Castilla: Poblamiento y territorio




El Barrio es la expresión de la diversidad urbana. Esta diversidad se expresa en el concepto del lugar desde lo geográfico y en las manifestaciones particulares en la vida cotidiana.

El Libro Barrios que inspiran paisajes. Paisajes, fotografías y memorias. Castilla: poblamiento y territorio se ancla en estas dos variables las cuales permiten preguntarnos ¿por qué los barrios inspiran? Esta pregunta la podemos llevar al pensamiento universal barrial. Naguib Mahfuz, premio Nobel de Literatura 1988, se inspiró en el barrio Cairota de Al-Gamaliyya y esa inspiración en ese lugar, el barrio, le permitió ser el escritor árabe de mayor proyección universal. Allí aparecen en historias de barrio los temas de la cotidianidad tales como “Las hijas del harinero”, “La visita al cementerio”, “La prima Suad”, “El primer amor”, etc. Textos de gran imaginación que nos permiten evidenciar que desde el barrio los escritores se inspiran. En el caso de la poesía en Colombia, un ejemplo claro de inspiración desde los barrios es la obra del poeta Helí Ramírez Gómez. Libros como “En la parte alta abajo” y poemas como: “Era un solar”, “En la cancha”, “Gelatina”, “La tomatera”, etc., nos ilustran en esa dirección. En el campo de la novela la inspiración barrial la podemos observar en la “resignada paz de las astromelias”, obra de Rubén Darío Zapata que nos muestra las problemáticas de la barriada. Además, no podemos dejar de reconocer las temáticas barriales tratadas por José Guillermo Ángel y Reinaldo Espitaletta quienes nos abrieron un camino en la escritura de esta cotidianidad.

En el texto Barrios que Inspiran debemos destacar la ubicación del Barrio Castilla en el marco de la zona Noroccidental de la Ciudad, la cual por sus características geográficas y culturales es diferente de las zonas Suroccidental y Centro-occidental de la Ciudad. Sus geografías, lugares e imaginarios nos muestran particularidades en lo que en Medellín se ha denominado Otrabanda. Este Barrio, Castilla, se conforma desde las familias. Sus orígenes en las diez casas permiten identificar la Familia Toro, la Familia Urdinola, la Familia Villa y un conjunto poblacional que se genera en la década del treinta del siglo pasado. Víctor Hugo nos ubica la historia barrial desde la plaza de ferias, lugar donde trabajaron muchos de los pobladores del barrio, podemos recordar aquí los hijos de Marquitos, el de la casa roja de la subida de los pomos, hoy parque juanes. Además, alrededor de la plaza de ferias surgieron otros barrios de la Noroccidental, tales como Barrio nuevo, Téjelo, Pedregal y Toscana.

Nuevos Horizontes. Acrílico sobre lienzo. Dimensiones: 30 x 30 cm. Año: 2014. Juan David Henao Roldan. 
El barrio Alfonso López es otro escenario de inspiración. Este barrio, que se construye por el Instituto de Crédito Territorial (ICT), se establece sobre lo que fueron los tugurios que quedaban al lado del Hospital la María. Un hito de integración barrial en Alfonso López fue su Caceta Comunal, denominada el elefante blanco y el chispero, en la frontera con Castilla, calle 74 con carrera 94.

Además, no podemos olvidar la cancha de “la María” donde se desarrollaban los campeonatos de fútbol más importantes de la Noroccidental en la década de los sesentas. Allí jugaron equipos como el “Satélite”. El “Real Caribe”, el “Racing y la Esperanza”. Víctor nos recuerda con sus imágenes de Castilla el Barrio de la década del setenta, el bar los tangos en la carrera sesenta y ocho, esa piel que yace debajo de lo que hoy se denomina el boulevard. Nos recuerda el Centro Artístico Castilla, CAC, el grupo de jóvenes que hacían teatro, danzas, música y poesía. Nos ubica en el Oasis, los negocios de Don Jesús Molina, el Sastre, y que luego serían las heladerías del Barrio. Nos recuerda a Don Luis González, el de la Foto González y a su familia y nos eleva hacia el cerro tutelar del barrio, el picacho. Es aquí donde se produce la inspiración barrial de la publicación, cuando escarbando desde la memoria del subsuelo, como anotaba Dostoievski, Víctor nos eleva hacia las faldas y cerros de la Noroccidental.

