Latidos

Bienal de graffiti y arte urbano de Medellín

!Artistas seleccionados para intervención en bajo de puente Avenida Guayabal!

Pepe 96 accionando. 2 de septiembre de 2017. Fotografía: Víctor Jiménez
El equipo de Arte Urbano de la Agencia APP comparte el viernes 7 de noviembre a las 7 p. m. el Informe de evaluación y selección correspondiente a la Invitación No. 5 de la Bienal LATIDOS 2025, destinada a intervenir el bajo del puente de la Avenida Guayabal con Calle 10, en el marco de la Galería Guayabal Fase 2.

El documento incluye el listado completo de artistas habilitados, no habilitados y seleccionados, junto con los puntajes asignados por el Banco de Artistas y las fechas de las próximas actividades. Se estableció que cualquier observación al informe se recibiría hasta el 9 de noviembre a las 8:00 p.m., a través del correo arteurbano@app.gov.co.

Entre los artistas seleccionados destacan nombres de alta trayectoria como Mr. Shifo (Graffiti) y Pepe96 (Graffiti); la mediana trayectoria estuvo representada por Chosen y Omer en graffiti, y Juanos y Fluffy Rabbit en muralismo; mientras que la emergente incluyó a Don Juan y Primitivo, mostrando la diversidad de miradas, estilos y trayectorias que convergen en la escena artística de ComuniGraff.  Para conocer el informe completo da clic aquí

La intervención artística se desarrollará en las columnas del bajo del puente, integrando ocho obras individuales que transformarán este espacio vial en un corredor de arte, identidad y movilidad segura. Cada artista contará con autonomía creativa, bajo el acompañamiento de la Dirección Artística de la Bienal LATIDOS, asegurando coherencia curatorial y armonía visual con el entorno urbano de la Galería Guayabal Fase 2.

Este momento simboliza el cierre de las convocatorias públicas de LATIDOS 2025, consolidando un acontecimiento hito del siglo XXI donde el arte urbano se materializó como un espacio de encuentro, diálogo y visibilidad para los artistas locales. El proceso refuerza el carácter de un proyecto colectivo de arte urbano, que visibiliza la creatividad y la fuerza de los barrios y comunas, transformando a Medellín en un Museo a cielo abierto de rutas y galerías de Arte Urbano.

Latidos

Bienal de graffiti y arte urbano de Medellín

!Se abre convocatoria pública para intervención en bajo de puente Avenida Guayabal!
Avenida Guayabal con la Calle 10. Bajo de puente conocido como "El Chorizodromo" donde se encuentra el negocio Carnes del puente de Guayabal. Imagen tomada de la noticia "El motivo por el que sellaron el puesto de carnes debajo del puente de la Av. Guayabal", intervenida con graffiti a partir de IA Gemini. 2025.

El equipo de Arte Urbano de la Agencia APP abrió la Invitación No. 5 de la Bienal LATIDOS 2025, destinada a intervenir el bajo del puente de la Avenida Guayabal con Calle 10, en alianza con la Secretaría de Infraestructura Física. 

Esta convocatoria se dirigió a los artistas del Banco de Artistas Urbanos Gráficos de Medellín, incluyendo categorías de alta, mediana y emergente trayectoria, y se concibió como una de las últimas oportunidades de participación pública de la bienal en esta edición.

Para esta intervención se seleccionarán ocho (8) artistas con el siguiente perfil:
  • 2 artistas de alta trayectoria en graffiti
  • 2 artistas de mediana trayectoria en graffiti
  • 2 artistas de mediana trayectoria en muralismo
  • 1 artista emergente en graffiti
  • 1 artista emergente en muralismo
La intervención del Bajo de Puente de la Avenida Guayabal con Calle 10 marca un nuevo hito dentro de la Galería Guayabal, un corredor artístico que articula el arte urbano con la naturaleza, la movilidad y la memoria industrial del sur de Medellín. En este punto convergen la historia del trabajo, los paisajes del río y la fuerza del graffiti, que ha hecho de Guayabal un territorio clave en la evolución estética del arte urbano gráfico de la ciudad.

Cada obra debe ser individual y de creación libre, asignada por la Dirección Artística según la trayectoria de cada participante. La convocatoria estableció fechas precisas para asegurar transparencia y organización: las inscripciones comenzaron el 5 de noviembre y cerrará el 7 de noviembre a primera hora, para tener los resultados de los seleccionados en la noche. Las intervenciones artísticas se ejecutarán del 21 al 26 de noviembre, consolidando estos muros como un espacio de expresión y registro de la creatividad urbana, que abren o cierran, la Galería Guayabal.

