Relaciones Hombre - Animal - Alimento

El Sacrificio del Ganado


La gente quiere comer su hamburguesa, no quiere conocer a la vaca,de la  pelicula ('The Island', 2005). del cineasta alemán R.W. Fassbinder

EL MAPA DE LOS SUEÑOS INCONCLUSOS


Relaciones Hombre - Animal - Alimento

Sabor y Saber a Carne

Muchos alimentos adobados y decorados con grasa para las fiestas dicembrinas.


La Famosa bandeja Paisa, con sus tres y hasta más carnes, toda una oda  a la obesidad, el colesterol y la alimentación antilight

Chuzos deliciosos, muy provocativos en las calles del colesterol que se hacen el río y en los parques de los municipios de Antioquia
Hasta eso crudo se ve rico !ummmm¡
La Longaniza adobada y decorada para llamar a las vistas y hacer derretir las papilas gustativas.

Papas con Carne, Chunchurria, Chorizos, Tocinetas y otras tantas delicias para un paladar festivo, !Nuestro Mekato¡
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Experiencias estéticas del transeúnte

Babilonia y Nínive eran de ladrillo. Toda Atenas era de doradas columnas de mármol.      Roma reposaba en anchos arcos de mampostería.  En Constantinopla los minaretes llamean como enormes cirios en torno al Cuerno de Oro… Acero, vidrio, baldosas, hormigón serán los materiales de los rascacielos.  Apiñados en la estrecha isla, edificios de mil ventanas sobresaldrán resplandecientes, pirámide sobre pirámide, como blancas nubes por encima de la tormenta.

John Dos Passos.  Manhattan transfer

¿Por qué empezar un ensayo sobre Juan Carlos Onetti[1] hablando de John Dos Passos[2]? La razón está en el impacto que su experiencia vital y su obra tuvieron en las del escritor uruguayo, sobre todo en Tierra de nadie, novela de la que nos ocuparemos a continuación.  El hecho de que viviera sus años de infancia entre los rascacielos de Chicago y eligiera como protagonista de una de sus primeras novelas a la ciudad de Nueva York, lo hace particularmente interesante como puente para comprender muchos rasgos de Onetti que, vistos en relación con el  contexto literario latinoamericano de su tiempo, resultan extraños, abstrusos, incluso crípticos. Sin embargo, no sólo Dos Passos nos servirá de puente, también Louis Ferdinand Céline, James Joyce y William Faulkner, cuya cartografía imaginaria de Yoknapatawpha, fue de alguna manera el primer ladrillo de la mítica ciudad de Santa María, objeto final de nuestro análisis.



Tierra de nadie, una de las primeras novelas de Onetti, fue publicada en 1941 y más que una historia, es un mosaico de fragmentos de historias múltiples sin principio ni final.  Ocurre en la ciudad de Buenos Aires, pero la urbe, lejos de ser el escenario de las acciones, es el personaje principal, incluso podríamos decir, el único, ya que la narración como tal, si es que hay alguna, parece quedar inacabada.  Es precisamente ese rasgo confuso el que nos interesa.  Revisaremos  matices  de ciertas experiencias estéticas  referidas a lo largo de la obra, con el propósito de comprenderla a la luz de la emergencia de la novela urbana latinoamericana.

Onetti en los años 30's
A diferencia de otras escrituras de la región, la prosa de Juan Carlos Onetti no fluye, por el contrario, da la impresión de estancarse;  es pedregosa y en cada frase pareciera encerrarse un aullido melancólico que la hace enmudecer.  Esa forma literaria, ese estilo en la construcción del relato, es la expresión de un contenido que no podría brotar de otro modo, se trata de una visión radicalmente pesimista del mundo urbano, de un rechazo contundente de todo lo que en el hombre se va pudriendo con los años, de una comprensión de los sentimientos humanos como líneas que no tienen otro destino que pervertirse, de una mirada directa a lo abyecto, a lo horroroso, a la crueldad que habita en cada resquicio de la cultura.


