Conciencia Calle

Sobre filosofía de las ciencias francesas contemporáneas

Los Martes de Pensamiento Francés 

En el marco del año Colombia-Francia 2017 y cómo propuesta alterna que nace dentro de nuestra institución, la Mediateca Arthur Rimbaud de la Alianza francesa de Medellín, parque San Antonio, propone la apertura de un espacio de lectura y discusión en torno al pensamiento filosófico actual en lengua francesa.

Los estudiantes de la Alianza y demás instituciones afines al pensamiento francés, deben poder disponer, además de los servicios de biblioteca, cine y exposiciones que ofrece la Alianza Francesa de Medellín, de una propuesta intelectual que lidere en la ciudad una profundización en los aspectos culturales y estilísticos de la civilización francesa. 

Para nadie es un secreto que ante el embate de las formas de vida y de pensamientos estadounidenses, las lenguas romances mediterráneas deben y pueden resistir.  Ante la homogeneización rampante por lo bajo, se hace necesario el aumento de los esfuerzos por la divulgación y consolidación de maneras de pensar y hacer que propongan alternativas a nuestro mundo actual.  Y la Francia de las Luces desde la Enciclopedia consolidó una industria editorial que ha sido fundamental para el fomento y mantenimiento de la libertad de pensamiento y de expresión.  Mientras del otro lado del Rhin la tradición individualizadora que parte de Lutero y contra Roma, se hace reflexión ética y acción política, del lado francés, desde Descartes pasando por Diderot y d’Alembert hasta Comte, ha sido el interés por las ciencias el que ha primado e impreso su sello en la labor filosófica.

La propuesta que hacemos es pues atender a lo que hoy en día se está produciendo y discutiendo en Francia en el ámbito de la filosofía de las ciencias, porque es necesario entender que dos generaciones de preclaros historiadores y epistemólogos han puesto en la escena –sobre todo extra-parisina – a una tercera generación actual de fogosos y prolijos intelectuales.  Luego de los Couturat, Duhem, Meyerson, Bachelard, Koyré… vinieron sus discípulos Canguilhem, Dagognet, Foucault, Serres… que hoy ceden sus lugares a los Gayon, Beaune, Parrochia, Chazal, Wolff, etc.

Medellín tiene desde los años 1960 una tradición de lectura y conocimiento del pensamiento francés que hoy se renueva en las nuevas generaciones de universitarios, y que son la población objetivo de esta iniciativa.  Vamos a comenzar modestamente teniendo una reunión mensual a partir de febrero en el espacio de la Mediateca, para discutir un libro en cada ocasión.

La cátedra, discusiones y lecturas de filosofía francesa contemporánea, responden a los siguientes criterios:
  • Libros presentes actualmente en las librerías francesas
  • Libros cuyas divulgación se realizó en los años 2014-2016.
  • Libros que nos planteen problemas filosóficos aquí en Colombia, y en el 2017… (Problemas en torno al trabajo, a la enfermedad, al aborto, a la sexualidad, a la ecología, al animalismo, a la soledad, al silencio, a la música, etc.)
 *Primera sesión: 14 de febrero; “filosofía de la historia”
Darwin, Napoleón y el Samaritano de Michel Serres.
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*Segunda sesión: 14 de marzo; “filosofía de la antropología”
Nuestra Humanidad de Francis Wolff
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*Tercera sesión: 18 de abril; “filosofía de la técnica”
¿En que sueñan las máquinas? de Gérard Chazal
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*Cuarta sesión: 6 de junio; “filosofía de la clínica”
La Travesía de las catástrofes de Pierre Zaoui
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*Quinta sesión: 15 de agosto; “filosofía del trabajo”
Filosofía del trabajo de François Dagognet, Jean-Claude Beaune, Daniel Parrochia y colegas.
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*Sexta sesión: 19 de septiembre; “filosofía de la soledad”
El fin de la pareja de Marcela Iacub
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*Séptima sesión: 17 de octubre; “filosofía del otro”
La composición de los mundos de Philippe Descola
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*Octava sesión: 21 de noviembre; “filosofía de la música”
¿Por qué la música? de Francis Wolff
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Crónicas Urbanas

