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La Ciudad Graffiti

Nos están robando el horizonte

Experimentación con IA a partir de analogías a la obra Horizontes de Francisco Antonio Cano y las visuales alusivas a la construcción de edificios en la zona de Las Palmas de Medellín. Imagen tomada de la red social X por Josty. 2025.
¿Ustedes también han notado en las últimas semanas cómo en Medellín nos están robando el horizonte? Como escritor de graffiti me he venido preguntando seriamente por el ascenso aparentemente silencioso de ese edificio que se levanta cada día más en ladera oriental, sobrepasando el borde de la montaña en la zona de Palmas.

¿Cuál es el sentido de estar peleando entre nosotros por muros cada tanto, y quedarnos pasivos cuando nos roban hasta el paisaje? En mis años como escritor de graffiti una de las cosas que este mismo hacer me ha enseñado de mil maneras es que el Graffiti es una pregunta por la ciudad, por lo que siendo de todos a veces no es de nadie.

Y entonces ¿el paisaje qué? ¿no nos importa porque no es un muro para satisfacer nuestro ego y aspiraciones? El paisaje y el hábitat son derechos fundamentales para nosotros como escritores, artistas, ciudadanos y seres humanos, pero no nos atrevemos a levantar la mirada del nivel del suelo. Qué chimba que podamos pelear por nuestros derechos como nos paramos por un spot, que no seamos espectadores pasivos de un boom inmobiliario -porque nos da muritos pa pintar-, compradores compulsivos que dependen de una multinacional que nos haga las pinturas, y seres que viven de espaldas a su mundo como esa gente que anda muy feliz trabajando como si nada con el matagatos ese que quiere ser dizque presidente (o mercader del poder).

El graffiti es una voz poderosísima, ustedes lo saben; ellos también. Por eso tratan de usurparla, de callarla, si no es con unas Lukas, será con el garrote, así como quieren usurpar el paisaje. Mientras la ciudad, la naturaleza y el placer del goce estético ¿para quiénes son? Nos dicen que tenemos que renunciar a una parte del paisaje, de nuestro Horizonte, para que los más ricos puedan tener una vista privilegiada, esos mismos poderosos que dicen proteger no sé qué tradiciones antioqueñas pero son los primeros que salen a vender hasta el paisaje que han romantizado al extremo de convertirlo en una comedia rosa, insípida y traqueta.

Luego vendrán por más, ya saben lo que decía Gabo de lo que va a pasar con el culo de los pobres cuando la caca tenga algún valor, a ese poder de siempre no le importaría hipotecarnos de por vida, vean que vivimos en una ciudad cada vez más privada, y el graffiti andando con veleidades superficiales, actuando como agente esencial de la gentrificación sin mediar reflexión, divorciado de la historia y sin vocación de poder aparte de la que le impongan los mecanismos institucionales.

Josty

La Ciudad Graffiti

El graffiti en la encrucijada ¿Cooptación?

Letras y frailejones. Obra de Ghetto. Parque de la conservación. Galería Guayabal. Fotografía cortesía Agencia APP. 2025.

En Medellín estamos viviendo un momento que merece ser leído con cuidado.

El graffiti lettering, históricamente marginado o tratado como vandalismo, por fin está entrando al gran formato y a espacios públicos y privados a través de la institución. No es un detalle menor que escritores estén pintando culatas completas de edificios, con letras gigantes y estilos propios. Eso, sin duda, representa una conquista simbólica: el graffiti deja de ser tolerado en la esquina para ser visible en el skyline.

Pero, al mismo tiempo —y esa es la contradicción que no podemos evitar nombrar—, en espacios como el Parque de la Conservación el graffiti entra con una condición: estar ahí, sí, pero bajo un marco previamente definido. Se le permite aparecer, pero no ejercer su potencia plena. Se acepta el lettering, pero usado como barrera, como “cordón de seguridad visual” para que el resto del espacio siga siendo exactamente igual a lo que ya era: una gráfica amable, animalista, sin riesgo conceptual y estéticamente idéntica a la de hace cinco o seis años. Es decir: se avanza en presencia, pero no necesariamente en sentido.

