La Vida Graffiticante

 Jóvenes, músicas y arte urbano.

El arte urbano en lo local ha estado asociado al ámbito académico y a diferentes artistas reconocidos que por sus participaciones en bienales, concursos, proyectos en exteriores y espacios que llamamos públicos, asociamos con esta categoría.


Prácticas como el esténcil y el graffiti, herederas de vanguardias como el dadaísmo y el situacionismo, y músicas como el punk y el hip hop, realizadas por personas jóvenes de los barrios de las comunas, que no se declaran o parten de ser artistas, poco son tenidas en cuenta dentro del canon y el circuito artístico del “arte urbano” que opera en la ciudad.


Esta forma de vida estetizante callejera, tiene una aparición desde los años 70’s en Colombia, siendo experiencias y apropiaciones, que en el caso de Latinoamérica y de esta ciudad, les urge reconocerlas como aportes a la vida citadina de los espacios globales, al proponer la escritura y la música como elemento esencial en la constitución de una tribu urbana, parte del arte urbano y la cultura juvenil local.


Se dice que en Medellín dichas grafías, letras, inscripciones, escrituras, nombres de apropiación anónima, -pues la expresión visual de las paredes en general tiene un código de mensaje, de obra y no de nombre o de sujeto- datan de los años 80’s, para reaparecer entre 1993-1994, y posicionarse al comienzo del siglo XXI. Hoy se cuenta con más de 5 zonas de la ciudad con una cuarta y quinta generación de escritores jóvenes del graffiti, que van por las calles del Valle del Aburrá comunicando al dejar huellas, marcas y mensajes en el territorio conquistado.


Hasta ahora es necesaria una explicación o al menos una comprensión desde la diversidad y su estetización, a partir de lo humano y la cultura por medio de las gramáticas de las formas simbólicas y la vida graffiticante que subsiste allí. Se escucha poco, por no decir nada, a sus hacedores –seres territoriantes, escritores, poetas, pintores- a partir del lienzo en que se convierte para los practicantes urbanos –especialmente para las y los jóvenes- las paredes y muros de la ciudad, de concreto gris y ladrillo naranjado.


Sumado a que no se tiene en cuenta el significado del obrar y el impacto de esos procesos plasmados; ni su visión de sí el espacio urbano es público o privado; ni tampoco el relevante lugar que juegan como actores referentes de sus barrios al conflicto social y armado con sus escuelas de arte urbano y sus muros de graffiti. Lo cual, revitaliza y da razón de ser, aún más, de estas prácticas autoafirmadas en culturas y movimientos juveniles.


El Poder en las Paredes parte de esta situación manifiesta, arriesgándose desde la subjetividad y la recepción a indagar por la presencia y el (micro)-poder de los artistas callejeros dentro del arte urbano no oficial y la sociedad, de las personas, en especial las y los jóvenes, que utilizan los muros como medios de comunicación, expresión urbana y acción directa.

La ciudad Graffiti en Medellín. Siglo XXI, es una investigación artística realizada gracias al apoyo de las IV Becas a la Investigación, el Patrimonio y la Gestión cultural promovidas por la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín; que busca permitir la puesta en ejecución de una red de escuelas de arte urbano, a partir de la investigación y el reconocimiento de la misma red por los actores organizados en encuentros y procesos de transmisión del hacer Graffiti; seres que se convierten hoy en constructores de convivencia, comunidad y en ejemplos positivos –a su estilo- de los barrios y las juventudes de Medellín y el Valle de Aburrá

Las Ciudades grandes y pequeñas

 

El Instituto de Estudios Urbanos - IEU, de la Universidad Nacional de Colombia se complace en publicar a través de la web y en acceso abierto el documento "Desarrollo urbano en Colombia. Una perspectiva histórica", de autoría del profesor Fabio Zambrano Pantoja.

El documento digital es publicado bajo la licencia Creative Commons (CC BY-NC-ND 2.5 CO), de esta manera el IEU contribuye en la apropiación social, discusión y/o aplicación de los resultados de investigación especializados en temas urbanos y regionales de Colombia.

"La mayoría de las ciudades que antaño fueron grandes son ahora pequeñas y las que en mi tiempo eran grandes, antes fueron pequeñas. Convencido, pues, de que la prosperidad humana nunca permanece fija, mencionaré por igual unas y otras" Herodoto.

