Ciudad y Territorio: Historia urbana.

El Centro de Documentación del Instituto de Estudios Urbanos - IEU, de la Universidad Nacional de Colombia se complace en publicar a través de la web y en acceso abierto el libro Ciudad y territorio: el proceso de poblamiento en Colombia de autoría del profesor Fabio Zambrano Pantoja y Oliver Bernard.
Esta obra es el fruto de una investigación dada en el ámbito de la Historia urbana y de la Geografía del poblamiento; en su desarrollo, muestra el poblamiento del actual territorio de Colombia como un proceso de distribución espacial que evolucionó en la medida en que se han fundado ciudades y en el cual han incidido diferentes procesos históricos.
El libro digital es publicado a través de la web y en acceso abierto, según los parámetros de la licencia Creative Commons (CC BY-NC-ND 2.5 CO) y con la autorización del profesor Fabio Zambrano Pantoja. De esta manera, el IEU participa de la democratización del conocimiento especializado en temas urbanos y regionales, y contribuye a la aplicación o a la discusión de los resultados de la actividad académica.
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La ausencia total de planificación


Darío Ruiz Gómez 

En una entrevista del canal de “Teleantioquia” a un grupo de constructores, uno de estos, anuncia que en Sabaneta tiene cincuenta proyectos de vivienda. Lo que más sorprende al visitante de este municipio es la manera como cambió la imagen de la población con la inmisericorde proliferación de torres de vivienda y una irracional densificación  que no tuvo en cuenta las normas urbanísticas que exigen, universalmente, un debido retiro de la acera, áreas de recreación, escala, trazado de vías, amoblamiento,  lo justo ante la presencia de una nueva población. Porque ante la ausencia total de planificación se ha comenzado a destruir la malla existente, caotizando la vida cotidiana de los antiguos habitantes. ¿Estaban preparadas para esta densificación las redes de acueducto, de electricidad, de alcantarillado? ¿Fueron construidos los nuevos recolectores de aguas negras? ¿Previó la Secretaría del medio ambiente la protección del paisaje como uno de sus valores más característicos, caso de la cuenca de la quebrada “La doctora”? ¿Previó la necesidad de defender los valores ambientales de los viejos barrios como un necesario valor de referencia?

Sabaneta Campeón
Es en este punto donde la reglamentación debió ser más intransigente ante los llamados constructores y su desmedida densificación que ignoró la necesidad de equilibrar, sin trauma alguno, las nuevas construcciones con el casco tradicional. La tarea previa de urbanizar los terrenos no se ha cumplido y el desorden comienza a mostrar sus efectos letales.¿Dónde estaba la oficina de Planeación? ¿No se habló de Sabaneta como el nodo de un plan ejemplar de integración con los municipios vecinos y de construir el rascacielos más alto de Latinoamérica? ¿Qué clase de urbanistas fueron capaces de engañar a los ciudadanos y autoridades con semejantes despropósitos? Cuando otro de los constructores entrevistados dice orondamente que aún quedan para densificar barrios como Belén, La Floresta, La América, se está refiriendo nada menos que a los barrios que se salvaron de esta locura inmobiliaria que acabó con El Poblado, Boston, Buenos Aires, barrios  donde todavía hay calles y arbolado,  esquinas, vida de vecinos, escala arquitectónica, una forma de urbanización que debe ser defendida como el derecho de sus  habitantes  a vivir en los espacios que legitimaron.

Es aquí donde me pregunto por la ausencia de una entidad como el Área Metropolitana supuestamente encargada de la planificación ambiental del desarrollo urbano de los distintos municipios que la componen, encargada de velar por la calidad urbana de todo el Valle de Aburrá, por la debida reglamentación de la construcción, evitando que los bordes urbanos se conviertan en tierra de nadie, que los constructores olviden las reglamentaciones vigentes y necesarias para la convivencia ciudadana, evitando mediante los debidos y periódicos informes, tragedias anunciadas como las de La Gabriela. El urbanismo es siempre la responsabilidad de contar con una lectura precisa de los distintos procesos urbanos  evitando  que estos caigan en la anarquía, impidiendo  los  abusos contra los ciudadanos.  Esto es evitar las consecuencias de deterioro, lumpenización,  propios de las malas  soluciones de vivienda y de la pérdida del tejido social a través de la especulación.