Ocelote Albina. Obra de Chos. Parque de la conservación. Galería Guayabal. Fotografía cortesía Agencia APP. 2025.

Lo que se llama “obra concertada” funciona, en parte, como legitimación y, en parte, como control. Se incluye al artista y al escritor, pero dentro de un diseño ya decidido. Hay participación, pero condicionada. Se amplía la nómina, pero no el campo de posibilidades estéticas. El graffiti no fue invitado a transformar el espacio: fue invitado a blindarlo.

Y basta contrastar con otro caso: el proyecto de Gaseosas Lux. Ahí no hubo “manual de zoología visual”. No hubo instrucciones temáticas ni curadurías de baja intensidad que camuflan dirección. Hubo libertad real. ¿Resultado? Una masterpiece que no busca encajar en una narrativa institucional, sino ampliar el lenguaje del artista y del escritor.

Universo Graffiti. Pieza maestra en la fachada de la planta de Gaseosas Luz. Galería Guayabal. Fotografía Víctor Jiménez. 2025.
Eso plantea una pregunta incómoda ¿Por qué un proyecto privado permitió más libertad creativa que uno público?

No es un asunto de presupuestos. Es un asunto de confianza. Cuando la institucionalidad le teme al arte y al graffiti, los encierra en un guion. Cuando se les permite ser lo que son, aparece el riesgo, la diferencia, la obra viva.

No se trata de negar los avances: que el graffiti esté en gran formato es histórico. Que haya escritores jóvenes pintando a escalas de alta y mediana medida es una victoria de años de disputa. Pero sería ingenuo confundir presencia con autonomía.

Más de 5 animales. Obra de Cereso Monkey. Parque de la conservación. Galería Guayabal. Fotografía cortesía Agencia APP. 2025.
La verdadera discusión no es si ahora nos dejan pintar. La discusión es en qué condiciones, con qué límites, para decir qué y con qué lenguaje. El punto no es destruir lo que existe. El punto es evitar que lo existente se presente como la única forma posible de hacer arte urbano y graffiti en Medellín.

Porque cuando lo público solo acepta lo decorativo y lo privado permite lo experimental, algo está invertido. Y cuando el mural institucional se parece a sí mismo desde hace seis años, pero el nivel técnico de los artistas y escritores sí evoluciona, el estancamiento no está en el arte: está en la curaduría.

El desafío que viene no es entrar a los muros: ya estamos ahí. El desafío es que esos muros no sean solo superficies aprobadas, sino territorios de sentido.
Letras y coral. Obra de Barto Scribba. Parque de la conservación. Galería Guayabal. Fotografía Barto. 2025.

Si el arte urbano y el graffiti no pueden cuestionar, incomodar, desbordar o innovar, entonces solo cambia el tamaño del muro, no el lugar del artista y del escritor.

José Monroy

La Ciudad Graffiti

Arte urbano pictórico en Medellín: Libertad creativa

Universo graffiti. Producción conjunta. En la imagen obras de Blese, Jomag y Shamo. Galería Guayabal (Gaseosas Lux). Fotografía: Víctor Jiménez. 2025.
Medellín ha mantenido un arraigo marcado en el arte costumbrista, que privilegia la representación de imágenes ¨bellas¨ como fin último de la producción artística. Esa herencia visual ha nutrido el trabajo en los muros de la ciudad y ha favorecido su visibilidad. Sin embargo, resulta preocupante que esa lógica se presente como la única vía en los proyectos públicos; el arte urbano puede y debe ser también una herramienta de pensamiento crítico y de pluralidad estética.

