Relaciones Hombre - Animal - Alimento

 Los Espacios de la Carne:

Cartografías  de Carnicerías y Carniceros  del Valle de Aburrá


Carnicería R y R. Placita de Flórez. Foto: Camila Florez
Los Espacios de la Carne busca realizar un estudio visual y cultural de las carnicerías, ferias, mataderos y expendios callejeros de  comida a través de la construcción de un producto Multimedia experimental que responda a cómo –propaganda, colores, vestimenta, cuadros, pinturas, reglas de asepsia, atención y servicio al público- se propicia el consumo de carne desde los “comederos”, carniceros y carnicerías en el valle de Aburrá. 

Construir relatos del trabajo de campo dando cuenta  de  la importancia de este alimento en la cadena de producción económica y del poder de la carne en la formación de las “clientelas” y valores de un municipio, así como en  la influencia directa en las representaciones y subjetividades locales. a la vez que, generar un registro sonoro y fotográfico, para propiciar formas de narrar procesos colectivos desde los sentidos y las experiencias  en los espacios del consumo de carne, son los dos procesos vitales de este proyecto de  generación de fuentes documentales.

Ahora bien, la alimentación es una necesidad y una elección cultural, ocupa más que un lugar o un espacio pues no se refiere sólo a lo que se  incorpora o se expande, habla de lo que somos y seremos desde los productos-objetos en los que posamos nuestros sentidos al engullirlos y  la subjetividad al apropiárnoslo por la adquisición de rutinas tanto de encuentro como de compra.


Carnes Soto. Placita de Flórez. Foto: David Rodríguez.
Comer carne simboliza a su vez, comernos al animal como tal y en este acto nos animalizamos y ponemos de manifiesto la antropofagia de nuestra especie por supervivencia o por elección cultural, haciendo palpable el vínculo biológico entre la sangre y la muerte con el degüello del ganado y la incorporación de la carne como alimento.


Carnes GranColombia.  Plaza de Mercado la Minorista. Foto: Leonardo Jiménez.
¿Qué pasa en esos espacios del Valle del río Aburrá donde se expende carne animal para el consumo alimentario? ¿Cómo se construye un espacio social, como se crea un lugar que deja huellas en el territorio en el caso de un negocio de carne en el barrio o en algún sector de un municipio? ¿De qué forma enlazar el recorrido como práctica estética con la alimentación definida como un saber práctico? ¿Son las  carnicerías, las ferias y mataderos de ganado espacios sociales que generan una representación social regional o simplemente cumplen una función en la cadena de producción económica? ¿Qué  es lo que nos dicen las propagandas asociadas a animales que engullimos como la vaca, el cerdo, la gallina, el pescado? ¿De que cocina podemos hablar cuando de carne se trata? ¿Será qué se reflejan en lo visible de las relaciones espacio/carnicero/alimento nuestra “tradición” antioqueña?

Carnicería Punto y Coma. Placita de Flórez.
Foto: Víctor Jiménez.
Al preguntarnos por la gastronomía, por la alimentación, por la carne animal en las comidas y por los espacios que generan el consumo de esa necesidad que también es elección cultural, y que más que nutrición es invención y tradición, fundamentos y situaciones económicas; nos damos cuenta de que se conocen pocas fuentes documentales que expresen la alimentación como un objeto de estudio, es decir; en este campo aún falta mucho por explorar y por generar rutas metodológicas para abordar estudios que combinan la historia contemporánea, la antropología y los estudios visuales. Por ello nos apoyamos en documentos leídos a partir de nuevas perspectivas de interpretación: relatos, imágenes, espacios, la fotografía, lo oral, el diseño y la plástica.

Uno de los referentes fundamentales son las reflexiones de Michel Foucault, quién en las investigaciones sobre el discurso, la cárcel, la sexualidad, los espacios otros y los dispositivos que legitiman los comportamientos a partir del devenir de los discursos que encierra la verdad y el poder desde una perspectiva espacio/temporal específica; donde el presente ocupa un lugar relevante en la comprensión de la producción de diversas formas de funcionamiento sobre la disciplina del cuerpo y el poder; y en la eficacia de la visualidad en el ordenamiento del sujeto moderno con cuerpo utópico. Las Heterotopìas y al articulo Heterotopìas e historia de los espacios de Georges Tyessot. 

Asimismo, los trabajos de Francois Dagonet que postulan un materialismo anclado profundamente en el pensamiento filosófico que se propone rescatar en los objetos que se consumen los valores más edificantes de nuestra subjetividad.  Mencionemos para el caso de la investigación Subjetividad, Filosofía de la Imagen, El elogio del Objeto y El animal según Condillac.