¿Solamente responsabilidad de los Curadores? La politiquería, el amiguismo han ido permitiendo que  algunas de estas entidades caigan en manos de personas no idóneas que desconocen la complejidad de una problemática, cuya solución es fundamental para resolver los problemas de absurda inequidad que vivimos, el desplazamiento, como abierto despojamiento de la propiedad, la presencia creciente de gentes de la Costa y del Chocó, de los pueblos, que buscan ser integrados a la vida de la ciudad, bajo un replanteamiento territorial,  el aumento del desempleo, complejidades económicas, políticas, que no están siendo enfrentadas debidamente, tal como lo exige una ciudad cuya estructura social se ha modificado radicalmente debido a los conflictos internos, a la presencia de capitales sin origen conocido. 

¿De qué manera puede el arte acercarse al sufrimiento humano?


Darío Ruiz Gómez


Digamos que, lleno de entusiasmo, camino hacia el antiguo Museo de Antioquia para, luego visitar el edificio de la Naviera de 1934 que se ha reciclado para alojar algunas de las obras del último Salón Nacional de Arte. Mientras camino, voy descubriendo a mi alrededor, las gentes que en gran número se mueven por la avenida y las calles que rodean al Museo de Antioquia, la plaza de las esculturas, gentes de origen popular, vendedores ambulantes, prostitutas, tipos de dudosa pinta. En cualquier ciudad del mundo la presencia de este tipo de público enriquece los lugares, muestra la presencia de la cultura popular, convive, pero, en los últimos años en Medellín detrás del ciudadano común se ha ido disimulando el atracador, el asesino, el proxeneta, y lo que fue el espacio de unas expresiones populares  ha sido dividido en fronteras de terribles dueños. Guayaquil fue históricamente un sector de encuentro de negociantes, de músicos, de poetas de la noche, o sea de esa contracultura que renovó la lánguida cultura oficial.


El cambio de propietarios de esos espacios, el cambio de usos del suelo, desalojó a esos actores, a esos escenarios y Guayaquil quedó como una tierra de nadie en manos de lo peor en las calles, sin música, sin protagonistas urbanos. Lo que fue bullicio, dinámica, humor callejero se tornó en miedo y suspicacia. La abigarrada estética de la calle, del comercio, esas inesperadas tipologías de baratillos y cafés ha dado paso a la exhibición impersonal de  objetos de un contrabando que destruyó el comercio de la manualidad, la pequeña industria manufacturera, cuya desaparición ha supuesto una gran catástrofe cultural. Cuando se transformó el antiguo Palacio Municipal en el actual Museo de Antioquia se planteó una propuesta urbana necesaria: la creación de un nuevo espacio cívico que cumpliera la labor simbólica que tuvo el parque de Berrío, rescatar mediante un corredor carreras como Cundinamarca, Cúcuta, Carabobo, salvando los barrios amenazados por el deterioro y rescatando del aislamiento a la Universidad de  Antioquia, replanteando la abusiva demolición que impuso la avenida Oriental.

Pero yo iba a visitar el Salón Nacional y es lo que he hecho caminando por entre un escenario descompuesto donde un vendedor de aguacates ha colocado orondamente su carretilla en el cruce del semáforo y donde cada quien corre para cruzar la avenida pues nadie respeta las señales de tránsito. Grupos de mendigos campean a sus anchas, vendedores de droga y alcohol, de tinto. ¿Qué es el arte? El magnífico video de Clemencia Echeverri muestra una manada de reses que se mueven frenéticamente hacia el sacrificio, la imagen se repite entre el ruido sordo de una máquina, el crepitar de las llamas de helecho. ¿De qué manera puede el arte acercarse al sufrimiento humano? Al llegar al edificio de la Naviera me encuentro a un grupo de deshechos humanos tirados sobre la acera, no son mendigos sino homúnculos destruidos por el hambre y la enfermedad, por la recóndita tristeza de sus cuerpos vencidos.