Es importante destacar los grandes esfuerzos desde los distintos ámbitos por el fortalecimiento de la practica artística y las buenas intenciones con las que la mayoría ha trabajado en estos proyectos. Pero también es necesario replantear algunos puntos sugerentes a la libertad creativa, ya que ha sido una de las banderas que se promueven. En las recientes convocatorias y proyectos se observa una tendencia a priorizar objetivos, agendas y narrativas institucionales de ciudad que responden a políticas mas amplias que al mismo que hacer artístico.

Esta lógica produce algunos efectos preocupantes. Lo primero es que transforma el arte urbano pictórico al precarizar el trabajo creativo, limitar las narrativas emergentes y reducir el potencial transformador del arte urbano pictórico, enfocándolo únicamente en un producto para el consumo turístico, decorativo y propagandístico. Además, impone marcos curatoriales y administrativos que homogenizan estilos y prácticas. Así mismo, otorgan a funcionarios públicos con conocimientos en otras disciplinas y sin formación artística el poder de evaluar y validar las propuestas, incluso cuando estas se encuentran dentro de estos mismos marcos curatoriales pasando por encima de la autonomía del propio artista.

La precariedad habitual de las prácticas artísticas en nuestros contextos nos obliga a aceptar los proyectos pese a los desacuerdos que tenemos. De todas formas, creo que la crítica y el análisis profundo, con garantías y disposición, pueden fortalecer los procesos desde todas las partes involucradas. Por ello planteo algunas acciones concretas:
  • Mesas amplias en donde se expanda el conocimiento sobre el arte actual, sin sesgos previamente construidos ni jerarquías preestablecidas sobre lo que es válido en el arte.
  • Una curaduría y coordinación artística comprendidas como un acompañamiento y potenciación de procesos, y no como una “policía estética” que limite o condicione la multiplicidad de las propuestas artísticas.
  • Apertura a nuevos lenguajes contemporáneos, promovidos desde la formación académica e institucional, que incluyan voces de otras disciplinas y dinámicas artísticas.
En conclusión, proteger la libertad creativa no implica estar en contra de las tradiciones, sobre todo cuando estas hacen parte de las búsquedas genuinas de los artistas. Significa, más bien, abrir el campo de posibilidades, permitir que convivan múltiples sensibilidades y reconocer que la diversidad estética también construye identidad. La libertad creativa no destruye lo que existe, sino que lo amplía; No ignora la historia, la enriquece con nuevas formas de mirar y crear.

Jomag Ariza

Latidos

Seminario de Grafiti y Arte Urbano Gráfico de Medellín: Memorias, lenguajes y prácticas.


El Seminario de Graffiti y Arte Urbano de Medellín: Memorias, lenguajes y prácticas, realizado el 9 de octubre de 2025, en el marco de la Bienal LATIDOS, fue un encuentro de saberes sobre política pública, curaduría, creación, acción, derecho, comunicación y circulación.  Más que un encuentro académico o artístico: fue una conversación viva entre generaciones, territorios, públicos y formas de entender la ciudad. Durante una intensa jornada, Medellín se miró en su propio espejo urbano y reconoció en los muros la huella de sus memorias, sus luchas y sus búsquedas colectivas.
Asistentes al seminario en el auditorio Beethoven. Fundación Universitaria Bellas Artes. Fotografía cortesía Agencia APP. 2025.
El evento, organizado por ComuniGraff, la Agencia APP y la Secretaría de Cultura Ciudadana del Distrito, y operado por la Fundación Universitaria Bellas Artes, contó con el apoyo de diversas universidades del Distrito: la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia, la Universidad San Buenaventura, el Tecnológico de Artes Débora Arango, la Universidad Luis Amigó, la Corporación Universitaria Remington, la Universidad Pontificia Bolivariana y la Institución Universitaria Salazar y Herrera.
Participantes del seminario en la jordana de la mañana. Fundación Universitas Bellas Artes. Fotografía cortesía Agencia APP. 2025.
Con 277 personas inscritas, 211 asistentes activos durante el día, 111 certificados entregados y más de 400 vistas de la transmisión en vivo, el seminario confirmó que el arte urbano ya no se concibe como una práctica marginal, sino como un campo legítimo de conocimiento, de gestión cultural y de política pública, por lo que certámenes como este merecen realizarse anualmente.
Dos generaciones. James Durango "Brick-J", uno de los pioneros del graffiti en Medellín con su hijo Jacob, compartiendo pasiones y espacios. Fundación Universitaria Bellas Artes. Fotografía cortesía Agencia APP. 2025.