Referencia bibliográfica: Zambrano Pantoja, F. (2013, septiembre 24). Desarrollo urbano en Colombia. Una perspectiva histórica. Recuperado a partir de:http://www.institutodeestudiosurbanos.info/nuevas-adq/item/142-desarrollo-urbano-colombia-perspectiva-historica 

Publicado el Martes, 24 Septiembre 2013, en Novedades del Centro de DocumentaciónNoticias y Eventos, por: Fabio Roberto Zambrano Pantoja

La Fealdad de una urbe abstracta


Como “blasée” definió Simmel al  ciudadano  indiferente  ante lo que sucede a su alrededor, ese ciudadano para el cual le son indiferentes, la corrupción, el caos, la fealdad urbana, ciudadanos de una formación académica, empresarios, quienes consideran que referirse a problemas como el caos vial, la pérdida de las áreas verdes, o sea los problemas de la ciudad en que viven, le deben ser ajenos porque son propios de gentes vulgares. Este tipo de conducta, insensibilizada, desgraciadamente, ha  afectado a gran parte de aquella población que  padece cada día el deterioro de su calidad de vida, porque, además, la relación entre ciudadanía y gobierno de la ciudad, ha venido siendo sustituida por organizaciones politizadas, por instituciones de falsa representatividad, que disfrazan la realidad con una retórica claramente populista.

Que se engañe a los ciudadanos pavimentando chapuceramente unas vías, que se utilicen pésimos materiales en la construcción de puentes y sardineles, que se pierda el dinero de unos estoperoles luminosos que salvarían vidas en un cruce de vías, que se arruinen los jardines por falta de mantenimiento, es la indicación de la desidia burocrática pero también la prueba que se coloca a nuestra capacidad de reacción ética ante lo que constituye una corrupción. Cuando se protesta una y otra vez ante los funcionarios, sin encontrar respuesta, puede ser el comienzo de nuestra entrada en la apatía cívica, pero ante todo la certificación de que los funcionarios han abandonado el funcionamiento de la ciudad.

La tarea fundamental de una sociedad consiste en la construcción de una vida cotidiana hecha de confianza en los espacios para el diario transcurrir, para ese silencioso intercambio social que se produce en las calles, entre el bullicio de las distintas actividades, entre la infinidad de voces, la bulla de las conversaciones en cafeterías, restaurantes, los ecos vivos y cambiantes que se constituirán con el paso del tiempo en nuestro gran patrimonio intangible porque lo que certifica que la ciudad  vive no son los altos y mudos edificios que son la negación de lo urbano sino, como recuerda Castells, la vida de las calles, el tejido social. O sea los lugares donde aún persiste la virtud de la solidaridad, la capacidad de bautizar los lugares con nombres surgidos del afecto y no de nomenclaturas abstractas. Porque estoy hablando de virtudes humanas que no han desaparecido pero que son agredidas permanentemente por los planificadores de una ciudad abstracta, que, es la conclusión a la que podemos llegar hoy en Medellín.

¿De qué modelo de ciudad pueden hablar los antropólogos foucolianos, los semánticos, los supuestos imitadores de ese fracaso urbanístico que es Barcelona?  La otra ciudad que ha sido ignorada, estigmatizada, reducida a una estampa de sicarios de telenovela, la ciudad construida con tipologías surgidas de usos y costumbres propias y no de patrones abstractos, esa ciudad de calles y vecinos merece un close-up que nos permita reconocer que sigue viva y es un modelo de ciudad que hay que defender. ¿De qué modelo de ciudad hablamos, disfrazando los efectos nocivos de un POT planteado solamente bajo un concepto especulativo o sea desconocedor de estas realidades sociales, de estas virtudes urbanas, desconocidas por Planes Parciales manipulados por  “especialistas” que sólo justificaban la densificación para destruir el tejido urbano? Si no hay un pensamiento que parta de considerar que la ciudad no es una empresa comercial que debe ser manejada por ejecutivos, sino, un proyecto para la vida ciudadana  plural, incluyente, metropolitana, y, que la tarea del funcionario público consiste en defender  los derechos del ciudadano de la voracidad de la especulación, recordando que las obras públicas no son cuantiosos contratos a veinte años sino soluciones racionalmente planteadas para el futuro inmediato, si no contamos con un modelo de ciudad para los ciudadanos, entonces creo que debemos rezar para que Batman regrese a Ciudad Gótica y nos saque de esta oscuridad.

Cinturon verde generando desigualdad

Protestas y Propuestas de las Comunidades del territorio de la Comuna 8 en relación al megaproyecto del Cinturón Verde



comun@audiovisual es la plataforma creativa audiovisual a través de la cual la Corporación para la Comunicación Ciudad Comuna promueve procesos de empoderamiento social y reivindicación de los derechos humanos en comunidades urbanas y rurales.

