En el presente
nos enfrentamos a problematizar para inmiscuirnos en la producción de
conocimiento práctico y como sociedad en la opinión pública y el devenir de lo
urbano ante lo no razonado de una homogenización y conducción alienada que nos
acerca un modelo global de formas de ser, espacios urbanos y mercancías
transnacionalizadas, los cuales borran los localismos, las apropiaciones, las
diferencias, los entornos de la resistencia, movimientos, soluciones y memorias
que se construyen día a día, casa a casa, paso a paso, noche a noche sin dar
lugar y posibilidad a desde ahí valorar saberes, producir los referentes y construir pensamiento propio del urbanita y
el hábitat latinoamericano.
Estas
reflexiones interiorizadas y exteriorizadas que siguen a continuación tratan de
situarse desde los estudios urbanos y culturales sobre una perspectiva
indisciplinar para discutir, exponer las visiones y producir el barrio en la
actualidad como problema, fuente y desafío de las ciudades, su renovación y las
áreas en que se circunscriben. La intención es lograr decir algo que nos mueva, promueva el diálogo y el debate.
Digamos que el
discurso de la planeación urbana: desde Medellín y su Plan Piloto diseñado por
Ricardo Olano, pasando por Nel Rodríguez y Pedro Nel Rodríguez con el Plano
Regulador hasta hoy y el Medellín
Bio20/30, en los Planes de Gobierno de los Alcaldes electos en la
ciudad: la construcción urbana, la arquitectura, el espacio público y la
movilidad son los figurantes y problemáticas, por tanto el barrio no aparece
mucho en el gobierno ni en la propuesta de
ciudad. En las políticas urbanas y en los discursos de planeación no se
articula al barrio al “desarrollo” de la
vida urbana planeada, proyectada y percibida.
Ante esta
recalcitrante realidad del barrio problema como periferia alejada del centro,
en esa jurisdicción administrativa indefinida que podremos llamar comunas,
sería interesante que se explorará lo que han dicho poetas, escritores,
periodistas y literatos de la ciudad, es decir; el pensamiento literario y las
formas de construcción urbana, con su universo y formas de producción de
conceptos y significados, para revitalizar la visión y representación de una
Medellín comarca, Medellín centrípeta o contadas sus fuerzas que van dirigidas hacia
el centro: la ciudad contenida.
Comuna 4, Aranjuez. Comuna 8, VillaHermosa Robinson Henao Cañon. 2010. |
La idea es
construir enlaces, puentes y mediaciones entre la literatura, el barrio y la
ciudad, algo así como Medellín y su literatura, poniendo el sentido de la
triada en lo experiencial, lo vivido y apropiado, la subjetividad urbana
plástica, visual, artística y estética bajo la pregunta ¿cómo piensa la
literatura la ciudad, cual es el pensamiento filosófico que subyace para
comprender lo urbano, los efectos en la ciudad misma y los efectos de realidad
de este discurso?
El no haberse
leído ningún libro en específico sobre el barrio no desautoriza a nadie para
hablar, referirse y producir saber desde este lugar y realidad concreta. En
forma de pregunta afirmación partimos del barrio que sólo existe en relación a
una periferia del centro y se encuentra situado en donde se ubican las fábricas
u hospitales. Migrantes del campo a la ciudad,
grupos sociales laboriosos que pusieron su fuerza en las fábricas, clase
trabajadora para hablar aquí de los territorios obreros, con relación al
contexto y la historia de Medellín...
Ahora, pensando el dispositivo
de clasificación social y geográfica: la imagen de los Barrios obreros vs.
Barrios de empleados en la configuración de Medellín, con la idea de distinguir las clases y sus
rituales urbanos, se observa los “barrios” de los burócratas están ubicados
demarcando el centro de la ciudad.
En este caso
en los años 50´s y 60´s del siglo XX, la ciudad imagen hace referencia al
centro y como unidad territorial traza fronteras y no permite una
identificación tal con ella. El barrio como unidad y espacio propio de
gentileza e intercambio es más concreto que la ciudad o la nación y siempre
será la patria de sus habitantes. A pesar de que son territorios que no cuentan
con espacio público y lugares para el encuentro planeados, los ritos, la sociabilidad, los
saberes, maneras y formas de construir sus entornos mantienen la vida urbana.
En breve, son
distintas las maneras y ordenes cotidianos de los barrios obreros que los de
empleados, sólo la relación –visual y georeferenciable- de cercanía con el
centro/periferia los ubica, les da comportamientos, rutinas, jucios, formas, valores, distinciones, gustos y mapas a las
personas como cuerpos de un producto urbano formalizado.
La política de
lo informal, la solidaridad y las relaciones instantáneas se oponen a la
política de lo formal. Aunque se maquille y se busque con obras públicas y
proyectos turísticos a las "comunas" como espacios de ciudad, nos atrevemos a
afirmar que el barrio con respecto a la ciudad y su planeación ha sido desde
siempre una periferia, donde se vive al diario y la sobrevivencia, que se opone
y lo destruyen con lo que se planea y
ejecuta de los planes de gobierno, los urbanismos y los discursos oficiales,
mediáticos y comerciales. A la par que el saber académico por decir algo está
apartado de las realidades y necesidades de los entornos habitados por los
marginados y empobrecidos.
Más que nunca
hoy el obrar del urbanismo social, las políticas urbanas mediatizadas y el
desconocimiento académico nos referencian al barrio como problema –inconcluso,
sin conocerse o reconocerse-, fuente
documental –de la resistencia ante la anomia globalizante, el relicto de la
diversidad a la urbanalización-, y desafío –con sus formas de hacer, saber y practicar- a la
ciudad, sus planes de gobierno que los descentran bajo el sofisma o cortina de
humo de recuperarlos o intervenirlos para transformarlos poco a poco a los
modelos de lo mismo.
Tomemos el
caso concreto de Junín como un lugar para el brillo social de acuerdo a su última remodelación urbana en
pro de los transeúntes y turistas. Recordemos que antes, en otros tiempos era
un lugar de distinción y exhibición pública y social de diferenciación de las
clases medias y altas de la ciudad. Sin embargo lo que se está generalizando en
los parques temáticos construidos es que los usan y disfrutan los (des)hechables,
los residuos que habitan en los barrios, llenos de brillo más que de
distinción para los que no estan planeados y ejecutados estos lugares en el modelo de la gentirficación.
Hoy el centro
de las ciudades paradójicamente no se piensa para los habitantes de los
barrios, sin embargo, son ellos sus pobladores, hombres y mujeres considerados desperdicios
humanos, frustrados y bandadas de criminales los que marcan, vitalizan,
recargan la energía del centro y por ende de la ciudad, dejando una huella en
estos espacios globales. Saludos a las gentes y jóvenes de los barrios, con esto ha comenzado mi manifiesto urbano.