¿No acabo de ver en cuclillas, metida entre el hueco de una escultura de Botero, los ojos desasosegados, la piel verdosa, el cuerpo en los huesos, de una niña abandonada que, asocio, inevitablemente, con esas nobles bestias que esperan el cuchillo del verdugo? ¿Dónde han quedado la misericordia y la piedad?  A nombre del progreso se dispersó la comunidad de vecinos de mi adolescencia, se cometió un crimen urbanístico que merecería la condena de un Tribunal de Justicia y esta destrucción se hace más doliente en la medida en que nunca se renovó el sector dando una opción de vida necesaria a la ciudad. ¿Qué nos sucede cuando salimos del museo y nos topamos con estos cuadros de dolor? “La literatura, dice Camus, no vale la vida de un niño que muere de hambre”.

Foro de políticas públicas y ambiente



Fecha: Viernes 15 de noviembre de 2013
Lugar: Auditorio Corporación Universitaria Remington, piso 10
Hora: 8: 00 a.m. a 5:00 p.m.

El foro de políticas públicas y ambiente tiene como objetivo fortalecer las líneas de pensamiento que adelanta la Facultad de Ciencias jurídicas, políticas y sociales, de la Corporación Universitaria Remington, sobre los temas ambientales y urbanos, a la luz, entre otros aportes de las múltiples disciplinas, del ejercicio del derecho y su injerencia en los procesos de diseño, proyección y ejecución en intervenciones concretas y, particularmente, en los escenarios normativos.

Asimismo, el grupo de investigación Narrativas Modernas y Crítica del Presente espera contribuir a la comprensión del presente contemporáneo, utilizando análisis históricos, políticos, sociales y socio-espaciales para producir unas condiciones de existencia creativas y creadoras de posturas críticas y de otras prácticas que funden otros mundos posibles.  Apostamos, así, por uso poiético de la crítica, es decir, queremos deconstruir valores y principios de realidad que capturan la subjetividad con base en las premisas del neoliberalismo, para propiciar espacios con el fin de que otras subjetividades funcionen fundadas en otras prácticas que nos posibiliten otras relaciones afectivas, económicas, políticas y sociales.

El Foro abre con tres conferencias a cargo del Grupo interinstitucional Narrativas Modernas y Crítica del Presente, en tres ejes temáticos: Memoria y ciudad, Gobierno Urbano y territorios urbanos y prácticas sociales y una conferencia central a cargo del profesor Alberto Castrillón que recoja las discusiones suscitadas a partir de estos ejes temáticos y la relación con la Gubernamentalidad urbana. Posteriormente, se realizará un taller con los estudiantes, los integrantes de la Mesa de todos y todas por el centro, participantes del Consejo Territorial de Planeación de Medellín y miembros de las Juntas Administradoras Locales de la comuna centro y aledañas. Se culminará con un debate de cierre con un representante del sector académico (Luis Fernando González) y dos representantes del sector gremial e institucional (Camacol y Secretaria de Planeación de Medellín).

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#TomaGraffiti24h: Legitimidad, Arte Urbano, Convivencia y Resistencia Visual en Colombia

“Necesitamos decirle al Estado y a los empresarios que no vean en el graffiti una estrategia para sacar jóvenes del conflicto, sino una expresión que fortalece la creatividad, la imaginación”.
Graffiti de la Crew Talla de Reyes, San Cristóbal, en la toma de graffiti 24 horas de Medellín. Foto: Lina Ríos.
Por: Alejandro Orozco Acosta *
Es viernes en la tarde y los escritores de graffiti empiezan a agitar las latas de aerosol para ahuyentar un posible aguacero. La expectativa inundó de bocetos las aceras de la avenida San Juan y en simultáneo más de setenta artistas le dieron inicio a una extensa jornada que busca generar conciencia sobre el arte urbano en el espacio público.