Las manos sobre la ciudad, "la huella de la locura codiciosa”

Darío Ruiz Gómez


Habrá que recordar de nuevo el film de Francesco Rossi, “Las manos sobre la ciudad” que comienza con la caída de un edificio de vivienda, lo cual conduce de inmediato a una investigación sobre las causas y los causantes de esta catástrofe. El edificio hacía parte de un proyecto de vivienda de la Democracia Cristiana, Partido de Gobierno. Primera evidencia: al privatizar estos programas se olvida la calidad del diseño arquitectónico, un urbanismo regularizador, por parte de los grandes capitales manejados a su antojo, por estos Patriarcas, imágenes mismas de acendrada decencia y religiosidad. Igualmente, se deja a un lado, por considerarlo un gasto innecesario, la calidad de los materiales, de los acabados. Rossi analiza la corrupción de la clase política en manos de estos poderosos empresarios que convierten la ciudad en su botín a través de una especulación desmedida. Infinidad de lúcidos análisis se han encargado de darnos una visión aproximada de lo que ha supuesto la degradación de la ciudad moderna a través de estos oscuros capitales frente a los cuales, cualquier consideración sobre los valores cívicos, y, la necesidad de respetar la ciudad construida, patrimonio de sus habitantes, llega a ser considerada como una demostración de mera sensiblería.

El texto de la arquitecta alemana, Julia Schulz-Dormburg, “Ruinas Modernas. Una topografía del lucro” como recuerda Rafael Argullol, disecciona magistralmente lo que en dos décadas supuso el arrasamiento de la ciudad recurriendo, por ejemplo, al arribismo social de quienes buscan hacer parte de aquello que la propaganda les muestra como la entrada en una era de prosperidad indefinida, como la posibilidad de vivir en los barrios exclusivos de los personajes exclusivos. Un sueño triste que la crisis económica, en el caso de España, dejó en las ruinas y que, a través del rostro estupefacto de los engañados recuerda hoy lo que supuso este simulacro donde la abrupta sustitución de uso de los espacios por la rentabilidad del cambio, disfrazó sus objetivos destructores, como la destrucción del tejido urbano mediante la atomización del espacio público a través de las urbanizaciones cerradas, de las torres exclusivas, la desaparición de los Centros cívicos, el crecimiento acelerado de la inequidad.

Problemática que a través de los años he enfrentado desde esta columna para tratar de abrir los ojos a las autoridades respectivas sobre esos terribles errores que no podían cometerse en nuestra ciudad, olvidando, ingenuamente, algo muy importante: que una vez comenzado el frenesí de la especulación inmobiliaria con la presencia de grandes capitales buscando legitimarse legalmente, para nada importan disciplinas como la Planeación urbana, un urbanismo regulador de los procesos de urbanización y defensa de los derechos del ciudadano ante la irracionalidad de los comerciantes del espacio urbano. ¿No existían ya cuando Fajardo y su Alcaldía los estudios geológicos necesarios sobre la realidad de esas laderas? ¿Se tuvo en cuenta estos estudios durante una Alcaldía en la cual se transformó sin medida alguna esa topografía construyendo más de 100 torres sobre quebradas, destruyendo bosques necesarios para el equilibrio del terreno? ¿Dónde están las vías necesarias a esa inusitada densificación? Una torre sobre un barranco y ¿y los parqueaderos y las vías necesarias para una densificación desmesurada? ¿Cómo se concedieron miles de licencias de construcción sin tener en cuenta estos requerimientos necesarios durante la Alcaldía de Salazar que llegó a proclamar las VIS como su Programa de Vivienda Social bajo el demagógico lema de que “también los pobres pueden vivir en El Poblado”? Un edificio que colapsa es un interrogante que descorre dolorosamente los velos sobre una realidad que no queríamos ver, “la huella de la locura codiciosa” como la llama Argullol, las complicidades de unos y otros, el colapso de unas economías que necesitamos definir y reflexionar como parte de nuestra responsabilidad de seres pensantes urgidos de salvar nuestro hábitat: la ciudad.
(Para Juan Esteban Cantor. In memoriam) 

Una parodia de la ciudad compacta


Darío Ruiz Gómez
Urbanismo Social - 2008 - 2015
El urbanismo moderno fue la respuesta al desorden y a la fealdad,  surgidos con la aparición de la industria, fábricas contaminantes, la aparición del proletariado, hacinamiento, insalubridad. El llamado Proyecto urbano buscaba reordenar un territorio desmembrado abruptamente. Esto fue lo que Olano planteó  para hacer de Medellín una ciudad moderna basada en la dinámica de la industria y el comercio, en el surgimiento de nuevos grupos sociales. Junín respondió al concepto norteamericano de una main street como espacio para el intercambio social y el reconocimiento de las nuevas tipologías arquitectónicas.

Se plantea una debida escala en los edificios, un concepto de sky line que defienda los cerros tutelares. El llamado Plan Regulador del año 53 tuvo la tarea de incorporar nuevos territorios como Laureles, San Joaquín, El Estadio con la regulación necesaria a posteriores desarrollos. ¿Cuándo y porqué desaparecieron el urbanismo y la planeación y fueron sustituidos por Planes de Desarrollo en abstracto? Cuando hoy se plantea el porqué del abandono del Centro es necesario referirse al Plano de Base  como la ciudad sólidamente construida  y desde la cual se han planteado y previsto los delineamientos de un desarrollo posterior. Porque en un momento determinado respuestas como la rehabilitación, la recuperación de áreas en deterioro, el reciclaje de vivienda son ignorados para privilegiar el auge de unidades cerradas de vivienda, la transformación irracional de un territorio, tal como sucedió en El Poblado con la invasión de centenares de torres construidas sin un previo diseño urbano, sin un articulado diseño de un sistema de parques, de vías adecuadas.

