Moravia Imaginada

 Moravia en el Museo comunitario de La Ceja Óscar Cardona

Entre junio y julio de 2024, la exposición siguió su recorrido por el oriente antioqueño y llegó al museo comunitario Óscar Cardona en La Ceja, un espacio donde la historia, la magia y la vida se entrelazaron a través de la memoria de este emblemático barrio de Medellín. Los visitantes, al cruzar la puerta de la casa museo, no solo encontraron objetos, bordados, videos y registros históricos, sino también una propuesta viva, que resonaba en cada rincón con la obra del pintor que da nombre al espacio cultural.

Ferney Hernández, curador del museo y uno de los asistentes, expresó su gratitud y asombro ante la profundidad y belleza de la muestra. "Mil y mil gracias por propiciar en este espacio historia, magia, vida", compartió, reconociendo la trayectoria resistente de El Morro de Moravia y celebrando la propuesta como una huella que trasciende el mero testimonio. En medio de este recorrido, se entretejieron voces que exaltaban la lucha comunitaria, los pesares y, sobre todo, la vida que sigue brotando.

La exposición ofreció un diálogo entre pasado y presente, conectando a los habitantes de La Ceja con las memorias de un barrio que, pese a las adversidades, sigue siendo símbolo de resistencia y transformación. Para la directora Nury Ríos, fue un regalo de la vida conocer este proyecto y tenerlo en la casa museo, calificándolo como una propuesta que salva existencias, inspira y abriga las prácticas cotidianas y artesanales.


Fotografías de Amalia Cardona, Ferney Hernández y Víctor Jímenez. Museo Óscar Cardona. La Ceja. Junio y julio de 2024.

Las piezas expuestas, cargadas de muchas metáforas, contaron con una curaduría que apelaba a lo sensorial, donde el público no solo observaba, sino que se adentraba en los relatos que emergían desde las paredes, las imágenes y los objetos. "Estas magnas propuestas salvan nuestra existencia", comentó Nury con emoción, recordando que Moravia es un territorio con una gran historia tejida en la piel de quienes la habitan.

La exposición en La Ceja fue un espacio donde la memoria y la comunidad se encontraron, dejando una huella en cada visitante que, al salir, llevaba consigo un pedazo de El Morro de Moravia en el corazón.