“Por nuestro derecho a la ciudad, por la libertad y el derecho a la vida, por el respeto al arte urbano y en contra de la privatización del arte en las calles” es la insignia de esta maratón artística que conmueve a los jóvenes desde las redes sociales.
La ciudad es un lienzo en la que los jóvenes expresan por medio del arte sus pensamientos más profundos y comunican constantemente sus anhelos y deseos al público en general. El graffiti es sinónimo de ciudad moderna, una que cuenta historias a través de la pintura en sus calles y en esta ocasión son los jóvenes de Medellín quienes deciden centrar la atención a través de la toma pacifica de graffiti durante veinticuatro horas en la avenida San Juan. El deprimido de la avenida San Juan es un punto estratégico cercano al Centro Administrativo La Alpujarra, un espacio lejano a los intereses artísticos de los jóvenes, un lugar distante culturalmente porque de antaño se ha considerado que este espacio de poder y dirección es ajeno a quienes desde los barrios y comunas tienen los mismos derechos sobre el espacio público. Este espacio es gris y se le ha considerado imposible intervenir por su cercanía con la alcaldía, la gobernación y el palacio de justicia, la intervención artística les permitirá a los jóvenes cautivar a través del arte a las personas de este lugar y dejará en evidencia una galería urbana al aire libre al alcance de todos.

Los buses transitan llenos y las miradas perdidas encuentran un cause en una extraña aglomeración que contamina de color el perpetuo gris del cemento de una de las arterias del corazón emprendedor paisa. Esta expresión juvenil cada día busca acabar con el estigma de vandalismo en él que se ha visto envuelta durante mucho tiempo. Esta manifestación artística no representa un riesgo en el desarrollo de las cotidianas labores de limpieza de los puentes que nos podrían proteger de la lluvia, al parecer esa convicción colectiva de poner a pensar al público paisa pintó un firmamento despejado sobre el fondo nublado y gris que acostumbramos a ver en noviembre.

No es un asunto completamente de aerosoles, también es una posibilidad para pinceles y brochas que esparcen pintura de forma indiscriminada, desde ambos lados de la avenida se filtran interesantes voces que expresan el acontecimiento de poder pintar sin afanes y azares.

Los medios de comunicación locales se acercaron con una curiosidad insaciable en sus lentes, las preguntas por más que sencillas demostraron un interés imparcial frente a un acontecimiento histórico que se está desarrollando en simultaneo en el país.

Más tarde el transcurso de los vehículos disminuyó para concentrar la atención en los detalles finales de algunas piezas; pulir los cortes, emparejar los rellenos y decidir en qué muro seguir pintando. Una camioneta de la Unidad de Derechos Humanos hizo un breve acompañamiento para garantizar el cumplimiento de los mismos pero más tarde la policía acusó a uno de los artistas de contaminar visualmente el espacio, aquello no trascendió debido a la inmediata asistencia de un abogado y nuevamente el sonido de las latas de aerosol le devolvieron el color a los muros.

Las rutas de buses abandonan las calles y de la nada, un habitante de la calle, nos expresa la felicidad al ver su casa recién pintada.

Algunos afirmaron que no existe algo que una a los escritores de graffiti de Medellín mientras otros nos negamos a pensar eso. Para que la ciudad invierta, necesitamos decirle al Estado y a los empresarios que no vean en el graffiti una estrategia para sacar jóvenes del conflicto, sino una expresión que fortalece la creatividad, la imaginación, todas estas características necesarias para los jóvenes de una ciudad que pretende ofertar servicios en la industria de la ciencia, la tecnología y la innovación.