El tour de La Bachué
El escultor José Horacio Betancur Betancur posando en esta foto de los años cincuenta junto a su famosa escultura "La Bachué" cuando esta estaba exhibida en la plazuela Nutibara. Ver aquí
A mediados de octubre del año 1954, algunas damas de la sociedad que hacían parte de la “Liga de la decencia” manifestaron su inconformismo ante el alcalde por la presencia de una escultura que de forma “vulgar e indecente” exhibía sus senos al aire en plena Plazuela de las Américas, (Antiguo nombre de la Plazuela Nutibara). Argumentaban que por ese lugar transitaban personas decentes, niños y jóvenes que de manera obligada debían observar las vergüenzas de aquella escultura.

El escultor José Horacio Betancur Betancur.
La obra escultórica que les causaba semejante indignación llevaba por nombre La Bachue; creación del joven escultor José Horacio Betancur. Bachue, es el personaje femenino que en la mitología precolombina representaba la madre primigenia de la cultura Chibcha y, por lo tanto símbolo de la fecundidad. Según el mito, Bachue emergió de una laguna acompañada de un pequeño niño de tres años. El niño creció y al hacerse hombre se casó con ella; cuando la prolífica descendencia de esta unión pobló la tierra, Bachue regreso con su amado a la laguna, allí ambos se convirtieron en dos inmensas serpientes que se sumergieron en el agua.

Recorte de prensa de Juan F. Hernández.
Recorte de prensa de Juan F. Hernández.
La mañana del 17 de octubre de 1954, los senos de La Bachue amanecieron tapados con una banda de hule. No se supo quién o quienes hicieron aquello. La prensa y algunos ciudadanos señalaron en forma jocosa que La Bachue, había sido vestida con la Línea H del diseñador Christian Dior, quien por aquellos días lanzaba en la ciudad de Medellín aquella famosa línea. La fotografía de la escultura con los senos cubiertos con la banda de hule fue titular de los diarios en la ciudad.

El 19 de octubre a las dos de la mañana y bajo un fuerte aguacero, la escultura que solo llevaba 20 días en la plazuela, fue retirada y llevada a la estación de bomberos de la ciudad. Este hecho desencadeno una fuerte polémica entre quienes defendían la obra y quienes la consideraban un atentado a la moral. Durante varias semanas los periódicos locales y algunos nacionales se ocuparon del acontecimiento.

Al poco tiempo la escultura fue trasladada al edificio del Club de Profesionales. (Donde hoy funciona Comfenalco de La Playa). Allí José Horacio Betancur recibió una oferta de mil pesos por la escultura, el artista se negó a venderla por ese precio y consideró aquello como una ofensa. Antes de los polémicos sucesos la obra iba a tener como fin el Bosque de la Independencia, pero con el escándalo generado, los directivos del Bosque de la independencia declinaron la oferta.

Recorte de prensa de Juan F. Hernández.
A principios de 1955, La Bachue es trasladada a la casa de la señora María Antonieta Pellicer de Vallejo, esposa del cónsul de México. La Bachue y otras esculturas como El Cacique Nutibara y la Minera quedan entonces bajo la custodia de esta dama mexicana quien era además una especie de mecenas para varios artistas locales, entre ellos José Horacio Betancur. Allí en su casona del barrio Laureles, María Antonieta Pellicer de Vallejo les hizo un lugar a estas obras junto a la piscina, su casa fue conocida en la ciudad como el Jardín del Arte. Entre las esculturas bajo su custodia, María Antonieta profeso un afecto especial por La Bachue, debido a su historia.

El maestro José Horacio Betancur Betancur, muere en un accidente de cacería el 10 de noviembre de 1957 a la edad de 39 años. Su temprana muerte dejo consternados a muchos. En 1963 el Municipio de Medellín le compra a la señora Enriqueta Tamayo viuda de Betancur, las obras del maestro que estaban bajo la custodia de la señora María Antonieta.

