La vigencia de la Ciudad y lo Urbano

Medellín -vista desde el barrio- Llanaditas. 2012. Víctor Jiménez..
La promesa moderna, reforzada en la época clásica y en la ilustración, de un mejoramiento incesante de las condiciones humanas de vida a través de las conquistas de una razón tecnocientífica dominadora, no tiene actualmente vigencia. La razón de las luces y las luces de la razón, el progreso industrial, la extensión colonizadora de los imaginarios europeos son hoy en día severamente criticados.

La reivindicación de grupos humanos con coeficientes de existencia propios, es decir, no sumisos a los valores morales, culturales y políticos euro occidentales es cada día más fuerte. Sin embargo, a pesar de tantas críticas, independencias y procesos de resistencia la complejidad del proceso de modernización euro occidental en relación a la configuración de la vida social en espacios urbanos dominantes continúa siendo expansiva.

Medellin -vista desde el- Picacho. 2012. Víctor Jiménez..
Es decir, si bien la flecha del tiempo progresista no orienta nuestros modos de ser contemporáneos el espacio citadino en el cual esa flecha nació tiene una vigencia inusitada. Las lógicas del tiempo están sumergidas y son sucedáneas de los estratos espaciales. Las superficies urbanas del planeta indican los usos y las funciones de las zonas no urbanizadas. Todos somos tributarios de lo urbano. La Urbs, territorio de sujetos móviles y políticas cambiantes y no la polis idealizada de lo estable determina la producción de subjetividades contemporáneas.

Ciudad maldita y contaminadora; ciudad de consumos y placeres; ciudad educadora; ciudad de trancones y tiempo perdido; ciudad de miserias y de robos; ciudad de transportes y de parques; ciudad verde y ecológica; la telépolis y sus mediaciones. Las máscaras múltiples de la ciudad la fabrican como territorio activo de la desterritorialización y la reterritorilización subjetiva virtual y contemporánea.

Representar la ciudad sin las presencias móviles de los sujetos que la territorializan desterritorializándose constantemente es una farsa. La ciudad obediente, sumisa y ordenada es cada segundo modificada por la verdadera ciudad móvil, accidentada, ruidosa, engañosa, cotidiana y contaminada. Las urbes son heterogéneas e impredecibles, son espacios habitados por diferentes territorios ciudadanos que viven de forma segmentada los distintos rincones de la ciudad.


Cielo, líneas y cemento. 2012. Víctor Jiménez.
Ahora bien, las calles, las carreteras, los cables, el metro, los aeropuertos coordinan la extensión de las trasmisiones y la expansión desmesurada del espacio urbano hasta la saturación planetaria. Las ciudades adquieren una inercia propia de expansión. Devoran los territorios vecinos y los transforman acomodándolos a sus múltiples lógicas y formas. Las políticas no abordan los procesos de expansión pero sí los de intensificación del territorio. Dicho de otra manera, la extensión ya no es expansiva sino intensiva. La modificación de las dimensiones de la urbe se realiza en sus tradicionales  enclaves y no en la lejana periferia. La participación de imágenes, pantallas, dispositivos publicitarios también actúa en beneficio de estos ordenamientos intensivos contemporáneos.
  
En síntesis, lo urbano, la ciudad, el cuerpo, el territorio, la mirada y las técnicas son dispositivos existenciales e históricos. Somos cuerpo en lugares con condiciones técnicas de habitalidad. Estamos también volcados hacia una exterioridad social que vemos, miramos y observamos y en la cual también somos vistos. Las trasformaciones recientes de los medios técnicos de información, comunicación y virtualización asociadas a las formas renovadas de modificación espacial en las ciudades provocan una sensación de transformación existencial acelerada. Sin embargo, desconocemos los alcances de dichos cambios.

Marcha Cannabica. Camila Flórez Quintero. 2011.
El equipamiento conceptual y teórico necesario para entender los acontecimientos que caracterizan este presente brevemente descrito existe en los estudios urbanos, culturales, visuales contemporáneos, en la mediología, en las historias recién publicadas del cuerpo, en los ya numerosos estudios sobre biopolítica de procesos de territorialización, de industrialización y de consumo. Los trabajos sobre el funcionamiento del sistema contemporáneo de imágenes, sobre las configuraciones históricas de lo femenino y lo masculino, sobre los procesos de individuación y colectivización ligados a la técnica, los estudios históricos y antropológicos sobre diferentes prácticas, por ejemplo, alimentarias, vestimentales, de transporte y políticas. La renovación actual de los estudios estéticos que involucran a la estética ya no sólo con el arte sino con un juego amplio de cultura. Todas estas nuevas disciplinas y corrientes de pensamiento contemporáneas aportan elementos conceptuales idóneos para desde el presente comprender el presente y el pasado de la ciudad y lo urbano.
¿Por qué Urbano?