**Jhon Muñoz Echavarría. 
Prólogo de la Publicación de cultura local, historia barrial y visualidades de ciudad Barrios que inspiran


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BiciRutas PATRIMONIALES


Las Rutas Patrimoniales responden al propósito de difundir y hacer memoria de parques, plazuelas y monumentos escultóricos de alto valor histórico cultural, mediante la creación de recorridos transitables a pie y en bicicleta, con el fin de valorizarlos y conservarlos, ampliando el conocimiento de sus personajes-estatuas y mejorando las alternativas de uso del tiempo libre y de la noche en los parques públicos.

Esta ruta patrimonial permite contribuir al desarrollo y proyección de las identidades locales al visitar con propuestas lúdico-culturales los espacios públicos del centro. En este empeño la idea es hacer una guía para el visitante, que en su conjunto le entrega rasgos sobre las independencias y modernizaciones a nivel local y nacional, en un recorrido seguro y con nuevos ojos sobre prohombres de la historia y lugares ya transitados.

Existen varias categorías de rutas, pero para este caso realizaremos una de las que hemos llamado “circuitos histórico culturales del patrimonio de arte público urbano”, los cuales están Insertos en el centro histórico de la ciudad, cuya extensión es reducida y puede hacerse en algunas horas.

Este recorrido en bicicleta y a pie por 5 seres humanos a quienes rememoramos en 3 parques, una plaza y una plazuela en el corazón urbano de la metrópoli son una ventana abierta al visitante, que da cuenta del patrimonio diverso, artístico y monumental que representa al país que vamos historiando y reconociendo. Asimismo, representan el desafío gubernamental para que estos bienes sean referentes de los itinerarios culturales para las futuras generaciones como espacios que brindan memorias y formas reales de acceso y acercamientos a la(s) historia(s), por lo que deben ser valorizadas desde una perspectiva de conservación, restauración y activaciones constantes, resignificando los lugares con estas acciones en biciruta y la producción de estos acontecimientos y escenarios[1].

“En Medellín hay 493 esculturas, según el inventario realizado en el 2013 por la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín”. “La historia de la escultura en Medellín es relativamente reciente, se remonta apenas a finales del siglo XIX. Tal vez la primera que se instaló fue la estatua de Pedro Justo Berrío en el Parque que lleva su nombre. Tomás Carrasquilla decía que era ‘la única escultura que existía en esta villa infulosa’. Después fue elaborada la estatua del Parque Bolívar, que luego de la muerte de su creador italiano, se le encargó a Eugenio Maccagnani, su sucesor hacerla con los bocetos del fallecido artista[2]”.

En esta ruta patrimonial nos basamos en las investigaciones de El Libro de los parques. Medellín y su centro, al igual que nos apoyamos en Jorge Echavarría Carvajal y un grupo de académicos de la maestría en Estética de la Universidad Nacional que produjeron la investigación Arte público en Medellín. La Ciudad de las (casi) 500 Esculturas. Glosario incompleto para su discusión; y finalmente tomamos de páginas web de biografías y de bibliotecas digitales académicas las lecturas de los más de 10 personas figurantes.

Simón Bolívar y el Parque Bolívar


El hombre[3].
Caracas, Venezuela, 1783 - Santa Marta, Colombia, 1830[4].

Bolívar es un personaje literario que no se puede abordar fácilmente, por la sencilla razón de que nunca se propuso hacer literatura, sin embargo nos dejó ríos de tinta en sus cartas, artículos, ensayos, memorias, proclamas y constituciones[5], que compiten con su crueldad y cobardía en sus batallas y gestas guerreristas.

José Antonio Páez, uno de los comandantes de los llanos orientales que lideró y consolidó la independencia ante los realistas en su compañía, quien después en 1928 se rebela por la autonomía separatista de Venezuela, describe a Bolívar así:

Bajo de cuerpo; un metro con sesenta y siete centímetros. Hombros angostos, piernas y brazos delgados. Rostro feo, largo y moreno. Cejas espesas y ojos negros, románticos en la meditación y vivaces en la acción. Pelo negro también, cortado casi al rape, con crespos menudos. Las patillas y los bigotes se los cortó en 1825. El labio inferior, protuberante y desdeñoso. Larga la nariz, que cuelga de una frente alta y angosta, casi sin formar ángulo. El General es todo menudo y nervioso. Tiene la voz delgada, pero vibrante. Y se mueve de un lado para otro, con la cabeza siempre alzada y alertas las grandes orejas. El General es decididamente feo y detesta a los españoles.