En las novelas de Onetti no hay redención, no hay salida; los personajes están atrapados en sus imaginarios, en sus vicios, en sus cuerpos degradados por el tiempo, en sus deseos que no embellecen sus vidas, sino que las enturbian hasta hacer de ellas inventarios siniestros de instantes sórdidos que terminan en nada. Por las páginas de sus libros desfila el sexo, el alcohol, la mugre, el asesinato y el suicidio.  Desde el macró que vive a costa de una prostituta hasta el malevo más taura, los caracteres onettianos han sido cocidos en un caldo mezclado de numerosos fenotipos, lenguas y mentalidades: la ciudad.

Onetti en los años 90`s
Onetti  ya no tiene nada que ver con esa tendencia de la novela regional, lo que le ocurre a los personajes de Tierra de nadie le puede ocurrir a cualquiera en cualquier ciudad, empero la obra, por otros medios que trataremos de mostrar, no podría ser sino bonaerense. Lo que diferencia a Onetti  no es la exhibición de la tragedia connatural a toda existencia, no.  El rasgo diferenciador es su forma de comprender la vida misma, su sinceridad descarnada frente a fenómenos que otros intentan describir con metáforas, su gesto de rasgar las ilusiones de comunidad, amor, amistad, incluso de ternura:  una mujer embarazada es descrita por él como una masa de carne repugnante, en franco proceso de pudrición, invadida por otro pedazo de materia también mortal;  la mujer, a medida que envejece, es vista como la encarnación del fracaso, lo mismo que los hombres, todos en las obras de Onetti se envilecen, se destruyen, se rompen y sus fracturas se expresan en el desmoronamiento de sus cuerpos, en sus vestuarios cutres, en sus movimientos vulgares, en sus pensamientos mezquinos. Así, podemos hablar de una  estética de la fealdad como uno de los caminos expresivos en la literatura onettiana.  

A propósito, hay una diferencia que es preciso resaltar entre los autores del llamado Boom latinoamericano y Juan Carlos Onetti.  Como hemos intentado mostrar, el autor uruguayo publicó sus primeras novelas en medio de un entorno artístico que aún no era muy proclive a la experimentación literaria tal como él la practica (al menos a los experimentos con el lenguaje, con la estructura del relato y con el tipo de historias narradas).  Con algunas excepciones, la mayoría de los escritores estaban todavía anclados a estilos y contenidos decimonónicos y confiaban de cierta forma en la identidad.  Onetti sigue el camino inaugural de otro  gesto, el del pesimismo y de la anomia: “¡Oh juventud sin ideales…! ¿A quién echamos la culpa?  ¡Si ya no es posible creer en nada, ni en Berlín ni en Londres!... Fíjese, ese es el síntoma más grave de descomposición.”; el del desencanto y de la fragmentación del sujeto en mil pedazos que ya no delimitan su rostro: “Todo está en que yo sea yo y no otro.  Yo, que me llamo así y de ninguna otra manera.  Casi todo queda encerrado en uno y no hay comunicación.  El arte y la borrachera y estar viviendo junto a los demás y la muerte.”  


Si quieres saber más de las obras y  la vida de este escritor, visita http://www.onetti.net/

[1] Nacido en Montevideo, 1909- Muerto en Madrid, 1994
[2] Nacido en Chicago, 1896- Muerto en Baltimore, 1970

Visualidades, pedagogías, y ortopedias de un cuerpo medicalizado por los medios de comunicación.

Un bálsamo para el alma. Medellín 1956-1993

El tema de investigación se centrará en el análisis de los diferentes discursos medico psiquiátricos que circulan en los medios de comunicación al impulsar el consumo de diferentes terapéuticas y medicamentos hasta hundirse en la espesura de los cuerpos, a partir de de un discurso de poder y de deseo que ha viabilizado un incremento en los flujos de informaciones como lo sostiene Martín Barbero.


