El 25 de mayo, en las partes planas de una ciudad de laderas, se celebró la segunda edición de la PunkyBicicleta, un encuentro que mezcló conciertos de punk, rodada urbana y memoria contracultural. Más allá de un evento musical o una ciclada colectiva, la PunkyBicicleta se consolida como una apuesta política y afectiva donde la bicicleta y el punk se abrazan como formas de re-existencia.
Organizado por individualidades y colectivos culturales independientes, acompañados por marcas alternativas como @lagrolleria, @elcafe_andariegx, entre otros, el evento logró convocar tanto a jóvenes de nuevas generaciones como a viejos punks de los años ochenta y noventa. El recorrido incluyó paradas emblemáticas en el centro cultural y bar El Hormiguero, en una casa de familia de unos de los integrantes de las bandas, en Cristo Rey (Guayabal) y en un bar en el barrio Laureles, combinando el sonido de las guitarras con los cambios de marcha y los semáforos en rojo.
Durante la jornada también se desarrolló el rodaje de un documental por CamiloInmotion y un cortometraje documental a cargo del colectivo ConspiracciónRec, que busca capturar los cruces entre estética punk y prácticas culturales alternativas. La cámara rodó al ritmo del pedaleo, registrando la acción colectiva y el sentido íntimo que muchos asistentes le atribuyen a esta experiencia.
En el artículo “DEL POGO AL PEDAL: CRÓNICADE UN VIEJO PUNK”, Jaime Sáenz, quien participó del parche afirma “La bicicleta me salvó del suicidio”. Como veterano de la escena punk local, el evento representó una celebración, y una forma de reconciliar su historia con un presente activo y sobrio. Lejos de los estereotipos del punk como nihilismo, la PunkyBicicleta muestra otra cara: la de la solidaridad, el cuidado mutuo, la autogestión y el disfrute sin excesos.
El evento rindió homenaje a una estética sonora y callejera, y propone una forma alternativa de ocupar el espacio público. La ruta, funcionó como símbolo de esa rebeldía sin centro ni jerarquía: rodar, perderse, encontrarse y continuar.
Así, entre pogos suaves, casetes simbólicos, canastas con libros, ciclas viejas y crestas nuevas, la Punk y Bicicleta volvió a demostrar que Medellín tiene en sus márgenes un corazón que no deja de latir, ni de pedalear. Desde el proyecto Hazlo Tú Mismx, esperamos la tercera rodada.
Primera estación de la Punkyrodada. Pogo en El Hormiguero. Avenida La Playa. Fotografía Víctor Jiménez. 25 de mayo de 2025.
Este libro es una sistematización que articula, con rigor
sistemático y creatividad narrativa, las voces y experiencias de comunidades,
artistas y activistas cuyas vidas están entrelazadas con el Río Cauca. A través
de relatos, imaginarios y expresiones artísticas, la obra captura el sentir y
la conciencia crítica de quienes enfrentan las transformaciones de su
territorio, sus paisajes y sus modos de existencia.
Por los ríos es una sistematización profunda y
polifónica, donde confluyen memorias, luchas y creaciones colectivas. Más que
un registro documental, este libro es un acto de memoria: reconoce y simboliza
los esfuerzos de pobladores, artistas y líderes que, desde su cotidianidad,
reinterpretan su realidad a través del arte como herramienta de diálogo y
transformación.
En estas memorias, las voces silenciadas del río resurgen
con fuerza, gracias a la imaginación rebelde y las manos creadoras de quienes
resisten. Sus obras son testimonio del despojo y la incertidumbre, pero también
de la esperanza que persiste ante la adversidad. Cada creación artística aquí
reunida es un llamado a la solidaridad, un recordatorio de que, incluso en
medio del riesgo, es posible imaginar nuevos comienzos.
Por los ríos es, en definitiva, un tributo a la
vida que fluye en las aguas y en sus guardianes. Una obra necesaria, que
interpela y convoca.