Carnicería la Honda. Barrio la Honda. Comuna 3.
 Foto: David Rodríguez.
 También los estudios culturales y visuales, para permitirnos un acercamiento a experiencias de caso  y el uso de metodologías para abordar las cartografías, mapas culturales, herramientas visuales y el análisis de la cotidianidad, como por ejemplo, La Invención de lo Cotidiano de Michel de Certau; las compilaciones de discursos y trabajos de exploración de José Luis Brea en torno a la visualidad y La invención de la Histeria de George Didi Huberman, en la que este concepto se consolida en las investigaciones sociales para crear clasificaciones en torno al comportamiento humano y su capacidad de re-crearlos. Kosovo aportará la comprensión para las alianzas de la Historia y la fotografía, considerando la imagen estática como una forma particular –poco estudiada- de producir significado y subjetividad de nuestro presente y pasado.

Continuando con estos enlaces entre consumo, ganadería y espacios para concretar la línea de investigación de la estética funcional de Leroi Gourham en su libro el Gesto y la Palabra, donde el hecho estético se constituye en uno de los tejidos de la relación individuo/grupo, mediante un código de emociones que asegura los lazos afectivos del sujeto con la sociedad. También es importante resaltar para este estudio la tensión entre la tradición y la modernidad en las distintas espacialidades, ya que si bien unos conservan los antiguos modos de ofrecer y procesar los productos, otros llegan para promover carnicerías y frigoríficos de autoservicio que crean otras relaciones, el alimento y el comensal. Actualmente no sólo se dan influencias exógenas con respecto a las costumbres alimentarías y los espacios donde se expende el alimento que enriquece las fuentes urbanas y rurales, de tradición, renovación y mezclas que amplían el universo culinario.


Carnicero. Plaza de Mercado la Minorista. Foto: Leonardo Jiménez.
Así la humanización –a la inversa de animalizarnos-, del tiempo y el espacio que se logra a través de los símbolos y las políticas se convierten en el campo por excelencia privilegiado por los gobiernos centrales, la publicidad y el universo alimentario para transformar desde los consumos los gustos y representaciones sociales; es lo que llamaríamos una estética de la carne que se relaciona fuertemente entre su forma y su función,  fieles a una estética funcional en donde se busca lograr la imposición de un discurso y un modelo hegemónico de comportamiento ciudadano en el espacio de transito que se han vuelto los sitios de venta de carne para el consumo humano. En el espacio coexisten múltiples variables (entre ellas la economía) con las cuales se determinan las relaciones sociales, producidas en contigüidad y que hacen referencia a lo vivido como práctica fundamental. Aquí nos servimos del análisis de escritos como los de Iván Escobar, el de Arturo Escobar Escobar, La Invención del Tercer Mundo. El de Ana Clara Torres Ribeiro. Otros territorios, otros mapas. El de Constancio Castro La geografía en la vida cotidiana y el artículo de Vladimir Montoya llamado El mapa de lo invisible. Silencios y gramática del poder en la Cartografía, también Geografía radical: la producción social del espacio social.  

En síntesis ubicarse en la tensión espacio /tiempo,  es la herramienta que da luces y enlaces para interrogar  a las imágenes, los sonidos y las narraciones producidas, las cuales darán las variables y la forma a un mapa de  las carnicerías y los carniceros del Valle de Aburrá. El  pasar por comunidades en las cuales, unas estén más permeadas que otras por la globalización en sus prácticas sociales, es la clave que permitirá observar la tensión entre el espacio y el lugar. En esta tensión es donde se encuentran los intersticios, las transversalidades y las relaciones, los marcajes y particularismos, mapas culturales en los que habitamos.


Arreglador de Carne. Plaza de Mercado la Minorista.
Foto: Leonardo Jiménez.
Pasando a pensar los sentidos y gustos, el estudio de los espacios y de la influencia del universo culinario y gastronómico en ellos, encontramos investigaciones como la de Carolyn Kosmeyer El Sentido del Gusto, Comida, estética y filosofía, la de Claude Fishler El (h) omnívoro. El gusto, la cocina y el cuerpo, y la de Néstor García Canclini con Consumidores y ciudadanos, entre otras.

