El urbanismo y la planeación moderna

Las Ciudades más bonitas del mundo
Este artículo pretende mostrar rutas de entendimiento de la tensión entre urbanismo, planeación y fragmentación urbana, con el fin de abrir líneas de interpretación y análisis sobre la ciudad moderna a través de un repaso histórico-crítico de los procesos urbanos en los que ha intervenido –en distintos periodos y distintas formas– el afán por ordenar y gestionar el espacio de la ciudad. 

Las Ciudades más peligrosas 
Dicho repaso contempla, en primer lugar, una aproximación conceptual a la historia del urbanismo moderno y a la planeación, lo que permitirá, en segundo lugar, un análisis aproximativo de las formas de planeamiento local de la ciudad de Medellín, a través de la vanguardia con los debates y acontecimientos mundiales, durante el siglo XX y comienzos del presente.

Para conocer el artículo publicado en la Revista Historia y Sociedad, Nro. 26, MEDELLÍN, COLOMBIA, ENERO-JUNIO DE 2014, PP. 17-51 de clic aquí

El Gobierno Urbano



El artículo se ocupa de las heterotopías y de cómo se convierten en una institución efectiva. Además, como el presente de las dinámicas económicas y sociales en Medellín se fundamentan, en gran medida, en un conjunto de acciones y políticas que responden al gobierno individual. 


En este contexto se analiza la señal que la razón gubernamental intenta emitir con éxito aparente, idea esta que promueve a Medellín como un buen “producto- ciudad” que, conocedora de sus limitaciones, intenta iniciar procesos para reducir las profundas desigualdades sociales que la destacan, pero fracasa en el intento.


Por lo tanto, se intentará dar cuenta de que la heterotopía, obviamente responde a sus lógicas normativas y físicas, basadas en la necesidad de asegurar la solidaridad, incluso mediante la invitación a establecer un orden ilegal.


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Espacio público, espacio institucional, poder y consumismo

El espacio, la verificación de la soledad


La categoría de espacio como consecuencia del ejercicio del consumismo y la distinción, y la manera como éste se estructura a partir de su relación con los referentes de espacio institucional y espacio público se sustentan en este artículo con una distinción constitutiva: la pretensión de estructurar, a partir de una eticidad, una estética del consumismo. Dicha distinción acerca los conceptos de ética y estética con las sustancias valorativas de la producción del espacio, por medio de la materialización de la ciudad. Se trata de mostrar que lo apto para el mercado y el desperdicio del mercado son estructurantes del espacio, y este a su vez es el teatro del fracaso. Además, hoy la sustancialidad del individuo es un estructurante del espacio público, y dicha sustancialidad alimenta la soledad del individuo que va contra la ficción espectacular en que se convierte el espacio institucional.

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Artes, subjetividades, poéticas y otras escrituras


No es la confortable y estéril placidez de los parques artificiales la que conviene al poeta; su poder combativo y creador se exalta en la sorda lucha de la selva, y para el poeta de hoy la selva ha encontrado residencia en las grandes metrópolis, donde brotan del suelo gigantescos rascacielos, donde la vida se ve vuelta en la mañana inextricable y despiadada de un mundo mecanizado, y hombre-serpientes y hombres-chacales pululan por las calles.” (Aldo Pellegrini)[1]

La historia de Helí es también la historia de Medellín como ciudad. Se instaura con el barrio y se forma en la gallada; desde la calle de casas rústicas, hasta las canchas de fútbol, que ofician de templos, y las mangas con sus cuevas que son santuarios.” (Luis Fernando Macías)[2]


Poesía(urbana), subjetividad (poética, ética y política) e historia(social y cultural) son tres ejes claves sobre los cuales girará mi investigación. La poesía es usualmente asociada a la ideología de las clases ‘cultas’ (como eufemísticamente se le llama a las clases o sectores económico-políticos, sociales y culturalmente dominantes en una sociedad dada), y en el peor de los casos la misma expresión poética y el oficio del poeta es banalizado, marginado y soslayado a tal extremo que ignoramos el significado y la importancia, las implicaciones sociales y políticas de la poesía, y del arte en general en tanto actividad social y, a la vez, el problema implícito sobre el papel y el deber social de los poetas (y demás artistas) en tanto artistas.
Publicación EAFIT

Siguiendo entonces en primera instancia algunos planteamientos propuestos por Pellegrini en su texto ya citado, esbozaré varias consideraciones críticas generales sobre la “poesía ‘oficial’” (“que es la negación de la poesía”), una forma de “lanzar a los poetas contra la poesía”, que representa y concentra en sí misma, en esta sociedad dirigida por los dictados del capital, donde reina la moral del individualismo burgués y la mercantilización neoliberal de la vida entera, “momento en que la poesía es colocada fuera de la ley” y emerge “como consecuencia ineludible la figura del poeta repudiado”, una suerte de naturalización de la poesía y del poeta sumiso, domesticado, los cuales “ceden a la presión del poder y de la opinión pública” y caen a menudo en cierto “esteticismo” que termina siendo “arte por el arte”, “un arte sometido, que rehúye el peligro y busca el calor de los aplausos”[3].