Una mañana para pensar la ciudad desde sus muros, prácticas y políticas

María Clara Arrubla presentando los avances de Agencia APP. Fotografía cortesía Agencia APP. 2025.
La jornada inició con una serie de paneles que pusieron sobre la mesa los temas más urgentes del arte urbano contemporáneo. El panel de política pública reunió a Cristian Cartagena (Subsecretario de Arte y Cultura de la Secretaría de Cultura Ciudadana), María Clara Arrubla (Agencia APP) y Manuel Mejía (ComuniGraff), quienes reflexionaron sobre los retos institucionales de consolidar una política distrital que acompañe los procesos de creación, circulación y reconocimiento del arte urbano en Medellín,, a la luz del acuerdo 010 de 2020 como carta de navegación para el fortalecimiento del Arete Urbano Gráfico.
Manuel Mejía, representante de Comunigraff, expone desde el gremio cómo se ve el avance en la política pública. Fotografía cortesía Agencia APP. 2025.
Luego, el panel de curadores —con Juan David Quintero, Juan Fernando Vélez (Pachamama), James Durango (Brick-j) y Fredy Álzate (Constelaciones)— trazó una mirada sobre la curaduría como práctica expandida, donde el muro, la calle y la ciudad galería se entrelazan en una misma narrativa visual.
Juan Fernando Vélez "Pachamama" participa en el panel de curadores con James Durango y Fredy Álzate. Fotografía cortesía Agencia APP. 2025. 
Puedes ver los paneles de política pública y de curadores, o dar clic al enlace aquí


El panel de colectivos, integrado por Alejandra (Suuralas), Anyela (Pirañas Crew) y José (Graffiti Art), resaltó el papel de las escuelas y festivales en la construcción de ciudad desde el arte colaborativo, siendo la razón de ser y raíz de la bienal.
Alejandra Calle (Colectivo Suuralas), José Monroy (Graffiti Art Escuela) y Anyela Vanegas (Pirañas Crew) comparten sus visiones desde los procesos organizativos. Fotografía cortesía Agencia APP. 2025.
El panel de protagonistas, con Alejandro Villada (Pac Dunga), William Monsalve (Fast) y Verónica Morales (Rarónica), permitió recorrer cuatro décadas de historia del graffiti en Medellín, un viaje por estilos, territorios y generaciones que han dejado su trazo indeleble en la memoria urbana.
Rarónica, Fast y Pac Dunga, tres generaciones del graffii y el arte urbano compartiendo visiones y perspectivas. Fotografía cortesía Agencia APP. 2025.
Puedes ver los paneles de colectivos y protagonistas, o dar clic al enlace aquí

 