Densificar responde siempre a una razón justificada y no pues a un irracional cambio de uso del territorio urbano. ¿Qué han buscado los Planes de Ordenamiento Territorial y su herramienta densificatoria de los Planes Parciales? En principio sería regular el crecimiento descontrolado, las conurbaciones, la guetización creciente de las Comunas. En Bogotá se descubre que algunos Planes encubren la legalización de burdeles en Centros Comerciales según la fórmula de la ciudad espectáculo, hotel, casino, burdel que tanto éxito ha tenido desde la Medellín coqueta. Porque la presencia de nuevos capitales es tan avasallante que los POT no se planifican desde la perspectiva  de un ordenamiento definiendo áreas cualificadas por distintos tipos de asentamiento como los barrios de desplazados, las nuevas centralidades,  sino bajo los imperativos que imponen estos capitales, olvidándose así a la ciudad del ciudadano. ¿Cuándo y por qué se justifica densificar construyendo torres sin espacios cívicos? ¿Se han previsto las nuevas vías en este aumento desconsiderado de habitantes? ¿No es esto una parodia de la ciudad compacta?

Harvard premio a Medellín por su urbanismo
Es cuando aparecen improvisados especialistas en Planes Parciales cuya tarea consiste, en realidad,  en obtener una licencia de construcción para Inmobiliarias  cuya única finalidad es la del lucro y no la construcción de ciudad,  tal como hemos visto de manera alucinante en esta última década en que se ha densificado sin el debido retiro de los lechos de las quebradas, sin la necesaria calidad en diseños y materiales. Frente a la anterior malla urbana sólida, capaz de dar significado a la calle, al parque, a los lugares cívicos el desorden que estos Planes han causado han llevado a la dramática desaparición de idea de ciudad pues ha desaparecido el peatón, escala y medida de una ciudad humana, ha desaparecido el barrio sustituido por colmenas que destruyen el tejido social. La remantisación necesaria de los viejos y nuevos territorios, de los intangibles que crean hábitos y costumbres de los nuevos habitantes,  se inmoviliza bajo la infamia de los llamados subsidios. ¿Se está previendo el desastre que se anuncia ya con el estallido de una burbuja inmobiliaria que no puede seguir construyendo indefinidamente para compradores fantasmas? Planeación debe decidir ahora a quién complace.  

Una alerta para la ruta de ordenamiento territorial en Medellín

 

