El graffiti: La piel del Arte Urbano


Medellín, Viernes 8 de Noviembre de 2013

Hace unos días un cantante famoso decidió intentar lanzar su carrera como Graffitero en la ciudad de Bogotá. Pintó en la Calle 26, considerada tal vez la más importante de la capital, pero no lo hizo solo, fue acompañado por una escolta oficial, cerrado un carril y cubierto por los medios a nivel nacional. El país se indignó.

Meses antes otro joven local, no tan famoso, pero sí talentoso y con ganas de reivindicar su existencia en la ciudad hizo lo mismo en otro puente de Bogotá. La respuesta: asesinado y criminalizado. El país también se indignó.

Las pregunta que surgió:
¿A una estrella internacional se le cierra la calle más importante de la capital, y a un joven local se le asesina y criminaliza?

Por eso hoy en Medellín desde las 6pm estaremos diciéndole a la ciudad que los graffiteros, los artistas del graffiti, los artistas urbanos, los muralistas o como se quiera identificar cada uno, tenemos DERECHO A LA CIUDAD. Nuestras expresiones son tan válidas como las de cualquier estrella internacional.

No somos un solo proceso, ni una marca, esta toma no le pertenece a nadie. Nos pertenece a todos. A aquellos que siempre hemos pensado que una ciudad llena de color es mucho mejor que el gris pálido y sucio que para algunos representa el orden. 

Y no es en contra de nadie, es a favor de una ciudad que reconozca y respete el poder de una expresión, que para muchos se ha convertido en una opción de vida por todo el país. Por eso no estamos solos, Bogotá ya lo hizo, Cali, Manizales y San Juan de Pasto este fin de semana también se tomaran las calles, esas que son de todos.


Así que hoy nos vemos en EL DEPRIMIDO DE SAN JUAN AL FRENTE DE LA ALPUJARRA... Lleva tus latas!

La Vida Graffiticante

 Jóvenes, músicas y arte urbano.

El arte urbano en lo local ha estado asociado al ámbito académico y a diferentes artistas reconocidos que por sus participaciones en bienales, concursos, proyectos en exteriores y espacios que llamamos públicos, asociamos con esta categoría.


Prácticas como el esténcil y el graffiti, herederas de vanguardias como el dadaísmo y el situacionismo, y músicas como el punk y el hip hop, realizadas por personas jóvenes de los barrios de las comunas, que no se declaran o parten de ser artistas, poco son tenidas en cuenta dentro del canon y el circuito artístico del “arte urbano” que opera en la ciudad.


Esta forma de vida estetizante callejera, tiene una aparición desde los años 70’s en Colombia, siendo experiencias y apropiaciones, que en el caso de Latinoamérica y de esta ciudad, les urge reconocerlas como aportes a la vida citadina de los espacios globales, al proponer la escritura y la música como elemento esencial en la constitución de una tribu urbana, parte del arte urbano y la cultura juvenil local.


Se dice que en Medellín dichas grafías, letras, inscripciones, escrituras, nombres de apropiación anónima, -pues la expresión visual de las paredes en general tiene un código de mensaje, de obra y no de nombre o de sujeto- datan de los años 80’s, para reaparecer entre 1993-1994, y posicionarse al comienzo del siglo XXI. Hoy se cuenta con más de 5 zonas de la ciudad con una cuarta y quinta generación de escritores jóvenes del graffiti, que van por las calles del Valle del Aburrá comunicando al dejar huellas, marcas y mensajes en el territorio conquistado.


Hasta ahora es necesaria una explicación o al menos una comprensión desde la diversidad y su estetización, a partir de lo humano y la cultura por medio de las gramáticas de las formas simbólicas y la vida graffiticante que subsiste allí. Se escucha poco, por no decir nada, a sus hacedores –seres territoriantes, escritores, poetas, pintores- a partir del lienzo en que se convierte para los practicantes urbanos –especialmente para las y los jóvenes- las paredes y muros de la ciudad, de concreto gris y ladrillo naranjado.


Sumado a que no se tiene en cuenta el significado del obrar y el impacto de esos procesos plasmados; ni su visión de sí el espacio urbano es público o privado; ni tampoco el relevante lugar que juegan como actores referentes de sus barrios al conflicto social y armado con sus escuelas de arte urbano y sus muros de graffiti. Lo cual, revitaliza y da razón de ser, aún más, de estas prácticas autoafirmadas en culturas y movimientos juveniles.


El Poder en las Paredes parte de esta situación manifiesta, arriesgándose desde la subjetividad y la recepción a indagar por la presencia y el (micro)-poder de los artistas callejeros dentro del arte urbano no oficial y la sociedad, de las personas, en especial las y los jóvenes, que utilizan los muros como medios de comunicación, expresión urbana y acción directa.

La ciudad Graffiti en Medellín. Siglo XXI, es una investigación artística realizada gracias al apoyo de las IV Becas a la Investigación, el Patrimonio y la Gestión cultural promovidas por la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín; que busca permitir la puesta en ejecución de una red de escuelas de arte urbano, a partir de la investigación y el reconocimiento de la misma red por los actores organizados en encuentros y procesos de transmisión del hacer Graffiti; seres que se convierten hoy en constructores de convivencia, comunidad y en ejemplos positivos –a su estilo- de los barrios y las juventudes de Medellín y el Valle de Aburrá

Las Ciudades grandes y pequeñas

 

El Instituto de Estudios Urbanos - IEU, de la Universidad Nacional de Colombia se complace en publicar a través de la web y en acceso abierto el documento "Desarrollo urbano en Colombia. Una perspectiva histórica", de autoría del profesor Fabio Zambrano Pantoja.