Siendo un criollo de ascendencia mestiza por lo que sus detractores lo apodaban “Chorizo”, amaba la vida de los lugares apacibles y de las villas que le recordaban su infancia, mientras que las ciudades del viejo continente le despertaban aburrimiento y fastidio por la vida al estilo europeo.

Se aspira a mostrar que Simón Bolívar fue un hombre de “carne y hueso”, y así romper con la abrumadora tendencia que caracteriza a los muchísimos libros escritos sobre el Libertador, en los cuales se le presenta como un héroe inalcanzable, despojado de emociones, de sentimientos, de afectos y, sobre todo, de vida amorosa (…) La paradoja es que, en la mitificación de los héroes, son válidas todas las versiones: la del devoto esposo, la del Libertador glorioso, la del cobarde que nunca fue buen jinete de caballo a decir de los llaneros, pero si amante insaciable y violador [6].

Francisco de Paula Santander y la Plazuela San Ignacio


El hombre[7]
Nació en la Villa del Rosario de Cúcuta, el 2 de abril de 1792, muerto en Bogotá, el 6 de mayo de 1840.

Prócer de la Independencia, militar, jurista, estadista y esencialmente fundador civil, varias veces presidente de la República. Ilustre guerrero, profundo político, liberal, gran hombre de la Nueva Granada, quien además de su amor a la ley y la libertad, se empeñó en hacer de la educación el bastión de la vida civil y de la independencia fundado escuelas primarias y colegios por todo el territorio, mientras se combatían contra los realistas y después de separada la Gran Colombia[8].

Manuel Pombo señaló que "Tenía buena forma de letra y la manía de escribir; por eso decían algunos que el Libertador adolecía de intemperancia de lengua, y el general Santander de intemperancia de pluma[9]".

“Se le ha tildado de traidor a Bolívar, de ladrón del primer empréstito internacional, de sanguinario en las ejecuciones de sentencias a muerte y de haber sido un hombre avaro, rencoroso, enemigo de los venezolanos y solo amigo de sus amigos (…) “Casandro” apoda Bolívar a Santander, “Trabuco” le dicen los bogotanos y “Soldadito de pluma” lo llamaron los llaneros venezolanos.[10]

De algunas de las más controvertibles situaciones de su vida entresacamos algunos episodios:
  • Ejecuciones de prisioneros, militares criminales y conspiradores.
  • Vida palaciega.
  • Guaquería inconclusa.
  • De amores y vástagos.
  • Viajero del mundo.
José María Córdova y el Parque de Boston

El hombre[11]
Nació en Concepción (1799) y murió en el Santuario (1829), Antioquia.

Córdova nació y murió en Antioquia, a la edad de 30 años. Según su biógrafa Pilar Moreno de Ángel[12], Córdova llevó una vida donjuanesca y era tan ducho en las artes del amor como en las de la guerra. Su educación fue autodidacta, dominaba el caballo como cualquier llanero, un hombre tosco, ambicioso y "resentido por su falta de educación", que dejó hijos naturales en el sur en Sandoná y en el actual Ecuador[13], ascendió a general, en tanto estuvo envuelto en varios concejos de guerra por conspiraciones y enfrentamientos entre los mandos, dadas las visiones y sed de poder en las luchas contra la reconquista española.

De acuerdo con van Rensselaer, José María Córdova era “el más buen mozo de todos los colombianos, de alta estatura, bien formado, de pelo y ojos negros, expresión determinada y digna, caballero en todas sus acciones, por sobre todo un hombre cabal, de honor estricto y cuya palabra es siempre cumplida”. Un hombre caracterizado por una profundidad afectiva insospechada, fue siempre afable y complaciente con los suyos, hasta el punto de ganarse la estimación incondicional de cada miembro de su familia, de sus amigos y de la generalidad de la población de Rionegro, ciudad a la que consideró su patria chica.

Pedro Justo Berrío Rojas y el Parque Berrío

El Hombre[14]
Fecha de nacimiento: lun, ago 13th 1827 - Fecha de defunción: vie, ago 13th 1875.