Se dispararon las denuncias sobre problemas de construcciones en Medellín
Foto: Twitter @AlcaldiadeMed
MARTES, 15 DE OCTUBRE DE 2013 12:38
Editorial por María Soledad Betancur Betancur
En la noche del sábado 12 de octubre colapsó en Medellín la torre 6 del complejo habitacional Space, entregada hace apenas un año por la constructora CDO, de la cual es propietario Álvaro Villegas Moreno. Bajo de los escombros quedaron atrapadas 11 personas, en su mayoría trabajadores de la constructora, a la que afortunadamente no se le tomó en cuenta el“comercial” optimismo de que era un asunto puntual , el cual no revestía la gravedad que algunos le querían dar. Si  se hubiera actuado con su irresponsable criterio la tragedia en vidas humanas habría sido de grandes proporciones.
A pesar del despliegue que los medios le han dado al hecho, parece no haber suficiente énfasis en la responsabilidad de la constructora ni en el nombre de sus propietarios. Esto puede tener una explicación en el poder que tienen los gremios que controlan el negocio inmobiliario en la ciudad, pues además de Álvaro Villegas, ex gobernador de Antioquia y ex alcalde de Medellín, como dueño de la constructora, deberían aparecer los nombres de sus hijos: Pablo Villegas Mesa, presidente de la junta directiva de Camacol[1] y gerente general de “Concretodo” (CDO)[2]; y Mauricio Villegas Mesa, directivo de CDO y ex secretario de Hacienda Departamental, durante la gobernación de Luis Alfredo Ramos Botero.
El precio es la vida.
¿Por qué la alerta frente al POT que discute la ciudad en este momento y a los proyectos bandera de la actual administración municipal?
Empiezo con algunas preguntas, ¿Quién dirige los gremios? ¿Quiénes controlan los negocios inmobiliarios en Medellín? Y ¿Con quién se proponen las alianzas público privadas para proyectos como las 100 mil viviendas del plan de desarrollo de Aníbal Gaviria?
El negocio de los dueños del mercado inmobiliario en Medellín hace años tocó fondo, pero su poder parece ser mayor que las restricciones urbanísticas y ambientales; porque sobre ellas les hablan al oído a los gobiernos nacional y local. Por ello, como gremio, se han dedicado a hacer lobby para que el modelo de alianzas público privadas sea el marco legal para ampliar su rol en la ejecución de proyectos inmobiliarios en las grandes ciudades[3]. En el caso de Medellín, Camacol ya tiene comprometida una alianza público privada con el alcalde, Aníbal Gaviria Correa, para construir 10 mil viviendas. De éstas, la  Constructora CDO tiene asignada, por la administración municipal, la ejecución de un proyecto de 558 viviendas en Altos de San Juan[4].
Alerta en este sentido  porque las construcciones que han operado en vivienda de interés social, como la de Colores de Calazania, muestran que el problema no está solo en la zona de residencias exclusivas en El Poblado. Los habitantes de la urbanización Colores de Calazania, un proyecto de Vivienda de Interés Social, han denunciado que después de tres años sus apartamentos se caen a pedacitos, hay obras comprometidas que no se entregaron y reclamos que la constructora CDO no ha respondido, lo cual los llevó a entablar una demanda legal que, parece, ganó la constructora en primera instancia. (http://noticias.telemedellin.tv/constructora-responde-a-problemas-de-urbanizacion-en-calasanz/).
Suspenden labores de búsqueda en el Space. El Espectador.
Así que la sociedad de Medellín debe estar alerta de quiénes ejecutan los dineros públicos y quiénes pretenden direccionar los planes de ordenamiento territorial; pues llama la atención el hecho de que en la asamblea de Camacol, el alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria, anunciara la próxima expedición de un decreto que aclarará la normatividad de obligaciones urbanísticas en edificaciones no residenciales. "El decreto va más en la dirección de las propuestas y solicitudes hechas por Camacol"[5].
María Soledad Betancur Betancur. Coordinadora del Observatorio de derechos Humanos del IPC



[2] Ver súper sociedades, representante legal y junta directiva.http://www.supersociedades.gov.co/ss/drvisapi.dll?MIval=ppal&dir=104&nitso=890900443&tipo=1
[3] “Camacol cree firmemente en el valor de las asociaciones público-privadas, entendidas no sólo como un instrumento para la vinculación de la iniciativa y los capitales privados a la construcción de infraestructura para la prestación de todo tipo de servicios al Estado, sino en general como un principio ético que oriente las relaciones entre el gobierno y el sector privado”.
Teniendo en cuenta la importancia de tema, el Gremio hizo una invitación al Gobierno Nacional para que en paralelo con el trámite del Proyecto de Ley que crea el marco legal para las APP, se avance en la expedición de los instrumentos legales requeridos para hacer viable la renovación urbana de Colombia. “Queremos ser socios del Gobierno Nacional en proyectos de impacto como la renovación del centro administrativo nacional (CAN) en Bogotá”http://camacol.co/noticias/alianzas-p%C3%BAblico-privadas-la-mejor-herramienta-para-%E2%80%98construir-ciudad%E2%80%99
[4 http://www.larepublica.co/sites/default/files/larepublica/100%20Mil%20Viviendas_2.pdf. Ver también presentación del viceministro de Vivienda del 11 de marzo de 2013.
Situación en el Poblado. El Espectador

Víctimas de Space tendrán una sola voz a través de redes sociales

Perla Toro Castaño | Medellín | Publicado el 14 de octubre de 2013. El Colombiano.
Los afectados por la tragedia en el edificio Space, en El Poblado, tomaron la decisión de crear cuentas en redes sociales. La estrategia, liderada por un grupo de cuatro personas que está directamente vinculado con la tragedia, busca exponer su propia voz, emitir comunicados de prensa, centralizar la información publicada por los medios de comunicación y buscar que quienes navegan en la red no olviden la tragedia de la noche a la mañana. 

“La decisión se toma porque ellos quieren tener una voz propia. Aunque los medios de comunicación han ayudado mucho, ellos también quieren tener una vocería”, afirmaCatherine Vieira quien está ayudando en la iniciativa porque es hermana de Sara Vieira y cuñada de Santiago Uribe, habitantes de la torre 5 de Space, la misma que tendrá que ser demolida. 

La estrategia incluye una página en Facebook que puede ubicarse bajo el nombre Unidos por Space, un perfil en Twitter: @UnidosporSpace y una etiqueta #UnidosporSpace que opera en ambas plataformas sociales. 

