicas de Medellín
Fotografía de Leonardo Jimenez 2010
La ciudad es riqueza, pobreza, contaminación, jardines y paisajismo, parques temáticos, bibliotecas, transportes, violencia, exclusión, orden, regulación, desorden, escuelas, universidades, burdeles, moteles, hoteles, bancos, eventos, casas, urbanizaciones, deportes, etc… En lo que concierne a la ciudad de Medellín todos esos discursos mostrarían  rostros posibles y verosímiles de la ciudad histórica y de la actual.

Panorámicas de Medellín
Fotografía de Leonardo Jimenez 2010
Ahora bien, la ciudad que pretendemos comprender  proviene de grandes transformaciones sociales.  Es así como, la intensificación de la emigración  de la población rural  hacia la ciudad,  el aumento de la actividad laboral de las mujeres en las empresas, el incremento de los ingresos familiares, la adquisición de vehículos automotores y de electrodomésticos (neveras, estufas, televisores, licuadoras, etc…) favorecen el desarrollo y el surgimiento de espacios de consumo frenético y masivo.  El territorio simbólico de los valores intelectuales, gastronómicos, militares, raciales, morales, económicos, políticos, espaciales y religiosos de los antioqueños deviene en la ciudad de Medellín un plano dinámico de subjetividad que constituye un campo de fuerzas que promueve fragmentaciones y tensiones constitutivas del espacio social urbano. 

Vamos a estudiar esos múltiples rostros, muchas veces antípodas, como condición de existencia de la ciudad actual y de la formación geohistórica de la ciudad de Medellín. Nos proponemos investigar, desde un marco teórico y conceptual amplio, la diversidad de escenarios socioespaciales que constituyen una ciudad que, al participar de la racionalidad difusa que evocamos en la justificación, es moderna porque desvanece su unidad como totalidad para hacerla prevalecer como tensión múltiple y problemática.
Barrio Nuevo horizonte comuna 1 Medellín
Mayo del 2011. Fotografía: Leonardo Jiménez

Las dos visiones del Plan de Desarrollo



Fotografía propiedad de la Alcaldía de Medellín.

Concejo de Medellín aprueba, en primer debate, el Plan de Desarrollo 2012 – 2015 'Medellín, un Hogar para la Vida'
- Por votación unánime, los concejales de las comisiones Primera y Segunda aprobaron el Proyecto de Acuerdo.
- Los corporados reiteraron que la numerosa y cualificada participación ciudadana fue clave en la formulación de este Plan.



El Concejo de Medellín aprobó en primer debate el Proyecto de Acuerdo que da vida al Plan de Desarrollo 2012 – 2015 “Medellín, un Hogar para la Vida”, el cual está fundamentado en dos pilares: la Vida como valor supremo y la Equidad para lograr una sociedad más justa. 

En la sesión, a la que asistieron los miembros de las comisiones Primera y Segunda del Concejo de Medellín, los ponentes realizaron exposiciones de cada una de las cinco líneas del Plan, con recomendaciones para mejorar la carta de navegación que guiará los destinos de la ciudad en los próximos cuatro años.

La presidenta de la Comisión Primera, Aura Marleny Arcila, destacó que el Plan de Desarrollo se fundamenta en una sociedad que valora y respeta la vida y busca, en general, una sociedad menos desigual. Por su parte, el presidente de la Comisión Segunda, Carlos Mario Mejía, expresó que lo mejor de la formulación del Plan fue la democratización del mismo, pues la ciudadanía en pleno se volcó a participar en la estructuración del contenido.

Durante el mes de mayo, el Concejo Municipal lideró, con el apoyo de la Alcaldía de Medellín, un total de 30 sesiones y dos grandes foros, a los cuales asistieron más de 7.000 personas. En marzo, el Consejo Territorial de Planeación realizó jornadas de participación ciudadana (con grupos sectoriales, poblacionales y territoriales), las cuales lograron una asistencia superior a las 7.500 personas. 

El Plan de Desarrollo 2012 – 2015 “Medellín, un Hogar para la Vida” contará con un presupuesto de 14,5 billones de pesos para el cuatrienio, recursos que serán invertidos en programas y proyectos que beneficiarán a las familias de Medellín.



A pesar de la violencia y el conflicto social que padecemos en la actualidad, los habitantes de las laderas de Medellín seguimos caminando en torno a la construcción del Plan de Desarrollo Municipal (PDM) 2012-2015. Camino que venimos labrando hace muchos años en la construcción participativa y consciente de nuestros Planes de Desarrollo Comunales y Corregimentales y que fueron inscritos como anexos en el programa de gobierno del alcalde Aníbal Gaviria.