En Colombia, país donde “la recepción de la poesía […] a finales del siglo XX y principios del siglo XXI es menor y está enmarcada por el auge de la novela como género predominante a nivel mundial”, “un país donde, de cualquier modo, son verdaderamente escasos los espacios para la publicación de poesía” y de análisis y crítica literaria contemporánea, como lo señalan Cadavid, Robledo y Torres en su escrito Poesía colombiana 1990-2012[4], un “país de tantos “Poetas” y tan poca poesía, poquísima”[5], como afirmara el mismo Helí Ramírez en la década de los 70’s del siglo pasado, se presenta la necesidad y la posibilidad de ampliar y ahondar en el debate sobre, en este caso, la poesía urbana de un poeta poco re-conocido en nuestro ámbito literario, y sobre todo académico e intelectual, en relación con el problema de la subjetividad (poética, en términos estéticos, éticos y políticos) y con el devenir histórico (social y cultural, principalmente) de la ciudad de Medellín, en concreto.

Helí Ramírez
Helí Ramírez Gómez, poeta ‘subversivo’ en  el sentido sugerido por Pellegrini[6], “nació en Sevilla (Antioquia) en 1948, pero su vida ha transcurrido [y aún transcurre] en Medellín, ligada vitalmente [y en términos históricos] al barrio Castilla”, barriada popular u obrera ubicada en la Comuna 5 de nuestra ciudad”[7]. Por ahora son estos, y otros interrogantes que irán surgiendo, modificándose y aclarándose a medida que avanza la investigación, el punto de partida desde el cual pienso dialogar y disertar sobre la relación historia y subjetividad en la poesía de este poeta:

¿En qué circunstancias históricas escribe él su poesía y cómo su misma poesía refleja la, e interactúa activamente con dicha situación o devenir histórico que lo cobija? ¿Qué significó (y qué significa) la poesía de Helí Ramírez Gómez en el ámbito de la poesía nacional contemporánea?  ¿En qué sentido se expresa la subjetividad del poeta en términos de la concepción de la ciudad que habita? ¿Es este poeta una muestra de que la poesía está en las calles, que brota, surge y concentra diversos aspectos de la vida y situación histórica de las clases (populares) más explotadas y oprimidas, pobres y marginadas de una sociedad concreta? En términos generales, ¿qué continuidades y rupturas se manifiestan en su poesía? ¿Qué lo distingue y singulariza de otros poetas de su época? ¿Por qué ha sido tan poco o mínimamente conocido y estudiado?

Para finalizar, cito un breve abrebocas de la poesía de Helí Ramírez Gómez en los inicios de su actividad poética:

No tiene nombre
el hecho de abrir la boca
y cerrarla vacía

su sello no tiene nombre
acostarsebocaabajo
sin papeles
sin ocupación conocida

sin días de fiesta
en la piel[8].