Ya en el campo colombiano encontramos como referentes al médico Carlos de Greiff, Jorge Bejarano con El problema de la alimentación en el pueblo colombiano, 1947; Julián Estrada  con sus estudios denominados La cocina como agente cultural de la identidad regional y Evolución y Cambio de los hábitos alimenticios en Medellín durante el siglo XX; el trabajo de Gregorio Saldarriaga  Consumo de carnes en zonas cálidas del Nuevo Reino de Granada: cualidades cambiantes.  Siglos XVI y XVII, y el de Alberto Flórez, una compilación publicada en 2009 por la Universidad Javeriana, titulada El poder de la Carne. Historias de ganaderías en la primera mitad del siglo XX, además el plan estratégico de la ganadería colombiana 2019 llamado PEGA.

En este orden de ideas, el proceso “Los Espacios de la Carne: cartografías de Carnicerías y Carniceros del Valle de Aburrá”,  busca identificar en los  espacios alimentarios unos marcajes del lugar que instauran ciertas prácticas de consumo, configurándose en un territorio que permite leer geografías  y valores particulares dentro de las prácticas alimentarías.

Es en este sentido donde se hace pertinente este tipo de temas en los estudios contemporáneos, dentro de los estudios visuales - culturales, es decir, que para este caso se forjará en por los lugares transitados un conocimiento, un arte procesal, una investigación experimental, una reflexión y quizás una motivación en los espacios que re-crea el alimento, como elemento constitutivo del patrimonio material e inmaterial de nuestra región.

Carnicería la Porcelana. Barrio El Raizal. Comuna 3. Foto: Víctor Jiménez.
Este proyecto fue aceptado a la beca pasantía Virginia Gutiérrez, Jóvenes Investigadores, Colciencias 2010 -2011.

Relaciones Hombre - Animal - Alimento

El Sacrificio del Ganado


La gente quiere comer su hamburguesa, no quiere conocer a la vaca,de la  pelicula ('The Island', 2005). del cineasta alemán R.W. Fassbinder

EL MAPA DE LOS SUEÑOS INCONCLUSOS


Relaciones Hombre - Animal - Alimento

Sabor y Saber a Carne

Muchos alimentos adobados y decorados con grasa para las fiestas dicembrinas.


La Famosa bandeja Paisa, con sus tres y hasta más carnes, toda una oda  a la obesidad, el colesterol y la alimentación antilight

Chuzos deliciosos, muy provocativos en las calles del colesterol que se hacen el río y en los parques de los municipios de Antioquia
Hasta eso crudo se ve rico !ummmm¡
La Longaniza adobada y decorada para llamar a las vistas y hacer derretir las papilas gustativas.

Papas con Carne, Chunchurria, Chorizos, Tocinetas y otras tantas delicias para un paladar festivo, !Nuestro Mekato¡
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Experiencias estéticas del transeúnte

Babilonia y Nínive eran de ladrillo. Toda Atenas era de doradas columnas de mármol.      Roma reposaba en anchos arcos de mampostería.  En Constantinopla los minaretes llamean como enormes cirios en torno al Cuerno de Oro… Acero, vidrio, baldosas, hormigón serán los materiales de los rascacielos.  Apiñados en la estrecha isla, edificios de mil ventanas sobresaldrán resplandecientes, pirámide sobre pirámide, como blancas nubes por encima de la tormenta.

John Dos Passos.  Manhattan transfer

¿Por qué empezar un ensayo sobre Juan Carlos Onetti[1] hablando de John Dos Passos[2]? La razón está en el impacto que su experiencia vital y su obra tuvieron en las del escritor uruguayo, sobre todo en Tierra de nadie, novela de la que nos ocuparemos a continuación.  El hecho de que viviera sus años de infancia entre los rascacielos de Chicago y eligiera como protagonista de una de sus primeras novelas a la ciudad de Nueva York, lo hace particularmente interesante como puente para comprender muchos rasgos de Onetti que, vistos en relación con el  contexto literario latinoamericano de su tiempo, resultan extraños, abstrusos, incluso crípticos. Sin embargo, no sólo Dos Passos nos servirá de puente, también Louis Ferdinand Céline, James Joyce y William Faulkner, cuya cartografía imaginaria de Yoknapatawpha, fue de alguna manera el primer ladrillo de la mítica ciudad de Santa María, objeto final de nuestro análisis.