Hensey Vega, también habitante de la Torre 5, es otro de los miembros del grupo de trabajo. Afirma: “Necesitamos organizar toda la información que se está dando en internet. No tenemos la manera de saber quién habla y quién no habla de nosotros y queremos saberlo. También queremos hacer presencia en la red con un hashtag positivo: #UnidosPorSpace, para que la gente no olvide que en Colombia todo el tiempo se hacen malas construcciones. Necesitamos memoria a largo plazo y no que mañana, cuando la Selección Colombia haga un gol, todos pasemos al olvido”. 


Desde el momento de la creación de las cuentas, poco más de una hora (siendo las 7:40 de la noche) la cantidad de seguidores ha sido multitudinaria. En Facebook ya cuentan  con más de 1.100 “Me gusta”, en Twitter tienen más de 130 seguidores y su etiqueta,#UnidosporSpace, ya suma más de 100 menciones

Los habitantes de Space que lideran esta campaña comparten todas las iniciativas con su grupo de vecinos y entre todos deciden qué publicarán y qué no. Ellos aclaran que quieren expresar un mensaje positivo con el que también se canalicen ayudas.
Contexto

¿Cómo seguir a #UnidosporSpace?

Etiqueta: #UnidosporSpace

Narrativas urbanas de piedra, de tinta y de papel


Por: María Mercedes Gómez Gómez

Recorte de prensa, 1972. “Tremendo impacto de la Tercera Bienal de Arte Coltejer”
Tanto para Lefebvre como para Félix Duque, el ejercicio del poder sobre los espacios implica una violencia y una imposición del discurso que se legitima en torno al conocimiento. Saber y política aseguran que se sostenga una “práctica espacial brutal y autoritaria” (Duque, 2001: 47). Precisamente, cuando Félix Duque en Arte Público y Espacio Político, menciona que el hombre pro-duce mundo, lo hace refiriéndose, específicamente, a la manera cómo lo ordena, lo estructura y lo jerarquiza. Sin duda, la construcción de las espacialidades apunta a un primer acercamiento con la técnica, al dominio del saber hacer que se traduce en artificios en tanto  escapan de la jurisdicción de la naturaleza y que le permiten al hombre, finalmente, “abrirse espacios” (2001:17); entendiendo que la técnica misma está atrapada en un ejercicio de poder delimitado como “un conjunto de mecanismos y procedimientos cuyo papel o función y tema, aún cuando no lo logren, consisten precisamente en asegurar el poder” (Foucault, 2004: 16). A la comprensión del espacio euclidiano como experiencia objetiva, se le superponen imaginarios, discursos y dispositivos que visibilizan múltiples experiencias en relación con su producción, articulando el poder a prácticas espaciales específicas.

En este horizonte comprensivo, las ciudades modernas no paran de crecer; a ellas, cada tanto llegan fuertes oleadas migratorias que obligan a extender permanentemente las fronteras, pese al intento del hombre por controlar y racionalizar el uso del espacio, para eliminar el caos que puede y debe evitarse, amparados en la razón que, desde el siglo XVIII, con el movimiento de la Ilustración, indicaba que esa capacidad humana permitiría disciplinar la sociedad y encaminarla a la eterna persecución del progreso; diseñar, planear, visionar son verbos que indicaban cómo debían proyectar las ciudades para conservar los valores de la modernidad; entre ellos, hacer de éstas el lugar de la civilización a través de la exaltación de la cultura y la urbanidad como discurso fundamental para regular el comportamiento del ciudadano, mediado por una serie de instituciones que mantendrían un orden preestablecido en torno a sus construcciones del deber ser en la ciudad.    

Portada de la Revista Progreso
Se pretende identificar, entonces, en esta ponencia y a la luz de una perspectiva socioespacial, a partir de la planeación de la ciudad en el siglo XX, tres momentos fundamentales: el primero, dónde la ciudad y la ciudadanía están atravesadas por el  discurso de la construcción de la Nación y la planeación de la ciudad es jalonada por la necesidad de llevar a Medellín de la mano del progreso, para dar el paso de una villa provinciana a una ciudad moderna a través de la lógica predominante de una institución -privada- como la Sociedad de Mejoras Públicas; el segundo momento, nos señala un camino hacia la institucionalización de la planificación urbana como política estatal a partir de la contratación del desarrollo del Plan Piloto y de la creación de la Oficina del Plano Regulador, más tarde, Departamento de Planeación y cómo se despliega sobre la ciudad una intención de regulación urbana que ya es del orden de lo público y obedece a la comprensión de una ciudad funcionalista; y finalmente, un tercer momento, definido por la institucionalización del discurso de la cultura ciudadana como eje articulador de la vivencia en la ciudad y el espacio público como escenario ideal para la interacción de los habitantes, donde a través de la introyección de ciertos valores en el individuo, se busca generar una capacidad de regulación de su comportamiento para estructurar una sana convivencia. 

