Por: María Cecilia Castañeda González.
El cuerpo máquina, que se mueve y
que se desplaza, se ve reflejado en el cuerpo protésico, que de alguna manera
no ha dado aún el salto tecnológico que se pretende en la era de la tecnología
digital que ve aumentada su potencia cada día y con la cual se busca que
nuestra ciudad sea digital bajo un fundamento de bienestar , de agilidad y de
mejora en la vida cotidiana, teniendo en cuenta que existen limitantes de tipo
económico, social o urbano, entre otros, que no permiten el acceso libre y con
la eficacia que se pretende en este tipo de instrumentos.
A su vez, esta
especie de cyborg debe sobrevivir en un espacio urbano como por ejemplo en la
ciudad de Medellín la cual intenta recuperar, construir y mejorar los accesos a
partir de la creación de todo un sistema de movilidad y de tecnologías que
hacen de nuestra ciudad, un espacio también protésico, enlazado con el cuerpo
tanto desde lo mecánico como desde lo digital.
“El cuerpo no está en ninguna parte, está
en el corazón del mundo, ese pequeño núcleo utópico a partir del cual sueño,
hablo, avanzo, imagino, agujereo las cosas allí donde se encuentran, y las
niego, también, gracias al poder indefinido de las utopías que imagino. Mi
cuerpo es como la Ciudad del Sol, no tiene lugar, sino que de él salen e
irradian todos los lugares posibles, reales o utópicos.” (FOUCAULT, 2006:169)
FOUCAULT, Michel. El
cuerpo, lugar utópico. Riff Raff: revista de pensamiento y cultura, ISSN
1135-8106, Nº. 30, 2006, págs. 165-172
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