Sin embargo en la actualidad no evidenciamos ninguna inclusión de nuestras propuestas en el PDM, las cuales han sido puestas en el debate en los diferentes espacios de discusión ante las respectivas instancias encargadas de realizar recomendaciones y sugerencias a dicho Plan: en febrero, estuvimos reunidos los Equipos de Gestión de los Planes de Desarrollo Local en el salón del diálogo de la Alcaldía, con el entonces asesor Álvaro Berdugo (ahora Director de Planeación Municipal) y con algunos funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Social, además de participar en diferentes espacios comunales y zonales donde presentamos las propuestas.


Durante el mes de marzo, participamos activa y propositivamente en los diferentes foros realizados por el Consejo Territorial de Planeación (CTP) donde se abordaron temas como Vivienda y Hábitat, Población Desplazada, Mujeres, Cultura, entre otros. El CTP entregó su concepto incluyendo las propuestas de la comunidad, pero tampoco fueron tomadas en cuenta. En mayo participamos de las diferentes sesiones descentralizadas del Concejo en nuestras comunas, y también nos movilizamos en la sesión donde se discutió el tema de la vivienda y el hábitat.

Este proceso de participación y movilización es una iniciativa totalmente comunitaria en la que no tiene nada que ver ningún partido político, por el contrario es un esfuerzo por construir otro tipo de política a la que tradicionalmente ha tenido el país, una donde la relación elegido-electores cambie,  y se comience a ver a las comunidades como  parte fundante  y esencial del sistema político. Nuestras motivaciones no son dádivas ni contratos, es  el anhelo de construir un buen vivir en nuestros territorios, donde la dignidad se convierta en una constante que reemplace la profunda inequidad que nos azota.

Estamos inconformes con el PDM, nuestras propuestas no quedaron incluidas en lo fundamental del Plan, y el ejercicio participativo parece ser más bien demagogia que democracia. Con la participación legitimaron el proceso, debido a los encuentros y debates tan numerosos donde fuimos los que convocamos, pero sólo resultamos siendo cifras, no hubo una real inclusión.

Tampoco vemos con buenos ojos que diez días antes de aprobarse el Plan, la Administración cambie el director de Planeación, quien era el que había estado presente en los debates con las comunidades. Todo esto parece indicar que nuestro tiempo invertido se perdió y como siempre la comunidad participa pero el gobierno es el que decide.

Es por ello que decidimos movilizarnos hoy 30 de mayo, cuando el Concejo está aprobando el PDM 2012-2015, ya que si ellos no nos escuchan, las comunidades seguiremos defendiendo nuestras propuestas, que son las rutas de gestión para la solución de las necesidades de la población y la superación de la inequidad.

Los presupuestos asignados al tema de mejoramientos y vivienda nueva en el PDM son muy escasos, no superan los 250.000 millones de pesos y no alcanzan a cubrir los problemas de déficit cuantitativo y cualitativo de vivienda en Medellín; los recursos de la ciudad se invierten mayoritariamente en el sector del poder económico y privado y no en las comunidades, no en la población. Una prueba de esto es que la Administración anterior invirtió 400.000 millones en Autopistas de la Montaña y 150.000 millones en el puente de la 4 Sur.

Por lo anterior, exigimos mayores recursos para vivienda y hábitat, y la implementación del Plan de mitigación del riesgo, que son las necesidades más sentidas de las comunidades. Debe incluirse además, el mínimo vital de agua potable para toda la población de estratos 1 y 2 y la aprobación del mínimo vital de energía, que fue una promesa electoral de este gobierno. También planteamos que se debe tener una mayor inclusión de las mujeres y de la población desplazada en dicho Plan.

Frente al logo de la Administración “Cuéntanos tu idea al Plan”, queremos decirles que desde las comunidades no nos basta con contar una idea, nosotros planteamos propuestas y exigimos soluciones, y estamos convencidos de que el Plan no debe ser un acto de buena fe del gobierno, sino fruto de la concertación política.

Proponemos una “Mesa de diálogo y concertación” entre las comunidades y la Administración municipal, donde se garantice una real participación de la población, debatiendo problemáticas de fondo y no de forma, y decidiendo no solo sobre los programas y proyectos sino también sobre los recursos, que son nuestros. Los proyectos como los PUI, los planes parciales y en especial el Cinturón Verde se deben construir de la mano con los Planes de Desarrollo Locales, y no al amaño de firmas constructoras o tecnócratas que no conocen nuestro territorio y hacen sus planes desde los escritorios.