Berrío oriundo de Santa rosa de Osos fue comerciante, educador, abogado, militar y gobernador (dictador por 10 años) del departamento de Antioquia en su época federal (1856 -1886). Católico y al parecer conservador acérrimo, Carrasquilla lo definió como el modelo de hombre de padre y ciudadano, que en nuestras palabras lo definirían como todo un paisa. Estuvo envuelto en las batallas civiles del siglo XIX libradas por conservadores y liberales en la lucha por el control del poder y la organización de las élites burguesas dentro del marco de la república, el centralismo y las visiones después de 30 años de “independencia”.

En octubre de 1873 después de dos periodos como gobernador y sin riquezas acumuladas “sólo aspiraba a la dulce paz del hogar; y no alcanzó esto, pues a poco de regresar a la ciudad natal murió su virtuosísima esposa, doña Estefanía Díaz, y este terrible golpe lo afectó tan hondamente, que desde entonces se le desarrolló la enfermedad del corazón que le causó la muerte dos años después[15]

La vida de Pedro Justo Berrio Rojas y del caso antioqueño en esta época nos lleva a pensar en una perspectiva interactiva entre tradición y modernización, donde ambas se redefinieron y fundieron en la creación de un nuevo imaginario, el de una cultura regional[16].

Francisco Javier Cisneros y la Plaza Cisneros

El hombre[17]
Nació en Santiago de Cuba en 1836, y falleció en Nueva York en 1898.

Ingeniero, escritor, periodista, empresario y patriota con nacionalidad cubana y estadounidense, lideró la construcción de ferrocarriles en su país, Colombia, Perú y Nueva york.

Se inició en el periodismo como colaborador del periódico reformista El Siglo. Al momento del estallido independentista de 1868 era director del periódico habanero El País desde donde incitaba a los jóvenes a luchar por la independencia. Se relacionó con destacados intelectuales reformistas y revolucionarios cubanos, a la vez que, hizo viajes por el sur de América buscando ciudadanos solidarios con la causa cubana, una vez fue expulsado y sentenciado a muerte.

Poseía una personalidad decidida y valerosa, a la que no arredraban ni las fieras ni los miasmas deletéreos del trópico, pero tampoco las más feroces fieras y tormentas de la política local, pues venía respaldado por una gran escuela ingenieril norteamericana, curtido profesionalmente con diez años de experiencia ferroviaria y con las cicatrices aún frescas de su participación en una revolución inconclusa[18].

Con su imperiosa nariz de grandes fosas y sus tabacos como buen cubano, Cisneros era una persona dominante, organizadora e intransigente en asuntos técnicos, lo que lo llevó a ejercer sobre sus subalternos una influencia fuera de lo común, sobre todo en momentos de mayor desaliento.

Comunicar el Mar con los centros poblados del interior a través del Río Magdalena, había sido el primer imaginario que en Colombia llevó a Cisneros a buscar la manera de integrar las regiones con caminos de hierro. Con su proyecto de la red ferroviaria a la que llamó ‘trenes de fantasía y ferrocarriles de ilusión’ visualizó que el futuro de Colombia estaba en poblar los terrenos baldíos y comunicar el Atlántico con el Pacífico.

Premisas concluyentes


En cuestiones ideológicas, este momento está marcado en Latinoamérica por la construcción de la idea de “nación”, proceso en el que no faltarán como componentes ineludibles la fe en el progreso y el afán de europeización en muchos ámbitos de la vida cotidiana y de la cultura. Este factor se expresará, en la faz artística, en la intención de los gobiernos de crear urbes a imagen y semejanza de las más prestigiadas del Viejo Continente. En ese derrotero, los nuevos trazados urbanos, el desarrollo de la obra pública, la fiebre monumentalista asumida con el fin de dotar a las ciudades americanas de las estatuas de mármol y bronce de los próceres de la patria y otros personajes singulares, se erigieron en la imagen palpable del mismo[19]

Este rápido recorrido evidencia una paradoja contundente: el Centro de Medellín, que durante años fue habitado principalmente por las clases sociales más acomodadas, y que además constituyó un amplio, plácido y silencioso sector, hoy es el lugar predilecto de las clases populares, pues los estratos altos solo asoman por circunstancias especiales, como la visita de una tía pobre o la revalidación del pasaporte. Es un hecho: el Centro es pueblo[20].

