EL PODER DEL GRAFFITI

.
Apropiaciones, trayectos formativos y resistencia cultural.
Por Víctor Hugo Jiménez Durango.

La Tribu Akowa, es una escuela de graffiti que nace en el 2010, en un colegio, hoy Institución Educativa del Popular en el barrio La Divina providencia, debido a la urgencia de expresar de las y los jóvenes que les gusta la música Hip -Hop y la cultura latinoamericana, en la zona 1 de Medellín, especialmente en los territorios de Popular, Santa Cruz, Santa Lucía, Villa del Socorro, San Pablo y Santo Domingo.

Al estar influenciados por la música hip-hop y vivir en barrios donde los contextos violentos son complejos y pan de cada día, ellos apostaron, lanzándose en contravía al conflicto armado, para identificarse con la cultura de los ghettos de EE.UU que era similar a la de sus experiencias y realidades, y a través del dibujo, el muralismo y el graffiti, generar otra ruta para el reconocimiento, el empoderamiento y la incidencia, que fuese distinta a las formas tradiciones de participación política juvenil, dentro de la comuna y la ciudad que construyen y habitan.

Por medio de la iniciativa de Jackgo y los jóvenes del barrio, inquietos y amantes de todo lo que tenga que ver con la búsqueda de las raíces, la imagen y lo visual, se dio inicio a esta “familia urbana”, comunidad de sentido y respuesta sociocultural, que con su nombre Akowa, recupera el grito indígena en la lengua de los Emberá, cuando marchan al combate contra los españoles, que significa “Por la libertad”.

“La clase” que no es “clase”. Jackgo con sus amigos de la tribu compartiendo conocimiento.
Fotografía: Julián Loaiza – Víctor Jiménez. 2013.
Comencé con la Pinga, con la moral de la escuela de grafiti. Habíamos hablado con el Luthor, bacano esto del arte popular, de la educación popular. Conocimos a gente de la U de A, y a Cultura Libertad, y todo giraba en lo mismo, el hip hop que nos salvo la vida. Entonces se nos ocurrió, vamos a compartir con los demás lo que sabemos de esto, no como de moda o que todo está en contra de la violencia, sino de corazón, el graffiti como forma de liberación y poder colectivo, y así comenzamos con la escuela de grafiti.

Hace 3 años, desde el 2010 en septiembre, en el colegio, luego en la casa juvenil en el 2011 y después en la JAC Popular 1 en el 2013, se ha llevado a cabo esta propuesta educativa barrial y socio gráfica, en trayectos formativos discontinuos, con tiempos de actividad entre 4 y 6 meses, una vez cada año.

La escuela de graffiti hace parte del Klan Ghetto Popular, la KGP, una hermandad musical que promueve la cultura hip-hop en la zona 1 de Medellín, quien a la vez, es una organización, miembro de la Red Artística Popular Cultura y Libertad.
Círculos de encuentro y amistad. Una noche de iniciación al graffiti.
 Fotografía: Julián Loaiza – Víctor Jiménez. 2013.

Esta organización de graffiti es un proceso de autogestión, participación y educación popular en vida de barrio, trabajo en equipo, dibujo, ilustración, pensamiento, graffiti y artes visuales. Su trayecto formativo está guiado por temas y preguntas por el espacio público, el contexto, el poder del graffiti y la identidad latinoamericana.

El animador Jackgo, líder de la escuela Akowa, entiende el proceso educativo como una manera colectiva de incidencia en el barrio y su transformación positiva, ya que consideran la unidad territorial barrial, como el último relicto de la diversidad y la resistencia al capitalismo.

En el dialogo que suscito este artículo, Jackgo afirma que la función de la escuela de graffiti…es ser el centro de integración entre la calle, los gustos y experiencias de los jóvenes de los barrios para cualificar el graffiti como arte urbano. He dado clases en la Milagrosa, en Manrique, en la zona 1, con el sueño, de que “la clase” no sea una “clase” y de que se tomen el graffiti como una expresión y un sentimiento real de resistencia, de nosotros; como un arte que está creciendo.