Una tarde de  diálogos y saberes sociográficos compartidos

Taller de derechos de autor y propiedad intelectual con el artista y abogado David Gómez (UdeA). Fundación Universitaria Bellas Artes. Fotografía cortesía Agencia APP. 2025
En la jornada de la tarde, el seminario se transformó en un espacio de aprendizaje colectivo. En las mesas y diálogos de Saberes abordaron temas cruciales para la profesionalización y sostenibilidad del arte urbano. 
Taller de internacionalización del arte urbano con Nino Gaviria de la Universidad San Buenaventura. Fundación Universitaria Bellas Artes. Fotografía cortesía Agencia APP. 2025.
El abogado David Gómez (UdeA) orientó el espacio sobre propiedad intelectual, mientras Nino Gaviria (Universidad San Buenaventura) compartió estrategias sobre internacionalización del arte urbano. 
Mesa de cartografía femenina en el arte urbano gráfico con Carmen Álvarez (Tecnológico de Artes Débora Arango) y Verónica Morales (Universidad Luis Amigó). Fundación Universitaria Bellas Artes. Fotografía cortesía Agencia APP. 2025.
Por su parte, Catalina Rojas (UdeA) guio a los asistentes en la creación de un portafolio efectivo para creadores, y Carmen Álvarez (Débora Arango) junto a Verónica Morales (U. Luis Amigó) lideraron el taller Cartografía femenina: voces que habitan la ciudad, un diálogo sensible sobre la presencia de las mujeres en el espacio público y en las narrativas visuales urbanas.
Taller de portafolio efectivo para creadores con Catalina Rojas (UdeA). Fundación Universitaria Bellas Artes. Fotografía cortesía  Agencia APP. 2025.
Cada conversación, cada ejercicio, reafirmó que el arte urbano gráfico y  el graffiti en Medellín es una práctica estética, una forma de pensamiento, una pedagogía de lo sensible y una herramienta política que redefine la relación entre artes, visualidades y territorio.

Todos los actores, todos los sectores, todos los latidos

El Seminario LATIDOS 2025 fue una experiencia colectiva donde la ciudad se pensó a sí misma desde sus muros, lenguajes y prácticas. Entre palabras, colores y memorias, quedó claro que el arte urbano gráfico y el graffiti no solo se pintan: también se estudia, se gestiona, se enseña y se transforma. Medellín —con su historia marcada por el arte urbano— late al ritmo de sus creadores, investigadores, docentes y estudiantes, demostrando que los muros son archivos, los aerosoles instrumentos de memoria, las personas bibliotecas y referentes sociales, y el arte una manera de habitar el futuro.


Descarga documento matriz de sistematización en el siguiente enlace

Descarga las presentaciones de los panelistas y talleristas en el siguiente enlace

Descarga las transcripciones de los paneles, conversatorios y talleres en el siguiente enlace

Latidos

 El pulso del arte urbano gráfico y el graffiti

La Bienal LATIDOS 2025 encontró en la Fiesta del Libro y la Cultura un escenario ideal para dialogar desde su eje académico sobre la historia, el presente y el futuro del arte urbano gráfico y el graffiti en Medellín. A través de un ciclo de dos charlas, artistas, colectivos y públicos diversos compartieron experiencias que evidencian cómo las prácticas gráficas y visuales se ha consolidado como lenguaje de resistencia, identidad y memoria en los territorios.

Integrantes de Prañas Crew. Fiesta del libro y la cultura. Jardín Botánico. Fotografía Juan David Quintero. 2025.
El 19 de septiembre, en el Cuentódromo, se realizó la primera charla del ciclo: “La ciudad de las amigas: mujeres, arte urbano gráfico y activismo”, protagonizada por la colectiva Pirañas Crew. Las artistas Juliana Ruiz, Luisa Cárdenas y Anyela Vanegas, reflexionaron sobre el papel de las mujeres en la construcción de ciudad desde el arte urbano, a la vez que hicieron el estreno del documental que lleva el mismo nombre de la charla. Asistieron estudiantes de instituciones educativas, quienes participaron activamente en un diálogo sobre arte, feminismo y comunidad.

El 21 de septiembre se llevo a cabo el conversatorio “El poder de transformación sociocultural del graffiti en Medellín desde los años 80”, a cargo de Alejandro Villada Ríos "Pac Dunga" del colectivo 4Eskuela, junto al escritor de graffiti Pastwo Mesk. El encuentro ofreció un recorrido por las raíces del graffiti local, desde sus inicios en los barrios hasta su consolidación como una expresión artística reconocida y respetada. La conversación, acompañada de una buena asistencia, puso en valor las cinco o seis generaciones de escritores y graffiteros que tiene el Distrito y el Valle de Aburrá desde la década de 1980, así como las experiencias de quienes han pintado la ciudad en estos 40 años, convirtiendo los muros en testigos de las luchas, sueños y resistencias.