Los parques, plazas o plazuelas del Centro constituyen un patrimonio solo por el hecho de estar allí, mantenerse en el tiempo como espacios urbanos y tener continuidad histórica, pese a los cambios de nombre, las intervenciones y los diferentes momentos de su configuración. No es un mérito menor sobrevivir al permanente rehacer de una ciudad como Medellín y conservar su condición de lugares referenciales. (…) Estos espacios realmente no son muchos. Tampoco son extensos, y por eso su magnitud no es lo más destacable. No todos fueron pensados y reservados previamente; por eso mismo hay dos grupos, al menos entre los siete de los que hablaremos aquí: mientras los parques Berrío, San Ignacio, Bolívar y Boston se delimitaron previamente para luego ser enmarcados por la arquitectura que configuró sus fachadas, las plazas Nutibara, Botero y Cisneros fueron obra de la inserción posterior sobre la trama urbana ya definida por la demolición de lo previo y el uso de la arquitectura que quedó, e, incluso, de la creación de una topografía artificial[21].

El arte público urbano es como una memoria tridimensional, nos cuenta el pasado y el presente de la ciudad. Gracias a él, esas memorias se conservan y, sobre todo, permiten que nos reconozcamos como habitantes de Medellín. Muchas memorias conviven: unas se expresan y otras están calladas. El ciudadano debe de estar atento, tanto a las que se oyen como a las que aún no hablan, pero que con su ayuda, pueden expresarse. ¿Cómo ayudarías tú a recuperar esas voces?[22]


Si quieres descargar y conocer la micro investigación completa en sus tres tópicos (biográfico, artístico-escultórico y arquitectónico-espacial), dar clic aquí

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Si quieres conocer más fotografías y sobre un conjunto de actividades que se están realizando durante septiembre, mes del patrimonio cultural, visita www.medellinsteampunk.com 