Para las y los jóvenes, niños, adultos interesados, los encuentros formativos son los lunes y los viernes a las 7:00 p.m. en la sede de la Acción Comunal del barrio Popular No. 1; en la Dirección Calle 43 No. 108-105. O también pueden contactarse con JACKGO al celular 3007650275, al correo: jackgograffiti@gmail.com y en la dirección web https://www.facebook.com/jackgo.graffiti

Natural del barrio. Graffiti en proceso de Jackgo apoyado por las personas de la escuela.
El Popular, sector del Hoyo. Fotografía: Julián Loaiza – Víctor Jiménez. 2013.
La ciudad Graffiti en Medellín. Siglo XXI, es una investigación artística realizada gracias al apoyo de las IV Becas a la Investigación, el Patrimonio y la Gestión cultural promovidas por la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín; que busca permitir la puesta en ejecución de una red de escuelas de arte urbano en graffiti y conciencia socio-gráfica en el Valle del Aburrá.

Pintar y Pensar

La Ciudad Graffiti y La Citygrafía.

Para las y los jóvenes de la ciudad existe una constante pregunta por lo urbano, por su lugar en ella y su roll en el hábitat de estos espacios globales.

En el caso de la ciudad de Medellín y de las ciudades latinoamericanas se construyen interrogantes en torno al derecho a la ciudad, el poder en las paredes y la participación de los procesos sociales y organizativos de los barrios, en torno a preguntarse si la ciudad se hace desde las gentes y sus prácticas, una ciudad de la comunicación y la creatividad, o si se funda, narra y vende desde los escritorios de la planeación y el urbanismo.

 Así, es cotidiano para los habitantes de las urbes hablar de una ciudad servicios que se está haciendo sin tener en cuenta los contextos espaciales, las propuestas comunitarias, las prácticas y los tejidos sociales de solidaridad en los que participan, movilizados por culturas musicales como el Hip Hop, el rock, el reggae y el Punk.

Esta situación-tensión incesante, caótica y compleja, suscita respuestas socioculturales de comunidades de sentido que desde el hacer crean y reclaman justicia espacial, arte urbano y lugares globales con particularidades locales que las hacen territorios universales de los habitantes y del mundo.

Desde el graffiti, las otras escrituras, gramáticas espaciales y movimientos de las juventudes existe un pensamiento en torno al poder que ejercen legítimamente y lo que están creando en los muros, contribuyendo con sus marcas y trazos hacía una ciudad nueva, la pictopía que podemos llamar la Citygrafía, una urbe de las palabras, las firmas y los mensajes. A la vez que, también se aporta a seguir recreando con el arte callejero, el arte urbano, el muralismo y la agitación visual a La Ciudad Graffiti cotidiana que se hace a diario, una urbe que en sus paredes mudas, grises y modernas se transforma en muros parlantes que al ser pintados, expresan, piensan y hablan de lo que somos.

¿Cómo contribuye el arte urbano de las Escuelas de Graffiti a la construcción de la ciudad y a la experiencia de la vida en los espacios públicos?

Estas son las respuestas que ofrecen varios escritores artistas del graffiti de la zona noroccidental de la ciudad de Medellín

Mano. Barrio 12 de Octubre. Fotografía: Julián Loaiza y Víctor Jiménez. 2013.
“Construyen otra ciudad y ayudan al mismo tiempo a ésta, porque pelaitos que no saben en qué invertir su tiempo, muchos tienen el arte y no saben que lo tienen, uno ayuda a sacar todas esas ideas, a que ellos empleen su tiempo en cosas mejores, y uno así mismo ayuda a las demás personas, que tengan más conciencia, y lo vean (el graffiti) diferente”. Raúl Guzmán – Mano maestra. SK5.

El graffiti es una expresión de la ciudad, si la ciudad tuviera en cuenta el graffiti como construcción de ciudad existirían más galerías abiertas, existiría otro modo de vivir a través del arte de una forma muy diferente; pero como las ciudades no tienen ese pensamiento tan abierto, tan profundo; entonces el graffiti entra a transformar la ciudad a la mala gana a través del arte incluso, el graffiti es importante por eso. Expresa cosas profundas de las ciudades. Seitan. GDL5

“Construimos otra ciudad a partir del graffiti, a partir de nuestras experiencias damos ideas para otras cosas” Enck. GDL5