Recorte de Prensa.
La señora María Antonieta Pellicer viuda de Vallejo, es notificada para que devuelva las obras al municipio, pero ella se niega a entregarlas. Finalmente el día 2 de julio de 1968, se hace un allanamiento al Jardín del Arte, con el fin de recuperar las obras. Los funcionarios, acompañados de agentes de la policía deben forzar una reja metálica para poder ingresar, pues la dama se niega a abrirles la puerta. Tras el ingreso forzoso de los funcionarios y los agentes, María Antonieta se abraza a La Bachue; dice que se pueden llevar las otras esculturas menos esa, indica además que a ella la pueden sacar en pedazos, pero a La Bachue no. Los funcionarios deben convencerla y esta tarea tomo unas seis horas. Finalmente la dama accede pero deja manifestar su descontento, su secretaria debe suministrarle calmantes, pues su estado emocional se ve afectado debido al suceso.   

En la década de los setenta La Bachue es instalada en la fuente de agua ubicada al frente del teatro Pablo Tobón Uribe. No obstante, para ocultar un poco su desnudez, los chorros de agua la cubrían parcialmente dejando ver solo su rostro. A principios de la década de los ochenta Miguel Ángel Betancur, hijo del maestro José Horacio y quien heredó de su padre el arte de la escultura, decide levantar unos centímetros el pedestal de la obra, para que La Bachue pueda observarse completamente.

Ya nadie, o quizás pocos se escandalizan de su desnudez. El agua de la fuente la baña casi constantemente, rodeándola del elemento vital del cual surgió la diosa chibcha y en el cual se sumergió finalmente. El olor de la marihuana perfuma el entorno. Con una mano abraza el pequeño niño, mientras sostiene dos serpientes y un águila en sus hombros, su rostro imperturbable dibuja un gesto de solemnidad y, una leve sonrisa de comprensión hacia la naturaleza de los mortales, a quienes observa desvanecerse lentamente en el tiempo.

La Bachué y tres mamás tristes
Juan Fernando Hernández

¡BiciRutas Patrimoniales! 🚲




Existen varias categorías de trayectos patrimoniales, esta vez realizaremos uno de los que hemos llamado “circuitos histórico culturales a bienes inmuebles de valor patrimonial”, los cuales están insertos en la periferia, en este caso iremos a El Jordán, una casa relevante del Patrimonio de las sociabilidades, paseos, fiestas y músicas del siglo XIX y XX, que en la actualidad se ubica en la comuna siete (7) de la ciudad, y cuya extensión de recorrido en bicicleta no supera los 10 Km.

Fachada frontal del Jordán a principios del siglo XX, con su aviso de baños “Casa fundada en 1891”. Foto de la Familia Burgos, publicado por Rosa María Pérez. Investigación Histórica Luis Fernando González Escobar 2015


La ruta patrimonial que haremos es un circuito a través de la arquitectura barrial, contextual y no monumental de los habitantes de los márgenes de la ciudad de Medellín. De la misma forma, es la posibilidad de reconocer en estas materialidades vernáculas las huellas del crecimiento urbano en los espacios y residencias que se construyeron en Robledo para el encuentro y la diversión, al ser un paraje o zona de paso, en el “Camino Real” a San Cristóbal y Santa Fe de Antioquia.

Ciclistas participantes de la BiciRuta Patrimonial
  • El pasado del siglo XIX y XX de la ciudad.
  • San Siro, Aldea de Anápolis, El Cucaracho, Robledo Parque.
  • Los pobladores y habitantes de los barrios de Medellín por 125 años.
  • La historia barrial a través del crecimiento urbano y de la zona.
  • Los rituales y costumbres de los estaderos de paseo y las fondas de paso.
  • Los caminos y automóviles: el carretero, el tranvía, las chivas, los buses y carros.
  • Las músicas y sociabilidades a través de un siglo.
  • La arquitectura regional y el conjunto paisajístico funcional de la vivienda tradicional.
  • La producción cultural de bohemios, clientes, intelectuales, pintores y demás personas que hicieron del lugar un referente territorial en la vida de la urbe.