Para garantizar el acceso a la información y facilitar la participación, se compartieron los documentos de referencia y las herramientas de inscripción: la Invitación No. 5 – PDF, el listado de muros disponibles y el formulario de inscripción.

Esta convocatoria queda registrada en la memoria de la Bienal LATIDOS como un hito de participación artística, reflejando la fuerza y diversidad del arte urbano en Medellín. Además, representa la última convocatoria pública de la bienal en su primer ciclo en el 2025, cerrando un capítulo de intervenciones en el que más de 50 artistas transformaron la ciudad en una galería viva, en un museo a cielo abierto, donde los muros son testigos del pulso creativo de los artistas y un Distrito creativo, artístico y cultural.

Latidos

Pulsaciones: Leo2

A los catorce años, Leo2 encontró en los muros una forma propia de respirar. No pintaba para escapar, sino para entender lo que lo rodeaba y quizás hacerse uno.

En las noches y los días en Angelópolis (Antioquia) y luego en las calles de Medellín y otras ciudades aprendió a leer las calles, a descifrar su pulso, a reconocer a otros escritores que también hablaban con letras y color. Desde entonces, su inspiración ha estado ligada a ese acto de caminar, observar, dejarse afectar y ver en los muros.

“Al final creo que la calle es mi gran inspiración. De ahí he sacado la mayor parte de mis ideas. Pintar y estar presente en ella es lo que me ha movido a seguir pintando todos estos años”. — Leo2

Esa relación orgánica con el espacio público define su obra: un diálogo entre el grafiti y el paisaje, entre la memoria urbana y la intención que radica en el yo de hacerse notar.

El estilo que representa surge a partir de la fluidez de los tags, los dinámicos y complejos trazos de la escritura salvaje de letras, acompañado de fondos inspirados en la naturaleza fantástica y los bellos paisajes colombianos donde la fauna y la flora son temas recurrentes, enmarcados en arboledas coloridas teñidas del amarillo profundo de los guayacanes. 

La calle es su aula, su taller y su galería. Allí sus prácticas gráficas y visuales se hacen escritura y cuerpo: se comparte, se discute, se borra, se lucha, se vuelve a pintar. 

El graffiti para Leo2 es "una pasión y forma de posicionamiento que le permite superarse y estar seguro desde un lugar de enunciación que lo hace sentir cómodo", viviendo un intenso ahora. En sus obras y piezas se conserva su raíz nómada y su espíritu libre, pero también nos invita a la contemplación. En su trabajo, la calle es territorio que late con lo afectivo, lo autoral, lo abstracto y el presente.

Aunque así mismo y para la comunidad se reconoce como un graffitero tradicional, su trabajo esta en esa frontera entre el grafiti y la pintura mural contemporánea. Su dominio del las letras de estilos salvajes y codificados concretan lo formal al convertir la letra en territorio, la palabra en paisaje, y el tag en fondo o cielo.

Recomendaciones

Visualiza la charla virtual Pulsaciones. Conexiones y ritmos vitales, o da clic aquí

La Ciudad Graffiti

Nos están robando el horizonte

Experimentación con IA a partir de analogías a la obra Horizontes de Francisco Antonio Cano y las visuales alusivas a la construcción de edificios en la zona de Las Palmas de Medellín. Imagen tomada de la red social X por Josty. 2025.
¿Ustedes también han notado en las últimas semanas cómo en Medellín nos están robando el horizonte? Como escritor de graffiti me he venido preguntando seriamente por el ascenso aparentemente silencioso de ese edificio que se levanta cada día más en ladera oriental, sobrepasando el borde de la montaña en la zona de Palmas.

¿Cuál es el sentido de estar peleando entre nosotros por muros cada tanto, y quedarnos pasivos cuando nos roban hasta el paisaje? En mis años como escritor de graffiti una de las cosas que este mismo hacer me ha enseñado de mil maneras es que el Graffiti es una pregunta por la ciudad, por lo que siendo de todos a veces no es de nadie.

