Relaciones Hombre - Animal - Alimento

COMA CUENTO Y CARNE.


Publicidad de los cortes de la carne de Res de FEDEGAN. En Carnicería de la Placita de Flórez.
Foto: Camila Flórez.
Alimentación, consumo y publicidad de la carne.

La alimentación es una necesidad y una elección cultural,  y ocupa más que un lugar o un espacio pues no se refiere sólo a lo que se  incorpora o se expande, habla de lo que somos y seremos desde los productos objetos en los que posamos nuestros sentidos al engullirlos y  la subjetividad al apropiárnoslo adquiriendo rutinas  de  comunicación y compra.

La alimentación como proceso cultural en la modernidad alimentaria:

Haciendo las Fotos para un catalogo de Carnes. Foto: Camilo Gaviria.
Las características de la modernidad alimentaria están dadas por la aceleración del tiempo social, la planetarización alimentaria, la humanización del  tiempo y el espacio, ocasionando la desestructuración del gusto y por lo tanto de la identidad. Estas transformaciones se combinan con permanencias culturales y sociales, que intensifican la dispersión (disolución) del sujeto. En este contexto se produce el comensal moderno, el cual constituye por sí mismo un acontecimiento alimentario, en tanto que con sus prácticas alimentarias individuales, modifica las prácticas comunes y los modelos o referentes de representación social.

Un ejemplo claro de esta situación es lo que eran a grandes rasgos los espacios donde se expende carne: de la plaza de mercado, la feria dos veces a la semana en la ciudad, el encuentro y regateo en el espacio público  por la carne salada y al aire, pasamos a técnicas de conservación, congelamiento y  comercialización vinculadas con  el espacio privado –público- hipermercado apoyado en un modelo publicitario de propiciar el consumo de Carnes –o marcas- empacadas al vacio, que usted, el comensal globalizado, selecciona de unos refrigeradores y los empaca en bolsas plásticas.


Haciendo las Fotos para un catalogo de Carnes. Foto: Camilo Gaviria
Esta modernidad a la que nos referimos  consiste en el posicionamiento de la función simbólica del alimento –o de un producto- a través de la publicidad.


La publicidad, el consumo y el alimento Carne:

Catalogo publicitario. Diseñador: Camilo Gaviria.
La publicidad es un fenómeno característico del capitalismo avanzado. Tiene un papel relevante con relación a los procesos de concentración del capitalismo industrial en la segunda parte del siglo XIX y todo el XX por ser un dispositivo de la identidad social del hombre. Para Eliseo Colón el discurso publicitario es un medio de legitimación del capitalismo mundial, consistente en una propuesta de producción y recepción textual, que genera un tipo de subjetividad, útil a esta forma de economía.

O sea que si se trata de tener hatos ganaderos en Colombia y de ofertar en los almacenes de cadena diversas  marcas y carnes, se concluye que se logra a cabalidad,  siguiendo la propuesta  de modelo que subyace en el párrafo anterior. En lo que no hay una respuesta muy clara, es cuando  se dilucida el problema de que de 100 colombianos 15 consumen carne en la actualidad, según la encuesta nacional de la situación nutricional[1],  y que la mayoría de la gente en el campo y en los  barrios periféricos de la ciudad(es) accede muy poco a un alimento considerado necesario e importante dentro de la canasta familiar por ser rico en proteínas y fundamental para el crecimiento y el consumo mínimo de calorías por persona; sin embargo viene la paradoja o el mito en esta ciudad y país, pues en las bocas de nosotros y los medios de comunicación  somos un país tendente a la ganadería, creemos que la carne conforma uno de nuestros platos principales de lo que llamamos cocina colombiana y defendemos a cabalidad el  ya viejo slogan del fondo nacional de ganaderos de  no coma cuento coma carne, cuando se está alimentando de arroz, sopa y agua panela como plato fuerte del día.

Porcicarnes. Expendio en el barrio Buenos Aires.
Foto: Camila Florez
Por eso uno de los campos más afectados o enriquecidos por el mercado desde el dispositivo publicitario es la alimentación y la cocina debido a una globalización que es sinónimo de abundancia y modernidad alimentaría en consonancia con la publicidad como herramienta formadora de una nueva subjetividad humana.

La enajenación alimentaria  y la imposición de modelos de subjetividad es lo que se ha querido imponer desde la política o el discurso oficial, el pensamiento médico y de la nutrición, incluso desde los terratenientes, los ganaderos y actualmente desde el  plan 2019 Colombia todos a marchar ¡una bovino por habitante¡[2], pues  se promueve el  discurso de que se consuma carne por la población colombiana, pero que pasa,  la carne es un producto suntuoso en el presente y en el pasado, ligado a elites y grandes clientelas  al cual acceden los que tienen como financiarlo. Entonces dadas estas condiciones de existencia la mayoría de la población ni le llegará una adecuada porción de carne de los 48 millones de cabezas  proyectadas que existan al 2019, en 28 millones de hectáreas del territorio colombiano.