Tríptico noche y amarillo. Luis Bernardo Escobar. 2011.
Las interrupciones morfológicas y la producción de formas espaciales, mentales y corporales desde lo urbano es difícil superarlas sólo acudiendo al urbanismo y la modernización. Todos incluso los planificadores, arquitectos, estetas, urbanistas saben que falta algo. La crisis de lo urbano no es en vano. Los anteriores fragmentos de las urbs que mediatizados se convierten en lenguaje de un territorio imaginado y hecho, similar y diferenciado, parafraseando a Francesc Muñoz en Urbanalización. Paisajes comunes, lugares globales es lo que moramos, discutimos e investigamos hoy, en el presente espacial de la vida citadina como nueva experiencia y acontecimiento.

La estetización de los espacios  urbanos, privados y públicos, busca estimular la experiencia cotidiana de la vida metropolitana dando una impresión de ciudad democrática y civilizada. En las últimas décadas, en muchas ciudades colombianas y del planeta, hemos presenciado el paso de una planeación urbana ocupada principalmente de la vivienda, la movilidad, la idoneidad de los espacios públicos y comerciales hacia una consideración de la gestión urbanística en términos de proyecto y diseño
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Parque Biblioteca España
Parque Biblioteca San Javier
Parque Biblioteca La Ladera
Este paso genera un nuevo tipo de intervención espacial que puede considerarse como simple maquillaje insulso que oculta los verdaderos problemas urbanos y sociales de una metrópoli o como la implementación de una nueva estrategia de equidad social, en la medida en que se extiende el rediseño espacial a todos los escenarios urbanos de una ciudad. Las zonas pobres, los territorios deprimidos, los barrios populares también son incluidas en este bello paisajismo urbanita que propone sitios con diseño contemporáneo y con nuevas comodidades.

Ciudad simulacro o simulada; mimesis que genera conformismo y pasividad; redistribución justa y adecuada de los recaudos municipales y tantas otras críticas o alabanzas atraviesan, hoy en día, estás prácticas gubernamentales o privadas de gestión urbana.

Piedra y Cielo. Luis Bernado Escobar.
La ciudad fragmentada de los territorios difusos crea las centralidades de los territorios proyectados en detrimento de los vividos. Es aquí donde La ciudad postmoderna, magia y miedo en la metrópoli contemporánea. Las Postmetrópolis, sus estudios críticos sobre las ciudades y las regiones se ponen a prueba con la nueva concepción de justica espacial, área regional, derecho a la ciudad y vida digna.

“Las ciudades son fascinantes, incluso hoy en día, precisamente porque cuestionan tanto la ilusión vana del orden como la fantasía del desorden y porque ponen de manifiesto hasta qué punto son falacias ideológicas las preferencias estéticas a favor de un estado o del otro. La  ciudad es frustrante para el dictador pero también para el ropavejero”[1]. La ciudad como espacio donde se producen determinadas prácticas sociales y la ciudad como el cumulo de relatos que ayudan a producir dichas prácticas refuerzan la atracción, seducción y encanto.

Hay una necesidad de estudiar los fenómenos urbanos desde una esfera argumentada, humana, subjetiva en pos de producir análisis y teorías propias de las especificidades de las ciudades, en los procesos a escala local-mundial, como lo es el actual “modelo Medellín” a nivel global. Las aglomeraciones de personas y la diversidad de viejas y nuevas espacialidades en Medellín actualizan de una u otra forma tanto los discursos que se fabrican y los modos en los que la lectura se lleva a cabo, y estas formas de representación que se practican y encarnan, a la vez, secundan la construcción de una ciudad cada vez más móvil y más múltiple[2] donde urgen miradas y prospectivas de la ciudad, que debe ser investigada, cuestionada, puesta a prueba en los escenarios de la formación, el debate público y el trabajo con comunidades barriales, sociales, gubernamentales e investigativas.
En la misma línea de ideas, los pocos grupos de investigación, centros, académicos, redes sociales, investigativas y de trabajo que abordan o tienen como objeto o línea de investigación el universo urbano, los urbanismos y la Urbanalización en Medellín y Colombia, nos dan pie para arriesgarnos a buscar consolidarnos y fortalecer espacios, alianzas con ellos y nuevos grupos y laboratorios, frente al lugar que ocupa la ciudad y sus re-significados ante los nuevos dispositivos, equipamientos, instituciones, tecnologías, discursos y modelos.


Entendemos que las narrativas de la vida metropolitana son suscitadas por el dinamismo de las urbes modernas, pero también, que la ciudad se construye paralelamente a sus relatos e imágenes, que los necesita y le son indispensables para poder dotarse de sentido; de un sentido difuso que es al mismo tiempo contestatario y arraigado, ambiguo y preciso. Desde principios del siglo XX Medellín se convirtió en un campo de batalla simbólica y visual en el que cualquiera puede pasear por las calles sólo como espectador. Por ello la intención individual y colectiva de producir conocimiento, debate académico, oficial y mediático, y transformaciones en las estrategias, discursos y prácticas de planificación e intervención urbana con el fin de generar conocimiento práctico, participación y derecho a la ciudad, sinergias, cinecismo, vida digna y espacio público urbano.
  