Asistentes y panelistas en un domingo sobre la historia del graffiti. Fiesta del libro y la cultura. Jardín Botánico. Fotografía Víctor Jiménez. 2025.
Estas charlas, cargadas de memoria y experiencia, reafirmaron la potencia de estos seres visuales y gráficos, que han echo de estas prácticas lenguaje colaborativo, ciudadanía cultural y herramienta pedagógica. En un escenario dedicado a los libros y las letras, la voz del muro se hizo escuchar con fuerza por mujeres, jóvenes y escritores legendarios, recordando que la palabra también se escribe con color, aerosol y comunidad.

Latidos

Talleres que conectan palabra, color, corazón y ciudad

Taller de caracteres (personajes) y dibujos. Fiesta del libro y la cultura. Fotografía Juan David Quintero. 2025.
En el marco de la Bienal LATIDOS 2025, la Fiesta del Libro y la Cultura en el Jardín Botánico del Distrito de Medellín se convirtió en un laboratorio vivo de creación urbana. Los talleres de graffiti y arte urbano fueron el punto de encuentro entre palabra, color y ciudad, permitiendo a niñas, niños y jóvenes descubrir nuevas formas de narrar su entorno, a la vez que, abrió las puertas a las escuelas y festivales que existen en las comunas y barrios. La propuesta, liderada por la Agencia APP, la Secretaría de Cultura Ciudadana, ComuniGraff y aliados del sector artístico y comunitario, busca acercar al público a las prácticas del graffiti y el arte urbano como ejercicio de expresión, memoria y resistencia.

Taller de plantillas. Fiesta del libro y la cultura. Fotografías José Gómez Montoy. 2025.
El 19 de septiembre, la jornada inició con el taller “Todo un cuento hacer plantillas”, una experiencia creativa en alianza con la escuela Graffiti Art. Durante la actividad, 17 estudiantes de grado noveno del Colegio Cosmo School exploraron la técnica del esténcil, entendiendo cómo las imágenes y las palabras pueden mezclarse para transmitir mensajes potentes desde lo visual. La dinámica fue participativa, marcada por la curiosidad, la experimentación y una interacción constante entre jóvenes y talleristas.
Taller de caracteres. Fiesta del libro y la cultura. Fotografías Juan David Quintero. 2025.
El 20 de septiembre, el turno fue para el taller “Caracteres, otra forma de escritura”, desarrollado junto al David Ocampo de Museo Urbano de Memorias y la artista Fluffy. A la sesión asistieron más de 10 jóvenes de la Corporación Proyectarte, quienes se adentraron en la creación de personajes y estilos dentro del lenguaje del graffiti. Las letras, convertidas en rostros, gestos y trazos, revelaron la diversidad expresiva del arte urbano y su potencial para contar historias personales y colectivas.

Taller de letras. Fiesta del libro y la cultura. Fotografías Eskibel. 2025.
Finalmente, el 21 de septiembre se realizó el cierre con el taller “Escritura de graffiti”, orientado por Bartto Scribba, que propuso una reflexión sobre la escritura creativa como forma de identidad. Los participantes exploraron la composición de letras, la gestualidad del trazo y la manera en que cada estilo puede convertirse en una voz propia dentro del espacio urbano. En conjunto, los talleres demostraron que el graffiti es una práctica que educa, sensibiliza y conecta generaciones a través del arte y la palabra.
Taller de letras. Fiesta del libro y la cultura. Fotografía Juan David Quintero. 2025.

Arte urbano y Audiovisual




El mes pasado me pidieron que recomendara para una revista buenos documentales de arte urbano. Gracias a la magia de internet, en este post de #StreetArt dejo el artículo y los documentales para ver online y subtitulados. Desde los primeros “writters” de Nueva York en los 80′ s pasando por los colectivos del “do it yourself” en Estados Unidos, el graffiti de Venezuela, el stencil de Buenos Aires, a Exit through the gift shop, la película de Banksy.