Compartimos con ustedes la Acción de Movilización de las Comunidades de las Laderas de Medellín, en protesta por la no inclusión de sus propuestas en el Plan de Desarrollo de Medellín 2012 - 2015. Fotografías de Lizeth Palacio y Kelly Gómez . 30 de Mayo 2012. Clic Aquí

Crónicas Urbanas

 Morada para vivos y muertos

Para vivir aquí hay que ser muy verraco, asegura Marcela mientras le sirve de comer a su niña  que ha llegado de la guardería, nada más en el segundo piso mataron una muchacha en embarazo, de eso hace ya como ocho añosprimero mandaron de cajón al compañero que era tremendo faltón y como a los dos días unos muchachos escalaron la fachada, le dieron una patada a la puerta de la pieza y le pegaron como cinco balazos…ella estaba dormida, creo que no le entro ni aire. 


Marcela de treinta años vive con sus dos hijos de cuatro y trece años en una de las piezas del inquilinato Los Andes ubicado sobre la Avenida Oriental del barrio Colon, Los Andes es quizás el inquilinato más grande de Medellín, ella paga trece mil pesos diarios por la pieza; para poder asegurar el alojamiento cotidiano, vende dulces al igual que su hijo mayor; Este muchacho me resulto muy buen estudiante y siempre me dice que nos vamos de aquí, pero la cosa no es así de fácil, para salir de aquí se necesita billete y a uno no le van sirviendo de fiador así como así.

El compañero de Marcela y padre de su hija fue asesinado hace un año, según ella por un enemigo que desde hace tiempo lo estaba buscando. Un llanto infantil se escucha en una de las piezas contiguas, Marcela comenta:

Ese es un niño que pide limosna, seguro no consiguió lo suficiente y por eso el papa esta puto, aquí maltratan mucho a los niños, yo con los míos no tengo problemas gracias a Dios. Además el papa y la mamá de ese niño son unos irresponsables, pues muchas veces con la plata que se ganan mendigando los tres hijos que tienen, prefieren meter bazuco y no pagan la pieza, por eso han tenido varios problemas con la administración y hasta les ha tocado dormir en la calle por irresponsables.

En la puerta de la pieza aparece una vecina joven de aspecto un tanto desaliñado, dirigiéndose a Marcela le dice: Marcela regálame un poquito de papel higiénico que no tengo; Marcela la mira y le dice mientras desenrolla un poco de papel: He avemaría a usted hay que regalarle hasta “pa” limpiase el culo. Cuando la muchacha se marcha comenta en voz baja:

Esa muchacha se llama Sandra, tenia una criatura muerta en el estomago, ella sentía dizque cólicos y cuando fue al medico le dijeron que no se explicaban como había sobrevivido, pues el feto llevaba muerto tres días… claro está que con tanta sopladera se muere hasta un caballo.

En la pieza marcada con el número doce vive Manuel Zapata, su esposa Noelia y tres de sus hijos, todos varones adolescentes, Manuel afirma:

Yo vivía en el barrio Santo Domingo, pero un grupo armado me hizo salir de allí, no me quedo más remedio que venirme para acá, pues me querían matar los muchachos, mi hija se enamoro de uno de esos bandidos y se quedo por allá, viene a visitarnos de vez en cuando, ella tiene quince años y ya esta esperando su primer hijo, espero que al menos el cabrón que la preño responda, pero según me han dicho es un irresponsable, pues tiene otros hijos con otras culigadas.

Manuel mira debajo de su cama y saca una caja de cartón, luego esculca en su interior hasta encontrar una formula médica plastificada: Mire yo tengo paranoia y me es difícil encontrar trabajo, pues en cualquier momento me dan recaídas, yo creo que adquirí eso cuando nos tuvimos que venir a media noche de Remedios, cualquier fin de semana  llegaron los paracos y nos dieron una hora para salir, escasamente sacamos los papeles. Desde entonces me dan unos miedos muy horribles que me tengo que meter bajo las cobijas y taparme.

En la pieza de Manuel y su familia se respira un fuerte olor a nicotina y alcohol, uno de los muchachos enciende un cigarrillo y explica: Aquí fumamos todos como chimeneas, además los cuchos y un hermano se toman los guarilaques…aquí venimos a morirnos. Noelia la madre, interrumpe al joven: mijo no diga eso que mientras haya salud hay esperanzas, otro de los adolescentes que esta recostado sobre un colchón contesta: si esperanzas de morirse de hambre, todos ríen de las palabras del joven incluso Noelia.