“El graffiti construye una nueva ciudad, el impacto del graffiti en estos momentos es muy fuerte, estamos en un momento de explosión del graffiti y hay jóvenes que quieren vivir de esto. Es arte, busca la forma de llamar la atención, por eso hay una rama de ilegalidad: crea un impacto para que las personas lo vean, ¡El graffiti si está ahí! Y si no nos van a poner atención “nosotros” vamos a estar rayando en todos lados hasta que nos pongan atención”. Meik. GDL5

Casa GDL5. Barrio Alfonso López. Fotografía: Julián Loaiza y Víctor Jiménez. 2013.
“Contribuimos a la ciudad actual, pero porque el grafiti es una respuesta a lo que está en la actual ciudad; es un reflejo de todo lo que pasa al interior, “es un resultado de la misma ciudad, el arte siempre tiene esa facilidad y característica, por eso el arte se transforma a través de los tiempos, “creo que esto es una expresión artística más en la historia””.Josty. GDL5

“Varía mucho en Medellín, es una propuesta que antes no estaba para los jóvenes, eso es algo en lo que estamos contribuyendo, en esto hay mucho que hacer y si te apasionas por algo lo podes hacer para que quitemos ese concepto de la ciudad violenta, de la ciudad del tercer mundo, nosotros tenemos muchas formas de explotar nuestras potencialidades y el graffiti es una forma de hacerlo”. Manuel. GDL5

“Quizás construya otra ciudad, con otras ideas, ideas nuevas, el graffiti ha unido a mi familia, he tenido muchos líos con ellos por las drogas, y el grafiti ha sido un medio de comunicación entre ellos y yo, y tengo una sobrina que le quiero enseñar todo lo que he aprendido, pienso que se puede construir ciudad” Cian Blues. PMK.

“Construye otra ciudad, el graffiti no es originario de acá, tiene influencias europeas, new yorkinas, es un cambio brusco. Si construye otra ciudad, porque se va a ver cotidiana esos graffitis, ya no te juzgan tanto como antes, por hacer grafiti porque anteriormente eso era un crimen, pero otra gente lo considera una expresión artística, y así sí se construye otro tipo de cultura”. Samo. PMK.


En la Galery. Barrio Pedregal. Fotografía: Julián Loaiza y Víctor Jiménez. 2013.
La ciudad Graffiti en Medellín. Siglo XXI, es una investigación artística realizada gracias al apoyo de las IV Becas a la Investigación, el Patrimonio y la Gestión cultural promovidas por la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín; que busca permitir la puesta en ejecución de una red de escuelas de arte urbano en graffiti y conciencia socio-gráfica en el Valle del Aburrá. 

Desde la piel local del Graffiti

Memorias y respuestas de Arte Urbano

El año 2013 fueron 365 días efervescentes para el graffiti y el arte urbano en la ciudad de Medellín. Las propuestas de articulación que se construyeron desde personas graffiteras con la toma de graffiti en conexión con un proceso nacional de usar las paredes como lienzos, generó espacios de encuentro para realizar la retoma al deprimido de la calle San Juan en frente del centro administrativo, entre gestores del graffiti, graffiteros, artistas callejeros, visuales y plásticos, apostando por asumir el graffiti artístico como el estandarte de la práctica callejera, de la ciudad donde sueñan e intentar habitar los seres visuales y urbanos.

Así que aquí les dejamos el documental preparado para cerrar la seria de minorías Voces que suman y tres fotografías de Leal, que dan cuenta del concepto, la apuesta y la búsqueda cotidiana, colectiva y arriesgada de los pintores, escritores, artistas y amigos de las memorias y respuestas de arte urbano en Medellín y el área metropolitana.



El graffiti es dibujar sobre las paredes. Algunas veces intentando transmitir un mensaje político o de reflexión, y otras, simplemente se disfruta el hecho de escribir el nombre. Medellín es una ciudad que admira y respeta el graffiti. Porsupuesto éste sigue cargando un estigma: el de que este arte es vandalismo, pero Shamo, Numak y Jackgo son grafiteros de la ciudad que viven del graffiti, tienen un gran talento para el dibujo y desmienten con su trabajo estos prejuicios. Incluso el municipio los llama constantemente para que pinten los muros de algunas calles principales. Y con esto nace entre ellos cierta rivalidad: los que aceptan estas propuestas son tildados de haberse vendido al sistema y puesto en juego la escencia transgresora del graffiti. Los implicados contestan que es una oportunidad para trabajar y expresar su arte, pero que jamás abandonarán la calle, pintar a escondidas, en la noche. Saben que ese es el verdadero graffiti.