Tierra de nadie, una de las primeras novelas de Onetti, fue publicada en 1941 y más que una historia, es un mosaico de fragmentos de historias múltiples sin principio ni final.  Ocurre en la ciudad de Buenos Aires, pero la urbe, lejos de ser el escenario de las acciones, es el personaje principal, incluso podríamos decir, el único, ya que la narración como tal, si es que hay alguna, parece quedar inacabada.  Es precisamente ese rasgo confuso el que nos interesa.  Revisaremos  matices  de ciertas experiencias estéticas  referidas a lo largo de la obra, con el propósito de comprenderla a la luz de la emergencia de la novela urbana latinoamericana.

Onetti en los años 30's
A diferencia de otras escrituras de la región, la prosa de Juan Carlos Onetti no fluye, por el contrario, da la impresión de estancarse;  es pedregosa y en cada frase pareciera encerrarse un aullido melancólico que la hace enmudecer.  Esa forma literaria, ese estilo en la construcción del relato, es la expresión de un contenido que no podría brotar de otro modo, se trata de una visión radicalmente pesimista del mundo urbano, de un rechazo contundente de todo lo que en el hombre se va pudriendo con los años, de una comprensión de los sentimientos humanos como líneas que no tienen otro destino que pervertirse, de una mirada directa a lo abyecto, a lo horroroso, a la crueldad que habita en cada resquicio de la cultura.


En las novelas de Onetti no hay redención, no hay salida; los personajes están atrapados en sus imaginarios, en sus vicios, en sus cuerpos degradados por el tiempo, en sus deseos que no embellecen sus vidas, sino que las enturbian hasta hacer de ellas inventarios siniestros de instantes sórdidos que terminan en nada. Por las páginas de sus libros desfila el sexo, el alcohol, la mugre, el asesinato y el suicidio.  Desde el macró que vive a costa de una prostituta hasta el malevo más taura, los caracteres onettianos han sido cocidos en un caldo mezclado de numerosos fenotipos, lenguas y mentalidades: la ciudad.

Onetti en los años 90`s
Onetti  ya no tiene nada que ver con esa tendencia de la novela regional, lo que le ocurre a los personajes de Tierra de nadie le puede ocurrir a cualquiera en cualquier ciudad, empero la obra, por otros medios que trataremos de mostrar, no podría ser sino bonaerense. Lo que diferencia a Onetti  no es la exhibición de la tragedia connatural a toda existencia, no.  El rasgo diferenciador es su forma de comprender la vida misma, su sinceridad descarnada frente a fenómenos que otros intentan describir con metáforas, su gesto de rasgar las ilusiones de comunidad, amor, amistad, incluso de ternura:  una mujer embarazada es descrita por él como una masa de carne repugnante, en franco proceso de pudrición, invadida por otro pedazo de materia también mortal;  la mujer, a medida que envejece, es vista como la encarnación del fracaso, lo mismo que los hombres, todos en las obras de Onetti se envilecen, se destruyen, se rompen y sus fracturas se expresan en el desmoronamiento de sus cuerpos, en sus vestuarios cutres, en sus movimientos vulgares, en sus pensamientos mezquinos. Así, podemos hablar de una  estética de la fealdad como uno de los caminos expresivos en la literatura onettiana.  

A propósito, hay una diferencia que es preciso resaltar entre los autores del llamado Boom latinoamericano y Juan Carlos Onetti.  Como hemos intentado mostrar, el autor uruguayo publicó sus primeras novelas en medio de un entorno artístico que aún no era muy proclive a la experimentación literaria tal como él la practica (al menos a los experimentos con el lenguaje, con la estructura del relato y con el tipo de historias narradas).  Con algunas excepciones, la mayoría de los escritores estaban todavía anclados a estilos y contenidos decimonónicos y confiaban de cierta forma en la identidad.  Onetti sigue el camino inaugural de otro  gesto, el del pesimismo y de la anomia: “¡Oh juventud sin ideales…! ¿A quién echamos la culpa?  ¡Si ya no es posible creer en nada, ni en Berlín ni en Londres!... Fíjese, ese es el síntoma más grave de descomposición.”; el del desencanto y de la fragmentación del sujeto en mil pedazos que ya no delimitan su rostro: “Todo está en que yo sea yo y no otro.  Yo, que me llamo así y de ninguna otra manera.  Casi todo queda encerrado en uno y no hay comunicación.  El arte y la borrachera y estar viviendo junto a los demás y la muerte.”  


Si quieres saber más de las obras y  la vida de este escritor, visita http://www.onetti.net/

[1] Nacido en Montevideo, 1909- Muerto en Madrid, 1994
[2] Nacido en Chicago, 1896- Muerto en Baltimore, 1970

Visualidades, pedagogías, y ortopedias de un cuerpo medicalizado por los medios de comunicación.