Con los primeros rayos del sol el deprimido de San Juan es un nombre sin sentido al apreciar un espacio lleno de color que le da vida a esta zona céntrica e importante de la ciudad, sus paredes siguen alimentándose de las buenas intenciones de los jóvenes que le pintan una expresión más agradable a la ciudad, la jornada continuará fuera de la maratón y los invitamos a que nos veámonos las caras, conversemos, construyamos consensos y propuestas que hagan de esta expresión lo que todos queremos que pase con ella. A la ciudad en general le deseamos que comprendan los intereses e intenciones reales de los escritores de graffiti, más allá de los discursos alrededor del conflicto.
(*) Escritor, Medellín.
Para ver una galería de fotografías de las tomas de graffiti en Medellín y Bogotá, hacer clic aquí
Para ver una galería de fotografías de las toma de graffiti en Medellín, por Camaleón Producciones, hacer clic aquí
La polémica desatada después de que la Policía le permitiera a Justin Bieber intervenir la calle 26 en Bogotá, motivó al papá del grafitero asesinado Diego Felipe Becerra a analizar el caso.

La semana pasada un grupo de grafiteros ocultaron con sus trazos las intervenciones hechas por Justin Bieber en Bogotá. / Andrés Torres
Por: Gustavo Trejos *

Las ansias de recorrer las calles para sentir la adrenalina al rayar una pared o un puente, constituyen actos reprochados por una sociedad prejuiciosa que ha satanizado el arte de matizar con colores y tinta la libertad de expresión. Un derecho fundamental comunicado por medio de la caligrafía o las imágenes en muros fríos e inexpresivos, que cobrarán vida con trazos convertidos en arte o simplemente un TAG, “firma”, en la mejor pared, que pueda ser vista por los transeúntes desprevenidos. Los mismos que se convertirán en críticos espontáneos al momento de ver su grafo en busca de aceptación y reconocimiento, pero sobre todo de la manifestación de un sentimiento.

Estos grafos identifican a un autor que quiere dejar huella, expresarse, decirle a la sociedad que “estoy aquí”, rechazando las desigualdades sociales y los motivos de indignación generalizada: pobreza, malos gobiernos, niños mendigando, personas muriendo en los hospitales; es el grafiti con un grito mudo, pero omnipotente a través de un trazo que sensibilice la sociedad.

La toma de puentes, túneles y cualquier pared pública que se está presentando en las principales ciudades colombianas es un rechazo general al Gobierno y a una autoridad policial por su doble moral, la autoridad que ayer asumía una actitud hostil frente a los artistas urbanos criollos, convirtiéndolos en blanco militar permanentemente, tildados de vándalos; aquellos mismos policías que se ensañaban con los jóvenes colombianos, es la misma autoridad que hoy ven en los trazos escolares, infantiles y pueriles de un cantante juvenil extranjero verdaderas obras de arte, y para ello le habilitaron un sitio no permitido para que el ídolo desahogara sus sentimientos de rebeldía ante una juventud ávida de a quién admirar, en quién creer.

Aquel acto excéntrico, más que una idea profunda, fue descrito como arte por el comandante encargado de la Policía Metropolitana de Bogotá. A su turno, el director de la Policía Nacional expresó en una cadena radial: “Tenemos que evolucionar, el grafiti es una expresión de un sentimiento, de una motivación. Una expresión artística. Algo nos quieren decir quienes pintan los grafitis y los tenemos que escuchar”, palabras sabias que develan la realidad del grafiti como arte en la sociedad; declaraciones que obedecen a una salida diplomática para escampar ante la avalancha de críticas en las redes sociales, justificadas ante el recuerdo por la muerte del joven Diego Felipe Becerra, quien salió a las calles con sus amigos plasmando sus gatos Félix en las paredes a su recorrido, acción que nunca pensó sería la última de su vida tras el accionar del arma de un uniformado sobre su humanidad.

Por eso los jóvenes reclaman a la autoridad equidad, respeto por su derecho a expresarse libremente; una ley que les ayude a generar espacios para plasmar su arte sin correr el riesgo de ser sancionados, llevados a un CAI o hasta perder su vida; que socialice con los jóvenes estrategias para no pintar las paredes, las puertas de las casas o los monumentos, hechos por los cuales la sociedad los rechaza.

* Papá del joven grafitero Diego Felipe Becerra, asesinado por un policía en Bogotá el 19 de agosto de 2011.
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