¿Ciudad-es? Luis Bernardo Escobar. 2012.
[1] FRITZSCHE, PETER, Belín 1900. Prensa, lectores y vida moderna. Siglo XXI, Buenos Aires, 2008, pp. 17.
[2]  AMENDOLA, GIANDOMÉNICO, La ciudad postmoderna. Celeste, Madrid, 2000, pp. 169.

Crónicas Urbanas

A finales de la década de los sesentas en Envigado, al joven Edilberto Arenas sus padres le tenían prohibido el alquiler de bicicletas, por eso a sus catorce años no sabia conducir una. Sin embargo eso a él no le preocupaba, más bien ocupaba su tiempo en estudiar y trabajar lavando las ollas de doña Dolores, una vecina que fabricaba arequipe.

Un día Edilberto le sugirió a Dolores, que le ayudara a buscar empleo en uno de los locales donde ella vendía el dulce. Dolores accedió, y le encargo un pote de arequipe que debía llevar al Salón de Té Versalles en Medellín. Al día siguiente el joven Edilberto tomó la escalera que salía cada hora para Medellín, eran los ocho de la mañana cuando salió de Envigado con el encardo de doña Dolores en busca del famoso Salón de Té, recorrió varias calles y aunque preguntaba una y otra vez por el negocio, solo lograba perderse aún más. Desesperado a eso de las tres de la tarde pidió ayuda a un policía quien personalmente lo llevó al Salón de Té Versalles, donde lo recibió Leonardo Nieto dueño del establecimiento, le ofreció un pastel de pollo y un refresco y luego le pregunto a Edilberto que si le interesaba trabajar en el negocio, a lo que el entusiasta muchacho respondió afirmativamente.       

Al día siguiente Edilberto, estaba en el local a  las cuatro de la madrugada. Durante tres días el muchacho que dejaría el puesto de mensajero, le enseñó la ruta de la distribución, le insistió que montara en bicicleta pero Edilberto sugirió que mejor seguía su entrenamiento a pie.

Llego el día en que debía asumir el puesto de mensajero, y aunque madrugaba más de lo normal, los pedidos siempre llegaban tarde. Preocupado por la demora del joven aprendiz, Leonardo Nieto le pregunto la causa de la demora, el joven se vio obligado entonces a responder con sinceridad que no sabia montar bicicleta: “Don Leonardo se indignó demasiado pero aun así fue muy compresivo y me dio un tiempo para que aprendiera, incluso me daba 15 centavos diarios para que yo alquilara bicicletas en Envigado, lo cual hice al escondido de mi familia”.      


Muchos fueron los tropiezos que Edilberto sufrió mientras aprendía a conducir la bicicleta para entregar los pedidos: “Me caía con frecuencia y se derramaban  los panes y  los pedidos por el suelo, una vez subí una mercancía catorce pisos (por las escaleras) porque tampoco sabía manejar un ascensor”.

A pesar de los tropiezos el joven Edilberto aprendió a conducir la pesada bicicleta del establecimiento y en solo dos semanas, ya entregaba los pedidos de forma tan rápida y eficaz que incluso le sobraba tiempo para atender otros oficios.  Tan eficiente fue su desempeño, que el mismo jefe le sugirió continuar sus estudios de bachillerato para que luego se especializara en repostería y manejos de alimentos en general, lo cual efectivamente hizo el joven, llegando a especializarse en Tecnología en Alimentos y Desarrollo Gerencial.

Edilberto lee los cambios de la ciudad a ojo de buen cubero y comparte su percepción sobre las transformaciones que ha vivido Junín:  

“El perfil de los visitantes de Junín ha cambiado mucho, recuerdo a principios de la década de los setenta, como a eso de las dos a cuatro de la tarde, llegaban las damas que vivían en el barrio Prado a tomar el té; este lo acompañaban con moritos, tostadas con mantequilla o mermelada, corazoncitos de hojaldre y otros productos de repostería fina. Cuando ellas se marchaban entre las cuatro media y cinco, llegaban las colegialas del Liceo Antioqueño que quedaba enseguida del teatro El Lido, ellas venían con el afán de encontrarse con Julio Cesar Luna, que era el galán de la época y quien frecuentaba a Versalles en compañía de otros personajes como Armando Moreno, Lalo Martel, todos argentinos, también venían a tertuliar Rodolfo Aicardy, el baladista Fernando Calle, el loco Gustavo Quintero y otros personajes de la vida pública de la ciudad y el país”.


Hoy Edilberto es el administrador de Versalles, negocio en el cual un día inició su vida laboral como mandadero siendo todavía un niño. Nunca pensó que su futuro estaría signado por los pedales y las ruedas de una pesada bicicleta, de la cual solo queda una fotografía que conserva su madre, la cual lo muestra en la calle Junín pedaleando hacia su destino. 

Juan Fernando Hernández