Y entonces ¿el paisaje qué? ¿no nos importa porque no es un muro para satisfacer nuestro ego y aspiraciones? El paisaje y el hábitat son derechos fundamentales para nosotros como escritores, artistas, ciudadanos y seres humanos, pero no nos atrevemos a levantar la mirada del nivel del suelo. Qué chimba que podamos pelear por nuestros derechos como nos paramos por un spot, que no seamos espectadores pasivos de un boom inmobiliario -porque nos da muritos pa pintar-, compradores compulsivos que dependen de una multinacional que nos haga las pinturas, y seres que viven de espaldas a su mundo como esa gente que anda muy feliz trabajando como si nada con el matagatos ese que quiere ser dizque presidente (o mercader del poder).

El graffiti es una voz poderosísima, ustedes lo saben; ellos también. Por eso tratan de usurparla, de callarla, si no es con unas Lukas, será con el garrote, así como quieren usurpar el paisaje. Mientras la ciudad, la naturaleza y el placer del goce estético ¿para quiénes son? Nos dicen que tenemos que renunciar a una parte del paisaje, de nuestro Horizonte, para que los más ricos puedan tener una vista privilegiada, esos mismos poderosos que dicen proteger no sé qué tradiciones antioqueñas pero son los primeros que salen a vender hasta el paisaje que han romantizado al extremo de convertirlo en una comedia rosa, insípida y traqueta.

Luego vendrán por más, ya saben lo que decía Gabo de lo que va a pasar con el culo de los pobres cuando la caca tenga algún valor, a ese poder de siempre no le importaría hipotecarnos de por vida, vean que vivimos en una ciudad cada vez más privada, y el graffiti andando con veleidades superficiales, actuando como agente esencial de la gentrificación sin mediar reflexión, divorciado de la historia y sin vocación de poder aparte de la que le impongan los mecanismos institucionales.

Josty

Cocina y comida

Del Oído al Paladar: Cuando Guapi y el Pacífico suenan en el barrio y La Ladera

Hay encuentros que desafían la geografía. El jueves 30 de octubre de 2025, la Sala Mi Barrio del Parque Biblioteca La Ladera en Medellín se transformó en un territorio del Pacífico colombiano. Del fogón al piano, del manglar a la montaña, los saberes y sabores de Guapi viajaron hasta las comunidades de los barrios de Medellín y la biblioteca La Ladera para demostrar que la cultura no conoce fronteras cuando se comparte con generosidad y convicción.

Más de 45 personas se congregaron esa tarde para el cierre de SonoGustoso, un proyecto que durante meses documentó la riqueza culinaria de Guapi a través de las voces de sus mujeres sabedoras. Entre los asistentes había 15 jóvenes curiosos, 10 adultos en plenitud de la vida, 20 adultos mayores con sus propias memorias y perspectivas del Pacífico, y 3 o 4 niños que descubrían por primera vez los sabores y sonidos de un territorio lejano pero cercano en su esencia.

Cuando el Pacífico suena a piano: el primer toque

El evento comenzó de la manera más apropiada posible: con música. Antes de las palabras, antes de las explicaciones, antes de cualquier concepto, estaba el sonido puro del Pacífico traducido a piano y voz.

Yao & Crissbeth abrieron la tarde con su propuesta "Pacífico a piano y voz": una intervención que podría parecer contradictoria (el piano no es instrumento tradicional del Pacífico) pero que resultó profundamente coherente. Los ritmos afropacíficos traducidos a teclas de piano, guasá y caja mantuvieron su alma intacta. La voz de Crissbeth se elevó con la fuerza de los cantos ancestrales, los arrullos que mecen la vida, los alabaos que despiden a los muertos, las coplas de los viejos que cuentan historias de amor y dan enseñanzas de las resistencias.

Este primer toque fue fundamental: preparó los corazones antes que las mentes. Los adultos mayores comenzaron a moverse en sus sillas, varios reconociendo melodías que conocían desde niños. Los jóvenes, inicialmente en sus celulares, fueron dejándolos de lado para aplaudir e integrarse en los coros. Los niños, inquietos, se movieron con los sonidos.

La música creó el ambiente perfecto: un territorio emocional compartido desde donde comenzar el viaje hacia Guapi.

La palabra del director: contexto y compromiso

Después de que la música preparara el terreno, llegó el momento de las palabras. La socialización por parte del director del proyecto Sebastián Alarcón "Boom Pollo" contextualizó todo lo que estaba por venir. Explicó los orígenes de SonoGustoso, sus objetivos, su metodología de trabajo con la Fundación Chiyangua, el tiempo en que hizo el viaje y el proceso de la producción de la mano de este estímulo para habitantes de la comuna 8.