Para conocer algunas de las obras del poeta Helí Ramírez, clic aquí



[1]Aldo Pellegrini, La acción subversiva de la poesía I y II, extraído del libro "Para contribuir a la confusión general", Ediciones Nueva Visión, 1965.
[2] Luis Fernando Macías, Helí Ramírez, la gallada en la pluma, Medellín, enero de 2012. Publicado en: “acuarimántima. Edición completa”, Colección Rescates, Primera edición: abril de 2012. Elkin Restrepo. Fondo Editorial Universidad Eafit.
[3] Aldo Pellegrini, La acción subversiva de la poesía I y II, extraído del libro "Para contribuir a la confusión general", Ediciones Nueva Visión, 1965.
[4] Cadavid Jorge, Robledo Juan Felipe, Torres Óscar, Poesía colombiana 1990-2012, Revista Co-herencia, Vol. 9, No 17, Julio-Diciembre 2012, pp.131-153. Medellín, Colombia. Para ver una opinión estimulante en torno al debate de la literatura y la crítica literaria en Colombia, consúltese: Gabriel García Márquez, La literatura colombiana: un fraude a la nación, 1959-1960 (fecha aproximada), http://www-palabrasdiversas.blogspot.com/2014/04/la-literatura-colombiana-un-fraude-la.html. En este artículo, entre otras cosas, el autor señala, con un aire crítico y de afirmación tajante, que “la crítica colombiana ha sido una dispendiosa tarea de clasificación, una labor de ordenamiento histórico, pero solo en casos excepcionales un trabajo de valoración” (lo que se propone la presente investigación). “En tres siglos”, decía García Márquez en su momento, y esto es algo que tiene bastante vigencia en nuestros días, “aún no se nos ha dicho qué es lo que sirve y qué es lo que no sirve de la literatura colombiana”: esta es pues una tarea compleja y ardua que se presenta de forma aguda en el terreno del análisis y la crítica literaria en particular en Colombia.
[5]Helí Ramírez Gómez, acercamiento a la poesía de raúlhenao, 1978. Publicado en: “acuarimántima. Edición completa”, Colección Rescates, Primera edición: abril de 2012. Número dieciséis, julio-agosto 1978. Elkin Restrepo. Fondo Editorial Universidad Eafit.
[6] A saber, este poeta, ensayista y crítico de arte nacido en Argentina, dice que el carácter subversivo de la poesía radica en o se manifiesta en tanto acción “al ofrecernos” el poeta en “la poesía la imagen de un universo en metamorfosis en oposición al universo rígido que nos imponen las conversaciones. La imagen poética en todas sus formas actúa como desintegradora de ese mundo convencional, nos muestra su fragilidad y su artificio, lo sustituye por otro palpitante y viviente que responde al deseo del hombre”. Y en líneas anteriores, aclara: “Pero esto no quiere decir que la acción subversiva de la poesía se realice mediante el tratamiento directo de los temas de subversión” (libertad, rebeldía, revolución…). Recordemos que “poesía no es […] un lujo o un divertimiento, sino una necesidad” que puede expresarse y satisfacerse, por así decirlo, de diversas maneras. Véase: Aldo Pellegrini, La acción subversiva de la poesía I y II, extraído del libro "Para contribuir a la confusión general", Ediciones Nueva Visión, 1965.
[7] Véase la breve introducción a su obra que se presenta en la publicación de su novela por parte de Ediciones AUTORES ANTIOQUEÑOS: Ramírez Gómez, Helí, La noche de su desvelo, Ediciones Autores Antioqueños, Volumen 35, Medellín, 1987.
[8] Poema “38”, tomado de: Ramírez Gómez, Helí, La ausencia del descanso, Editorial Universidad de Antioquia, 1975.

El trabajo crítico del pensamiento sobre él mismo


Olivier Razac se interesa en objetos originales y variados, como el alambre espino, la tele-realidad, la salud o el brazalete electrónico penitenciario. Inspirado en la obra de Michel Foucault, señala y analiza los formas de ejercicio del poder actualmente. Para sacar sus consecuencias éticas y políticas.

Algunas obritas tienen el poder de problematizar grandes objetos. Histoire politique du barbelé, el primer libro de Olivier Razac, es una de esas. En 2000, este filósofo que tenía entonces 27 años, supo hacer emerger la potencia simbólica del alambre arpado, a través de tres jalones históricos: la pradera norteamericana, la trinchera de la Gran Guerra, y el campo de campo de concentración nazi. “Instrumento de inscripción espacial de las relaciones de poder”, la propia forma del arpado ilustra su función. “Es un rasgo que cierra el paso y evoca inmediatamente la privación de libertad (como lo harían los barrotes de prisión). Pero además es un rasgo erizado, agresivo, cuyas puntas representan los cuchillos del poder. Rasgos y puntas, barrotes y cuchillos expresan directamente la vocación violenta y opresiva del alambre espino”. A esta reflexión sobre la delimitación del espacio le hace eco un artículo sobre el GPS aparecido en Fresh Théorie. El autor aclara en él ese deseo contemporáneo de localizar y de ser localizado.

¿Cómo funciona esto? Esta es la pregunta que no deja de hacer Olivier Razac. Funcionalista, el análisis de las formas del ejercicio del poder, y de los efectos de control que ellas producen, singulariza el proceder de este pensador que consagró su segunda obra a la tele-realidad entendida como un espectáculo zoológico (L´écran et le Zoo. Spectacle et domestication, des expositions coloniales a Loft Story). Del zoológico a la biopolítica (la vida como la apuesta del poder) no hay sino un paso. La Grande santé, su última publicación salida de su tesis, interroga diferentes visiones filosóficas de la salud que molestan, inquietan, sus representaciones estrictamente médicas. Estos pensamientos (Friedrich Nietzsche & Gilles Deleuze a la cabeza) tienen en común establecer otra salud, creadora y arriesgada, pues no se vive en la orden expresa de la conservación de sí y de la obsesión sanitaria: “La gran salud es puramente afirmativa. Su naturaleza no es la de oponerse a las obligaciones exteriores sino la de ejercer su potencia a partir de ella misma”.