Un bálsamo para el alma. Medellín 1956-1993

El tema de investigación se centrará en el análisis de los diferentes discursos medico psiquiátricos que circulan en los medios de comunicación al impulsar el consumo de diferentes terapéuticas y medicamentos hasta hundirse en la espesura de los cuerpos, a partir de de un discurso de poder y de deseo que ha viabilizado un incremento en los flujos de informaciones como lo sostiene Martín Barbero.


Publicidad farmacéutica de principios del siglo XX

Informaciones que contribuyen a dar forma a un nuevo tipo de población que se va urbanizando aceleradamente luego de la  segunda posguerra, y que exige un nuevo tipo de gestión a partir, no sólo de una injerencia del sector público, sino también de las ofertas de las industrias farmacéuticas y  de los nuevos saberes legitimados en las instituciones académicas, en contraposición de otro tipo de saber no legitimado, o popular, que de igual forma encontrará su nicho en los dispositivos espaciales de una ciudad reconfigurada por la aceleración de los procesos migratorios, y de nuevos mercados.

En la presente investigación se pretende dar cuenta de los discursos médicos psiquiátricos que circulan en los medios de comunicación y en algunas publicaciones especializadas, como una manera de introducir unas nuevas relaciones técnicas con el discurso, con el fin de ejercer una acción sobre la opinión publica.

En las sociedades contemporáneas, la expansión publicitaria del cuerpo a partir de la tríada, salud, estética, y limpieza,  proyecta su punto de inflexión dentro del discurso aséptico más que de la comprobación netamente empírica, parte de la persuasión de los medios de comunicación, en el tocar los afectos valiéndose no sólo de las cadenas lingüísticas, sino también, como lo decía Félix Guattari,  del receptor del mensaje que lo interioriza por medio de las semióticas a-significantes, como las imágenes, los sonidos, etc. Nuestro cuerpo se transforma a voluntad del sujeto, y los fármacos y psicotrópicos nos permiten alcanzar la soberanía personal sobre el cuerpo. El fin de la publicidad, es hacernos creer que la obtención de la salud perfecta se perfila como el resultado de una sociedad en donde la democratización del deseo es posible[1].

La Publicidad médico - farmaceutica como arte: Aspirina
Es una manera de experimentar el cuerpo y su reingeniería permanente. Si hay algo que caracteriza esta época histórica que se suele definir como modernidad, es una profunda vivencia de la corporalidad desde lo fenomenológico, en relación con uno mismo,  y el papel que en su formación corporal  juegan los demás. De tal manera que la relevancia de este proyecto investigativo radica en la descripción y análisis de unas nuevas dinámicas, en donde la diseminación de los espacios urbanos posee unas pulsiones particulares que inducen un nuevo tipo de cartografía poblacional, en el cual el sector público no será ajeno en este proyecto de gestión de un sujeto productivo; pero tampoco será el único en componer el circuito que marque la huella en la reformulación de una nueva arista de la modernidad.

El camino elegido aquí comienza con el del alcance que tiene la gran industria en la configuración de nuevas espacialidades, y de nuevos saberes, especialmente la industria farmacéutica. Tanto el sector publico y la industria farmacéutica favorecerán una nueva producción del saber medicalizador, que hará su filtro desde las instituciones académicas y sus revistas especializadas, hasta los espacios más dilatados de los mass media. Con la publicidad y las nuevas novedades medico psiquiátricas, aparecerán nuevas doxas, unas opiniones como constructoras de convicciones, y de verdades que se reformulan constantemente por medio de la propaganda y la comercialización.


Utilización sexista del cuerpo de la mujer para vender medicamentos

La investigación  se inscribe dentro de un proyecto de maximización de la  seguridad corporal, de una intensificación de nuevos dispositivos que el criminólogo francés de comienzos del siglo veinte Gabriel de Tarde, y décadas más tarde Gille Deleuze y  Mauricio Lazzarato, entendieron como una orientaron sobre la opinión pública. Precisamente con la  regulación de la opinión pública se determinan las condiciones de la economía. Así pues, antes de producir bienes se producen necesidades.[2]


[1] LIPOVETSKY, Gilles, La felicidad paradójica, Barcelona, Anagrama, 2007.
[2] LAZZARATO, Mauricio, La filosofía de la diferencia y el pensamiento menor, Cali, Cargraphics, 2007.https://palabrademujer.wordpress.com/tag/la-mujer-en-la-publicidad-farmaceutica-durante-la-primera-mitad-del-siglo-xx/