Víctor Jiménez presenta la investigación creación. Fotografía: Rocío Rojas.
La presentación fue un espacio para compartir acciones como murales, performances, canciones, trovas, poemas y audiovisuales que han surgido en defensa del río y de quienes lo habitan. Un encuentro en el que se conversó sobre prácticas artísticas, territorio, resistencias y formas de construcción de memoria.
40 años de estruendo: La Batalla de las Bandas entre mito, caos y fundación sonora
La Batalla de las bandas. Fotografía de Juan Fernando Trujillo Barrientos "El Flako", en https://la5metalextrema.com
Los años ochenta fueron para Colombia tiempos
particularmente violentos por cuenta de la reaparición y crecimiento de actores
armados, motivados en gran parte por la consolidación del narcotráfico. En
Medellín la música se convirtió en la única posibilidad de expresarse para una
gran cantidad de jóvenes y la ciudad sería testigo de estas expresiones en el
concierto más memorable de toda la década,
no solo por
las bandas participantes, sino
por los sucesos
allí ocurridos: “La Batalla de
las Bandas” (Aragonés, 2020).
La Batalla de las Bandas, celebrada en la Plaza de Toros La Macarena, fue un evento organizado por la disquera JIV Limitada y promovido junto a Veracruz Estéreo y el periódico El Mundo, que reunió ocho bandas locales. Estas se dividían en categorías “novatos” y “experimentados”, y también entre “populares” y “burgueses”, lo que evidenciaba una fuerte carga simbólica y territorial en el evento. Las 8 bandas que participaron en el cartel fueron:
Spol
Glöster Gladiattor
Danger
Mierda
Parabellum
Excalibur
Lasser
Kraken
En el toque de estas agrupaciones, cuando Lasse estaba en la tarima el caos interrumpió todo: insultos cruzados, sabotajes escénicos, lanzamiento de objetos y una batalla campal entre público y policía. Medellín conoció, ese día a Medallo, su propia grieta sonora.
Por muchos es recordada como una jornada de violencia, pero para otros, fue un ritual iniciático donde emergió el Metal Medallo como expresión cruda de una juventud sin voz. Ahora, cuatro décadas después, en la conmemoración realizada en la House of Demon, algunos de sus protagonistas decidieron romper el silencio y desmitificar sus recuerdos.
En el homenaje organizado por Román González y Juan Diego Parra, con figuras clave como Edilberto Patiño (Glöster Gladiator), Carlos Acosta (ex-manager de Kraken) y Jairo Álvarez (JIV Limitada), se revelaron verdades incómodas, que se recogen en el artículo "La Batalla de las Bandas – Desmitificaciones 40 años después"
Mito
Verdad revelada
Codiscos grabaría un sencillo al grupo ganador.
Nunca existió un acuerdo con Codiscos. La grabación no se realizó por el caos. (Jairo Álvarez)
Kraken ganó por participar.
Kraken grabó su sencillo por gestión propia, con firmas de compradores como garantía. (Carlos Acosta)
Veracruz Estéreo apoyaba el metal local.
Solo vendían espacios a JIV; no hubo apoyo real al movimiento. (Álvarez y Acosta)
En esta conmemoración también se presentó el documental de Parra y González e imágenes inéditas halladas en el archivo de Iris Producciones, recuperadas por el Archivo Fotográfico de la Universidad Nacional. Esta restauración es una joya, ya que solo existía un clip borroso de Parabellum, teniendo la oportunidad de reinterpretar este gran acontecimiento desde las imágenes en movimiento. Para ver la grabación del evento, consultar "40 años Batalla de las Bandas Quién ganó el prensaje del
disco" en https://youtu.be/lPyCc482cCc
Aunque inicialmente estigmatizada, esta escena consolidó una contracultura: bandas como Parabellum, Reencarnación y Masacre comenzaron a generar influencia internacional—al punto de inspirar a proyectos tan distantes como el black metal noruego.La Batalla marcó un parteaguas: evidenció la división entre punk y metal, reforzó valores de auto‑gestión juvenil ("hazlo tú mismo"), y legitimó el metal extremo como manifestación cultural y social.