Pero más allá de los aspectos técnicos, el director compartió la filosofía detrás del proyecto: el reconocimiento de que los saberes culinarios tradicionales son patrimonio cultural inmaterial invaluable, que las voces de las mujeres sabedoras merecen ser amplificadas, que la fundación Chiyangua y la cocina del Pacífico tiene mucho que enseñarnos sobre soberanía alimentaria, sostenibilidad, biodiversidad y resistencia cultural.

Habló de las azoteas como espacios de autonomía, de los fogones como altares de abundancia, de las recetas como documentos. Habló con pasión y emoción de un sonidista que le cuesta dirigirse a los demás, explicando el proceso de documentación sonora, la importancia de crear repositorios accesibles, el valor de proyectos que ponen en diálogo territorios aparentemente distantes como Guapi y Medellín.

Los asistentes escucharon con atención. Para muchos, era la primera vez que oían hablar de la cocina tradicional no como folklore pintoresco sino como conocimiento local, práctica política y acto de resistencia. Las caras reflejaban sorpresa, reconocimiento, algunos asentimientos de quienes ya intuían estas conexiones.

Un viaje sonoro colectivo: escuchando juntos

Luego vino el corazón del evento: la escucha colectiva del último episodio del podcast. Escuchar juntos es un acto político: es reconocer que hay historias que merecen atención colectiva, voces que deben amplificarse, saberes que necesitan circular más allá de sus territorios de origen, acciones que nos desconecten de los móviles y pantallas superando juntas y juntos una sociedad distraída.

En la sala, el silencio respetuoso se llenó con las voces de Teófila Betancurt, Marcelina Solís y otras matronas hablando del futuro de la cocina guapireña. Resonaron las reflexiones sobre la transmisión de saberes de las mujeres de la Fundación Chiyangua.

Los 20 adultos mayores presentes reconocían en esas voces ecos de sus propias madres y abuelas. Varios de ellos son migrantes que llegaron a Medellín décadas atrás, y en cada relato parecía encontraban fragmentos de su propia historia, sabores que creían olvidados, técnicas que pensaban perdidas. Algunas lágrimas discretas rodaron por mejillas curtidas.

Los 15 jóvenes se mostraron especialmente cautivados. Para muchos de ellos, criados en contextos urbanos alejados de las cocinas tradicionales, escuchar a una persona joven como el director hablar y luego escuchar su manera de valorar estas formas identitarias y culturales por medio de narrativas digitales, despertó interés y sorpresa.

Ruby: cuando el saber se hace vianda

Pero el momento que verdaderamente ancló toda la experiencia en lo tangible fue la presencia de Ruby, la matrona sabedora guardiana de la cocina, habitante de Medellín, oriunda de Timbiqui, municipio hermano del Guapi. Fue el momento de conectar con una sabedora en vivo, en carne y hueso, con sus propias manos e historias.

Ruby habló de las viandas y degustaciones que permitieron a los asistentes pasar literalmente del oído al paladar. Lo que había sido sonido y palabra se convirtió en aroma, textura, sabor. Lo abstracto se volvió completamente concreto, degustando un envuelto de maíz sobado con manteca de cerdo y leche de coco, acompañado de queso costeño y una porción de dulce pacífico. Para tomar: agua de panela con canela, clavos, anís estrella y hierbas de la azotea (huerta).

Mientras Ruby hablaba de su oficio, de cómo aprendió a cocinar de su abuela, de los secretos de ciertos platos, de la importancia de respetar los tiempos y los ingredientes. Y les asistentes pudieron ver en vivo lo que habían escuchado en los episodios: el conocimiento profundo y la generosidad de quien cocina para compartir.
Las degustaciones fueron momentos de revelación. Los adultos que quizá habían llegado con cierto escepticismo ("¿qué tan especial puede ser un plato tradicional?") descubrieron complejidades de sabor que no esperaban. Los niños probaron ingredientes nuevos, algunos con desconfianza inicial que se transformó en sorpresa placentera.

Ruby respondió preguntas, compartió anécdotas, explicó técnicas. Pero sobre todo, personificó todo lo que el proyecto SonoGustoso había estado documentando: el conocimiento vivo, la transmisión generosa de saberes, la dignidad del oficio culinario, la capacidad de crear comunidad alrededor de la comida. Y para cerrar el espacio nos cantó unos versos de una canción asociada con las cocinas y las comidas. Ese momento resumió el poder del proyecto: reconectar memorias dispersas, crear puentes entre experiencias que parecían aisladas.