Render de la proyección de la restauración integral de El Jordán como Centro cultural.
Conclusión
El Jordán es un lugar referente de memoria urbana por lo que se vivió allí desde que fuera unos “baños de las afueras” en la última década del siglo XIX, hasta las tertulias de los intelectuales en las últimas décadas del siglo XX, y las proyecciones a futuro para los archivos y las culturas musicales folclóricas y académicas de Medellín, Antioquia y la Costa en el siglo XXI.


Descargas
Conoce más sobre el recorrido y la temática enhttp://patrimoniomedellin.gov.co/biciruta-el-jordan/
Para conocer el texto de investigación completo, puede descargarlo haciendo clic aquí
Enlace a la versión digital de la presentación El Jordan: https://goo.gl/81YvKf 


BiCiRutas Patrimoniales es un proyecto/actividad de la Unidad de Memorias y Patrimonio de la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín en asocio con el Colectivo SiCLas.

Divagaciones canguilharawayanas

Tocadora de tímpano. La autómata de Maria Antonieta.
¿De dónde viene eso de que tenemos necesidad de pensar por oposiciones bipolares? Algunos, a partir de Platón y Aristóteles, pretenden que eso procede de la oposición entre la izquierda y la derecha[1]; otros dirán que es la diferencia de los sexos la que comanda el binarismo de nuestro pensamiento. La figura de Cyborg tiene el interés de proponer un enfoque neodialéctico de las dicotomías. El propio término “cyborg” es una palabra-valija, compuesta de dos partes: cibernética y orgánico, irreconciliables, imposibles de fusionar, y sin embargo irrevocablemente asociadas la una con la otra, en una unidad coja.

Se considera a menudo a un individuo viviente con un estimulador cardíaco o con una bomba de insulina como “Cyborg”. El dispositivo le permite vivir acallando su dolor o paliando sus insuficiencias del organismo. Pero al mismo tiempo, la inserción de la máquina en el cuerpo marca una intrusión por medio de la cual el cuerpo es como anexado a un régimen de regulación que lo rebasa; parece renunciar a una parte de su autonomía para entrar en un régimen de dependencia de la técnica.

Repensar Cybor en Organorg, es decir que los humanos han integrado desde hace tiempos técnicas en ellos, en sus gafas, en sus vestidos, en sus palabras, que nunca han sido naturales, en bruto, que nunca han estado por fuera de la técnica. En suma, que Cyborg no es un objeto futurista; que el compuesto de organismo y de máquina, o también de humano y de técnico existe ya.
Intergalactic Pin-Ups who fulfill Sci-Fi fantasies
Dicho de otro modo, la maldición de Ícaro ha sido levantada[2], la violación infligida a RoboCop fue alejada[3], y la angustia ligada a la intrusión del Bioport se ha desvanecido[4].  Una vez sus contornos han sido rediseñados (o debilitados) ya Cyborg sólo es en Organorg sólo un nuevo nombre para designar la instrumentación o el recurso a las herramientas, teniendo como cláusula adicional un cierto tipo de inserción de la herramienta en el organismo, no por un injerto sino por una composición individuada.

Organorg es el resultado de una larga tradición de instrumentos y de toda una cultura de objetos que podemos reinterpretar como medios de mejorar sus actuaciones y de completar sus facultades. Organorg (organismo con instrumentos exteriores integrados) aparece ciertamente como un nuevo compuesto fuertemente individuado, pero este individuo nuevo se encuentra provisto de un conjunto de dispositivos (los cinco sentidos orgánicos o diferentes instrumentos perceptivos que le proveen diversos datos de los que podría hacer uso: visión infrarroja, percepción ultrasonido, etc.) que contribuyen todos a su conservación como individuo. El individuo exige, para realizar su objetivo (sobrevivir) que se opere un triaje normativo en su medio, una valorización de su entorno.