Retoma Graffiti al deprimido de San Juan. 21 de Diciembre de 2013.

https://www.facebook.com/groups/tomagraffiti24h/




La Calle, el Barrio y la Revolución Urbana del ciudadano a pié

REGRESANDO A LA CIUDAD
Darío Ruiz Gómez

En Medellín el peatón no debe de ser un actor de reparto
Hace muchos años Luis Racionero al analizar la problemática de la ciudad recordaba que la revolución urbana contra el centralismo, comenzaba por la calle y luego por el barrio, o sea, sacando de las generalizaciones de los planificadores, la realidad de una calle que a través de la vida de sus vecinos se había llenado de significados intangibles. Y, el barrio como el núcleo urbano donde la historia de cada calle fundamentaba una  trama  que se visibilizaba en el uso común de los espacios, generando así la identificación en una experiencia compartida. Músicas, ritos, la presencia de los muertos, de los ausentes pero a la vez la fresca presencia de niños y jóvenes reconociéndose en un territorio sentimental. La revolución urbana que el pensamiento de Henry Lefevbre adelantó con su implacable análisis sobre la deshumanización de la ciudad, sobre el alcance dañino que nacía de la visión de planificadores que desconocían la verdadera realidad de la calle y el barrio, comenzó por la visión in situ de los espacios urbanos, de los lenguajes de las esquinas y de una morfología opuesta a la racionalización abstracta de la ciudad.

El Concejo de la ciudad debía ser por lo tanto ya no la hegemonía de los grupos de poder económicos y políticos sino la expresión y representación necesaria de la pluralidad de voces provenientes de cada grupo social, de cada calle y barrio, la representación decisiva de las mujeres, de los trabajadores, de las clases medias. O sea la presencia viva de la ciudadanía y no de grupos de oportunistas llevados allí por la inercia de una perversión de la idea de política. A estas consideraciones debemos agregar la discusión sobre el concepto de centro-periferia, decisivo en  la incorporación  de los barrios para hacerlos parte de la dinámica de la ciudad, y,  la visibilización de lo que era considerado como borde, afuera. O sea espacios condenados a la segregación. Por esto se habló de la transparencia como la necesidad democrática de derrumbar barreras, obstáculos que impedían el derecho a la libre circulación, a la integración de los diversos territorios de la ciudad, conservando su diversidad y desde éste el derecho a la equidad.

Plantear el problema de las identidades y las diferencias suponía no un enfrentamiento entre lo público y lo privado sino el darse cuenta del enriquecimiento espiritual que supone el reconocimiento de los Otros, la aceptación de las diferencias, contra la visión unidimensional de la sociedad, el desconocimiento del aporte de los nuevos grupos sociales  y el reconocimiento de los desplazados, de los llegados de otras regiones. Lo que lleva a una reconsideración de las territorialidades, al reconocimiento necesario de los nuevos actores urbanos. La densificación absurda de los Planes Parciales, que volvió a desmembrar la ciudad, no tuvo como premisa nuevas vías, calzadas peatonales para hacer frente a la desbocada movilidad, ni tuvo presente esta diversidad social.

Lo que desnudó el hecho de carecer de una verdadera infraestructura física puesta de manifiesto en la incapacidad de adaptación al terreno, desaparecidas disciplinas necesarias como la ingeniería hidráulica, los verdaderos estudios geológicos, a través de los cuales se hubieran evitado  agresiones contra el medio ambiente que han llevado a desastres tan terribles como el de Space. La ciudad capitalista señaló Marx hace más de un siglo se caracteriza por cambiar el valor de uso de los espacio cívicos por el valor de cambio que lo convierte todo en mercancía. Volver a ver la ciudad supone des-ideologizar la mirada y descubrir que el pálpito de la vida urbana siempre estuvo ahí, en la ciudad real que diariamente consagra y legitima el ciudadano de a pié. 