[1] Para conocer más sobre Medellín y lugares patrimoniales del centro histórico, ir al enlace de El Libro de los parques. Medellín y su centro. http://www.universocentro.com/Ellibrodelosparques.aspx
[2] La escultura comenzó a fines del siglo XIX a tomar un papel relevante acompañado de la expansión y creación de la ciudad. En sus inicios como monumento oficial para plazas y parques; luego la escultura comenzó a tomar un papel iconográfico que servía a las familias con mayores recursos para honrar sus ritos funerarios y recordar con honores a sus muertos en los mausoleos de los cementerios como el San Pedro.
Después apareció una camada de escultores antioqueños como Francisco Antonio Cano y Marco Tobón Mejía, el primero fundando su escuela y el segundo con una obra de arte a la vanguardia de lo que sucedía en el mundo. Paulatinamente personajes como los Marín Vieco y Pedro Nel Gómez darían otro aire al campo escultórico que hasta inicios de los años 70 era muy pequeño. Pasamos así a la obra de los alumnos del maestro Pedro Nel y de otras intervenciones al espacio urbano de la ciudad, al tiempo que vinieron obras que cambiaron la cara de ésta, como el acuerdo que promovió que las construcciones que excedieran los 2.000 metros cuadrados, aproximadamente, aportaran recursos a entidades culturales o construyeran obras de arte escultóricas para la comunidad. En: Medellín, ciudad de esculturas. Periódico El Mundo. Autor: Daniel Grajales. Fecha: 14 de Octubre de 2013. En: http://www.elmundo.com/movil/noticia_detalle.php?idx=225078& Recuperado el 15 de julio de 2015.
[3] Ver: Simón Bolívar. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/bolivar.htm y la Monografía sobre Bolívar http://www.biografiasyvidas.com/monografia/bolivar/ Recuperados el 12 de julio de 2015 a las 9:00 a.m.
[4] Simón Bolívar: una síntesis del Libertador. Tomado de Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 16 abril de 1991. Autor: Bushnell, David. En: http://www.banrepcultural.org/node/32305  Recuperado el 9 de julio de 2015 a las 8:00 p.m.
[6] Bolívar: las mujeres, la política y la gloria. Por: Quintero Montiel, Inés. En: Credencial Historia No. 274 de octubre de 2012. En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/octubre2012/bolivar-las-mujeres-la-politica-la-gloria Recuperado el 13 de julio de 2015 a las 5:00 p.m. Ver Análisis de lo Siniestro en La Carroza de Bolívar De Evelio José Rosero Diago. Tesis de maestría para optar al título de: Magíster en Literaturas Colombiana y Latinoamericana. 2014. Por: Ramiro García Medina. Universidad del Valle Facultad de Humanidades. En: http://bibliotecadigital.univalle.edu.co/bitstream/10893/7569/1/CB-0505026.pdf. También Bolívar, Simón. Autor Vargas Martínez, Gustavo. Parte de: Biografías Biblioteca Virtual del Banco de la República En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/bolisimo.htm Los documentos fueron recuperados el 17 de julio de 2015 a las 2:00 p.m.
[7] Francisco De Paula Santander. En: Antología Del Pensamiento Político Colombiano Jaramillo Uribe, Jaime. Fecha de publicación: 1970. Editorial: Bogotá: Talleres Gráficos del Banco de la República. Ver: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/politica/pensa/pensa15.htm Recuperado el 5 de julio de 2015 a las 11:00 a.m. También ver: Santander, Francisco De Paula. Autor: Castaño Zuluaga, Luis Ociel. Parte de: Biografías Biblioteca Virtual del Banco de la República. En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/santfran.htm Recuperado el 5 de julio a las 7:00 p.m. Y Repaso de Historia: Francisco de Paula Santander, Fundador Civil de la República. Por: Moreno de Ángel, Pilar. Parte de: Credencial Historia. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/enero1990/enero3.htm Recuperado el 5 de julio de 2015 a las 8:00 p.m.
[8] Ver Santander y la educación: los colegios republicanos, una herencia perdurable. Por: López Domínguez, Luis Horacio. Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 28. Abril de 1992. http://www.banrepcultural.org/node/32310
[9] En: Primeros años de vida de un Hombre de Leyes. La infancia de Francisco de Paula Santander. Por: Pilar Moreno De Ángel. Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia), Edición 144, Diciembre de 2001. Recuperado el 6 de julio de 2015 a las 10:00 a.m. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/diciembre2001/primeros.htm
[10] Francisco de Paula Santander: una personalidad compleja. Por: López Domínguez, Luis Horacio.  Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 212. Agosto de 2007. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/agosto2007/santanderpersonalidad.htm Recuperado el 6 de julio de 2015 a las 1:00 p.m.
[11] Bicentenario del movimiento de Córdova, 1779-1999. Cambios en la imagen de un héroe. José María Córdova: entre la historia y el mito. Por: Andrés López Bermúdez. Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Marzo 2000. No. 123. En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/marzo2000/123cordova.htm Recuperado el 20 de julio de 2015 a las 6: 00 p.m. Ver también la novela Un Encuentro con el General José María Córdova. Autor: Mario Melguizo Bermúdez. Editorial: U. Pontificia Bolivariana. 2012. Y Córdoba, José María. Autor: Molina, Luis Fernando. En: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/cordjose.htm Recuperado el 20 de julio a las 2:18 p.m.
[12] EL niño del caballo de juguete. José María Córdova: héroe legendario de Ayacucho. Por: Pilar Moreno de Ángel. Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 144, Diciembre de 2001. En: http://www.banrepcultural.org/node/73281 Recuperado el 21 de julio a las 8: 00 p.m.
[14] Berrío, Pedro Justo. Por Molina, Luis Fernando. Tomado de Biblioteca virtual Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá – Colombia http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/berrpedr.htm El 17 de Julio de 2015 a las 4:30 p.m.
[15] Pedro Justo Berrío. Conferencia leída por Rufino Gutiérrez, en la Academia Nacional de Historia, en su Sesión del 15 de agosto de 1920. En: monografías De Rufino Gutiérrez. Tomo II. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/dos/dos18a.htm Recuperado el 18 de julio a las 12:10 m.
[16] LUIS JAVIER VILLEGAS BOTERO. Las vías de legitimación de un poder. La administración de Pedro Justo Berrio en el Estado Soberano de Antioquia 1864 -1973. Colcultura. Santafé de Bogotá. D, C., 1996. 169 págs. Oscar Almario G. En: Revista Historia y sociedad 3. http://www.bdigital.unal.edu.co/23372/1/20248-68227-1-PB.pdf Recuperado el 19 de julio a las 1:33 p.m.
[17] Francisco Javier Cisneros Correa: El ingeniero, el periodista, el patriota revolucionario. Por Joel Mourlot Mercaderes. En: http://www.archivocubano.org/cisneros_correa.html Recuperado el 13 de julio a las 10:25 p.m. Y El ferrocarril de Antioquia: empresarios extranjeros y participación local. Juan Santiago Correa Restrepo. Revista de Estudios Gerenciales. Vol. 28 No. 123 Abr-Jun 2012 En: http://www.icesi.edu.co/revistas/index.php/estudios_gerenciales/article/view/1213/html Recuperado el 23 de julio a las 11:00 p.m.
[18] Centenario de un pionero del desarrollo. El ingeniero Francisco Javier Cisneros. 1836 - 1898. Por Alberto Mayor Mora. Tomado de CREDENCIAL HISTORIA. No. 102. En: http://www.banrepcultural.org/node/124744 Recuperado el 22 de julio a las 12:15 p.m.
[19] Carrara en Latinoamérica. Materia, Industria y Creación Escultórica. Rodrigo Gutiérrez Viñuales. Universidad de Granada (España). En: “Carrara nell’America Latina. Industria e reazione scultorea”. Berresford, Sandra (ed.). Carrara e il Mercato della Scultura 1870-1930. Milán, Federico Motta Editore, pp. 254-259, 2007.
[20] Pan y pueblo. Julián Estrada. En: Plazuela de San Ignacio, El Libro de los parques. Medellín y su centro. 2013. http://www.universocentro.com/Ellibrodelosparques/PlazueladeSanIgnacio.aspx Recuperado el 15 de julio a las 3:30 p.m.
[21] Inventario en pie. Luís Fernando González. En: Plaza de Cisneros, entre parques, El Libro de los parques. Medellín y su centro. 2013. http://www.universocentro.com/Ellibrodelosparques/PlazadeCisneros.aspx Recuperado el 25 de julio a las 3:30 p.m.
[22] Cuaderno del Arte Público en Medellín. La Ciudad De Las (Casi) 500 Esculturas. Cuadernos de Actividades. Jorge Echavarría Carvajal y grupo de académicos. Universidad Nacional de Colombia- sede Medellín. Facultad de Ciencias humanas y económicas. Maestría en Estética. Medellín, Colombia – 2014.

