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Latidos

Pulsaciones: Agüd

En el gesto de Agüd, la infancia no es un recuerdo ni un tema; es un horizonte que se impone, una pulsación transmitiendo, todavía habitándonos.

Con más de catorce años de experiencia en muralismo, pintura y procesos comunitarios, este artista colombiano imprime en el muro la verdad de lo que no se olvida: la memoria, la desigualdad, la resistencia. Su obra es viaje y territorio, pero también retorno: a los rincones donde fuimos niñas y niños, donde aún vuelven a nacer las preguntas que nadie contestó.

Desde Colombia hasta España, Brasil, México, Perú, Italia y Estados Unidos, Agüd ha intervenido muros y espacios públicos, no para adornarlos, sino para reescribirlos. En la frontera entre México y Estados Unidos, su mural se ganó miradas por lo que denunciaba —la deshumanización de quienes migran— y por lo que ofrecía —su humanidad de vuelta.

Porque en su práctica, el arte es acción: junto a comunidades vulnerables, en contextos de migración o exclusión, ha liderado proyectos donde el muralismo se vuelve vehículo de transformación y sanación colectiva.

En esos muros, pintados en escucha y en comunión, Agüd despliega su compromiso: utilizar la creación plástica como herramienta participativa, como espacio de encuentro entre generaciones que han sentido la infancia como vulnerabilidad o el mejor momento de la vida. Su trabajo junto a fundaciones y comunidades transforma las paredes en cuadernos públicos gigantes de voz compartida.

La infancia se evoca y plasma como territorio simbólico y político: territorio de derechos, de memoria, de lucha. En los barrios y zonas donde interviene el arte dialoga con la desigualdad, con la marginación, con la esperanza y la vida cotidiana de la gente.

Visualmente, su obra combina figuración con atmósferas casi oníricas: rostros de niños, expresiones detenidas, paletas de colores que evocan el polvo del camino, las estrellas, las situaciones pasando, el sol que atraviesa la grieta de un muro. 

Su estética se sitúa en ese espacio híbrido entre el muralismo latinoamericano, el arte urbano contemporáneo y la intervención comunitaria: sale a la calle a inspirarse, tensiona sus ideas con los cuadros vivos de los espacios, comparte con la gente entendiendo sus necesidades y construye procesos. Lo participativo no es accesorio, es método, y quizás el corazón, la obra misma.

«A través del mural busco que la infancia no sea solamente lo que fue —la nostalgia— sino lo que podría ser: un derecho, una voz, un territorio para imaginar juntos». (AGÜD, entrevista para Infobae, 2025) infobae

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Latidos

 Pulsaciones: Eskibel

El primer mural que marcó el rumbo de la carrera de Eskibel apareció en 2009, cuando tenía apenas 16 años. Ya llevaba varios años explorando el graffiti y el tagging en las calles, experimentando con el aerosol y con la estética —y la ética— que define esta cultura urbana. Hasta mediados de 2018, la calle fue su principal escuela: allí aprendió las técnicas, los códigos y la potencia expresiva del muro como espacio de resistencia y comunicación.

En 2014 ingresó a estudiar Sociología en la Universidad de Antioquia, y esa experiencia académica transformó su mirada sobre el arte. Durante varios semestres desarrolló investigaciones sobre arte urbano, reflexionando sobre sus dimensiones sociales, políticas y simbólicas. De ese proceso surgió una propuesta visual vinculada al discurso del nuevo muralismo, corriente que integra elementos de la pintura de estudio, el muralismo clásico y el street art, con la intención de generar obras de alta plasticidad que inviten a la reflexión crítica.

El paso del graffiti al nuevo muralismo supuso para Eskibel una transformación profunda en su relación con la calle, los tiempos de producción y los territorios. Apoyado en los saberes sociológicos, la cultura Hip Hop y el proceso organizativo dela corporación Manguala, busca crear imágenes humanistas, cargadas de sentido social y diálogo comunitario. Cada mural se convierte en una conversación con quienes habitan los espacios donde trabaja, una apuesta que conecta su obra con el arte relacional y con la escucha activa de los territorios.

A lo largo de más de diez años de trayectoria, Eskibel ha participado en numerosos festivales locales, nacionales e internacionales, así como en espacios de conferencia y formación artística. Su práctica no se limita a la pintura: se expande hacia la enseñanza, la investigación y el debate sobre el papel del arte urbano en la transformación social. En cada muro, su obra deja ver una búsqueda constante por conectar estética, pensamiento crítico y memoria colectiva.

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