“Construir en lo construido” o Planificar a 15 años


Darío Ruiz Gómez

El proceso de una ciudad supone siempre procesos de racionalización de los diversos problemas que con el paso de los días van surgiendo: la planeación urbana reconoce los problemas que crea un aumento acelerado de población, los cambios de costumbres y de usos que surgen con la presencia de emigrantes venidos de otras regiones, de desplazados urbanos, modificaciones silenciosas del mismo lenguaje, de las gestualidades, de las músicas o sea del uso y apropiación de los espacios públicos. Planificar una ciudad como Medellín a quince años es suponer que la sociedad, los grupos sociales son homogéneos y las costumbres inalterables. Medellín cada cinco años cambia radicalmente en todo sentido pero principalmente bajo lo que aún hoy podemos considerar como una desenfrenada especulación urbana. Si de verdad los planteamientos urbanísticos de Fajardo y de Alonso Salazar hubieran estado encaminados a derrumbar barreras o sea a integrar con igualdad desde la diferencia, los distintos sectores y barriadas, no hubiéramos caído en el error de abandonar las periferias dejándolas caer en manos de la delincuencia, no hubiéramos perdido el Centro como eje estructurante y como espacio simbólico de la ciudad cívica.

El ejemplo de Bilbao consistió en defender una morfología urbana, una fisonomía reconocida proyectando la nueva ciudad, los sectores de renovación a partir de lo que Francisco de Gracia llama lo construido. “Construir en lo construido” gracias a planes de renovación urbana, de rehabilitación de áreas en deterioro ya que al igual que Medellín, Bilbao sufrió una terrible crisis a partir de la desaparición del modelo industrial que contaminó las aguas de la ría, la atmósfera y dejó en la ruina a las barriadas obreras. Vino la crispación urbana ante un derrumbe que parecía definitivo  y fue salvada gracias a un verdadero proyecto urbano de lo que debería ser una nueva ciudad. La idea de ciudad pensada desde la necesidad de racionalizar la problemática planteada por el crecimiento desmesurado del parque automotor, por la demografía y las nuevas formas de economía, desaparece en Medellín bajo los imperativos de una especulación camuflada en una pobre ideología del progreso así como entra en desuso la racionalidad tecnológica pues el ingeniero, el especialista son sustituidos por improvisados funcionarios nombrados como cuotas políticas. Mayor Mora ve la crisis de estas disciplinas en la crisis del modelo pedagógico de la Escuela de Minas.

El infame puente de la calle cuatro constituye  la desaparición de los valores éticos de una disciplina como la ingeniería, amén, de un relajamiento moral de la burocracia que nunca es condenada por sus desaciertos. Hoy, Denise Scott Brown, la gran urbanista acaba de cumplir ochenta y tres años, sus lecciones sobre la renovación de la imagen urbana, de los sistemas visuales de señalización puestos de presente en Filadelfia nos muestran la irresponsabilidad con que la burocracia supuestamente planificadora fue incapaz de crear en Medellín una nueva imagen bajo un nuevo orden que rescatara del caos y la fragmentación lo que se quedó como desorden y muestra de incapacidad de nuestros profesionales.

Lo que acaba de suceder con el metro viene a demostrar que la burocracia de la llamada Área Metropolitana vive distraída en qué sabe qué elucubraciones futurólogas, mientras la tarea de mitigación y mantenimiento del cauce del río, de la previsión de posibles desastres geológicos, para las cuales cada año se destina un presupuesto, quedó olvidada bajo minucias burocráticas que desconocen la complejidad que supone la metropolitanización de unos territorios, la racionalización  de la estructuración de los distintos sistemas de transporte. Ya lo dije en su momento, la ingenuidad del Alcalde Gaviria consistió en no darse cuenta del legado de improvisación, de irresponsable desatención a las estructuras de la ciudad, que, las dos alcaldías anteriores le dejaron. 

¡Arte Urbano y Callejero por todo el Mundo!

Lo mejor de Street Art Utopia 2013

Mural de INTI en Santiago de Chile.
Durante este 2013, el arte urbano continuó ganando espacios en las calles de Chile y el mundo. Artistas como Banksy, Gaser, Oakoak y el chileno INTI, fueron los encargados de aprovechar las fachadas, los cruces peatonales o los pilares de las autopistas para estrenar nuevos graffitis y murales.
Las 86 mejores producciones de este 2013 fueron seleccionadas por el sitio Street Art Utopiaque durante todo el año se encarga de mostrar coloridos rincones de todo el planeta que tienen una muestra de arte única.
Conoce las mejores 86 fotos del arte urbano de este año.