Desde el proyecto Hazlo Tu Mismx consideramos que la Batalla de las Bandas inauguró un archivo sonoro de la rabia y el descontento ante la guerra, el armamentismo y la muerte en Medellín. Sin saberlo, fundaron un patrimonio incómodo, frecuencias, sonoridades e identidades propias, que perduran por su acogida y capacidad de transformación desde lo propio.
Se han realizado muchas investigaciones sobre este acontecimiento, el metal, el rock y el punk de Medellín. Compartimos algunas referencias que encontramos para hacer este reconocimiento:
Aragonés Herrera, J. D. (2020, 1 diciembre). “La
Batalla de las Bandas”: una aproximación a la juventud y el Metal, en Medellín
de los años ochenta. (2020). Revista Grafía, 17(2),
11-39. https://revistas.fuac.edu.co/index.php/grafia/article/view/345
KAOS EN EL SÓTANO. (2025, 25 marzo). «El Legado de
la Batalla de las Bandas: 40 Años de Historia Musical en Medellín» [Vídeo].
YouTube. https://youtu.be/-bRA1aunxHs
Portada del libro. Publicado por la Universidad de Lorraine (Francia). 2025.
Este libro colectivo cubre el trabajo de la artista
colombiana Erika Diettes quien ganó la beca Tim Hetherington 2017 (Tim
Hetherington Trust/World Press Photo) y cuyo trabajo ha sido exhibido en
numerosas instituciones culturales en el mundo.
En un país que sufre un conflicto fratricida desde hace décadas, la artista
moviliza la fotografía y la instalación material para contar la atrocidad de la
violencia así como el sufrimiento, el trauma y el duelo individual y colectivo
de los seres queridos de las personas asesinadas, arrebatadas por fuerza,
desaparecidas… Crea espacios de visibilización, de denunciación y luego de
contemplación por y para la sociedad colombiana y, al activar así diferentes
procesos de memoria y al contribuir a transformar comunidades, confiere a su
obra un alcance universal.
Se reúnen aportes de especialistas de diferentes instituciones (universidades y
museos), disciplinas (artes, antropología, historia…) y espacios geográficos y
culturales (Argentina, Colombia, Francia, México) para acercarse a la obra de
una artista excepcional desde ángulos variados, complementarios, coincidentes y
en ocasiones incluso divergentes. Para conocer más, dar clic aquí
El capítulo de Víctor Hugo Jiménez Durango "Arte ritual y compromiso por la memoria" en un primer momento rememora el impacto de la
instalación Relicarios en el día de su inauguración en el Museo de
Antioquia en el año 2016. Luego, se sugieren nociones que permiten interpretar
la obra como desaparición forzada, imagen, memoria performativa, objetos,
archivos personales, procesos con comunidades e instalación como dispositivo
experiencial y expográfico.
Después, expone y conecta las representaciones visuales que
se erigen por medio de enlazar y construir una analogía entre las apuestas de
Christian Boltanski y Erika Diettes, así como entretejer el pensamiento
objetual del filósofo François Dagognet con la acción y práctica política de
hacer memoria de los caídos y la desaparición forzada en Colombia en compañía
de los familiares de las víctimas a través del juego y montaje con las
materialidades e imágenes que despiertan el recuerdo y atrapan el pasado, el
presente, la subjetividad e identidad del ser.
Finalmente, se presentan unas conclusiones en clave de
apreciaciones y discusiones que referencian a Erika Diettes como una activista
de la memoria que realiza denuncias poéticas en consonancia con el reclamo de
las víctimas, artista del objeto construido colaborativamente con seres en
situaciones límite y antropóloga que produce trances y rituales para reparar la
ausencia, sanar la falta y dar un lugar a la muerte en nuestro duelo eterno.