Para conocer la tesis completa de la maestría en Estudios Socio-Espaciales de la autora, dar clic aquí

La Vida Graffiticante



La ciudad Graffti: Jóvenes, consumos, músicas urbanas y ciudad. Las escuelas de graffiti y la cultura Hip-Hop en Medellín. Siglo XXI,  es una investigación artística que se arriesga desde la subjetividad y la recepción a indagar por la presencia y el (micro)-poder de los procesos formativos y los artistas del graffti dentro del arte urbano no oficial, la ciudad y la sociedad.
Akowa. Jackgo. Popular 1.
En una primera instancia se hace una conceptualización desde Michel Maffesoli, Armando Silva y Teresa Caldeira en pro de caracterizar y adjetivizar a este grupo social de los mensajes en los muros, anclados a las estéticas y retoricas de los sujetos que generan el palimpsesto urbano de marcas, trazos, huellas, tags, nombres, frases, imágenes, esténcil, entre otras.
Comuna 4. Aranjuez
Luego desde la etnografía, los estudios visuales, el trabajo de campo, la fotografía y la videografía nos acercamos a dichas prácticas artísticas y políticas de colectivos o individualidades, con la intención de aportar estudios prácticos, teóricos y culturales, enlazados con las apuestas de las juventudes de la ciudad, para diagnosticar el estado de los procesos de educación urbana, que nacen desde los deseos de mujeres y hombres jóvenes de los barrios: espacios, metodologías y trayectos de formación de las experiencias actuales de escuelas de Hip – Hop en arte urbano: Kolacho (Comuna 13) – Crew Peligrosos (Comuna 4) – Graffiti de la 5 (Comuna 5) - Zona Estratega (Comunas 8 y 9) – Cultura y Libertad (Comunas 2 y 15), entre otras más.

Comuna 10. La Candelaria.
Todo ello, para promover un proceso de visibilización desde la interlocución, interacción y diálogo de los diferentes organizaciones y procesos sociales, comunicacionales, políticos y culturales de las escuelas de Hip Hop y sus procesos de formación en Graffiti, que permita la puesta en ejecución de una red de escuelas de arte urbano, a partir de la investigación y el reconocimiento de la misma red por los actores organizados, los cuales se convierten hoy en constructores de convivencia, comunidad y en referentes positivos de los barrios de Medellín.

Comuna 16. Belén

Vivir y habitar la ciudad y sus prácticas

El Hueco
Comprender la Medellín contemporánea como un espacio urbano con espesor histórico propio y atravesado por transformaciones que la han resignificado permanentemente implica entender este presente como un tiempo también proclive al cambio y a la modificación. Desde el punto de vista de las prácticas de los espacio de intercambio una sociedad y una ciudad no tienen esencia, es decir, siempre una ciudad y una sociedad tienen una relación discontinua, problemática, heterogénea y cambiante con los espacios y con las formas plurales de vivir y habitar la ciudad a través de sus prácticas. El consumo no implica estabilidad y homogeneidad sino tensión, resistencia, conflicto y resiginificación. Las características habitualmente atribuidas al consumo contemporáneo no servirían para entender los funcionamientos reales de los espacios de intercambio, sus espacializaciones diferenciadas, las prácticas que los definen y el sentido equívoco que dan a la ciudad. Un análisis alternativo del consumo y sus espacios en nuestra contemporaneidad urbana implica el uso de herramientas conceptuales que nos permitan entender el conjunto heteróclito de prácticas espaciales que operan en la ciudad.

Shopping San Diego
Es lugar común referirse al Centro comercial, o mall, como el espacio que sintetiza la cultura urbana del mundo contemporáneo, y asociarlo de forma inmediata con la globalización, la banalización de las formas urbanas y el fin del espacio público como el lugar por excelencia de los intercambios comerciales y sociales. Mientras otras formas de intercambio, a veces más discretas, a veces más ocultas, al no jugar un papel preponderante, son introducidas en otros discursos: los de la ilegalidad, la informalidad, la pobreza, la decadencia, el rebusque. No obstante, lejos de identificar estos escenarios según esas formas comunes, podría decirse que la discontinuidad histórica que significó la introducción de los grandes espacios comerciales en las ciudades suscitó una transformación generalizada, de las prácticas de intercambio y de la forma urbana y, por tanto, de los modos en que la ciudad es vivida y habitada. Así, los intercambios, en tanto fenómenos históricos, introducen espacializaciones, prácticas de espacios y subjetividades diferenciadas que dan forma a múltiples rostros urbanos e inducen múltiples formas de habitar la ciudad. En este sentido, la construcción y entrada en funcionamiento, en 1972, de San Diego -el primer centro comercial de Colombia- no supuso sólo la incorporación de una nueva tipología arquitectónica, que tomaba como modelo el shopping center norteamericano, sino la instauración de unos modos de existencia social, espacial y política de la ciudad; podría decirse entonces que el flujo y la heterogeneidad de los intercambios comerciales en Medellín producen espacios, prácticas y sujetos que le imprimen sentido propio a la ciudad.