Entonces ¿hasta dónde se puede mantener la distinción Cyborg/Organorg? Como ocurre con toda pareja, la distinción se mantiene y al mismo tiempo se marchita. Si se los quiere acercar, habremos de recordar que Cyborg (tal como lo concibieron Clynes/Kline) tiene pretensiones extremadamente modestas. Si les creemos, es un simple dispositivo que no modifica lo humano más allá de lo que lo haría leer un libro o conducir una bicicleta. En particular, la identidad sexual de Cyborg no está alterada: él-la sigue siendo hombre o mujer. Sin embargo, forzoso es constatar que pasando del laboratorio experimental a la filosofía y a la ficción, Cyborg ha escapado de alguna manera de sus creadores; necesariamente, las creaturas se ensalvajan. 

Pienso pues que lo biológico y lo político deben ser desconectados. Sostengo incluso que el sexo debe desaparecer de nuestras cédulas de ciudadanía, o de nuestra inscripción a la seguridad social, como marcador de identidades en los documentos administrativos. No comprendo por qué se me pregunta que precise si soy un hombre o una mujer en el momento de tomar un avión.  Pues en este punto pienso que la sociedad es todavía demasiado fijada en la idea de identidades estables que hay que preservar, mientras que una sociedad democrática debe permitir que se expresen toda suerte de identidades y de historias individuales.  Y para eso, no tiene por qué reglamentar y regimentar los sexos de las personas, apoyándose en ninguna base natural.

El libro de Thierry Hoquet es una consagración a la figura socrática de Cyborg para cuestionar las dicotomías que recorren hasta nuestros días la tradición filosófica. La que nos interesa en la actualidad es la del femenino y del masculino, y la manera como ella funciona como apropiación de la cultura por parte de lo masculino.

Para conocer la traducción realizada por Luis Alfonso Paláu C del segundo capítulo, Cyborg y organología general puedes descargarlo haciendo clic aquí.

Para conocer la traducción por Luis Alfonso Paláu C de la entrevista que le hicieron en  Cahiers philosophiques, puedes descargarla haciendo clic aquí.