Sandra la joven desaliñada de la pieza catorce, que hace poco le pedía papel higiénico a Marcela baja a los lavaderos con una olla y dos platos sucios: voy a lavar esto antes de que se llenen los lavaderos de pirobas (dice), en su camino se encuentra con un hombre viejo de aspecto travestido que le reclama por un camiseta que se le perdió ¿he que le pasa? replica Sandra, acaso yo soy la única que lava ropa en este lavadero

La travesti se retira pero sentencia en voz alta, Que aparezca esa hijueputa camiseta o van a saber quien es Yesica Paola. Sin hacer el menor gesto por las palabras de Yesica, Sandra lava la olla y los platos al tiempo que relata:

Aquí lo que más se pierde es la ropa, hasta los calzones cagados se los llevan, el que da papaya le roban hasta la olla con la aguapanela adentro y todo, Sandra ha vivido toda su vida en inquilinatos, al igual que sus hermanos que ocupan también dos de las piezas de los Andes con sus respectivas familias.

Yo desde que me conozco he vivido aquí o en piezas de otras casas por aquí mismo, claro que de la que más recuerdos tengo es de esta, pues aquí se murió un parcero que yo quería mucho, eso fue una sobredosis, le dio un infarto y lo velaron en la sala del televisor. Aquí se han muerto varios inquilinos de sobredosis. Esta casa tiene muchos muertos encima… es que aquí si hay mucho gato.

Son las seis y treinta de la tarde y el patio comienza a llenarse de niños y niñas que llenan el espacio con su algarabía, esta es la hora de los locos  dice Sandra mientras se retira a su pieza.

Las primeras sombras se asoman en los corredores, y un olor a petróleo se confunde con el de la marihuana, es el olor característico de los fogones de en donde algunos afortunados empiezan a cocinar sus alimentos. Yesica Paola hace sonar sus tacones en el corredor, en la puerta de Los Andes comparte un cigarrillo con Sandra, quizás ya olvido su camiseta perdida, o simplemente la encontró.   

Un niño blanco y delgado, de unos doce años y de apariencia un tanto frágil, sale también hacia la calle, lleva su corto cabello castaño oscuro, peinado hacia un lado, la ropa humilde pero limpia, esparce a su paso aroma a jabón de baño, entre sus manos sostiene una pequeña caja de cartón con dulces y cigarrillos. Los que aún viven en Los Andes deben ganar su morada. Los muertos ya la ganaron en el olvido.

Juan Fernando Hernández

Manico Mio Medellín

Vista general del Manicomio.
 Benjamín de la Calle Muñoz. 1916. BPP.
Tradicionalmente la locura ha sido replegada a las formas de intervención médico-psiquiátricas a través de unas técnicas de entrevista que se consideran extracción de información subjetiva para volverla objetiva. En tanto que para el psicólogo la gama de elaboraciones subjetivas representa la mayor riqueza del estado psicótico. Así, el loco es para la medicina un objeto de la intervención psiquiátrica, en tanto que para el psicólogo es el sujeto de sus indagaciones. Ambos dispositivos de indagación clínica parten de la interpretación de la palabra y el pensamiento del paciente, pero las consecuencias terapéuticas son diametralmente opuestas. La psiquiátrica busca reducir la producción de incoherencias del pensamiento, mientras la otra busca avivar las producciones discursivas. La una calla al paciente, mientras la otra lo hace hablar. La primera niega su subjetividad, mientras que la segunda la afirma.

Vista de los enajenados, Manicomio Medellin, Benjamín de la Calle M. 1910.
La presente investigación nace de esta coyuntura entre las visiones tecnológicas de intervención sobre la locura y establece la necesidad de una crítica al discurso psicopatológico de la psiquiatría para hallar las justificaciones de su actuar. Es decir, que se busca justificar el conocimiento crítico de la historia de las transformaciones técnicas de la psiquiatría en Medellín como una acción ética que puede realizar el que trata la locura para no mal-tratarla. Esta investigación considera que la locura ha sido objetivada en un cuerpo, su subjetividad ha sido negada y por tal la reconstrucción histórica de dicha subjetividad sólo puede ser ficcionada. Este trabajo pretende ser un proyecto genealógico sobre la subjetividad negada de la locura, es decir que precisa de una heurística negativa sobre la historia moral de la sociedad antioqueña. En este caso la historia de la locura se presenta como el revés de la moral.

Manicomio Departamental. Mejía, Francisco, 192? Archivo Fotográfico BPP.
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Manicomio Francisco Mejía 1939. Archivo Fotográfico BPP.