Luego de ocho años consagrados a la escritura, “por fuera de la Educación nacional”, enseña desde hace un año en undécimo en un liceo privado. Este joven padre ha seguido todo su curso filosófico en la Universidad de París-VIII-Saint- Denis, cuya enseñanza marcada por Michel Foucault se distingue de entrada por la atención que se presta al contexto histórico y a las implicaciones políticas de las filosofías. “Fue leyendo a Michel Foucault que mi relación con la filosofía se volvió apasionada. Comprendí que las ideas, los conceptos, podían cambiar mi mirada sobre el presente”, explica él. Nacido en 1973 en Nueva Caledonia, Olivier Razac vivió en Costa de Marfil, antes de llegar a Francia a la edad de 4 años. El joven, titular de un bachillerato científico, primero ensayó en un IUT de informática. Una errancia a sus ojos. “A los dos meses me di cuenta con violencia que eso no era lo que yo quería hacer. Algebra booleana, problemas de lógica, ecuaciones, A o no-A, B o no-B… Cuando salía de allá mi cerebro estaba sobre-estimulado, pero yo sentía que eso giraba en el vacío; sólo tenía Aes y Bes en la cabeza”, recuerda este hijos de ingeniero que no tardó en cortar el cordón umbilical de su adolescencia. Una bellísima página de su segundo libro ¿no toma entonces un color biográfico? “Es posible volverse otro (…) La ética es un movimiento de desprendimiento del modo de vida en el que uno se ha implicado a tal punto que allí se ha enredado como en una red. Si uno se queda quietecito, no se da cuenta del enredo. Es en el momento en que uno quiere moverse, cambiar de sitio, que los hilos se transforman en lazos, y que se vuelve necesario cortarlos”.

Desprenderse de la domesticación social; el acto de filosofar, fundamentalmente, tiene que ver con la ética, y su descubrimiento de los estoicos fue determinante. La filosofía le aparece como el lugar en que puede ejercerse “una curiosidad general sobre todo, una apertura a todos los dominios, un deseo de llevar la mejor vida posible”. “Por esto mi negativa a la especialización…”, prosigue él. Rebotando de un centro de interés a otro, Olivier Razac prepara un libro sobre el brazalete electrónico penitenciario: “Hay un bloqueo crítico sobre estos objetos que dan la sensación de ser ventajosos. ‘Siempre es mejor que ir a prisión’, se escucha acá y allí. Esto es una ilusión, pues los que lo llevan no hubieran ido a prisión si el brazalete no hubiera existido. Hay una articulación necesaria entre los dos medios carcelarios; el medio abierto perenniza la prisión”.

Su recorrido original, consagrado a objetos heterogéneos, está movido por una misma idea fuerte. “La filosofía toma su sentido en el enfoque y no en el tipo de objetos que ella considera”, afirma Olivier Razac. Ese sentido que él le confiere a la filosofía crepita en esas palabras de Michel Foucault sacadas del Uso de los placeres, y que sirve de exergo a la última parte de la Pantalla y el Zoológico: “Hay momentos en la vida en los que la cuestión de saber si uno puede pensar de otra manera distinta a como piensa, y percibir de otro modo a como ve, es indispensable para continuar mirando y reflexionando (…) ¿Qué es la filosofía hoy si no es el trabajo crítico del pensamiento sobre él mismo? Y si en lugar de legitimar lo que ya se sabe ¿no consiste ella en buscar saber cómo y hasta dónde es posible pensar de otra manera?”. En estas condiciones, la filosofía tiene entonces que dialogar con su afuera, con lo que no es ella. “La pantalla y el zoo ha sido recibido por el medio artístico; Historia política del alambre arpado por los arquitectos. Espero con impaciencia las reacciones del mundo médico sobre la Gran salud”, confía Olivier Razac.

Bibliografía: Histoire politique du barbelé (La Fabrique, 2000), L’Écran et le Zoo. Spectacle et domestication, des expositions coloniales à Loft Story (Denoël, 2002), « The Global Positioning System » dans Fresh Théorie (Léo Scheer, 2005), La Grande Santé (Climats, 2006).

Philosophie Magazine, n°4 Septiembre 2006
tr. Luis Alfonso Paláu, Medellín, julio 7 de 2014.