En este sentido, la clave para comprender el mundo urbano en la contemporaneidad está en considerarlo no solamente como un topos físico sino como un complejo sistema de intercambios heterogéneos. La transformación histórica en la que los intercambios del comercio producen espacialidades urbanas implica cambios esenciales en la configuración de la subjetividad de los individuos, de sus relaciones sociales y de las formas en que se apropian y practican la ciudad. Las prácticas de espacio de intercambio dilucidan una simbología inconsciente e implementan procesos particulares de apropiación del espacio y formas de habitar la ciudad que producen materialidades, espacios con carácter local y sujetos  productores continuos de significado.

Al borde del Abismo: Retomar el pulso de la Calle

AL BORDE DEL COLAPSO
Darío Ruiz Gómez

Jane Jacobs, urbanista, escritora y activista.
En su inmortal texto “Vida y muerte de las grandes ciudades norteamericanas”, Jane Jacobs, señala sobre Nueva York la importancia de reforzar las calles de barrio donde se viven fecundas relaciones sociales de vecindario con pequeños negocios que se erigen en formas de resistencia a la devastación de la ciudad por parte de urbanizadores como Robert Moses quien mirando desde arriba la ciudad construyó autopistas, viaductos, freways, que aislaron a Manhattan de la zona costera y hubiera destruido barrios patrimoniales de la cultura del siglo XX como el Greenwich Village, el barrio de Jane Jacobs, si la crítica no lo hubiera detenido. Sobre las viejas vías del ferrocarril la firma Diller y Scofidio ha realizado uno de los más extraordinarios trabajos de recuperación urbana de la última década en un sector, recuperando el valor de la maleza existente, devolviéndole la escala al espacio deprimido dominado por bloques impersonales de vivienda, definiendo a través de una sabia zonificación el trayecto, hoy es un bellísimo paseo urbano donde millones de ciudadanos disfrutan y han recuperado el perdido intercambio social.


Greenwich Village, New York
Porque si algo caracteriza a Nueva York es la recuperación de la vida de los barrios tradicionales reconociendo sus identidades, la fisonomía renovada de sus calles. En una novela de Richard Pryce éste reinterpreta el habla popular de trece barrios, lo que sirve para entender que una ciudad debe ser reconocida en sus formas de vida, en sus diversos usos del espacio a través de  los años, dando así sentido a lo que llamamos un trazado urbano,  elemento que,  hoy la planeación, la intervención urbana deben respetar. Lo que retóricamente se  suele llamar poblamiento de un territorio, es este proceso silencioso de espacios bautizados por  la presencia de las gentes. El pensamiento urbano que  fundamenta la Jacobs, se opuso a ese urbanismo  depredador para el cual demoler sectores sin contemplación alguna,  constituía  un sofisma  debajo del  cual los especuladores se dedicaron a destruir la ciudad existente,  para obtener grandes ganancias.

“Si es necesario destruir cinco veces a Medellín vamos a hacerlo”. Esta feroz declaración de un alto funcionario de Planeación Municipal  ante un colectivo de calificados profesionales  preocupados por el arrasamiento de las calles, por la suerte de las zonas verdes, por la irracionalidad de ciertas intervenciones como el puente de la Cuatro, por el desplazamiento de gran cantidad de ciudadanos que una densificación mal estudiada está, soterradamente, haciendo –lo que constituye legalmente un delito condenable- pone de presente una grave intolerancia ante la opinión pública, por parte de ciertos funcionarios a espaldas del Alcalde. Hay algo que olvida ese  personaje  es que la gobernabilidad de una ciudad  es el derecho consagrado de los ciudadanos y no la prerrogativa de funcionarios intemperantes,  recordemos la noción del Demos o sea del espacio que desde Grecia caracteriza a las verdaderas democracias: el espacio donde se debe conceder la palabra a cada uno de los habitantes sin distinción alguna.

Puente de la 4 Sur. Poblado
El ciudadano vive desde la experiencia diaria los problemas de una viabilidad cada vez más enloquecida y causante de profundas perturbaciones mentales como agresividad, al darse cuenta de la ausencia de la autoridad en los atascos de tránsito, en las calles donde cada quien aparca donde quiere. Estamos ad puertas de cruzar los límites de la cordura ya, cuando desaparece el espíritu cívico y el miedo se apodera de las calles. Los funcionarios deben bajar a la calle, escuchar a los vecinos, comprobar in situ la mala educación de quienes desconocen el derecho de los ciudadanos al descanso. Darse cuenta de la cantidad impresionante de familias que están abandonando una ciudad que se ha hecho invivible: los informes de los funcionarios son estadísticas sin criterio, hay que impedir, Alcalde  la censura a la discrepancia, y, retomar el pulso de la calle, la voz de la ciudadanía.