El laberinto de una promesa


Colombia: ¿culto a la cirugía plástica o narcoestética?

En este trabajo se describe un conjunto de discursos, prácticas, espacios y tiempos que se desarrollaron como procesos propios de la inserción del capitalismo en Medellín (Colombia), desde 1939 hasta 1962. Con este objetivo, se registran la producción y el papel del sujeto en los desarrollos relacionados con los saberes y los poderes del capitalismo, que constituyó durante la mitad del siglo XX una nueva configuración de subjetividades, provocada por unos intereses que convirtieron los espacios, los tiempos y la praxis ciudadana en nuevos tipos de ciudad y de vida cotidiana. Esto a través de una genealogía de la sociedad de consumo en Medellín entre 1939 y 1962, donde puede concluirse que estaba emergiendo el BIOS del consumismo, rastreado en las rotativas de las publicaciones periódicas de la época.

Colombia fue reconocida por sus centros comerciales
Así, pues, también se enfocará este trabajo en cómo Medellín se consolidó por “planes” de acción; en cómo entre la experiencia y la utopía se promovieron mecanismos, se significaron lugares, tiempos y formas de consumo; en cómo se establecieron libertades y tecnologías de gobierno que consolidaron enunciaciones sobre la cantidad de deseos por satisfacer, sobre la velocidad con la cual el individuo debía satisfacerlos y sobre cómo se aseguró la cualificación de funciones y competencias en la participación de la emergente vida consumista. Hizo emerger, efectivamente, al ciudadano de la época en condiciones donde los deseos iban trazando e implementando estímulos que guiaron las respuestas y las reacciones en la población. Comprender el conjunto de disposiciones que conformaron la fórmula normativa —que convirtió a la ciudad de mediados del siglo XX en un modelo de representación, en un escenario donde se preservó la luz de los respaldos económicos del mercado— es comprender la valoración ética del consumismo. Se quiere dejar claro, entonces, que la promesa capitalista fue la configuración de un ritmo impuesto por el mercado, que fundamentó una “dignidad” como plan de acción pública y eje fundamental de la identificación social que marcaría el uso de los espacios y de los tiempos[4], sintetizando en el sujeto consumidor la esencialidad de la ciudad de Medellín. En tal sentido, este artículo mostrará cómo la ciudad se alojó en las “simpatías místicas hacia el consumo”[5], como lo explicita la racionalidad económica[6] del dispositivo gubernamental, que planeó y delimitó la satisfacción como índice propio y singular del capitalismo[

Para leer el artículo completo de Juan Esteban Posada en la Revista No 57