Publicidad farmacéutica de principios del siglo XX

Informaciones que contribuyen a dar forma a un nuevo tipo de población que se va urbanizando aceleradamente luego de la  segunda posguerra, y que exige un nuevo tipo de gestión a partir, no sólo de una injerencia del sector público, sino también de las ofertas de las industrias farmacéuticas y  de los nuevos saberes legitimados en las instituciones académicas, en contraposición de otro tipo de saber no legitimado, o popular, que de igual forma encontrará su nicho en los dispositivos espaciales de una ciudad reconfigurada por la aceleración de los procesos migratorios, y de nuevos mercados.

En la presente investigación se pretende dar cuenta de los discursos médicos psiquiátricos que circulan en los medios de comunicación y en algunas publicaciones especializadas, como una manera de introducir unas nuevas relaciones técnicas con el discurso, con el fin de ejercer una acción sobre la opinión publica.

En las sociedades contemporáneas, la expansión publicitaria del cuerpo a partir de la tríada, salud, estética, y limpieza,  proyecta su punto de inflexión dentro del discurso aséptico más que de la comprobación netamente empírica, parte de la persuasión de los medios de comunicación, en el tocar los afectos valiéndose no sólo de las cadenas lingüísticas, sino también, como lo decía Félix Guattari,  del receptor del mensaje que lo interioriza por medio de las semióticas a-significantes, como las imágenes, los sonidos, etc. Nuestro cuerpo se transforma a voluntad del sujeto, y los fármacos y psicotrópicos nos permiten alcanzar la soberanía personal sobre el cuerpo. El fin de la publicidad, es hacernos creer que la obtención de la salud perfecta se perfila como el resultado de una sociedad en donde la democratización del deseo es posible[1].

La Publicidad médico - farmaceutica como arte: Aspirina
Es una manera de experimentar el cuerpo y su reingeniería permanente. Si hay algo que caracteriza esta época histórica que se suele definir como modernidad, es una profunda vivencia de la corporalidad desde lo fenomenológico, en relación con uno mismo,  y el papel que en su formación corporal  juegan los demás. De tal manera que la relevancia de este proyecto investigativo radica en la descripción y análisis de unas nuevas dinámicas, en donde la diseminación de los espacios urbanos posee unas pulsiones particulares que inducen un nuevo tipo de cartografía poblacional, en el cual el sector público no será ajeno en este proyecto de gestión de un sujeto productivo; pero tampoco será el único en componer el circuito que marque la huella en la reformulación de una nueva arista de la modernidad.

El camino elegido aquí comienza con el del alcance que tiene la gran industria en la configuración de nuevas espacialidades, y de nuevos saberes, especialmente la industria farmacéutica. Tanto el sector publico y la industria farmacéutica favorecerán una nueva producción del saber medicalizador, que hará su filtro desde las instituciones académicas y sus revistas especializadas, hasta los espacios más dilatados de los mass media. Con la publicidad y las nuevas novedades medico psiquiátricas, aparecerán nuevas doxas, unas opiniones como constructoras de convicciones, y de verdades que se reformulan constantemente por medio de la propaganda y la comercialización.


Utilización sexista del cuerpo de la mujer para vender medicamentos

La investigación  se inscribe dentro de un proyecto de maximización de la  seguridad corporal, de una intensificación de nuevos dispositivos que el criminólogo francés de comienzos del siglo veinte Gabriel de Tarde, y décadas más tarde Gille Deleuze y  Mauricio Lazzarato, entendieron como una orientaron sobre la opinión pública. Precisamente con la  regulación de la opinión pública se determinan las condiciones de la economía. Así pues, antes de producir bienes se producen necesidades.[2]


[1] LIPOVETSKY, Gilles, La felicidad paradójica, Barcelona, Anagrama, 2007.
[2] LAZZARATO, Mauricio, La filosofía de la diferencia y el pensamiento menor, Cali, Cargraphics, 2007.https://palabrademujer.wordpress.com/tag/la-mujer-en-la-publicidad-farmaceutica-durante-la-primera-mitad-del-siglo-xx/