[1] T. Hoquet, op. cit., § 12.3.  < 12.3 A/simetrías    “¿De dónde viene el dos?” pregunta Cyborg.  “Todo el cuerpo está trabajado por un principio de simetría”, responden los Amigos de lo Dual; de esta manera, izquierda/derecha estaría en el origen de todas las parejas.  La dicotomía nacería de la bilateralidad.  Platón observa: se divide por dos, como existe el miembro derecho y el miembro izquierdo, y uno se deja guiar por esta duplicidad orgánica (Fedro, 265 e – 266 a).  Y Aristóteles observa: “el hombre tiene dos partes superiores e inferiores, anteriores y posteriores, izquierdas y derechas”; ahora bien, sólo estas últimas dan impresión de simetría.  ¿Por qué pues –se pregunta Cyborg– concederle ese privilegio a izquierda/derecha?  Y sobre todo ¿por qué el propio Aristóteles, tan pronto haber escrito: “las derechas y las izquierdas son casi semejantes en sus partes e idénticas en todas las cosas” viene a añadir: “pero las izquierdas son más débiles que las derechas”? (Aristóteles, Historia de los animales, I, 15) Cyborg gruñe: Aristóteles revela pues que la simetría es un mamarracho, porque siempre hay un lado más grueso o más pequeño que el otro.  Los Amigos de lo Dual están en aprietos.  Pues ¿por qué diablos tachar a la izquierda de imbecilidad?  ¿Por qué uno de los lados es siempre proscrito, maldito, destinado al oprobio?  Si en todo esto sólo se trata de suponerle una simetría al cuerpo, ¿para qué introducir la asimetría si solo se la va a degradar, a desvalorizar?  Cyborg parte encolerizado.  La pretendida simetría del cuerpo no explica nada. Pero no por ello deja de ser temiblemente contagiosa. Contagio o desbordamiento, cuando Lord Verulamio, habiéndole asignado dos manos a la naturaleza para que ella opere, las llama lo caliente y lo frío (F. Bacon, Sylva Sylvarum, I, 68); contagio aún en Newton, que para concluir su Tratado de Óptica, entabla un paralelo entre la uniformidad de los movimientos del sistema planetario, tan maravillosa que ella es necesariamente el “efecto de una voluntad e inteligencia”, y “una uniformidad de los cuerpos de los animales, quienes poseen generalmente un lado izquierdo y derecho semejantemente formados” (Alfaguara, 1977, p. 347)>
[2] < “2.8.  Ícaro.  Cyborg sabe que su ensamblaje es necesariamente inestable y que él parece marcado con el sello de una maldición: la del imposible injerto de la técnica sobre el organismo, del órgano adquirido sobre el órgano nativo.  Por una parte, lo adquirido perpetuamente se desprende de lo nacido; por otra parte, lo nativo se degrada y se muere, aunque el final lo adquirido termine por ser inútil y obsoleto.  Es esta labilidad de Cyborg-ensamblaje a la que a veces se le da el nombre de Ícaro.  A veces se opone Ícaro a los optimistas ensalzadores de Dédalo.  Ícaro significa entonces el castigo de la falta moral, el precio que debe pagar quien cae en el exceso (hybris), en el orgullo que desafía a los dioses.  Cyborg reconoce que Ícaro es un despilfarrador, un calavera acróbata e imprudente, el loco del stunt , el Rémy Julienne de la filosofía.  Pero Ícaro significa también la gracia, el gesto magnífico que se autoriza de ir a ver hasta dónde puede elevar su stuff, antes de que este se fije o se funda.  Ciertamente Dédalo ha llegado a buen puerto; pero ¿es realmente envidiable su suerte?  La locura y la gracia de Ícaro nos enseñarán quizás a imaginar un Cyborg feliz”.  Aquí mismo, infra p. 157 >
[3] < “2.9. RoboCop o la competencia de los stuffs.  RoboCop es un acoplamiento sobre lo que queda de un stuff humano en jirones.  RoboCop es Cyborg en la carnicería, la amputación del stuff nativo; es Mambrú se va a la guerra en la época cibernética, un cuerpo-tronco que aún palpita del que se apoderan una medicina carnicera y un capitalismo depredador para transformarlo en producto y en eslogan publicitario; el “super-tombo” de “nueva generación”.  RoboCop interroga la equivalencia mecánico/viviente, la integridad del individuo y el respeto de su stuff.  La mutilación es crucifixión; los torturadores tiran primero de la mano derecha, le infligen los estigmas.  Una vez amputados los miembros nativos, los instrumentos de acero funcionan como un stuff de reemplazo, una prótesis; pero el cirujano decide también amputar el segundo brazo del cuerpo-cadáver de Murphy, que todavía funcionaba; aquí la prótesis se vuelve sustituto, con el fin de producir un policía más resistente y más performativo.  Los órganos adquiridos ¿mas que ser un complemento de los nativos, serán su posible mejoramiento (enhancement)?  Si seguimos este linaje, llegaremos a las piernas en láminas de carbono de Oscar Pistorius, tan rápidas que todos quieren las mismas; y a las hipótesis de Hans Moravec sobre la posibilidad de telecargar, de programar un espíritu en una máquina, para hacerlo inmortal”.  Aquí mismo, infra, pp. 157-158 >
[4] < “2.12. Allegra Geller o el imposible bioport.  Cyborg se detuvo mucho tiempo ante esta frontera; ¿cómo conectar lo orgánico con lo electrónico, el carbono con el silicio?  El cerebro es un medio acuoso o húmedo cuya comunicación funciona por la circulación de iones; el chip de silicio es un dominio regido por una circulación electrónica.  Entre los dos sistemas, no hay verdadera comunicación o cableado real posible.  En el mejor de los casos, se podría pues meterlos en contacto separándolos por una finísima capa, para permitirle al chip que mida la actividad eléctrica de la célula, espie lo que pasa, sus transistores captan señales.  ¿Cómo asegurar el cableado o la conexión, interfaz, pasar de una inteligencia aislada a una inteligencia distribuida, o de una mónada a un enjambre zumbador?  En eXistenZ, los juegos están directamente conectados en el stuff de la que juega.  Para hacerlo debe pues estar provista de un “bioport”, la toma o el canal donde se inserta un cordón de apariencia umbilical y llamado “ombicuerda”, que liga su organismo a una consola video-orgánica llamado “biopodo”.  Aquí mismo, infra, p. 160>.