El documento digital es publicado bajo la licencia Creative Commons (CC BY-NC-ND 2.5 CO), de esta manera el IEU contribuye en la apropiación social, discusión y/o aplicación de los resultados de investigación especializados en temas urbanos y regionales de Colombia.

"La mayoría de las ciudades que antaño fueron grandes son ahora pequeñas y las que en mi tiempo eran grandes, antes fueron pequeñas. Convencido, pues, de que la prosperidad humana nunca permanece fija, mencionaré por igual unas y otras" Herodoto.

Referencia bibliográfica: Zambrano Pantoja, F. (2013, septiembre 24). Desarrollo urbano en Colombia. Una perspectiva histórica. Recuperado a partir de:http://www.institutodeestudiosurbanos.info/nuevas-adq/item/142-desarrollo-urbano-colombia-perspectiva-historica 

Publicado el Martes, 24 Septiembre 2013, en Novedades del Centro de DocumentaciónNoticias y Eventos, por: Fabio Roberto Zambrano Pantoja

La Fealdad de una urbe abstracta


Como “blasée” definió Simmel al  ciudadano  indiferente  ante lo que sucede a su alrededor, ese ciudadano para el cual le son indiferentes, la corrupción, el caos, la fealdad urbana, ciudadanos de una formación académica, empresarios, quienes consideran que referirse a problemas como el caos vial, la pérdida de las áreas verdes, o sea los problemas de la ciudad en que viven, le deben ser ajenos porque son propios de gentes vulgares. Este tipo de conducta, insensibilizada, desgraciadamente, ha  afectado a gran parte de aquella población que  padece cada día el deterioro de su calidad de vida, porque, además, la relación entre ciudadanía y gobierno de la ciudad, ha venido siendo sustituida por organizaciones politizadas, por instituciones de falsa representatividad, que disfrazan la realidad con una retórica claramente populista.

Que se engañe a los ciudadanos pavimentando chapuceramente unas vías, que se utilicen pésimos materiales en la construcción de puentes y sardineles, que se pierda el dinero de unos estoperoles luminosos que salvarían vidas en un cruce de vías, que se arruinen los jardines por falta de mantenimiento, es la indicación de la desidia burocrática pero también la prueba que se coloca a nuestra capacidad de reacción ética ante lo que constituye una corrupción. Cuando se protesta una y otra vez ante los funcionarios, sin encontrar respuesta, puede ser el comienzo de nuestra entrada en la apatía cívica, pero ante todo la certificación de que los funcionarios han abandonado el funcionamiento de la ciudad.

La tarea fundamental de una sociedad consiste en la construcción de una vida cotidiana hecha de confianza en los espacios para el diario transcurrir, para ese silencioso intercambio social que se produce en las calles, entre el bullicio de las distintas actividades, entre la infinidad de voces, la bulla de las conversaciones en cafeterías, restaurantes, los ecos vivos y cambiantes que se constituirán con el paso del tiempo en nuestro gran patrimonio intangible porque lo que certifica que la ciudad  vive no son los altos y mudos edificios que son la negación de lo urbano sino, como recuerda Castells, la vida de las calles, el tejido social. O sea los lugares donde aún persiste la virtud de la solidaridad, la capacidad de bautizar los lugares con nombres surgidos del afecto y no de nomenclaturas abstractas. Porque estoy hablando de virtudes humanas que no han desaparecido pero que son agredidas permanentemente por los planificadores de una ciudad abstracta, que, es la conclusión a la que podemos llegar hoy en Medellín.

¿De qué modelo de ciudad pueden hablar los antropólogos foucolianos, los semánticos, los supuestos imitadores de ese fracaso urbanístico que es Barcelona?  La otra ciudad que ha sido ignorada, estigmatizada, reducida a una estampa de sicarios de telenovela, la ciudad construida con tipologías surgidas de usos y costumbres propias y no de patrones abstractos, esa ciudad de calles y vecinos merece un close-up que nos permita reconocer que sigue viva y es un modelo de ciudad que hay que defender. ¿De qué modelo de ciudad hablamos, disfrazando los efectos nocivos de un POT planteado solamente bajo un concepto especulativo o sea desconocedor de estas realidades sociales, de estas virtudes urbanas, desconocidas por Planes Parciales manipulados por  “especialistas” que sólo justificaban la densificación para destruir el tejido urbano? Si no hay un pensamiento que parta de considerar que la ciudad no es una empresa comercial que debe ser manejada por ejecutivos, sino, un proyecto para la vida ciudadana  plural, incluyente, metropolitana, y, que la tarea del funcionario público consiste en defender  los derechos del ciudadano de la voracidad de la especulación, recordando que las obras públicas no son cuantiosos contratos a veinte años sino soluciones racionalmente planteadas para el futuro inmediato, si no contamos con un modelo de ciudad para los ciudadanos, entonces creo que debemos rezar para que Batman regrese a Ciudad Gótica y nos saque de esta oscuridad.

Cinturon verde generando desigualdad

Protestas y Propuestas de las Comunidades del territorio de la Comuna 8 en relación al megaproyecto del Cinturón Verde



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