Explicar el street art es como que nos quieran contar el gusto del dulce de leche o la melancolía de una estación de subte a la madrugada. Imposible. Es querer poner en palabras lo que únicamente puede entenderse cuando nos atropella de frente, en plena calle y sin aviso. Ese arte rebelde, que se escapó de las galerías y los museos, y buscó las paredes, en cada una nos está diciendo algo diferente.

Pero existen “cazadores de momentos” que logran capturarlas, conservar esas paredes y sobre todo su relación con el marco, la ciudad, a través del lente de una cámara. Tony Silver con Style Wars (1983) nos metió sin anestesia en las vidas de los “Writters” de New York y su “bombing”, los graffitis en los trenes que cruzaban de un lado al otro la gran manzana, sus razones, sus luchas, las que poco o nada tienen que ver con las de los graffiteros de Pinto con lata (2011), el documental del venezolano Fernando Toussaint, que muestra cómo en Caracas lo prohibido, lo ilegal, es el motor más fuerte de esas pintadas.


En Exit through the gift shop (2010) el inglés Banksy registró en acción a varios de los mejores artistas del mundo, incluido él, el más público y al mismo tiempo el más anónimo, y expuso dos caras de una misma moneda: la del movimiento revolucionario que representa el arte urbano y a los que toman su estética de la calle para enmarcarla y venderla en serie. La mirada más íntima está en Beautiful losers (2008), con la llegada del arte callejero a las galerías y los artistas en una primerísima persona. Al comienzo del film la voz en off de uno de ellos nos da, sin saberlo, quizás la razón de que el street art no pueda explicarse: “…un idioma que no necesitabas estudiar para entender, sólo tener un corazón”.

Exit through the gift shop (2010)

Style Wars (1983)

Pinto con lata (2011)

Beautiful losers (2008)

Stencil Buenos Aires (2008)

El graffiti: La piel del Arte Urbano


Medellín, Viernes 8 de Noviembre de 2013

Hace unos días un cantante famoso decidió intentar lanzar su carrera como Graffitero en la ciudad de Bogotá. Pintó en la Calle 26, considerada tal vez la más importante de la capital, pero no lo hizo solo, fue acompañado por una escolta oficial, cerrado un carril y cubierto por los medios a nivel nacional. El país se indignó.

Meses antes otro joven local, no tan famoso, pero sí talentoso y con ganas de reivindicar su existencia en la ciudad hizo lo mismo en otro puente de Bogotá. La respuesta: asesinado y criminalizado. El país también se indignó.

Las pregunta que surgió:
¿A una estrella internacional se le cierra la calle más importante de la capital, y a un joven local se le asesina y criminaliza?

Por eso hoy en Medellín desde las 6pm estaremos diciéndole a la ciudad que los graffiteros, los artistas del graffiti, los artistas urbanos, los muralistas o como se quiera identificar cada uno, tenemos DERECHO A LA CIUDAD. Nuestras expresiones son tan válidas como las de cualquier estrella internacional.

No somos un solo proceso, ni una marca, esta toma no le pertenece a nadie. Nos pertenece a todos. A aquellos que siempre hemos pensado que una ciudad llena de color es mucho mejor que el gris pálido y sucio que para algunos representa el orden. 

Y no es en contra de nadie, es a favor de una ciudad que reconozca y respete el poder de una expresión, que para muchos se ha convertido en una opción de vida por todo el país. Por eso no estamos solos, Bogotá ya lo hizo, Cali, Manizales y San Juan de Pasto este fin de semana también se tomaran las calles, esas que son de todos.


Así que hoy nos vemos en EL DEPRIMIDO DE SAN JUAN AL FRENTE DE LA ALPUJARRA... Lleva tus latas!