El conversatorio de cierre demostró que el conocimiento no fluye en una sola dirección: de Guapi a Medellín, de las sabedoras a los aprendices, de las cocineras a los comensales. Fluye en múltiples direcciones cuando se crea un espacio genuino de intercambio. Ruby aprendió de las experiencias de los asistentes presentes, todos nos deleitamos con las músicas del agua del Pacífico, el director recibió retroalimentación valiosa sobre el proyecto, les asistentes se educaron mutuamente.

Del oído al paladar: un viaje completo

La estructura del evento no fue casualidad. Siguió la lógica natural de cómo los humanos aprendemos y nos conectamos con nuevas realidades culturales:

Primero, la música: el lenguaje universal que no requiere traducción, que llega directo a las emociones, que prepara el terreno.

Segundo, el contexto: las palabras que explican, que sitúan, que dan marcos de comprensión.

Tercero, las voces: los testimonios directos de quienes viven esos saberes, la documentación sonora que preserva memorias por medio de narrativas digitales, para el cado el docupodcast.

Cuarto, la encarnación: Ruby trayendo todo eso al presente inmediato, haciendo que lo documentado se vuelva experiencia viva.

Quinto, la degustación: el espacio donde todos aportan, donde el conocimiento se construye colectivamente en la celebración de compartir la comida.

Este recorrido llevó a los asistentes del oído al paladar, del concepto a la experiencia, de Guapi a La Ladera sin salir de la sala pero viajando completamente.

Más de 45 personas, una comunidad temporal

La diversidad de asistentes fue uno de los mayores logros del evento. 15 jóvenes que representan el futuro y la renovación. 20 adultos mayores que traen la experiencia. 10 adultos en plenitud de vida que pueden tender puentes entre generaciones. 3 o 4 niños que apenas comienzan a construir sus referentes culturales.

Esta mezcla generacional convirtió la Sala Mi Barrio en una comunidad temporal pero real, donde todos tenían algo que aportar y algo que aprender. Fue, en pequeña escala, lo que la cocina tradicional genera cuando funciona bien: comunidad.

Historias de conciencia, cocina y comida


El título del evento cobró pleno sentido. "SonoGustoso: Conciencia, cocina y comida guapireña". La conciencia se construyó a lo largo de toda la tarde: desde la música que despertó la sensibilidad, pasando por la contextualización que abrió la comprensión, los testimonios que generaron empatía, hasta Ruby que personificó la dignidad del oficio culinario.

La cocina se presentó en múltiples formas: como sonido en los podcasts e intervenciones sonoras, como imagen en los cantos, como proceso en vivo con Ruby, como concepto en el conversatorio.

La comida dejó de ser abstracción para convertirse en experiencia concreta: las viandas y degustaciones que Ruby preparó cerraron el círculo, demostrando que todo ese viaje teórico y emocional tiene una materialidad deliciosa, nutritiva, real.

Un cierre que abre caminos

El evento de socialización de SonoGustoso fue formalmente un cierre: la culminación de un proyecto de documentación que duró meses y produjo cinco episodios de podcast.

Pero todo cierre genuino es también apertura. Las más de 45 personas que salieron de La Ladera esa tarde llevaron consigo algo nuevo: conocimientos sobre cocina guapireña que las mujeres de la Fundación Chiyangua y Ruby habían compartido generosamente, reflexiones sobre patrimonio cultural, música que les quedó sonando en la cabeza, sabores reales en el paladar que confirmaban todo lo que habían escuchado, ganas de aprender más, curiosidad por conocer Guapi.

La energía que se genera cuando la cultura se comparte genuinamente es inagotable. Y esa tarde en La Ladera se demostró que los saberes tradicionales más que reliquias del pasado son herramientas para el presente y semillas para el futuro. Que la cocina del Pacífico tiene mucho que enseñarnos sobre sostenibilidad, comunidad, identidad y resistencia. Que vale la pena escuchar las voces de las sabedoras, ver el trabajo de sus manos, probar el resultado de su conocimiento, sentir la música de su territorio.

SonoGustoso es un proyecto de Sebatián Alarcón "Boom Pollo", Víctor Hugo Jiménez Durango y la Fundación Chiyangua que documenta los saberes y sabores de Guapi, Cauca. Todos los episodios del podcast, están disponibles para quien quiera emprender su propio viaje del oído al paladar, del fogón al piano, de Guapi hasta donde sea que estés leyendo estas palabras, a través de YouTube, búscanos.

https://www.fundacionchiyangua.org

https://www.youtube.com/@fundacionchiyangua5585