Encontramos entonces que la comida es simbólica y habla de quien la consume, de su grupo y sus gustos. En consecuencia, es comúnmente utilizada para caracterizar la identidad (un plato típico) o sentido común de una población, hablar de la economía de una región, de los gustos locales, pero además, para hablar de las retóricas de una colectividad, pues al hacer su parte como signo y símbolo cultural permite su articulación discursiva entre alimentos y por lo tanto la construcción de gramáticas visuales que hablan de la cultura local. Los alimentos y las prácticas alimentarias hablan de lo que somos.

Porcicarnes. Expendio en el barrio Buenos Aires.
Foto: Camila Florez.
Comer carne por su parte es recordarnos dos cosas fundamentales, que nos comemos al animal y en este acto nos animalizamos, somos conscientes de lo antropófago de nuestra especie por supervivencia o por elección cultural, y  se hace palpable el vínculo entre la sangre  y la muerte con el degüello del ganado  y la incorporación del animal como alimento.


Hipermercados, sentidos, estética y carne alimento:

Continuando estos enlaces entre publicidad, consumo, ganadería, espacios que propician consumos, hipermercados y tratando de seguir una línea desde la estética funcional de Leroi Gourham, hemos llegado a entender que existe un comportamiento ESTÉTICO que Constituye el tejido de relación individuo/grupo, mediante un código de emociones que asegura la inserción afectiva en la sociedad, un biopoder.



Publicidades de Carnicerías en la Plaza de Mercado la América y en el barrio la América. Comuna 12.
Fotos: Víctor Jiménez.
El biopoder lo definimos aquí como el conjunto de mecanismos de rasgos biológicos que pueden convertirse en una estrategia general (política) de poder. La noción de poder significa la habilidad y destreza de estructurar el campo de acción del otro, interviniendo en el dominio de sus acciones posibles. En el campo publicitario y para el objeto de este ensayo, el biopoder se entendería en el caso de la publicidad de la alimentación en los supermercados como los mecanismos de diseño, atracción, orden, selección, disposición, organización, serialización y uniformidad de los productos con el fin de capturar y conducir a los consumidores a otros productos, otros comportamientos, valores, tiempos, rutas y otras necesidades.

Para el caso de la carne que trinchamos, incorporamos y engullimos en lo local, rural y nacional podemos decir que cada vez se pasa más de los ritmos y valores de la carne que lo asocian con lo animalesco y sangriento a formas y  estilos de presentaciones refinadas de gran trabajo y cositeria en la preparación, la oferta, el comercio, el orden culinario al que pertenecen y la tradición cultural especifica o regional en la que se inscribe.

Se siente que la estetización de la oferta y del consumo  de carne emerge de un proceso  a la par de la cultura delgada y light  que es la intelectualización de hechos biológicos, logrando cohesión con el medio natural y social, valiéndose de utilizar en este caso la publicidad, el comercio, los restaurantes y la gastronomía las sensaciones Viscerales, Dérmicas, Musculares, Olfatogustativas, Auditivas y Visuales,  al igual que del aprovecharse del privilegio que el comensal o poblador da a lo que ve y lo que oye.

La humanización del TIEMPO y el ESPACIO, que se logra a través de los SIMBOLOS es el campo por excelencia privilegiado por  la publicidad  y el universo alimentario para transformar desde los  consumos los gustos y representaciones sociales, es lo que llamaríamos una estética de la carne propia de la alimentación que se relaciona fuertemente entre su forma y su función, espacios que se crean a dentro  fríos, iluminados, llenos de refrigeradores y asepsia a más no poder, donde los carniceros se visten igual que los panaderos, completamente de blanco, fieles a una ESTETICA FUNCIONAL en donde se busca lograr la imposición de un discurso y un modelo de comportamiento de cada ciudadano en el espacio  que propicia la compra. Es decir  la publicidad –visual-  basa en la percepción su estrategia de fondo para generar la demanda en los consumidores y en conclusión  su manera de actuar logra realizarse en el habitante que compra en la  carnicería adentro o al frente del supermercado. 

Arreglador de Carne de cerdo en una carnicería de la plaza de mercado la Minorista.
Foto: Leonardo Jiménez
“La vida colectiva logra la integración espacial mediante movimientos y ritmos, configurando una red artificial, que hace parte de un sistema de referencias que asegura la cohesión del grupo, dando lugar a dispositivos de relación que rigen las relaciones entre los sexos, las generaciones, grupos sociales, que se expresan en: adorno, actitudes, lenguaje, estética social y vida figurada[3]”  


[1] De cada 100 colombianos 15 consumen carne, 3 de cada 10 consumen verduras. ENSIN. Encuesta Nacional Sobre la SITUACIÓN Nutricional en Colombia 2009 - 2010. Noticias vista en las noticias del canal RCN de las 12:30 m. 03/06/2010.
[2] Plan Estratégico de la Ganadería en Colombiana 2019. PEGA. Veren: http://portal.fedegan.org.co/PEGA_Regionales/03_Documentos/PEGA%202019.pdf.  10/06/2010. 11:17 pm.
[3] Leroi Gourham, André. El Gesto y la Palabra. Universidad central de Venezuela. 1971.